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martes, 11 de diciembre de 2012

DEMENCIATOR

A veces, hay películas que hay que reseñar, más que por si mismas, por la cara dura de los distribuidores españoles y sus ediciones videográficas. Aquí tenemos otro divertido caso.
“Demenciator” es en realidad una vieja película de los años 60, una coproducción entre México y USA, que llevó por título internacional “Doll´s head” y como título en castellano “Un extraño en la casa”. Sin embargo, en la era dorada del vídeo club español, que debía ser de los mejores video clubes del mundo, el terminar una palabra en “Ator”, era como sinónimo de muchos alquileres, así pues, tenemos “Re-Animator”, “Terminator”, “Re-Sonator”, “Retaliator”, incluso “Despedazator” entre otras muchas, y ya el colmo de la gilipollez, el titular a esto “Demenciator” para ver si alguien picaba. Pero no contentos con el titulito,  hay que añadir la falsedad de la carátula dónde venía la película… roban descaradamente la calavera que aparecía en el póster de “Inferno” de Dario Argento, y lo colocan ahí con total impunidad, y con dos cojones bien gordos.  Luego una mano monstruosa que váyanse ustedes a saber de donde se han sacado (Si alguien lo sabe, que nos lo haga saber a través de los comentarios, por favor…) y por fin, en la cinta de vídeo, tras el título pre-película donde sale el número del ministerio de cultura, comienza la película que nos muestra el título “Doll´s Head” con una “voz en off” que nos dice que estamos viendo “Cabeza de muñeca” manda carallo. Obviamente, ni calaveras, ni manos monstruosas aparecen en toda la película.
Sin embargo esta, tiene su gracia, y es que para según que cosas, los Mexicanos son muy particulares. Como ya vimos en “Vacaciones de terror” lo de meter en las películas de terror estrellas de la cultura popular mexicana venía ya de largo, siendo los protagonistas de esta, la estrella infantil Evita y el cómico Joselo (de la escuela de Vitola, Chabelo, Clavillazo… TODOS a la sombra de Cantinflas) y al que ya pudimos ver en “El fascista, la beata y su hija desvirgada”. A eso hay que añadirle un cameo del maestro del terror Mexicano (lo de maestro es un decir) René Cardona, en una película que hace falta dios y paciencia para soportarla.
Unos detectives van detrás de un asesino de Chicago. Cuando lo atrapan, este se escapa y se acaba metiendo en una casa donde habitan una chica y una niña.  Pronto se carga a la chica y el resto de la película se las pasará persiguiendo a la niña que se va escapando por todas partes, y que el asesino, de tan torpe que es, cuando tiene ocasión de matarla, no lo consigue. Y así una hora larga… Pronto aparecerá un fotógrafo, el mentado Joselo, que se cargará al asesino de la forma más tonta imaginable, y tan de golpe, que parece que sea una broma. De hecho es que la película entera parece una broma, pero no; la película va en serio y es totalmente seria. De hecho, es que no llega a comedia involuntaria siquiera, es que sencillamente, es una mierda, y te tienes que acabar riendo.
Tienen que verla para comprobar en carne propia los ridículo y soporífero que es ver a un tío persiguiendo a una cría durante una película entera.
Al asesino, que le gusta arrancar la cabeza a las muñecas usando una navaja de afeitar, siempre se le ve la cara, y se quita las babas con un pañuelo en delirantes sobreactuaciones. Ese sería el rasgo más destacable de toda la película, pero por lo demás, y salvo por lo que cuento, no vale nada de nada.
Otro punto a su favor sería su condición de “Slasher” primigenio, sin que los artífices supieran ni siquiera que lo era (o medio era) y lo muy de moda que se iban a poner estas películas años más tarde.
Así que si sienten curiosidad (yo la sentí), sácienla, pero no esperen encontrar un incunable. Eso sí, la carátula, sin duda, lo es.
Dirige muy a lo Cardona, Alfredo Zacarías, director, productor y guionista de infinidad de productos para lucimiento de cómicos como Capulina, que se le daba bastante mejor que hacer películas de terror serias.
Muy bién podía encajar eta película dentro de nuestra sección “Aquellas maravillosas carátulas”.

