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sábado, 28 de noviembre de 2020

Árboles y paisajes de otoño

   Veo que este mes de noviembre ha sido muy productivo. Me refiero, claro está, a que he pintado mucho, porque no es época de otro tipo de producciones. Deberíamos haber ido a Valencia, a Jaén, a Alicante y a otros sitios, como es costumbre en estas fechas del calendario, pero no salimos de casa.

   Recurro a fotos, propias y ajenas, de árboles, paisajes y pueblos de Albacete y Jaén: Santiago-Pontones,  La Toba, Poyotello, Paterna del Madera, Bogarra, El Batán. Esos son lugares que conozco bastante bien, otros no porque incluso algún eucaliptus de Australia o un olmo de Inglaterra aparecen por aquí. Y por esos sitios ya voy menos a menudo.

   Los materiales son los que se acostumbran, es decir, pigmentos de Daniel Smith, los cadmios que saco en otoño del cajón, de Rembrant, los quinacridonas, también de Daniel Smith, como el lapislázuli, sodalita, amatista y lunar black, que nunca faltan. Pinceles de Escoda, de marta, alguno chino, pero bueno, otros de petit gris de Windsor & Newton y algún hake de pelo de cabra. Probando y cambiando.

Los papeles, tras mi disgusto por la desaparición de Garzapapel, también son diferentes. Me quedan reservas de ese papel que tanto me gusta, sobre todo tamaños grandes, que hice acopio, pero no de los tamaños más pequeños que suelo utilizar a menudo. Casi todas estas acuarelas están pintadas en Saunders Waterford, fino y satinado, aunque alguna hay en Arches, o Bockinford, también satinados. Tengo pendiente de probar el Guarro de grano fino que compré hace poco y aún está sin estrenar. Este papel de Saunders tiene una textura muy fina, que de cerca parece tela cuando se moja con los colores. Me gusta mucho, de forma que seguiremos con él.


lunes, 5 de noviembre de 2018

Otoños propios y prestados.


   El otoño tiene su ambiente y sus colores. También puede tener sus pigmentos a la hora de pintar. En cuanto llega esta estación suelo sacar los cadmios con sus tonos amarillos, anaranjados o rojos, brillantes, intensos y tal vez demasiado cubrientes. A partir de ahí no suelo recurrir a otros colores que los habituales, aunque mezclándolos de forma diferente para apagarlos y llevarlos a tonos más quebrados y mustios. Los grises de esas mezclas siempre vienen bien para, por contraste, dar vida al resto de los tonos.
   De todas formas es cierto que estoy recurriendo a algunos tubos de Daniel Smith, de los Primatek, pigmentos de piedras naturales, algunas de ellas semipreciosas, que no son los que uso siempre, que otros sí como el brozite, la sodalita o el lapislázuli. Me gusta este último por su sedimentación y porque da azules más apagados y grisáceos que el cobalto o el ultramar. No digamos el cerúleo, que puede pecar de pinturero si no se sujeta uno. El índigo tambien viene bien para estos cielos más nubosos y apagados. Incluso algunos toques de lavender para las lejanías, una de las ultimas adquisiciones. De todas formas, nunca deja uno de recurrir a los colores que siempre ha usado, incapaz de dejar de mezclar el siena tostado y el ultramar o de recurrir al rojo oscuro de alizarina o laca granza. Para añadir grano y textura a cualquier color cada vez más uso el Lunar Black de Daniel Smith, que el mismo pigmento que la magnetita de Kremer.

   Las tres primeras acuarelas de esta entrada están basadas en fotografías de José Manuel Vilaboa, de Galicia, que siempre anda recogiendo reflejos en el Tambre y dándonos envidia. Para mitigarla recurrimos a basar algunas acuarelas en sus fotos, con una frecuencia que se acerca al abuso, aunque siempre con mi gratitud y con su permiso e indicando la autoría de la imagen, como es de ley.
 
    La siguiente, con esos cadmios de que hablábamos es de una zona más cercana a Albacete, la Ribera del Júcar por Valdeganda, de una foto propia de hace un par de años. Las texturas salen tanto de ese Lunar black de que hablábamos, de los trazos rápidos con el pincel casi seco,  o de los rascados con un cúter.
    Echando mano de las fotos que vamos haciendo en los viajes y juntas de dibujantes o pintores, me voy a Úbeda en la siguiente acuarela, al renacentista Hospital de Santiago, a uno de sus patios. Menos el naranjo, todo lo demas se ha solucionado con lapislázuli, lunar black y hematita burnt scarlet, que se ve en las vigas. Todos ellos granulan mucho y se nota.
   Recupero esta acuarela de hace un tiempo en Aranjuez, también en otoño, con casi los mismos colores de la acuarela anterior, añadiendo mis amados azul oscuro de sodalita o verde de jadeíta y  los sienas habituales.

