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sábado, 26 de agosto de 2017

Balneario bulgaro


   Creo que ya he contado alguna vez que cuando hacemos urbex en el extranjero tenemos la pequeña norma de que el último día de viaje no visitamos abandonos. Así nos evitamos el problema de perder nuestro vuelo en caso de ser pillados o detenidos. Y como somos gente mas o menos discreta y nos gusta el turismo aprovechamos así ese ultimo día. Pero tenemos un problema. Es lunes y los museos, lugares e incluso exposiciones al aire libre de la ciudad que queríamos visitar están cerrados.


   Tampoco nos volvemos locos por el aburrimiento. Ademas en tan solo tres horas debemos estar ya en el aeropuerto para volver a casa. Entonces sucede. El sevillano, que esta aprovechando para hacer una sesión fotográfica a una pareja que conocimos allí, nos llama emocionado. Esta pareja le ha dicho que en un pueblo de curioso nombre y que esta relativamente cerca hay un balneario abandonado y con buena pinta.


   Mientras que nuestro compañero vuelve con nosotros, vamos preparando el coche, buscamos una wifi abierta para intentar localizar el abandono en google maps. Vamos con el tiempo muy justo para llegar allí, visitar el lugar y volver al aeropuerto. Es un poco estresante pero es mejor que estar aburridos.



   Recogemos a nuestro compañero y nos ponemos en marcha. Tardamos mas de lo previsto en salir de la capital, llegar a la localidad en cuestión, aparcar y encontrar el lugar. En nuestro primer intento fallamos estrepitosamente al localizar otro abandono que no era. Pero en las fotos que hemos encontrado en Internet hay algunas buenas pistas y finalmente lo localizamos. Tenemos poco mas de media hora para entrar, explorarlo y tomas unas fotos. Y así lo hicimos.



   Buscamos una ventana alejada de las miradas de los transeúntes para entrar sin ser vistos y ayudándonos un poco unos a otros nos colamos en un tiempo récord. El lugar es increíble y decadente a partes iguales y pese a las prisas creo que ha valido mucho la pena esta contrarreloj.




   Entramos a un pasillo con pequeñas habitaciones a la izquierda. Cada habitación contiene una bañera individual y un banco de madera. No tardamos en dar con en gran recibidor, lo que nos permite orientarnos. Este es impresionante, abovedado y de corte clásico con un techo de unos cinco metros. Allí además esta la recepción, el acceso a los vestuarios y las dos grandes salas de aguas termales.

   Estas salas son sin duda lo que mas nos llama la atención con el techo en forma de cúpula y pequeños tragaluces. Con una gran piscina circular en el centro la sala esta bien decorada y alicatada con azulejos de dos tonos de azul, los arcos que la rodean, aunque medio podridos de la humedad aun conservan su color y las molduras que los decoran.



   Alrededor de la piscina circular encontramos varias fuentes de mármol. Casi toda la grifería ha desaparecido y alguien ha tirado parte del mobiliario dentro de la piscina. Aparentemente el resto del edificio no acusa mas vandalismo que ese.










   Exploramos el resto de la planta para encontrar la zona de duchas y unos espaciosos vestuarios de madera que nos recuerdan a unos baños termales típicos que visitamos en Hungría.
   Aparentemente el balneario también ofrecía masajes y otras terapias que no sabría deciros.
   En la segunda planta encontramos las salas y vestuarios de los trabajadores, lavandería y almacenes para las toallas y demás enseres propios de este tipo de lugares.
Es una lastima no contar con mas tiempo y apreciar un poco mas de cerca los detalles, pero el tiempo se nos hecha encima y ya deberíamos estar camino del aeropuerto. Volvemos a salir por la misma ventana y la cerramos, esta vez nos ha visto una familia que paseaba por allí, pero ya poco importa, nos dirigimos rápidamente al coche y nos despedimos de Bulgaria hasta la próxima.


   Y hasta aquí este corto viaje de solo dos días pero que con tan solo la visita al mítico  Buzludzha ya ha valido completamente la pena. Se quedan algunas cosas en el tintero como siempre pero creo que lo hemos aprovechado bastante bien. Hasta pronto Bulgaria.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Grand Hotel

Crónica de una incursión desesperada.


   Historia rápida: Inaugurado a finales del siglo XIX, reformado y remodelado al menos dos veces en el XX y finamente cerrado y abandonado a principios del XXI.
   Este hotel que empezó siendo el alojamiento preferido de la alta sociedad que visitaba las termas y balnearios de la zona, hoy lo encontramos completamente abandonado, quizás por la enorme competencia que brinda la gran cantidad de hoteles que podemos encontrar en la localidad.


   Del esplendor de la primera época del hotel poco queda, ya que se fue modernizando con el transcurso de los años aunque si cabe destacar uno de sus comedores y como no, su salón principal, que aunque reformados conservan la estética de principios de siglo. El resto del complejo luce un aspecto mas moderno, llegando incluso a ofrecer servicios de salón de belleza, piscinas de hidromasaje, rayos uva e incluso aroma-terapia, como mas adelante os mostraremos.


   Como ya os comenté en la entrada anterior este fue nuestro peor día en cuanto a abandonos. Perdimos mucho tiempo en un castillo en el que nos topamos con varios albañiles que nos echaron de malas maneras y con el jefe de estos, muy amable por cierto, pero que después de dar con el y venir a vernos en persona, básicamente nos dijo que no podía permitir entrar debido al peligro del lugar... En fin. También probamos suerte en un gran sanatorio en el que mientras tanteábamos la entrada llegaron los carabinieri a tantearnos a nosotros.


   Este hotel era nuestro primer destino para el día siguiente, de hecho dormiríamos en la misma localidad donde se encuentra, de nuevo gracias a una buena planificación el ritmo del viaje siguió constante, aunque hacer la incursión al final del día en lugar de a primera hora de la mañana también brindo algún contratiempo.


   Imaginad una localidad de casi 20000 habitantes a las siete de la tarde, un montón de jubilados repartidos por cada banco, calles llenas de coches y gente de un lado a otro y nosotros tratando de colarnos en un edificio enorme en pleno centro. Sevilla y Chenko fueron rápidos y lo lograron, Mario y yo nos quedamos atrás pero finalmente el también pasó, aunque una señora nos vio en la tentativa y comenzó a señalarnos y a llamar a otra que trabajaba en una tienda, esta no dejo de vigilarme durante casi una hora mientras paseaba de un lado a otro. Incursión chapuza donde las haya, si quieres explorar tranquilo tienes que asegurarte no ser visto al entrar, pero después de un mal día de urbex desesperábamos por conseguir ver algo.


   Por suerte para mi la señora de marras tenia ganas de cerrar su tienda y en ese momento aparecieron tres exploradores mas que aparcaron a nuestro lado y sin mesura con todo el equipo se bajaron e intentaron acceder por la fachada principal, ganando la atención de todo el mundo. "De perdidos al río" aproveche el momento para entrar por la ventana trasera que habían usado mis compañeros, sabiendo que si alguien llamaba a la policía ya era algo inevitable y no sería por mi imprudencia así que al menos en ese tiempo podría darme una vuelta por el hotel.






   Tengo que decir que no paso nada ni nadie vino a echarnos. Me encontré con el nuevo grupo de exploradores que resultaron ser belgas. Los tres afinados en un rincón para conseguir la conocida foto del salón principal. Me comentaron que conocían otra entrada por la fachada principal y que a pesar de ser vistos no les importaba ya que tenían intención de salir rápido.





   Recorrí la planta baja sin hacer apenas fotos esperando encontrarme con mis compañeros, los cuales encontré el la ultima planta. Una vez dadas las explicaciones y habiéndoles puesto en alerta sobre la posibilidad de que viniera la policía me pongo a recorrer las estancias principales del hotel y sus habitaciones con relativa calma y ya por fin me tome el tiempo para hacer algunas fotos. El lugar en su mayor parte estaba intacto en cuanto a conservación, pero en la primera planta el deterioro era mas que evidente, cosa curiosa por que de hecho no debía llevar mucho tiempo abandonado (eso creo), de hecho buscando información se pueden ver multitud de webs de alojamientos que cuentan con este hotel aun entre sus sugerencias.


   En el gran salón había un par de pintadas enormes, aunque fáciles de evitar en las fotos con el ángulo adecuado o usando un editor. En una habitación de servicio contigua encontramos este par de impresionantes graffitis dignos de fotografiar.



   Tras un buen rato y con la certeza de que nadie va a sacarnos de allí la exploración se vuelve mas tranquila. Sevilla y Mario se van al coche y me prestan un trípode para hacer algunas fotos que necesitaban de mas tiempo. Finalmente me reúno con Chenko que como de costumbre había recorrido mas a fondo que nadie el lugar y me muestra la zona spa del hotel.





   Tras cruzar un par de plantas por las escaleras de servicio esquivando algunas puertas cerradas y linterna en mano nos topamos con varias habitaciones con camillas de masaje, cruzamos un pequeño gimnasio y llegamos a una gran piscina de agua caliente que ocupaba toda una habitación.





   Completaban el circuito de relax algunas bañeras de hidromasaje, sauna, una sala de bronceado y otra con aparatos de aroma-terapia, que si no me dicen lo que es jamás lo hubiera adivinado. En los armarios además encontramos intactos cantidad de productos de belleza, lo que mas nos llamo la atención fueron unos cubos de lodo de algas para hacer mascarillas.




   Hasta aquí nuestro segundo día de viaje por Italia. Tendremos mas incursiones raras y pacientes, pero ninguna tan mal llevada como esta, os lo prometo.