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jueves, 14 de diciembre de 2017

Schloss Vitzenburg


   Cruzando Sajonia una mañana lluviosa y de camino a otro abandono decidimos hacer un alto para visitar este castillo. Sabemos que aunque no esta habitado, si que existen personas que lo cuidan y aunque es relativamente sencillo cruzar sus muros, los edificios interiores están bien cerrados. Muchos exploradores catalogan como urbex sus visitas a este lugar, aunque nada mas lejos de la realidad por que se trata de visitas con permiso.


   Simplemente por eso y por que tenemos tiempo decidimos llamar a un teléfono que encontramos en la puerta y ver que sucede. Nos habla un señor de avanzada edad, y aunque el alemán no es lo nuestro conseguimos hacernos entender. Para añadir un punto de surrealismo a la situación debo contaros que el tipo apareció montado en una cortacesped y que no se bajo en ningún momento, ni para abrir las puertas. Realmente las abría y empujaba con la fuerza de la maquina.



   No somos los únicos que visitan el castillo. Unos padres traen a su hija, ilusionada y nerviosa a visitar el jardín y las cuadras del lugar. ¿Que lleva a una niña de su edad a mostrar tanto entusiasmo por un lugar histórico? Quien sabe. Mas tarde buscando información me di cuenta que el castillo ha sido el escenario de rodaje de una saga de películas fantásticas para niños. Como curiosidad recuerdo una reja doblada en el muro por donde comentábamos que seria fácil entrar y que posiblemente otros exploradores la forzaran para ese propósito. Viendo un fragmento de estas películas vi que la reja se forzó en una escena donde los protagonistas tenían que escapar del castillo.



   Dejando un poco de lado anécdotas y curiosidades no metemos de lleno en el edificio principal que aunque vacío de mobiliario y en penumbra resulta increíble. Destaca sobre todo una gran sala común dividida en tres partes y cada una de estas con una chimenea, aunque la mas bonita y elaborada es la de la zona mas grande. Algunos muros están forrados con papel pintado de diferentes colores, esto puede que tenga que ver también con el hecho de ser un escenario de rodaje.








   La escalera doble de piedra es uno de los elementos mas reconocibles del lugar y el principal acceso a la planta superior. Por aquí también encontramos papel pintado a medio despegar y aunque desentona completamente no tapa la esencia real del lugar.







   Ademas de un gran numero de habitaciones la segunda planta no esconde nada destacable excepto una gran sala de madera con chimenea y un gran piano en el centro.

   El castillo, o mas bien su emplazamiento a lo largo del tiempo cuenta con mas de mil años de historia y ha tenido gran cantidad de dueños y usos como convento, monasterio o psiquiátrico infantil.

   Para terminar la visita recorremos una inmensa cocina en la planta baja y salimos de nuevo al inmenso jardín. Probamos suerte con los demás edificios pero están bien cerrados y ya por ultimo nos dirigimos a los establos ubicados en un extremo de la finca desde donde se podían ver las mejores vistas de la zona.


   Creo que los establos fue la parte que mas me gusto de la visita. No hay muchos lugares como este y tan bien construidos y conservados. El techo de ladrillo con dibujos geométricos y adornos en forja es el principal atractivo. Las columnas de azuladas, las pequeñas ventanas y las paredes de azulejo y madera rematan el conjunto.




   Ya ha dejado de llover y seguimos con nuestro pequeño viaje. Si todo va bien llegaremos al conocido Doctor Anna para la hora de comer.

 

martes, 21 de julio de 2015

Palazzo dei conti.


   Hace ya muchos años que los condes dejaron este mundo, aunque Carlo fue la excepción. Su espíritu, por algún capricho o maldición aun sigue preso entre los muros de este palacio. ¿Preso? ¡No! nada de eso, el alma etérea del conde tan solo pretende vigilar lo que durante años fue su residencia de vacaciones.
    Sus hijos y nietos, al morir el no quisieron hacerse cargo de tan magnifica morada, y lo que fue un lugar lleno de nobleza donde pasar su tiempo de ocio con grandes aristócratas, ahora tan solo es un lugar sombrío y ruinoso.
   Tal vez sea su disciplina, costumbrismo y rectitud lo que aun le mantiene en el mundo de los vivos, costumbres que en el pasado le proporcionaron un puesto de capitán de caballería y artillería en el ejercito. Un noble respetado por sus hazañas mas que por sus títulos.
 


    El conde siente cierto rencor hacia sus descendientes por abandonar su morada favorita y vender sus tierras, las cuales se extendían varios kilómetros alrededor. Rememora retales de su vida mientras pasea por su jardín, que ahora crece salvaje. Los años de esplendor del lugar, las cenas y los bailes de salón que ahora apenas son ecos de un pasado que muy pocos o nadie recuerda ya.





 De repente un ruido saca nuestro personaje de sus pensamientos. - ¡Alguien ha entrado en el patio de las cuadras!- Aunque realmente esto no le extraña demasiado ya que algunas partes del muro se cayeron hace tiempo. Tampoco le sorprenden las visitas. Hace muchos años que lleva viendo pasar a todo tipo de personas por su querida finca. Al principio tan solo curiosos, otras veces despreciables ladrones que poco a poco han ido desvalijando sus queridos muebles tallados, sus valiosos cuadros y tapices y también su orgullo y dignidad, ya que tan solo puede observarlos sin poder hacer nada. -¡Plebeyos y rufianes!- Algunos de ellos descendientes de los que fueron sus sirvientes en el pasado. De buena gana les enseñaría modales a estos personajes, pero el conde no es mas que una entidad errante sin cuerpo ni voz y pese a su orgullo castrense, a día de hoy no le queda mas que resignarse.

  Aunque últimamente nuestro conde acostumbra a recibir otro tipo de visitantes mas extraños. Estos vienen de diversas partes de Europa y acostumbran a mirar su palacio a través de unas extrañas lentes que emiten chasquidos. Aunque el no comprende lo que sucede, este tipo de visitas no le disgustan demasiado ya que por lo general a parte de sus raras costumbres, tan solo se dedican a explorar, admirar y comentar los resquicios de la gloria pasada del lugar, algo que aunque le resulte triste aun le aporta cierto orgullo y se dedica a acompañarlos y observarlos durante el tiempo que recorren su casa despojada de esplendor.

   -Vaya, hoy se trata de cuatro extranjeros, veamos que vienen a buscar.-



 -¡Españoles nada menos!-

 Los extranjeros recorren las cuadras y los garajes buscando la entrada a la morada. Tres de ellos llevan las extrañas lentes que emiten ruidos y otro de ellos empuña un artilugio que emite una luz muy potente y que les sirve de guía por las habitaciones del edificio.
   Nuestro aristócrata no comprende del todo que embauca tanto a los visitantes extranjeros mientras recorren las estancias del palacio.

 -Si lo hubieran conocido el lugar en sus tiempos de gloria se desmayarían de emoción-  piensa el conde.



   Uno de los visitantes avisa a los demás que visiten la capilla, pues según el, es el lugar mas interesante de todos. Al conde no le gusta entrar en la capilla, allí en la cripta estuvieron enterrados sus antepasados y el mismo, hasta que el palacio fue abandonado y sus restos fueron trasladados a un panteón familiar. Esto llena al conde de vergüenza y rabia y prefiere quedarse fuera y vigilar a los extranjeros a través de las ventanas mientras estos con cuidado se mueven por el lugar.

-Parecen respetuosos cristianos de los se arrodillan ante la imagen de la cruz- piensa el conde.

La realidad es algo distinta ya que los visitantes se mueven agachados y de rodillas para evitar ser vistos por ventanas que dan a la calle.



Prosiguen su visita por los pisos altos observando cada friso, cada reseña de arquitectura, cada fresco descolorido en paredes y techos.

-Frescos y trampantojos, ni siquiera unas molduras- dice uno de los visitantes. -parece la casa de un "quiero y no puedo"-



Aunque el conde no esta familiarizado con esta expresión si que ha entendido lo que quería decir y monta en cólera al oír semejante despropósito de la boca de un plebeyo, que ademas de entrar en su palacio sin permiso se dedica a criticar lo que fue una delicada decoración.

-¡Molduras, yo te daré molduras a ti!- Grita el conde en sus pensamientos.
Afortunadamente se tranquiliza al oír a los otros visitantes que alaban los detalles de la decoración, especialmente los frescos de los techos, alguno de ellos distingue la temática de estos. Otro incluso se lamenta del expolio y deterioro del edificio.

   El conde admira profundamente que existan personas que lamenten su perdida.






-Llevamos aquí ya mucho tiempo y se hace de noche, creo que deberíamos irnos- comenta uno de los extranjeros -ademas el lugar no ofrece mucho mas que ver.

Estas palabras resuenan en la mente del conde. El también lleva demasiado tiempo entre esos muros, tantos que no puede recordar una cifra. Sabe que no tiene sentido quedarse donde no hay nada que proteger ya, tal vez sea hora de olvidar el rencor y reunirse con los suyos para descansar y tal vez recordar junto a ellos la época dorada de su querido palacio...


  Hasta siempre conti "M"

lunes, 29 de junio de 2015

Castello Ro


   Después de casi dos años volvemos a la carga, volvemos a nuestros viajes anuales en busca de nuevos lugares que explorar en el extranjero, a pasar varios días sin parar apenas para descansar. Tenemos una buena cantidad de lugares y otros pocos en reserva por si acaso, una ruta cuidadosamente planeada y sobre todo mucha ilusión (y nervios, nos hacemos mayores). Bienvenidos a Italia.

   Como es costumbre hemos formado nuestro equipo inamovible de cuatro personas: Sevilla, Chenko y yo mismo, con la peculiaridad que en esta ocasión Adolfo, pese a participar activamente en la planificación, no pudo venir por motivos de trabajo y lo sustituye Mario, un amigo de Madrid también muy experimentado en este tipo de "excursiones - incursiones"


   Comenzamos como siempre: salir del aeropuerto, conseguir un coche, empezar a meter coordenadas al GPS y hacer cientos de kilómetros. Nuestra primera parada no esta a mas de cuarenta minutos. Se trata de un emblemático castillo olvidado en una tranquila localidad, algo sencillo por ser la primera visita. Tan sencillo como aparcar en un sitio apartado, coger el equipo, moveros rápido y sin ser vistos, hasta encontrar una entrada, que en esta ocasión se trata de un pequeño ventanal en el sótano que nos deja en una demacrada cocina, aunque posteriormente descubrimos que existía un acceso mucho mas sencillo por una puerta trasera rota.




   A pesar de su estado un tanto ruinoso el lugar presenta bastante solidez lo que facilita movernos por el sin mucho peligro. Pese a su condición de abandonado y tras haber sido saqueado y vandalizado el castillo ofrece muchos detalles que fotografiar, como son los frescos que iremos encontrando y los elaborados techos de algunos salones. Evidentemente los detalles ornamentales no pertenecen a su estructura original, ya que el castillo original se empezó a construir en 1170 y de esa época apenas quedan vestigios salvo algunos tramos del muro y el foso que lo rodea. De hecho el feudo se remonta a mucho tiempo antes, hablamos del año 965, lo que convierte este lugar en el mas antiguo que hemos visitado nunca. Aunque el edificio en el que estamos se supone es una reconstrucción del castillo original llevada a cabo en 1901.


   Sin duda el salón principal es el mas colorido y mejor conservado, a pesar de que a alguien le pareció divertido "retocar" de forma estúpida y poco cuidadosa los retablos que encontramos en los muros. Que tratan por ejemplo de costumbres de campesinos, motivos medievales o escenas religiosas.






    El patio interior también es muy impresionante. Rodeado de un grueso muro de cuatro metros de altura recuerda el viejo esplendor de esta fortaleza. El jardín, completamente descuidado también cuenta con un pozo y un gran porche con arcos y columnas, por supuesto  pintado con frescos, que pese a estar a la intemperie se conservan bastante bien.

   En esta fachada podemos encontrar ademas algunas placas conmemorativas que nos hablan de la edad del castillo o de su reconstrucción hace mas de un siglo y existe otra placa que no vimos, tal vez por que se encontraría fuera que conmemora los mil años del lugar.

Ahora pasemos a recorrer los pisos altos, que aunque vacíos tienen mucho que ofrecer.
  






   Probablemente lo mejor de esta zona es el poder subir a las partes altas y contemplar las vistas desde los ventanales y terrazas. Los pisos superiores quizás son los mas castigados por el vandalismo y el robo, donde podemos observar que algunos frisos de madera han sido arrancados, por no hablar del mármol que componía las antiguas chimeneas.
   Como curiosidad descubrimos unas pequeñas portezuelas correderas a la altura de los roda pies (también robados) las cuales Chenko no tardo en deducir que se trata de un arcaico sistema de calefacción que transcurría entre los muros.













   Para terminar, accediendo por un agujero en una ventana tapiada encontramos otro gran salón con chimenea, aunque no tan señorial como el principal, este también cuenta con frescos de aspecto mas antiguo y mosaicos en el techo. Desde aquí se accede a una oscura habitación también pintada por completo con motivos medievales, aunque con muy mala luz para fotografiarla bien. Una puerta cerrada nos impide subir las escaleras de la torre del ala derecha, de hecho tosas las entradas a esta zona están bien tapiadas.








   Y hasta aquí nuestra primera incursión urbex en tierras italianas.Ahora vamos hacia nuestro siguiente destino, mientras en la radio del coche Franco Battiato maltrata nuestros oídos con una bizarra versión del cucurrucucu paloma...

¡Nos vemos!