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viernes, 9 de abril de 2021

PERSUASIÓN

de Jane Austen


PERSUASIÓN, de Jane Austen es la última novela que terminó y se publicaría póstumamente en 1918. De carácter otoñal y un tono a veces impregnado de melancolía y toques líricos, como señaló tan acertadamente Virginia Woolf, nos habla de un momento en el pasado de Anne Elliot, nuestra protagonista, en el que toma una decisión muy importante persuadida por su buena amiga Lady Russell. Y es que Anne rechaza la propuesta de matrimonio de Frederick Wenworth, considerado por su familia como inadecuado dada su posición social inferior a la de ella. Anne renuncia a él aun estando enamorada. Pero la vida volverá a reunirlos ocho años después..., para tener una conversación pendiente, separarlos de nuevo o para que retomen lo que quizás no debió interrumpirse. Tal vez Anne dejó pasar su oportunidad de ser feliz.

De nuevo como en "Mansfield Park" encontramos ecos de Cenicienta, como nos indicó Nabokov en su Curso de Literatura, y en la introducción de esta novela lo subraya José Luis Caramés Lage. Es Anne Elliot marginada dentro de su propia familia, sobre todo por su padre y su hermana mayor, personajes de una vanidad y vacuidad casi caricaturescas. Además de no ser tenida en cuenta, es requerida a menudo para ocuparse de las tareas engorrosas, siendo ese familiar de segunda al que nadie presta atención y al que humillar es casi como una costumbre. Pero Anne es inteligente, bondadosa, resolutiva y muestra un increíble temple en situaciones en las que los demás pierden los nervios. Está muy segura de sus sentimientos y estos los conoceremos desde el principio de la novela, pues en todo momento sabremos lo que piensa. Es una mujer que despierta simpatías, comprensión y admiración fuera de su entorno familiar. El egoísmo de su padre y su hermana mayor y la irritante hipocondría de su hermana menor no les permiten verla tal cual es.

Con PERSUASIÓN termino las relecturas de las novelas de Jane Austen. Aunque ha bajado unos puntillos en mi valoración, la he vuelto a disfrutar como no podía ser de otro modo. Si durante mi primera lectura fueron "Emma" y "Persuasión" mis dos novelas preferidas, ahora "Mansfield Park" se coloca en primer lugar pisándole los talones "Emma". Quedaría así mi -subjetiva- clasificación:


Primer puesto: "Mansfield Park" y "Emma".
Segundo puesto: "Persuasión".
Tercer puesto: "Orgullo y prejuicio".
Cuarto puesto: "Sentido y sensibilidad".
Quinto puesto: "La abadía de Northanger".

Voy a explicar la razón por la que dejo compartido el primer puesto. La novela que más admiración me ha causado y que llegó a emocionarme por ser con ella más consciente que con ninguna otra del enorme talento que tenía esta escritora, fue "Mansfield Park". Hasta su final tan criticado a mí me pareció el más idóneo. Fanny Price, te agrade más o menos, actúa en todo momento con la mayor coherencia según su carácter y sus circunstancias, sin que la autora fuerce un final que pudiera agradar más a sus lectores. No me quiero extender sobre ella, tenéis en mi cuenta una reseña que le escribí hace un tiempo. Pero es en "Emma" donde encontré al mejor personaje de todos los que conforman su obra. Con sus virtudes y defectos resulta divertida y muy interesante. Una maravilla de personaje. Además, en esta novela hay algo que me complació mucho, la buena relación que tiene con su hipocondriaco padre. Demuestra una ternura hacia él que no se encuentra en sus otras novelas.

Seguramente habrá una tercera lectura y entonces tal vez los puestos cambien de nuevo. Aunque creo que Emma siempre será mi personaje preferido, Anne el que más simpatía y comprensión me despierte y "Mansfield Park" la novela que me hizo llorar de pura admiración.

Texto y fotografía: Ana Martínez García. 

miércoles, 2 de enero de 2019

Puede suceder a menudo que lo que se relate en una novela, emocione, pero lo que no sucede con tanta frecuencia es que la emoción la sientas al ser consciente de que estás ante un libro desde un punto de vista literario de una maestría que te sobrepasa. Tuve momentos en los que paraba la lectura para exclamar con una admiración absoluta, "qué grande era esta escritora". La relectura de este libro ha sido una experiencia de felicidad. He disfrutado cada página. Como lectora, ante un libro así, ante las sensaciones que me ha provocado, no puedo menos que manifestar mi agradecimiento más sincero.

Fanny Price es acogida por unos familiares, sus tíos sir Thomas y lady Bertram -ella hermana de su madre-, poseedores de una posición económica más desahogada que su padres, que se encuentran en una desfavorable situación en parte debido a su gran prole. La casi inexistente resistencia y la escasa tristeza que muestra y siente su progenitora al despedirse de su hija, un tío demasiado preocupado ante la responsabilidad que supone hacerse cargo de ella, una tía que la trata como a una dama de compañía, unos primos que la miran desde un sentimiento de superioridad, así como la presencia constante de una segunda tía, la señora Norris, también hermana de lady Bertram y de su madre, viuda, para más señas, que pasa la mayor parte del tiempo dirigiendo la vida de los demás miembros de la familia y que no le permitirá olvidar a Fanny ni un instante esa condición de inferioridad respecto a todos ellos, la convierten en una clara Cenicienta, como bien señaló Nabokov, se indica en esta edición y que no es difícil de ver al poco de comenzar la lectura. En un primer momento todos estos elementos nos va a predisponer en favor de Fanny y de inmediato queramos saber de su suerte y si la fortuna le sonreirá en el futuro para dejar de ser un miembro menesteroso y siempre obligado a mostrar la más absoluta humildad y un agradecimiento continuo.

