Hoy les traigo un rico plato de pasta que, curiosamente, no lleva ni tomate ni nata.
En este caso lleva una especie de guiso de pollo que al combinar con la pasta queda delicioso.
En principio la idea era hacer la receta con carne de pollo picada pero, en mi caso, la hice como aprovechamiento de unos filetes de pollo que tenía marinados en la nevera y que no eran suficientes para la comida.
- 150 gr. de pasta. (En mi caso utilicé nidos de pasta pero pueden usar la que más les guste).
- Unos 150 gr. de carne de pollo picada o, como en mi caso, uno resto de filetes de pollo marinados.
- Una cebolla.
- Un diente de ajo.
- Una zanahoria grandecita o dos medianas.
- Un puñado generoso de guisantes congelados.
- Un chorro de vino blanco.
- Más o menos un vaso de caldo de pollo o verduras.
- Sal.
- Pimienta.
- Tomillo.
- Aceite de oliva.
Los añadimos a una sartén con un poco de aceite y lo vamos rehogando.
Raspamos la piel de la zanahoria y la cortamos en trocitos pequeños también. La incorporamos a la sartén y dejamos hasta que se haya ablandado un poco.
Si como yo usan filetes, los picamos bien menudos con el cuchillo. Si no usamos directamente carne de pollo picada.
Apartamos un poco la verdura hacia los lados y echamos el pollo picado. Vamos cocinando mientras vamos separándolo con una cuchara de madera.
Mezclamos todo bien y regamos con un chorro generoso de vino blanco. Dejamos evaporar durante un par de minutos a fuego fuerte.
Vertemos el caldo de pollo y añadimos una cucharadita de sal, pimienta negra al gusto y un poco de tomillo. Llevamos a hervor.
Echamos los guisantes congelados, removemos bien y cuando vuelva a hervir dejamos que se cocine a fuego medio mientras preparamos la pasta.
Cocinamos la pasta en agua con sal el tiempo que indique el fabricante (suelen ser 9 o 10 minutos).
Pasado el tiempo pasamos al pasta a la sartén.
Mezclamos todo bien y dejamos cocinar un minuto más para que se mezclen los sabores.
Servimos y disfrutamos.
Miren de cerca lo rico que luce.
Queda una pasta riquísima y nada pesada.
Pasta, verduras y pollo, una combinación que queda genial.