lunes, 30 de octubre de 2017

Pintando el otoño en Santiago-Pontones


   Como somos buenos vecinos, no tenemos disputas territoriales ni fronterizas, compartimos bosques, ríos, problemas y aficiones, voy a tener que pedir el alta en Acuarelistas de Jaén, de la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía. Aunque mejor esperamos, que no hay quien les siga el ritmo. A ver si recuperamos algo de reprís. No es la primera vez que me sumo a alguna de sus convocatorias, amablemente invitado, como en Úbeda, Baeza, Aranjuez y ahora en Santiago-Pontones. Base en La Matea.
   Cuatro días de convivencia, de montañas y arroyos, de acuarelas y dibujos, entre amigos, conversación y risas, un poco alejados de las noticias que últimamente nos tienen inquietos y enfadados. En esta entrada se puede ver lo que allí fuimos dibujando, en cuaderno o en acuarela de formato medio. Entre estilográficas, pinceles y una caja de acuarelas hicimos estos bocetos, muchas fotos y terminamos algunas, que allí quedaron en manos de los amigos.







sábado, 15 de abril de 2017

Acuarelas - Arboles y paisajes

   Seguimos con árboles y paisajes. De la Ribera del Júcar en Albacete, por la Mariquillas o Valdeganga, donde ya de niños íbamos con mi padre a comernos a la vera del río lo que él llamaba "un lepórido con liliáceas", o solanáceas, según se nos antojaba. Yeste, de Baños de Tus hacia el Calar del río Mundo, parajes recorridos cientos de veces durante cincuenta años. Luego Cullera, acompañando al Júcar hasta el mar. También Tibi, en Alicante, viendo las nubes rebosar sobre las montañas. En fin, acuarelas de recuerdos a partir de fotos de rutas que hacemos a menudo y que recuperamos para dibujar cuando esos lugares están llenos de gente y no invitan a acudir a ellos. Pronto llegará otra vez el momento.

   Aunque utilizo muchos colores, en cada acuarela solo unos pocos son necesarios, y casi siempre los tonos vienen determinados por el azul elegido como base de las mezclas. Unas veces ultramar de Van Gogh o Rembrandt, otras Cobalto de Windsor & Newton, raramente cerúlero de Daniel Smith o Rembrandt, utilizado con cuidado, pues puede resultar demasiado pinturero y siempre usando estos pigmentos de marcas de la mayor calidad, sin mezclas de blanco, que lo hacen pastoso y repelente. Diluido puede ser delicioso, como ese tono del cielo tras las nubes en la siguiente acuarela. Dado su nombre, debe ir bien tanto en los cielos como en la tierra, pues mezclado con naranja de cadmio, aleación cromática que aprendí en un libro de Charles Reid, un maestro de las mezclas, da un gris interesantísimo. Con tonos tierra también puede sorprender.
   Algunas veces se recurre a una paleta clásica, con sus sienas natural y tostada, tonos quebrados mezclándolas con ultramar, incluso utilizando con infinito cuidado el viridian o esmeralda, único verde de muchos acuarelistas clásicos, un verde tan hermoso como lleno de peligros, casi hiriente si se usa solo, sin matizar con los otros colores usados en la acuarela, pero que aporta un cromatismo que ningún otro verde ofrece. En estos casos, como es la siguiente acuarela de la Ribera del Júcar en Albacete, prácticamente se utilizan solo esos cuatro colores.
   En estas ramas, para los tonos cálidos, oxidados, quinacridonas de Daniel Smith, muy transparentes y brillantes. Gold o Red Gold. Para hacer verdes jugosos y frescos, muy luminosos, estos tonos amarillos y rojizos mezclan muy bien con prusia incluso índigo.
   En este caso, el otoño se ha pintado con cadmios de Rembrandt y esos quinacridonas de Daniel Smith. Algunas sombras se refuerzan con el violeta oscuro de amatista de esa marca.
   Este paisaje, incorpora el verde de jade que utilizo mucho, y un verde serpentine, ambos de Daniel Smith. Siena, cobalto y violeta ultramar de Daniel Smith. Se trataba de jugar con transparencias, veladuras aplicadas una vez seca la capa anterior, aunque la base se da todo en húmedo de una sola vez, marcando de entrada las zonas de sombra con el mismo azul del cielo, al que también se recurre para matizar los verdes.
    Detalle de la anterior acuarela.
   En esta última se toma como azul base el índigo, tanto para el cielo como para las sombras, mezclado ahí con siena tostada y con  toques de alizarina. Hay un marrón oscuro, con matices apagados, que utilizo bastante en las ramas de los árboles para dar textura, por su tono berenjena y porque granula mucho, Bloodstone Genuine de Daniel Smith. Se puede ver en los arbustos de la parte inferior izquierda. En las mezclas da vida a muchos otros colores, amarillos o rojizos. verdes o azules. Una joya, como el azul oscurísimo de Sodalita, que uso cada vez más en las sombras, una especie de índigo más agrisado y granular.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Árboles de Noviembre

   Dos olivos del Maestrazgo, cerca de Morella en Castellón,  a partir de una fotos de un viaje ya hace un año por la zona. Da gusto recordar esos árboles majestuosos y antañones, pintarlos y jugar con el color. Huyendo de los verdes, agrisando las hojas con cerúleo o lapislázuli, y recurriendo al ultramar y el siena para los troncos.
   La anterior, un paraje del pantano de Alarcón de una foto tomada desde el Parador. Igualmente los verdes de la montaña del fondo se tratan con una gama en la que predominan los azules, que van bien para la lejanía y el efecto desdibujado y con poco detalle. Así se contrasta con los primeros planos, con este papel satinado de Arches tan adecuado para detalles finos, como ramas y piedras.
   Las tres siguientes son diferentes trabajos sobre los árboles de las dunas del Pinet, por Guardamar en Alicante, también a partir de unas fotos propias.


