Se alimentan de mi llanto los rosales
Se empapan de mis lágrimas los amores
Se bañan en su orilla mis deseos
y beben en su cauce mis dolores.
Mis sollozos afligen a mi alma
tristeza dolorida,
por recuerdos amargos,
en seno compasivo recogida.
El olor a la brea me lleva hasta tu puerto
envuelto en la espesura
de brumas fantasmales
y pueblan mis recuerdos
lloradas desazones
y tímidos momentos
en albo amanecer
de tiempo detenido,
de aurora no nacida.
Y este olor de la brea me transporta,
cual gaviota errática, sin rumbo conocido.
a otras tierras y aguas
con barcos carenados,
presos en tu cintura, perdidos en la noche,
que surcan otros tiempos,
dulces saladas aguas,
de Palos hasta Cádiz,
Sanlucar o Sevilla.
Abril 1999