Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como fotorelato

¿Qué fue?

Imagen
G anas de escuchar tu silencio, ¿Qué fue? (Foto: Miguel A. Brito) de mirarme en tus ojos  esquivos de descifrar tu código  roto. Ansias de encontrar el minuto que encierre en esta urna las cenizas del reencuentro. Esquinas para esperarte. Arrestos para apostarme. Razones para buscarte. Quisiera inventarte otra vez: frases que no tiemblen al nacer, abrazos que no quieran abrasarme. Rasgar tus manos, hacerte sangrar, herir tu orgullo hasta que tu dolor aúlle y grite ¡sufro!

Juegos

Imagen
Nudo infinito (Autor: Miguel A. Brito) J uegas tú. Perdemos.

Julio y la música

Imagen
Julio, primeros calores, extraños fríos a destiempo para dejarse notar. Primeras cervezas, amigos, muchos amigos. Primeros largos en la piscina: estoy en baja forma, mi cuerpo lo nota. Medio año que se va, otro medio que empieza: este ritmo de vida nos parte el calendario en trocitos, átomos de año, nanomeses minúsculos. Días más largos, noches más cortas, intensas. Como más, bebo más. Un brindis, luego otro. Por qué, nos preguntamos: da igual por qué se brinde, brinda es sólo brindar, por lo vivido, por lo que queda por vivir, para olvidar, para recordar. Julio para mí ha sido punto de inflexión, un paréntesis musical, una pausa necesaria, un paso al frente. Este mes de julio me ha dejado muchas sensaciones y vivencias. En sus noches me ha acompañado la cámara y la música, la familia y los amigos. Les dejo una breve muestra de todo lo que he podido ver y escuchar. En la sección "Te sugiero que escuches", una lista que he creado para compartir con vosotros lo que he podid...

Caminos

Imagen
Discontinuos (Autor: Miguel A. Brito) "Todos los caminos conducen a Roma". Eso me dijeron, me enseñaron. Una frase mentirosa, impropia de un maestro, un amigo y una madre. No es así, es una farsa, créeme. Los caminos no siempre te llevarán al mismo sitio, los caminos te llevan a encrucijadas y en cada elección te pueden pasar dos cosas: o te encuentras más o te reconoces menos. Dejarte llevar por el camino es una manía peligrosa no exenta de frustración. A menudo las señales y las indicaciones de aquellos a quienes preguntas te llevan a un lugar lleno de nieblas, y llegado a ese punto te verás cargando contra ti porque no hay más culpables que tú y tu dejadez. Puedes buscar si quieres alivio en tomarla con los demás para descargar tus culpas, y esto será como pequeñas dosis de morfina que aplacarán tu dolor, pero no te engañes, como la morfina crea adicción, y cada carga contra los que te rodean son también otras maneras de matarte, ocasionarte daños, heridas irreparabl...

Yo también dije no

Imagen
A yer caminé después de mucho tiempo sin hacerlo. Yo puse mi grano de ilusión, sólo ilusión. Mi hijo me preguntaba mientras andábamos, ¿pero cambiará algo?, ¿no irán a buscar petróleo después de esto? Ojalá me hubiera preguntado cómo era eso de que los niños no venían de París. No supe qué contestar ni cómo decírselo. Me quedé en un escueto, nosotros ya hemos hablado, ellos sabrán qué es lo que hacen;  no me convenció mi respuesta. Ayer caminamos, y entonamos consignas, escuetos arranques literarios a ritmo de palmas: "Canarias no se vende, canarias se defiende". Esta me hizo pensar, me sigue haciendo pensar: Somos pasto de los intereses.  Ayer es verdad que hubo una gran manifestación, que nos congregamos muchos miles para decir ¡No!, cada uno a su manera. Pero en el camino me encontré de todo. Banderas de todos los colores y que no venían al cuento, Rusas, de la República, de sindicatos,… Yo pensaba, aquí, cada uno va a su rollo .  Pasó a mi lado un grupo de mujeres...

Susurros asimétricos.

Imagen
El descanso del sombrero (fotografía: Miguel A. Brito) –Quítate el sombrero, deja que vea tus rizos. –¿Para qué? –No sé. Me gustan. Parecen caracoles. Me gustan los caracoles. –Hace mucho sol. ¿Quieres que me queme? –Anda. Hazme ese capricho. Precisamente por el sol lo digo. Así, ¿ves? Me encanta. –¿Te encanta el qué? Yo no me veo. –Me encanta ver cómo se cuelan los rayos entre rizo y rizo y el rubio se llena de matices, claros más claros, brillantes, oscuros. Me gusta meter mis dedos en ellos, llenarme de anillos de oro. Eso son tus pelos, anillos. –Pero si tengo ya más pelos blancos que rubios. Además, ¿no eran caracoles?  –Bueno sí, también. Anillos y caracoles. Deja que te huela. Hueles a mar, a sal especiada, a camarones, a arena, a ganas de nadar sobre mí. ¿A que tienes ganas de nadar sobre mí? –Sí, mucho. Sigue olisqueando mi pelo, que yo tengo buena vista desde aquí. Me gusta resbalarme en tu escote. ¿Sabes? Desde aquí casi puedo ver el principio de tu ...

El péndulo

Imagen
Fotografía: Péndulo Autor: Miguel A. Brito Un ritmo claro, pausado, imperturbable. Me someto a sus manecillas que me hacen señas, dirigiendo en la casa la hora del almuerzo, la hora del telediario, la hora del café de media tarde. Sólo me permite decidir que me lo tome amargo, porque ¡hasta feo estaría, que en mi café mando yo aunque él ponga las horas! Me acerco demasiado y se ríe de mi, atrapa mi reflejo en su péndulo cromado. ¡Será engreído el puñetero reloj! Don Sabino, su dueño, me dice que él tenía cinco años cuando el aparatejo llegó a su casa, que vino de muy lejos, de La Habana quizás. Yo vuelvo la mirada hacia él y veo su cara llena de arrugas y las comparo con las vetas en la madera del reloj, igual de hondas, igual de oscuras. Han crecido juntos, envejecen juntos. Sus corazones laten igual de pausados, golpes miméticos, sincrónicos. Fantaseo imaginando una conexión inalámbrica desde el primer día que el reloj entró a su casa; un tic pendular que se cuela por sus oídos...