   Dos acuarelas de árboles en traje de otoño, la primera en la ribera de Cubas, por las hoces del Júcar muy cerca de Albacete. La segunda de una foto de mi amigo José Antonio Sánchez Rumí, que tantas tiene hechas de las Sierras de Cazorla y del Segura.

   Por último, otros arboles de la ribera del Júcar, cerca de Alcalá, de unas fotos de una de las muchas veces que vamos por allí, a ser posible en primavera y otoño.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Aranjuez - Acuarelando el otoño

   Un viaje que casi se enlazó con otros dos, a una semana de volver de Cataluña y Veruela, pero no podía dejar de ir, volver a ver a los amigos, comocer en carne mortal a otros, en gran parte de Hispacuarela, y dibujar en Aranjuez, aunque se anunciaban lluvias, como así fue. Mereció la pena, porque Aranjuez siempre etá bonito, mejor ahora en otoño o en primavera que en verano. 
    Aunque llovió bastante, cosa que impidío estar por las calles a todas horas, permitió bastantes ratos de conversación, de forma que la cuenta de resultados es más que satisfactoria, sin faltar las risas, las cenas y los dibujos.
    Algunos árboles ya nos saludan cuando pasamos a su lado, pues son árboles educados, cortesanos, acostumbrados desde antiguo a dar sombra con una amabilidad versallesca. No es fácil encontrar en otros sitios tantos árboles antañones, bien criados, regados por el Tajo, rodeados de huertas, paseos, jardines y palacios. Se te acaba haciendo mal café entre tanto lujo y derroche para la corte, contrastando con una iglesia que hubo que pagar por suscripciñón popular para no tener que ir a oir misa a un pueblo cercano. No es raro que en las fiestas de septiembre, las del Motín, se ceben con Godoy, rememorando el de Aranjuez de 18 de marzo de 1808, últimos coletazos del reinado de Carlos IV.
   Algunos árboles los tengo repes en las fotos de otros viajes allí, y es curioso que con tantos como hay, siempre me detenga en los mismos. Luego los pinto y repinto y cada vez salen de una manera, que por algo están vivos, unas veces con más hojas, otras con menos, de uno u otro color, pero siempre hermosos y descomunales.
   En el hotel donde estaban los compañeros no había sitio, de forma que volvemos a alojarnos en una cabaña del camping, cerca de uno de los embarcaderos que pintó Rusiñol, viendo llover sobre los patos y los piragüistas, especies que abundan por estos recodos del río. También el el camping hay algunos árboles creciditos, que no tardamos en inmortalizar.
   Al atardecer, tomando una cerveza en las puerta del hotel, vemos una comitiva en la puerta de la iglesia culminada por la presencia del señor obispo, que es día de confirmaciones, según nos cuentan. Estaba a medio dibujo, le hago una foto, y llego a tiempo de incluirlo en el encuadre de ambas cosas. Añade mucho color, de rojo cereza.
    Mientras mi familia visita el Palacio Real, que ya conozco, me quedo fuera tomando un café y haciendo unos dibujos del palacio, enmarcado por esos árboles inmensos, una belleza. Todos los grupos de dibujantes callejeros, bocetistas, Urban Sketchers y demás, deberíamos organizar un cursillo para que algunos consigan aprender a poner el cuño en buen sitio y bien orientado. Aunque no he hecho un estudio concienzudo, más de la mitad se ponen con las letras al revés y sobre el 30%, colocado en el lugar donde más estorba. Como indicador del desarrollo estético, percepción espacial, buen gusto y amor al arte, resulta muy revelador. Como venganza diluyo con agua y acuarela azul tal afrenta y queda una nube cuadrada de lo más chusca. Ea.


   Como se ve, unos dibujos están hechos en el sitio, otros son secuelas del viaje a partir de fotografías que vamos haciendo. A los globos pude hacerles algunas fotos, pues había muchos volando. La acuarela es sobre una foto de Carmen Jiménez, en Acuarelando el otoño, grupo de facebook creado para este encuentro.


    Termino esta entrada más arborícola que cortesana con un paso a paso de otra vista del mismo sitio ya recogido en algunos dibujos anteriores. Sobre un papel Arches satinado, con un pincel chino bastante grueso, pero muy bueno, nada que ver los que me han ido trayendo de China o Japón con los que compraba aquí en España, acuarelas de Kremer y Daniel Simith, vamos congelando algunos estados intermedios mientras se va secando una capa, miramos e incluso, en un arranque de desmesura, echamos un cigarro.