martes, 26 de noviembre de 2013

EL KARATECA AZTECA

En México, a rebufo de “Cantinflas” y partiendo de la figura de Charlie Chaplin, poseen una larga tradición de cómicos que interpretan a individuos cortos de luces y medio vagabundos. Todos tendrían un éxito arrollador, independientemente de la calidad de su humor. Estos serían “Clavillazo”, “Vitola”, “Tin Tan”,“Pompín”, “La India María”, y sobre todo, el más popular de todos estos “Cantinflas” de serie B, “Capulina”.
Interpretado por Gaspar Henaine, ha estado casi cuarenta años dando vida al personaje en infinidad de películas. Formando dúo cómico en un principio con “Viruta”, incluso, protagonizó un “crossover” con “Santo, el enmascarado de plata” en “Santo contra Capulina”, en el que figuraba en los créditos incluso antes del propio luchador.
Su humor característico se basa en el malentendido y el chiste fácil, tirando a infantilón  y ya trasnochado. Su imposible look consiste en un chalequito de traje y sombrero Méxicano recortado y redoblado. Sería una especie de “Mr. Bean” a la méxicana y parlanchín.
Protagonizó tropecientas películas, pero a mí me llamó especialmente la atención este “Karateka Azteca”.
“Capulina” se dedica a hacer figuras que imitan a incunables de la arqueología, por lo que un individuo se las compra para hacer cambiazo con las originales. Por otro lado, un maestro del Kárate se va a vivir a casa de “Capulina” y así observará de cerca los pasos de este falsificador de  arqueología. Con “Capulina” cerca, lo único que ocurren son desastres, mientras el maestro reparte mamporros como buenamente puede.
La película es todo un clásico en Mexico,  una que se recuerda con cariño, aunque no obstante yo pienso que es una tontería inofensiva, cuyo visionado no trasciende de ninguna manera, ni positiva, ni negativamente. Me quedo igual. La cosa está en ver a “Capulina” haciendo su humor facilón y blanco durante todo el  metraje. Ni uno solo de los gags funciona, ni tampoco hay nada que indigne u ofenda.
Es lo que es, una cosa de consumo, elaborada sin ningún tipo de cuidado.
No aburre, pero tampoco entretiene, y, seamos sinceros, la estrella de la película es una mierda.
Aún así se permitió el lujo de hacer cosas como “El circo de Capulina”, “Capulina contra los vampiros” o “Capulina chisme caliente” que junto con la de Santo, a priori –y no se muy bien por qué- si entran dentro de mis intereses.
Mala, muy mala, espantosa, horripilante… pero sin embargo, mola que exista.
A “Capulina” le han dirigido los mejores directores Mexicanos, aunque para esta ocasión se encarga del asunto Alfredo Zacarías, que rodó con el cómico montones de veces, además de con otros cómicos de similares intenciones, así como series B Americanas tales que “Demonoid”o la archi-conocida “Abejas asesinas” (para las que solía mutar su apellido a Zacharias)... ahí es nada, ni moco de pavo.
Como digo siempre, para satisfacer la curiosidad, ya va bien.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

