Las claves del éxito paralímpico español y por qué ganan más medallas que los olímpicos

Los números son inequívocos: 18 contra 40. Son 12 celebraciones más, 12 momentazos más de podio. Los Juegos Paralímpicos de París 2024, aunque sin tanto altavoz ni escaparate, volvieron a dar más alegrías que sus predecesores, los olímpicos, logrando su mejor registro de metales desde Londres 2012. ¿Por qué somos 'mejores' en unos y 'peores' en otros? ¿Es una comparación justa?

Antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, España solo había ganado 26 medallas en toda su historia, tras 12 participaciones. Su mejor resultado en una edición databa de Moscú 1980, con apenas seis metales. El despegue llegó con el 'efecto anfitrión' en 1992 para alcanzar el que hasta hoy es un nuestro techo histórico (22).

Por entonces ya se habían celebrado 21 ediciones de Juegos Olímpicos. De Paralímpicos, solo ocho. En los Juegos Olímpicos organizados en la Ciudad Condal participaron 9356 atletas (6652 hombres y 2704 mujeres) de 169 comités nacionales distintos. En los Paralímpicos, 3020 para-atletas de 82 países diferentes. Nuestros paralímpicos lograron la friolera de 107 preseas, pero lo más importante es que pudieron mantener ese éxito en el tiempo: 106 en Sydney 2000 y Atenas 2004, y en el top-10 del medallero hasta Pekín 2008.

"El deporte paralímpico en Barcelona 92 era relativamente joven. Las primeras ediciones datan de los años sesenta, apenas tres décadas. En los olímpicos ya iban a por el siglo de historia. Eso hace que, evidentemente, la exigencia y la competitividad sea de otro tipo, y que el empujón de los Paralímpicos durase un poco más. Lo que ha sucedido después es que nos hemos estabilizado, lo que nos correspondería al nivel olímpico, más teniendo en cuenta que por parte del CSD hay políticas equivalentes en cuanto a nivel de ayudas, programas deportivos, etc.". El que habla es Xavi Torres, uno de los nadadores españoles más laureados de nuestra historia con 16 preseas conquistadas entre 1992 y 2008. Xavi cree que el impacto de unos Juegos en España sería mayor, pero no tendría tanta repercusión en siguientes ediciones. "Tendríamos unos resultados mejores, más inversión, más motivación, más público a favor... pero el impulso no tendría la duración y el beneficio que hubo en la década de los 2000".

Hay una gran diferencia entre el número de medallas de los olímpicos y los paralímpicos españoles, pero no tanto en la clasificación total del medallero, donde los primeros ocupan una posición mejor (15º) que los paralímpicos (17º) en París 2024. Este dato se explica también con el reparto de medallas: en los Juegos Olímpicos, 1044. En los Paralímpicos, 1,707. Si tenemos en cuenta que también hay menos participantes (alrededor de 4.400, por los más de 10.500 en los olímpicos), nos da una proporción mayor de medallas por país.

"Bien es cierto que la delegación que suele acudir a unos Juegos Olímpicos suele ser más numerosa y que seguimos sin romper ese muro de las 22 medallas de Barcelona 1992, pero en una cita paralímpica, aunque el nivel en cualquier prueba es cada vez mayor, se reparten más medallas por deportes. Es decir, en cada modalidad podemos encontrar muchas categorías en función de las diversas discapacidades. El principal caladero de España sigue siendo la natación y en la piscina hay hasta 14 categorías diferentes, con numerosas pruebas, y en muchas de ellas no hay participantes suficientes y pasan directos a finales, por tanto, la probabilidad de lograr medalla aumenta", explica Jesús Ortiz, periodista de dxt.adaptado especializado en deporte paralímpico.

"Con esto no quiere decir que se lo pongan en bandeja a los españoles, tienen que pelearlo porque la exigencia sigue creciendo cada año. Lo mismo ocurre con atletismo, donde sacamos siete medallas (hay 90 pruebas masculinas y 73 femeninas), en ciclismo ocho (13 categorías masculinas y otras 13 femeninas) o en triatlón con cuatro metales (seis categorías masculinas y otras seis femeninas). En cada disciplina los deportistas quedan englobados por categorías según su discapacidad y en muchas de las pruebas no se superan los 8-9 participantes. Bien es cierto, que para llegar a unos Juegos el sistema de clasificación es bastante duro y las marcas mínimas son elevadas, no todos consiguen un billete para ser paralímpicos", señala.

Que haya tantas categorías y menos participantes favorece también que muchos deportistas consigan más de una medalla en unos Juegos Paralímpicos, o acumulen múltiples metales a lo largo de sus carreras, cifras muy difíciles de ver en los Olímpicos.

34 de las 40 medallas conseguidas por España en los Juegos Paralímpicos están concentradas en cuatro deportes: natación, ciclismo, atletismo y triatlón. La principal baza es sin duda el primero, con 15 metales (un 37,5 %). ¿Cuál es el secreto del éxito de la natación paralímpica de nuestro país?

"La piscina, ya sea por discapacidades o enfermedades al nacer o por lesiones sobrevenidas, suele ser el medio recomendado por los médicos para la rehabilitación de una persona con discapacidad. Muchos empiezan siendo niños y el agua se convierte en su hábitat natural, donde mejor se desenvuelven", cuenta Jesús Ortiz. Otra de las razones tiene que ver con el bajo coste del material, que lo iguala todo. "En las etapas de iniciación en el deporte para personas con discapacidad, algunas de esas modalidades requieren de un material muy específico que a veces también es muy caro. Pero en natación no sucede, por lo que la tendencia a ser un deporte muy practicado para personas con discapacidad, no solo en España sino en el mundo, es muy alta. Además, las personas con discapacidad en grados de afectación bastante severos tienen movilidad reducida en el espacio terrestre, pero cuando eso lo llevas al medio acuático, esa movilidad es menos reducida porque te sientes más libre, la ingravidez y la posibilidad de moverte con mayor libertad es algo que atrae mucho a las personas que tenemos alguna discapacidad, como fue mi caso", expone Xavi Torres. Además, el nivel ha sido tan alto desde Barcelona 92 que ha aumentado con él la exigencia y la dificultad para entrar en el equipo español, lo que hace que se traslade ese nivel a las competiciones internacionales.

Por supuesto, la unión hace la fuerza, y el equipo español es una auténtica familia, como se puede desprender de las palabras a Eurosport de la nueve veces medallista paralímpica Sarai Gascón, que ve una sinergia fantástica entre nadadores experimentados y promesas. "Tenemos deportistas veteranos como yo, con experiencia en diferentes Juegos, y nos beneficiamos de ella para poder rendir al máximo. Y, a la vez, tenemos a Tasy, la deportista más joven de nuestro país que con su primera participación ha logrado tres medallas. Entre nosotros nos contagiamos ese espíritu de esfuerzo y superación. La natación es un deporte muy duro al que tienes que dedicarle muchas horas. Nos apoyarnos los unos a los otros y hace que esa motivación por mejorar esté siempre presente".

Gascón logró su novena medalla en París, y aunque no está contenta con sus marcas a nivel individual en estos Juegos, valora como merece su bronce en el relevo. "Estos Juegos no han sido los mejores para mí a nivel de resultados. Sabía que la medalla individual iba a estar muy complicada (no imposible), pero mis marcas no han sido las que esperaba. Aún así he luchado cada prueba, cada final, y me vuelvo con una medalla de bronce en relevo. Un relevo que para mí es el mejor del mundo, con un equipo inmejorable, y que vivi cada momento con mucha emoción y pude compartir ese podio de seis con una alegría inmensa".

La evolución a nivel de resultados del deporte olímpico español se ha estancado por debajo de las 20 medallas, mientras que los Paralímpicos llevan creciendo durante dos ediciones consecutivas después de un bajón considerable que tiene su explicación. "Desde Barcelona 1992 hasta Sydney 2000, España se mantuvo en el Top 5 de potencias mundiales, superando el centenar de medallas en cada cita. Y en esos años no había ningún tipo de ayudas ni becas para los deportistas, como afortunadamente sí tienen hoy, compartiendo centros de alto rendimiento y de tecnificación deportiva con los olímpicos. Antes entrenaban con medios precarios, sin recursos, no estaba profesionalizado el deporte paralímpico, lo hacían más por amor y pasión a sus disciplinas, no recibían ninguna contraprestación económica por ganar medallas. El Plan ADOP se creó en 2005 y, sin embargo, desde Atenas 2004 los resultados fueron cayendo en picado hasta tocar fondo en Río de Janeiro 2016 con 31 medallas. Se debió a la llegada de nuevos países que sí que apostaron fuerte por el deporte paralímpico, en España costó encontrar relevo generacional y lo que se invertía quedaba a años luz de otras potencias", explica Ortiz.

Sarai Gascón ve al deporte paralímpico español en un "momento muy dulce. Por fin hemos logrado tener igualdad de premios, y creo que es una manera de valorar el esfuerzo y los resultados de los deportistas. Hemos logrado 40 medallas en París, mejorando el medallero de Tokio y eso significa que hemos trabajado muy bien durante este ciclo de tres años. Tenemos un equipo muy potente". En Los Ángeles 2028, la de Terrassa aspiraría a alcanzar su décimo metal paralímpico, lo que le haría igualar a Sara Carracelas y entrar en el podio histórico femenino español. "Desde Río 2016 no me pongo objetivos a años vista, por lo qué iré año a año buscando objetivos y motivaciones diferentes", asegura.

Para Torres, ahora se ha encontrado el equilibrio. "Después de unos años complicados en los que la cosa fue en descenso, parece que hemos conseguido estabilidad y una mejora a nivel de medallero que se sustenta gracias a natación, atletismo y ciclismo, los tres deportes con mayor número de pruebas y que cuentan con tradición en España, sobre todo los dos primeros. Y tenemos unos ciclistas muy polivalentes, que compiten y ganan tanto en pista como en ruta". Como experto en natación, Xavi se muestra crítico con su deporte de cara al futuro. "Veo un equipo de presente bastante bueno, pero me habría gustado ver alguna incorporación más. Solo han debutado cuatro nadadores y de un equipo de más de 30 no es excesivamente positivo y se tiene que mejorar. Es verdad que algunas como Tasy (Dmytriv) han rendido muy bien (tres medallas, un oro y dos bronces), pero para asegurar un futuro al mismo nivel que ahora necesitamos que se sigan incorporando más nadadores".

Ortiz desgrana la formación como una de las claves, tanto para el crecimiento de los últimos años como lo que se avecina. "La captación de nuevos y jóvenes talentos a través de programas para aumentar el número de licencias en las comunidades autónomas y, por otro lado, hacer un trabajo más profundo y profesionalizado con planes de tecnificación con aquellos que apuntan maneras para llegar a la alta competición. Un 30% de los deportistas que han competido en París vienen de estos programas".

A modo de conclusión, queda claro que comparar los resultados olímpicos y los paralímpicos no es lo ideal por las diferentes particularidades que hemos ido enumerando. "Sería injusto. En los Paralímpicos son muchas categorías y muchas pruebas, así que la probabilidad de sacar más medallas que los olímpicos es mayor siempre. Y luego está el nivel de participación. Hay ciertas pruebas y categorías, en las que hay ocho participantes, y en ocasiones se dan invitaciones para rellenar el cupo. En Mundiales o Europeos hemos visto que se han repartido tres medallas entre cuatro o cinco participantes. Igual que en atletismo, en varias competiciones internacionales solo con ir, algunos ya se aseguran medalla.", señala Jesús Ortiz.

Para Xavi Torres hay que centrar el foco. "Más que mirar la comparación paralímpicos-olímpicos hay que ver la evolución de los últimos Juegos y cómo ha evolucionado cada uno de ellos para darle el valor adecuado. Muchas veces las expectativas son muy altas, y se pueden igualar, superar o no alcanzar, porque en el deporte tienes que estar bien en el día D y la hora H, y eso no siempre sucede como uno quiere. Hay países que se preparan específicamente para estos Juegos, y hay modalidades que si van grandes estrellas de su deporte es muy difícil ganar. Y tampoco todo el mundo puede competir en un ambiente tan impresionante, hay que tener en cuenta que el deporte paralímpico ha evolucionado muchísimo pero no es habitual competir delante de 17.000 personas en una piscina".

A nivel de visibilidad siempre hubo diferencias notorias, pero Sarai Gascón cree que se están acortando. "Personalmente no me gusta compararme. Siempre me he sentido una deportista más cuando he estado al lado de deportistas olímpicos, me han valorado como uno de ellos. Sí que es cierto que a nivel mediático y económico nunca hemos tenido la misma repercusión, pero mis primeros Juegos fueron en Pekín 2008, he visto la evolución de estos años y puedo decir que vamos por buen camino después de años de lucha y reivindicación".