UN DEBUT EN LA VIDA
de Anita Brookner
"A sus cuarenta años, la doctora Weiss comprendió que la literatura le había destrozado la vida". Así comienza UN DEBUT EN LA VIDA, primera novela de la escritora británica Anita Brooner.
Cada vez que me cruzaba con este libro en una librería se me agarraba fuertemente y, sin embargo, durante mucho tiempo me resistí a leerlo porque este comienzo me incomodaba. Tal vez porque me resistía a analizar en lo que a mí misma ha podido la literatura, que tanto amo, afectarme de forma negativa.
Ruth Weiss echando la vista atrás va al encuentro de la niña que fue y cómo comenzó su relación la literatura en un hogar donde ella nunca fue lo primordial para sus padres. Solo su abuela parecía darle el cariñoso cobijo que un niño necesita, así como mostrarles los aspectos de la realidad que sus padres no querían ver: "Para la niña seguían siendo deslumbrantes y guapos. Para la abuela eran un par de idiotas". Cuando esta falta, no es a su egocéntrica madre ni a su ensimismado padre a los que puede agarrarse, sino a los libros: "De momento estaba contenta. Total, había tantas cosas por leer que no podía pensar en nada más. Más adelante, tal vez".
Un libro que me leí entregada a él, aun sintiendo en Ruth una cierta aspereza, como si rehuyera que mi mirada ahondara demasiado en sus sentimientos; que me leí en un suspiro, pero al que no dejo de volver y que incluso necesito releer. Mientras transitaba por su páginas pensaba que me recordaba a Barbara Pym en algunos momentos, pero que me dajaba más triste. Sin embargo, al terminarlo no es la sensación que me quedó. Leyéndolo sentía que el peso de las responsabilidades familiares amenazaba todo el tiempo con cercar a Ruth y sentía una ternura y compasión por ella casi insoportables; que sus sueños de libertad, de independencia estaban amenazados y la encaminaban a una injusta renuncia. Pero, durante unos instantes, imperdonables, olvidaba una de las cartas fundamentales. ¿Seguía teniendo Ruth una aliada en la literatura a pesar de todo o esta se convierte en otra decepción? Respuesta que solo podrá encontrar el lector que haya sentido la literatura como ella? ¿Le destrozó en efecto la vida o se la salvó? O tal vez, ¿ni lo uno ni lo otro?
Texto y fotografía: Ana Martínez García.