SANTO CONTRA CAPULINA

Las películas de Santo, el enmascarado de plata no me gustan. No me gustan nada. Es más, el uso que se hace en este puto país de mierda de ellas me repugna; las asocio a la cultura pop de gafapastilla y bigotillo, al odioso e irritante rollo Subterfuge  y  a la cinefilia del que jamás ha sido cinéfilo. Pero manías personales a parte, es cierto que las películas de Santo, además de icónicas, son como el cine porno. Están todas rodadas igual, y vista una, vista todas. Incluso hay pelis porno menos aburridas que la más entretenida del Santo. Súmenle, que los luchadores enmascarados Mexicanos, no me parecen atractivos como personajes, porque, de igual modo, son todos iguales. No hay diferencia entre Santo, Blue Demon, Mil Mascaras, o el más reciente Atlántis.
De niño, tuve ocasión de ver en cine varias reposiciones de las películas de Santo; me parecían siempre un coñazo. Ya de adulto, inmerso en la cultura del cine “Trash” y los sub-géneros, les di a algunas de esas películas (“Santo contra la invasión de los marcianos”, “Santo y Blue Demon contra Drácula y el hombre lobo” (creo que se llamaba así)) una oportunidad. Me parecieron absolutamente insufribles, muchas de ellas ni acabé de verlas. Así que, digamos, que las películas de luchadores enmascarados no son “Santo” de mi devoción (Je!).
Sin embargo, si que soy un gran amante de la comedia en todas sus vertientes. Y esto incluye, si no la degustación de toda la comedia Mexicana, si al menos un conocimiento general de sus películas y comediantes. Ergo, un “Crossover” entre Capulina, famoso cómico que protagonizó mogollón de estúpidas e infantiloides películas –sin ir más lejos, “El Karateca Azteca”-  y Santo, si que forma parte de mis intereses, por lo desquiciado del asunto, y el hecho de poder ver dos iconos mexicanos pertenecientes a universos tan distintos juntos en un film.
La equivalencia sería, no se… ver una película cuyos protagonistas fueran  Iron Man y Pee Wee Herman, por ponerles un modelo yankiee que muchos de ustedes podrán identificar sin ningún tipo de problemas. Pues si, ese tipo de estupideces si que me gustan.
Claro, el negocio era redondo; dos de los personajes más taquilleros de los años sesenta juntos en una película.
Y aunque en España se estrenaron montones de películas protagonizadas por Santo, que dejaban en taquilla discretas cantidades (nunca una película de Santo pasó de los 500.000 espectadores en nuestros cines), “Santo contra Capulina”, nunca llegó a estrenarse, puesto que, aunque el luchador si gozaba de popularidad, Capulina era un completo desconocido en españa, que se rendía ante los pies de Cantinflas, del cual, el cómico al que nos estamos refiriendo, no es más que un remedo.
Eso si, esta película, no obstante, está más confeccionada para el lucimiento de Capulina que del Santo.
Capulina, trabaja de vigilante nocturno en una oficina de correos, pero como buen vago y maleante que es, duerme en lugar de vigilar, lo que propicia que unos ladrones entren a robar. Por suerte, estos son interceptados por Santo, que váyanse ustedes a saber que demonios hacía por allí. Y Capulina, en su afán por ayudar, no hace más que entorpecer las labores de acción del súper héroe. Creyéndose amigo del luchador, Capulina se hace con una mascara similar a la de Santo, que lucirá orgulloso por la ciudad,  lo que hará que los mafiosos de turno, se crean que es el famoso luchador. Por otro lado tenemos a un científico que crea replicas robóticas exactas de los humanos, crea una de Capulina, que será a la que se enfrente el Santo (y así se justifica el título). Como es lógico,  todo se resolverá sin mayores problemas
Pues el visionado me ha resultado soso, blanco, los personajes tienen el carisma justito, pero al mismo tiempo me resulta un producto entrañable, icónico (esto es así) y hasta entretenido. De hecho, me ha entrado infinitamente mejor que cualquier producto del Santo enfrentándose a todo tipo de  monstruos o mafiosos, simplemente porque el encuentro entre él y Capulina, es lo suficientemente divertido como para tener en consideración todo lo demás. Pero es su trama ligera, infantil y desprejuiciada, lo que convierten a este producto en un entretenimiento “fast food” de lo más agradable.
Algunas conversaciones entre los dos protagonistas, absolutamente tontas y retarded, verdaderamente merecen la pena.
Dirige, como no podía ser de otra manera, el primero de los Cardona, Rene Cardona, que dirigió montones de películas de ambos personajes por separado. Y guioniza otro mexicano clásico, Alfredo “Killer BeesZacarías.