La de hoy es una receta de las que yo llamo salvadoras.
Es un plato que no precisa de muchos ingredientes, no necesitamos mucho tiempo para elaborarla ni muchos cacharros. Y lo más importante, queda un plato riquísimo.
- 250 gr. de espinacas (En mi caso las usé congeladas y previamente las metí al microondas durante dos minutos y las deje reposando un par de minutos más para que se descongelaran).
- Un diente de ajo.
- Una cucharada colmada de queso crema.
- Un chorrito de leche.
- Dos huevos.
- Sal.
- Pimienta.
- Nuez moscada.
- Aceite de oliva.
Lo ponemos en una sartén con un poco de aceite y lo dejamos hasta que empiece a chisporrotear.
Añadimos las espinacas y las cocinamos durante unos tres o cuatro minutos. Si son frescas las cocinamos hasta que veamos que se quedan blanditas.
Abrimos dos huecos entre las espinacas y sobre cada uno cascamos un huevo.
Tapamos y dejamos cocinar a fuego medio unos cuatro o cinco minutos o hasta que el huevo esté a nuestro gusto.
Nos lo servimos en un plato y disfrutamos.
Echamos sobre las espinacas una cucharada colmada de queso crema y un chorro de leche. Le ponemos un poco de sal, pimienta negra al gusto y un poco de nuez moscada.
Mezclamos para que se integre todo bien.
Un plato sencillo, ligero y delicioso.