Qué ocurre, entonces, durante la lectura para que este personaje a menudo sea señalado como uno de los menos apreciados de la producción literaria de Jane Austen y a veces los lectores muestren hasta un gran enojo con la pobre Fanny. Pues que se nos muestra como una persona demasiado prudente, humilde hasta rebajarse y con escaso espíritu para defenderse. Los primos no nos van a seducir tampoco, egoístas e inmaduros, ni siquiera Edmund, que sería la excepción, el más bondadoso de sus primos, el único que defiende a Fanny ante los demás y charla con ella a menudo. Van a ser los hermanos Crawford quienes traigan la diversión y con los que comiencen los juegos de amor. ¡Pero ellos son los antagonistas!

AVISO: Proceso gore a partir de este momento, destripamiento literario. Si no la habéis leído no sigáis. 

La primera vez que leí esta novela también sentí bastante impaciencia con este personaje principal y no me atraía nada. En esta relectura, si bien Fanny sigue sin ser ni de lejos uno de mis personajes más queridos, sí la he comprendido y respetado más y, bueno, he estado de acuerdo en que su elección era la más acertada y coherente con su forma de ser. Así como con los hermanas Crawford no podíamos esperar que dejarán de ser como son y actuaran como nosotros los lectores quisiéramos, ella tampoco lo iba a hacer. Tal vez el final hubiera sido más chispeante y en un principio nos hubiese agradado, pero en el fondo, todos sabemos que Fanny y Edmund son la pareja más probable y que ni ella hubiera sido feliz con el veleta y vanidoso Henry Crawford, ni su primo con la superficial Mary. En mi primera lectura segurísimo que deseé que se quedara con el malote, porque, además, es que el primito Edmund me parecía muy aburrido. No puedo decir lo contrario. Pero realmente era la elección esperada la que se nos da y con su comportamiento posterior de los dos hermanos, que deja bastante que desear, Jane Austen así no lo quiere indicar. Es cierto también que el final puede ser incluso algo triste visto desde determinada manera. Nos puede dar la sensación de que es demasiado apresurado, que aunque la pareja, por caracteres, más evidente y coherente sea, en efecto, la de Fanny y Edmund, él seguramente no va a olvidar a Mary... Y Fanny en su fuero interno lo sabe. Con su talento enorme la escritora lo presenta de manera que quede más o menos arreglado, pero es una pareja que envejecerán bien juntos, en buena armonía, como buenos amigos, pero no saltarán chispas en ningún momento. 

La novela es espectacular lo bien construida que está. Los diálogos son muy interesantes y los personajes creíbles y muy coherentes con su modo de proceder. No da pie al aburrimiento en ningún momento y hubiera sido fácil, ya que los dos personajes principales, pues lo dicho, son tan poco atrayentes. Pero está tan bien hilada que yo por lo menos no puedo decir que me haya aburrido en ningún momento. Y señalar  en especial lo bien descrita que está esa dualidad -que todos poseemos- entre comportamiento ante los demás de Fanny y sus pensamientos. El flujo interior de ella es de lo más destacable de la novela. Muy divertido todo el proceso de la obra de teatro. Lo disfruté muchísimo. El juego que se muestra de atracciones, celos, inseguridades, vemos cómo es cada uno de ellos... Una maravilla.  Creo que es la mejor novela de Jane Austen. Luego cada cual tiene sus preferencias, pero "Mansfiel Park" es, para mí, desde un punto de vista literario, la que más calidad tiene. No he terminado mis relecturas, igual lo veo de otro modo más adelante, pero creo que no, y desde luego de las que llevo, me quedo con Emma y el señor Knightley como personajes, como amigos, como pareja, como todo y con "Mansfield Park" como historia, con lo que tiene de cuento, de juego, de atracciones peligrosas..., etc. No estoy de acuerdo con Nabokov, -madre mía, cómo me atrevo- cuando le reprocha el recurso fácil de ir aclarando la trama cuando Fanny visita a su familia a través de la correspondencia que mantiene con lo personajes que están lejos. Para mí ha sido tan perfecta, que hasta me permito disentir con el Maestro. Aunque él en su "Curso de literatura europea" se ve que la admira y le gustó mucho. Solo le pone ese pequeño "pero".

En fin, leer a Jane Austen es una gozada absoluta. Como he dicho al principio una experiencia de felicidad literaria para sentirse muy agradecido como lector y quitarse el sombrero una y otra vez. Quiero un lugar en el cielo junto a ella para leer sus novelas que allí estará escribiendo durante toda la eternidad. Delicia, delicia, delicia, delicia y delicia esta escritora. Y es como lo siento. ¡Los diálogos!, por favor, qué buenos. Con lo que amo una buena conversación. Qué maravilla. No me voy a contener nada, absolutamente nada, no quiero hacerlo, ha sido una relectura increíble. Estoy superada por esta escritora. Qué buena era. Qué feliz me ha hecho. Seguiría así hasta el año que viene jajajaj. ¡Paradme!

Texto y fotografía: Ana Martínez García.