Albert Sánchez Piñol (Barcelona,
1965) es antropólogo y escritor. Autor del ensayo satírico Payasos y monstruos (2000), sobre dictadores africanos, ha publicado además el libro Compañía difícil(2000), en colaboración con Marcelo
Fois, y el conjunto de relatos Las
edades de oro (2001). Su primera novela, La piel fría (2002;
Alfaguara, 2015), fue galardonada con los premios Ojo Crítico y Llibreter y ha
sido traducida a 37 lenguas convirtiéndose en un gran éxito, con más de 800.000
ejemplares vendidos en todo el mundo. Posteriormente publicó las novelas Pandora en el Congo (Alfaguara, 2005), Victus (2012), Vae Victus (2015), y el
libro de relatos Trece
tristes trances (2008; Alfaguara, 2009).
La isla de la soledad, el amor, la vida y la muerte
ARGUMENTO de LA PIEL
FRÍA
«Nunca estamos infinitamente lejos de aquellos quienes odiamos. Por la misma razón, pues,
podríamos creer que nunca estaremos absolutamente cerca de aquellos quienes
amamos. Cuando me embarqué ya conocía
este principio atroz.»
Así comienza
esta inquietante novela, narrada en primera persona por Kollege (difícil
encontrar el nombre, pues apenas se menciona en el libro), un Técnico en
Logística Marítima, que ha aceptado el puesta de Oficial Atmosférico en una
remotísima y perdida isla del Atlántico Sur en la que tiene el encargo de medir
la fuerza de los vientos.
Huye de un pasado como activista del IRA, asqueado de una sociedad en la que
después de haber luchado para conseguir la independencia frente a los ingleses,
se encuentra con que en el fondo dicha lucha era un simple “Quítate tu para
ponerme yo”.
¿Quién es este hombre?
«¿Quién era yo? Un hombre más cercano a la juventud que e la madurez, destinado a una isla minúscula
barrida por aires de estigma polar. Durante
doce meses tendría que vivir allí, en una soledad de exilio, lejos de toda costa civilizada, con un trabajo tan monótono como
insignificante: anotar las intensidad, dirección y frecuencia de los vientos.» (Página
11)
A su llegada a la isla, se encuentra con la
sorpresa de que el hombre al que ha venido a sustituir, y el único habitante de
la isla, el farero, parece haber perdido la razón y no es capaz de decir nada
de él.
Se queda solo pues nuestro protagonista en
aquella isla con Battis Caffó, el farero enloquecido. ¿Solos? Poco tardará en
descubrir que no son los únicos habitantes de aquella isla, pues al caer la
noche, unas extrañas criaturas intentan a toda costa arrebatarles la vida, una
vida por la que han de luchar todas las noches.
LA PIEL FRÍA
Edicion original de Edhasa
Esta es una reseña que realicé hace diez años y que rescato de mi archivo
personal porque la novela acaba de ser reeditada por Editorial Alfaguara.
Releyéndola, han vuelto a mí las sensaciones que en su día me produjo esta
excelente novela, de ahí que haya decidido incluirla en el blog.
La numeración de las páginas hace referencia a la edición original de esta
novela.
Encasquillado en
muchas ocasiones entre la novela negra y la novela histórica, dos valores
cuando conoces los autores que casi siempre son seguros, me gusta descubrir
novelas diferentes. Y ésta que hoy vengo a comentaros sin duda lo es. Para
empezar es difícil de encasillar, porque definirla como novela de aventuras
como se hace en la contraportada, se aleja demasiado de la realidad. Y
definirla como fantástica, aunque contenga elementos de la misma, también lo
es. También podría decirse que es una novela de terror pero eso sería
limitarla, pues va mucho más allá de las propuestas que este género suele
plantearnos.
Quizás a lo que
más se asemeje es a la literatura de Stephen King. Bien es cierto que este prolífico autor, idolatrado por muchos y
denostado por otros tantos, practica un género de terror mucho más específico
que el que podemos ver en esta novela y que, además, encontrar una novela con
menos de trescientas páginas como la que aquí me ocupa es una excepción. Hay
muchas más diferencias, a favor además de La piel fría de
las que me ocuparé más adelante, pero si quiero recalcar que en muchos tramos
de la novela,consigue crear ese ambiente
angustioso y terrorífico presente en las mejores novelas de Stephen King.
La piel fría es la primera novela de Albert Sanchez Piñol, publicada en el año 2002, convirtiéndose en el
fenómeno literario de las letras catalanas en dicho año. Porque Albert Sanchez Piñol es un escritor nacido en Barcelona. Aunque si lees
este libro, difícilmente podrás deducir ese origen barcelonés. Bueno, en
realidad ni barcelonés ni español, pues parece una de esas novelas escritas en
el extranjero, con protagonistas extranjeros y sin ninguna referencia a nuestro
país.
Un dato curioso: Una de las primeras cosas que puedes leer en el libro
es: Traducción de Claudia Ortego Sanmartín. No deja de ser
chocante que un escritor catalán del que cabe pensar que es bilingüe, necesite
que su obra sea traducida al castellano.
De faros e islas literarias
Cuando pienso sobre islas en la literatura, inevitablemente vienen a mi
grandísimos libros de aventuras de mi niñez. ¿Quién no ha leído en alguna
ocasión La isla del tesorode Robert Louis Stevenson?
Aunque La isla del tesoroes el ejemplo que primero me ha venido a la mente, lo cierto es que hay un
gran número delibros que tienen una isla como
protagonista:
-Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
-Los viajes de Gyulliver de Jonathan Seift.
-El señor de las moscas de William Golding.
-Parque Jurásico de Michael Crichton.
-Shutter Island de Denis Lehanne.
-Papillón de Henri Charriere.
-Peter Pan (con su isla del País de Nunca Jamás) de James Mathew Barrie.
-La isla misteriosa de Julio Verne.
-Escuela de Robinsones de Julio Verne.
-La isla bajo el mar de Isabel Allende.
-El cuaderno de Maya de Isabel Allende.
Todas ellas comparten el ser novelas de aventuras o de acción. Buena parte de
ellas tienen además algo en común, como es la lucha por la supervivencia en un
mundo hostil, muchas veces más por falta de medios que por otra cosa, al
tratarse de náufragos. Náufragos que intentan escapar de un espacio cerrado
como el de la isla o, como en el caso de Papillón, por ser una prisión.
La isla nos
presenta además un tema importante en la literatura como es el de la soledad.
La soledad del náufrago, o la del prisionero que quiere recuperar su libertad
(Papillón) o la de los que están encerrados en un hospital psiquiátrico en una
isla (Shutter Island). O simplemente de los que hasta ella han ido huyendo del
mundo (El cuaderno de Maya)
Pero al final, buena parte de ellos quieren huir de esa isla que los aprisiona
(para sentir ese síndrome de la insularidad, a veces tan difícil de comprender
para los peninsulares, basta con vivir en una isla durante años y sentir que el
mar te rodea y no puedes salir de allí, por más aviones y barcos que tengas).
Una huida que puede ser no solo de la soledad, sino también de la esclavitud
(La isla bajo el mar)
Si al tema de la isla le unimos el del faro, tenemos ya la soledad elevada al
cuadrado. Porque el faro, además de una luz en la noche para guiar a los barcos
en la oscuridad, o de otras interpretaciones más complejas como su carácter
fálico, no deja de ser un refugio para solitarios, que van a parar a él, manteniendo
esa luz que guía al mundo en la oscuridad de la noche, en la más completa
soledad, elegida de un modo voluntario. Una soledad que se acrecienta si además
se encuentra en una isla como el de la novela aquí comentada:
«Esto era una maceta perdida en el océano menos frecuentado de
nuestro planeta.» (Página 23).
Ahora bien, la diferencia entre la soledad de un náufrago y la de un
farero, es que el primero ansía volver a la sociedad, mientras que el segundo,
ha elegido voluntariamente ese aislamiento, en muchos casos huyendo
precisamente de esa sociedad a la que el náufrago ansía volver. Además el
farero sabe que hay un vínculo con esa sociedad, que en fechas o momentos
determinados vendrá el barco con provisiones, noticias, o simplemente el
regreso a casa, aunque para él su casa, su hogar, termina siendo el faro.
Una isla, un faro, dos hombres, una
soledad no compartida.
IMPRESIÓN PERSONAL
No soy en absoluto un aficionado al género de
terror, que en principio no me atrae ni mucho ni poco. Vampiros aparte, de los
que paso completamente, hay no obstante algunas excepciones, pues dentro del
género de terror hay algunas obras maestras que van más allá del gore puro y
duro, obras que son capaces de mostrarnos los fantasmas que llevamos en el
interior y contra los que hay que luchar, o que nos presentan el terror puro y
duro como es el de la lucha contra el mal, un mal que a veces presenta una cara
terrorífica, pero que en otras ocasiones se personifica en usos de objeto
corriente como un coche o an animales domésticos como un perro. La piel fría es otra de esas excepciones, porque va mucho más allá del simple terror a unos seres desconocidos,
los “carasapo” como los llama Battis Caffól. A fin de cuentas esos animales no
dejan de ser más que la representación del enemigo, al que siempre dotamos de
los peores vicios o cualidades para poder odiarlos y aniquilarlos. Porque de
eso se trata, de aniquilar o ser aniquilados. ¿O no?
«¿Quería
quedarme en un mundo dirigido por espirales de violencia que perpetuaban la
infelicidad de todos los hombres?«Mi respuesta era que no, nunca más y en ningún lugar, y por tanto opté por escaparme a un mundo sin hombres.» (Página
43)
Vano intento del protagonista de huir de una violencia sin sentido, porque eso
es justamente lo que va a encontrar en la isla, una lucha sin cuartel. Pero
¿son realmente los carasapo el enemigo? Porque Battis tiene una hembra de la
especie enemiga en su poder, y por mucho que la odie, no puede en un momento
dado estar enamorado de ella (aunque amor y sexo vayan demasiado unidos y
confundidos).
Hay un cambio radical cuando entre los sonidos que producen distingue dos
palabras: Aneris, con el que se designa ella y Citauca con el que se denomina
esa extraña especie. Obsérvese que leídos al revés obtendremos Sirena y
Acuatic. Un hecho tan nimio como poner nombre al enemigo va a implicarle un
cambio de visión al protagonista. ¿Quieren destruirles porque son unas bestias
feroces o porque los consideran unos invasores de su territorio?
La crítica a la guerra, a todas las guerras (no olvidemos que él viene huyendo
de una guerra nacionalista) está pues servida.
La incomunicación es otra constante que vamos a encontrar. Porque
en el fondo se trata más de incomunicación que de soledad. No era un recluso de mi islote, tan solo de mi
memoria
Y es que su
pasado le dificulta la comunicación. Pero a Battis, no se la dificulta, se la
imposibilita. Y la comunicación con Aneris es imposible, porque prejuzgar lo
que piensa no deja de ser un error, puesto que desconocen todo de su especie.
«Nuestra vida en el faro no es noble. Nuestra vida en el faro es la
más absruda de las epopeyas. Carece de significado.» (Página
135)
Una epopeya que nos conducirá a un sorprendente final, que no debo comentar
aquí, puesto que sería destripar toda la novela, pero que bien podría ser digno
de un debate.
Le doy cinco estrellas aún a sabiendas de que es un libro que no va a
gustar a todo tipo de lectores. Pero es
imposible no sentirse atrapado entre sus páginasy cuando
acaba el libro, es también imposible no conservar en
la memoria los personajes que el autor ha creado
ALGUNAS PERLAS
SUELTAS
No es raro encontrar algunos pensamientos del autor entre la obra, que por
otra parte da muchos más motivos de reflexión de los que una simple aventura
parece presuponer. Os dejo aquí un par de ellos:
«El
paisaje que un hombre ve, ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro.» (Página
26)
«Todos los ojos miran, pocos observan, muy pocos ven.»(Página 206)
VALORACIÓN: 10/10
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LA PELÍCULA
El próximo 20 de
octubre se estrena la versión cinematográfica de esta película, con la
siguiente ficha técnica:
Dirección: Xavier Gens
Reparto: Aura Garrido, Ray Stevenson, David Oakes, John Benfield , Iván González y Ben Temple
Título
en V.O.: Cold Skin
Nacionalidades: España y Francia Año: Fecha
de estreno: