Eres un enigma que no tiene clave.
Te distingues de todas las mujeres,
nadie puede saber si odias o quieres,
sobre tu pecho hay que escribir: ¡quién sabe!
Tienes algo de fiera y algo de ave,
un día besas y otro día hieres.
¿Qué ambicionas?, ¿qué esperas?, ¿qué prefieres?
¡Tanto misterio en la razón no cabe!
Yo quisiera olvidarte y no te olvido;
desearía con ansia aborrecerte,
y nunca a nadie como a ti he querido.
Gozo al mirarte y no quisiera verte
¡Eres, mujer, mi fruto prohibido!
¡Me das la vida y a la vez la muerte!
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Eugéne Amaury Duval, (1898-1885): "Madame de Loynes", (1862). Musée d'Orsay. |
Edward Elgar: Enigma Variaciones, Op.36. Variación nº 9, Nimrod: