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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Cayetana Álvarez de Toledo (y algunas reflexiones sobre las ideas de libertad, igualdad e individuo)

El pasado lunes, 11 de diciembre, Cayetana Álvarez de Toledo recibía el Premio Sociedad Civil, concedido por Think Tank Civismo, “por su defensa de la libertad” como portavoz y fundadora de la plataforma Libres e Iguales, y entregado por Albert Boadella, según recoge una nota de El Mundo.



En su página personal, Cayetana, desde ayer mismo, ofrecía la posibilidad de leer el discurso de agradecimiento, titulado ¿Queréis ser libres? Sed españoles.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

A vueltas con la CUP

—Ha pasado el día de las elecciones catalanas. Me quedan dudas.
—Como a todos.
—Supongo que sí. Pero hay algunas que no soy capaz de resolver.
—Pregunta.
—Voy. ¿Qué es la CUP?
—¿La CUP?
—Sí. La CUP. ¿No has oído hablar de ella?
—Me suena.
—Mira su logo.


—Llamativo.
—Ya te digo. Seguro que sus pegatinas son todas reflectantes.
—Con esos colores y esa estrella, deben ser independentistas.
—O secesionistas.
—¿Cómo?
—Que, según a quien preguntes, puede que diga que buscan la secesión.
—O la independencia.
—Exacto.

*****

—¿Quizá les gusten las madalenas?
—No creo.

*****

—También hay quien dice que habría que darles Jarabe de Palo.
Depende.



—No me líes.
—Empezaste tú.
—Ya lo sé, pero sigo con la duda.
—La CUP, ya lo sé.
—Eso.
—Quieres saber quién es.
—No.



—Es bastante más sencillo. Te gusta complicar las cosas.
—Estás tú para hablar.
—De acuerdo.
—Me alegro.
—Pero dime, ¿qué significa?
—Que buscan reafirmar sus rasgos identitarios y separarse de …
—Para, para…
—¿Pues no me has pedido que te explique?
—Se te va la olla. Sólo quiero saber qué significa.
—Qué significa, ¿qué?
—La cup, cony.
—¿La capconi?
—No. ¡¡¡La CUP!!!
—No me grites.
—Es que me estás poniendo de los nervios.
—Perdón.
—Perdonado.
—Lo intento otra vez. La CUP, ¿qué significa?
—Taza, ¿no?
—¿Cómo taza?
—¿Qué comes tazas? Como el sombrerero loco.
—Que no. Que quiero saber qué significa CUP.
—Yo creo que son siglas.
—Hace siglos que lo supongo.
—¿Y para qué preguntas?
—Porque no sé qué siglas.
—La “C” debe ser “Cataluña”.
—Y la “P”, “Popular”.
—La “U” será “Unión”, me imagino.
—Ya. Como Convergencia se desunió de Unión, que se hizo divergente.
—Así que Catalanes Unidos Populares.
—Más o menos.
—Por lo menos no es la relaxing cup.
—Ni la Davis Cup.
—Ni la Ryder Cup.
—Ni la América Cup.
—Ni la UEFA Cup.
—Ésa no sale de Sevilla.

*****

—Demasiados deportes.
—Me voy al bar a ver si me tomo una copa.
—Saluda a Anna Kendrick.



—Menos mal que no te acordaste de dos chicas y una copa.
—Viene a ser el mejor resumen.
—Pero no lo busques, anda…


lunes, 22 de diciembre de 2014

La imparcialidad


Borges cuenta en un libro extraordinario, y sumamente raro, que escribió su amigo Adolfo Bioy Casares, un episodio en la Universidad de Oxford que leí pensando en el proceso independentista catalán”.

Puede parecer una forma intrincada de escribir una frase. Pero tiene el valor del argumentum ad verecundiam, o recurso a la autoridad. Iniciar un escrito apelando a Borges es buscar un sólido sustento.

“En este diario también abundan las observaciones, casi siempre ácidas, sobre la forma de ser de los argentinos, de los españoles y del mundo hispano en general que él, que era un anglófilo declarado, veía lleno de carencias y defectos. Le parecía, por ejemplo, que los que hablamos en español somos, por motivos culturales que en el fondo son religiosos, mucho más parciales y arbitrarios que los ingleses que observan siempre, en todos los aspectos de la vida, una rigurosa imparcialidad, virtud a la que Borges se refería, con mucha coquetería, en inglés: ‘fair minded’”.

Una morcilla, matizando que los motivos culturales deban ser religiosos.

“A Borges le llama la atención que los nombres de los muertos ingleses están frente a los nombres de los alemanes, también alumnos de Oxford, que murieron en las filas del Ejército enemigo, peleando contra Inglaterra. Borges se pregunta si en los países hispanos seríamos capaces de reconocer, de esa manera tan generosa, a nuestros enemigos”.

No se cansa de hablar de Borges, al que cita hasta diez veces. Es, se me olvidaba mencionarlo, Jordi Soler, escritor que, en El País, con fecha 21 de diciembre, habla de la imparcialidad inglesa.

“Con ganas de hurgar en la naturaleza de este episodio inglés de conmovedora imparcialidad, llegaríamos a la ‘Glorious Revolution’, a la deposición del rey Jacobo y a la democracia parlamentaria que en 1689 produjo un documento donde se establecían los derechos y los deberes del ciudadano común, que entre otras cosas consiguió que los ingleses, desde finales del siglo XVII, tengan conciencia de sí mismos y, sobre todo, de los demás: del otro”.

Ésta sí que parece una característica nacional: aquello de glosar lo extranjero y señalar la podredumbre de lo patrio.

“Esta imparcialidad es el motor de la civilización inglesa y se manifiesta en todos los campos de la existencia, en el debate entre parlamentarios, pero también en las conversaciones privadas y en casi cualquier tipo de relación interpersonal. […] el episodio de Oxford nos invita a pensar sobre la forma de relacionarse con los demás, con el otro, que ha operado en España desde los tiempos del Lazarillo de Tormes; una forma que no consiste, como enseña la imparcialidad inglesa, en ponerse en los zapatos del otro, sino al contrario: en obligar al otro a ponerse nuestros zapatos”.

Ya. Los ingleses han sido siempre conocidos por ponerse en el lugar del otro. Un pueblo que, estando donde estén, consideran extranjeros a los demás, pues ellos siempre actúan como si estuvieran en su casa. Me molesta tener que apuntarlo pero, el único motivo para recordar a los caídos alemanes, es que se trataba de alumnos de Oxford y, por tanto, se les considera “asimilados”.

“Pongamos por caso el proceso independentista catalán, […] redondeado por la descalificación del otro, por el ninguneo y la ridiculización del que tiene ideas distintas […] que mantienen los dos extremos”.

He ahí el lugar al que había que llegar: el proceso catalán.

“Lo que hay frente al proceso independentista […] incapacidad para ponerse en el lugar del otro, es decir, ausencia absoluta de la ‘fair-mindedness’ inglesa”.

Naturalmente; deberíamos aprender de los ingleses y su capacidad para ponerse en el lugar del otro. Es lo que han hecho, durante siglos, en su forma de expandirse: buscar sustituir al otro, esclavizándolo o provocando su exterminio. Los españoles, por su carácter apasionado y carnal, éramos más de provocar el mestizaje.

“…esas escalofriantes fórmulas ibéricas: […] ‘no me va usted a decir a mí’, ‘que te lo digo yo’, ‘quién se cree usted para decirme aquello’”.

Ya no se trata de un asunto hispánico, se ha convertido en ibérico (sin que se sepa que han hecho los portugueses para ser incluidos en el lote). En todo caso, Soler se autoexculpa, dado su origen mexicano.

“…esa falta de respeto por el otro, ese ninguneo, esa incapacidad de ponerse en sus zapatos […] viene […] de que aquí esa reflexión colectiva […] que tuvieron los ingleses […] en el siglo XVII […] llegó con casi 300 años de retraso. Todo lo que hemos tenido durante esos 300 años, se me ocurre especular, es el dogma que imparte la Iglesia católica, el ‘porque te lo digo yo’ que dice el cura, reforzado por los 40 años de ‘no me va usted a decir a mí’ que consolidó el dictador”.

Acabáramos. En todos esos años no ha habido otra influencia en España, más allá de la clerical (como si los ingleses no hubieran tenido que atender al púlpito) o la dictada por el ferrolano. Toda una especulación, Jordi.

“Quien piensa que la independencia está al caer vive en la misma ficción que quien está buscando adónde irse el día que Cataluña se independice de España”.

No hay alternativas; léase y entiéndase que ambas significan lo mismo: Cataluña se independizará de España, “porque te lo digo yo”.

“Esto es lo que hay más allá de la creencia y lo que debería empezar a discutirse, con todos los elementos sobre la mesa, sin las prisas, ni las trampas, que imponen las agendas políticas, sin ese estruendo mediático que obnubila al ciudadano común y no lo deja pensar si de verdad quiere que Cataluña sea un país independiente”.

“No me va usted a decir a mí que no”. Pues, sí, Jordi, majo (pese a que pueda considerarme un ciudadano "común" y no un ser extraordinario, carácter que obtiene alguien por el mero hecho de ser articulista en un periódico global).

Y añado:

Ni los ingleses han considerado nunca al otro como igual (salvo que se tratara de otro inglés, y ni siquiera eso podría afirmarse con convencimiento), ni el uso de anglicismos debe convencernos de la necesidad de convertirnos en angófilos (por mucho que Borges lo fuera).

Y, muy especialmente, escribir un artículo basado en estereotipos, en el que los ingleses (todos los ingleses) son buenos, y los españoles (o hispanos o ibéricos, dependiendo del momento) son todos malos, demuestra una parcialidad arbitraria y chabacana.

*****

Si Blas de Lezo levantara la cabeza…

martes, 16 de septiembre de 2014

Autónomos e independientes

"Three boys" Foto: Jeff Carson

“Imaginé un arco iris, tú lo tuviste en tus manos
Tuve destellos, pero tú ideaste el plan
Vagué por el mundo durante años, mientras esperabas en tu habitación

Tuve los pies en la tierra y tú alcanzaste el cielo
Hablé de alas, tú simplemente volaste
Yo suspiré, pero tú te desmayaste

Te encaramaste en la escalera
Con el viento en tus velas
Apareciste como un cometa
Con un rastro resplandeciente
Demasiado alto
Demasiado lejos
Demasiado pronto

Llegué a ver la luna en cuarto creciente
Pero tú veías la luna llena”



*****

Espoleamos su afán de ser autónomos; ellos quisieron ser independientes.
Quisimos que pudieran hacer las cosas por sí solos; desarrollaron la capacidad de realizar planes.
Les dimos ideas y recursos, les apoyamos sin límite; entendieron que, quizá, no nos necesitaban.
Les empujamos a caminar; temo que no hayan aprendido a dar la vuelta.



*****

No creas que estoy pensando en Escocia (o Cataluña).

Tan sólo me preocupo por mis hijos.
Mañana vuelven al cole.

*****

The Waterboys es una banda liderada por Mike Scott.
The whole of the moon se incluía en su disco “This is the sea”. Su mayor éxito.
Immaculate Fools era un grupo encabezado por Kevin Weatherill.
En su primer LP, “Hearts of fortune”, se incluía el tema homónimo.
Todo ello, en 1985.
Hace casi 30 años.


jueves, 13 de febrero de 2014

Rupturas y flecos

Esta mañana. 9:46 horas. La 1 de rtve. Los desayunos. Entrevista a Josep Antoni Duran i Lleida.

"Una ruptura de Convergencia i Unió sería tremenda"

El vídeo entero aquí. La secuencia empieza a partir de 5:48.

*****

Una vez terminado el programa, en el backstage:

   Aclárenos Mas
   ¿Me está tomando el pelo?
   No. Queremos saber por qué calificó, la ruptura de CiU, citando sus palabras, de “tremenda”.
   Es que nadie se imagina las consecuencias…
   Explíquese. La ocasión la pintan calva.
   Mire, fíjese bien. Con independencia de lo complicado que resultaría delimitar qué es Convergencia y qué es Unión, la mayoría de los españoles desconoce que se trata de una coalición, ignorantes que son. En Cataluña tampoco lo saben, pero eso corresponde, si acaso, a la naturaleza generosa del sentimiento propio del catalán, que lo mismo nos da que un trabajador venga y sea holandés, o argentino, o brasileño, siempre que meta goles y nos dé títulos. Entre nosotros, off the record, diré que nos jode que no tributen aquí, pero cuando cambien las cosas, cambiarán las cosas, ya le digo.
   Le veo desmelenado.
   Es que no se dan cuenta, de verdad, de lo que supondría esto.
   ¿La independencia?
   No, collons, la desconvergencia y desunión de lo que estaba unido y bien unido, convergido y bien convergido.
   Dígalo todo; con pelos y señales.
   Eso intento, pero se me ponen los pelos de punta con la falta de entendederas de algunos.
  
   Le digo: ¿usted se imagina el dilema al que me tendré que enfrentar si se separa lo que siempre ha estado junto? ¿Seré de Convergencia o seré de Unión? ¿Seré Josep o seré Antoni? ¿Duran o Lleida? ¿Josep Duran? ¿Antoni Lleida? ¿Josep Lleida? ¿Antoni Lleida? ¿Antoni Josep Lleida? ¿Pep Guardiola?
   Le entiendo.
   ¡Qué cony va a entender! Fíjese como me brilla la bola. Lo estoy pasando fatal.
   No me resulta extraño.
   ¿Me ha llamado extraño? ¡Usted no me llama a mí extraño en la casa de todos! Se libra porque soy géminis.
   Ni que fuera bipolar.
   Eso, eso…

miércoles, 17 de octubre de 2012

Confesión de un fracaso


Debo admitirlo. Nadie me obliga a hacerlo. Es una necesidad personal. Reconocer en público lo que ya soy capaz de asumir en privado: he fracasado en mi objetivo.

"Esto hay que verlo" Foto: Niels Linneberg

Sí, bueno, tampoco se aprieten.
No pasa nada.
Un pequeño revés. Saldré de ésta. Seguro.

*****

Contar una historia, empezando por el final, es algo conocido. Si fuera ficción, aprovecharía para decir que estoy desestructurando el texto. Pero no (todo) es ficción.

Y quería empezar por lo más importante: reconocer que me puse un objetivo demasiado exigente (para mis posibilidades) y he sido incapaz de cumplirlo.

En ocasiones, no es conveniente examinar las cosas desde el prisma de los resultados obtenidos: siempre se obtienen algunos resultados. Se trata, más bien, de contemplar si se alcanza lo que se había previsto.

No es mi caso. Yo me había propuesto cumplir un plan de viaje y, hoy lo confieso, no he sido capaz de hacerlo.

Para tratar de analizar los objetivos y cuáles son las causas que explican sus incumplimientos, se ha desarrollado un montón de literatura que, en breve resumen, localiza dos parámetros que pueden resultar erróneos (en un eje bipolar):

1 — Los objetivos estaban mal definidos
2 — Los procesos fueron mal diseñados (o ejecutados)

En cualquiera de los dos casos, el responsable soy yo, porque yo establecí el objetivo que quería alcanzar y yo diseñé el plan de acción que luego fui incapaz de realizar.

Yo solito me lo busqué. No hubo palos, ni zanahorias.

"Toma y toma y toma" Foto: Kaptain Kobold

Para los habituales no hará falta decir que hablo del (fallido) proyecto del viaje en tren por el Reino Unido: una selección de música popular británica, estructurada como si fuera un viaje, con un recorrido en el que se repasaban los tópicos locales y se proponían las 666 canciones más representativas de los últimos 50 años.

Una locura, porque, para complicar más las cosas, se incluía una restricción adicional, de una sola muestra por cada grupo o solista.

En cada una de las 17 etapas (que, más tarde, por problemas de formato y compatibilidad con blogger, tuvieron que desdoblarse en tramos), se pretendía entregar, junto al listado de canciones (con vídeo incorporado), una guía de la visita y un pequeño artículo para cada una de las 666. Además, intentaba que tuvieran un formato diferente, para evitar la monotonía que todo trabajo enciclopédico implica.

Un intento de elevar la dificultad del proyecto, buscando encontrar mis propios límites, que, de tanto estirar, la goma terminó rompiéndose. Justifico mi fracaso cuando son actualidad dos intentos de forzar al máximo los límites:

    como Felix Baumgartner en su salto estratosférico
    Cataluña, Escocia o Flandes, y el espíritu de Oriente Medio gravitando sobre el establecimiento de límites territoriales

No pretendo equiparar mi fracaso a ninguno de los proyectos mencionados. Pero, me pregunto, ¿tratar de forzar al máximo los límites resulta siempre en un beneficio?

*****

Había esbozado una teoría que rompía el tópico que afirma que “cada cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones”, pretendiendo que un sistema no secuencial de relaciones fortalecía el conjunto y, de ahí, la búsqueda de vínculos auto-referenciados en aras de un dibujo heteromorfo de interrelaciones no centralizadas.

*****

En fin, un fracaso que se gestó porque no pude cumplir lo que anuncié el 13 de agosto: un viaje que empezaría el 11 de septiembre y terminaría el 13 de noviembre. Eran tres meses para completar las guías de visita de las 17 etapas y los artículos de las 666 canciones. Un viaje que nacía maldito. Era demasiada carga.

Y, en mitad del camino, cuando iba cumpliendo a duras penas los plazos de entrega, el tren se encontró un contratiempo. Un correo electrónico con una extraña oferta: una propuesta de edición y una petición para cancelar la publicación de material de creación propia (guía de visita y artículos). Se inició una negociación que, hoy lo puedo anunciar, no ha prosperado.

Mi valoración personal (a posteriori) es que se trataba de un boicot. Pero, ya, ni me ocupa, ni me preocupa. No trataré de indagar más. Lo cierto es que, cuando se iniciaron las conversaciones, tomé una decisión estúpida: dejar de escribir. Ni aunque trate de volver a hacerlo, cumpliré con el plan previsto. Una vez que rompes el ritmo, es complicado recuperarlo. Si vas al límite (en este caso, por la existencia de plazos), es imposible.

*****

Así que, de momento, el proyecto ha dejado de serlo (en el sentido de que carece de futuro). Seguiré programando los playlists de las etapas, como estaba previsto y —a modo de remate— entregaré una entrada regalo (el día de mi cumpleaños), con las 666 canciones ordenadas por fecha.

Será uno de esos enlaces que a veces recibes, que tienen una pinta estupenda porque lo tienen todo y que guardas en el fondo de un cajón, pendiente de revisar más tarde, “cuando tenga tiempo” y, al final, lo único que hacen es coger polvo.

*****

Tengo que dar las gracias a muchos (ya sabes que hablo de ti) por seguir este itinerario tan caótico y cambiante de rumbo (y de velocidad) que es este blog. Si fuera un autobús, el conductor sería de los que van haciendo amigos con sus frenazos y sus enérgicos acelerones. Con esos bandazos para cambiar de carril. Que cierra la puerta antes de que hayas podido apearte y tienes que darle una voz para que la vuelva a abrir de nuevo. El que no necesita avisar de que “al fondo hay sitio”, porque te manda allí con su arrancada imprevista.

Una seña de identidad (además del color fucsia): ser imprevisible.

Un completo sinsentido

*****

UK 666 fue un viaje. Es posible que no alcanzara el destino como me hubiera gustado (pero, mientras duró, fue de lo más entretenido).

*****

Final. La crónica del viaje. Gestación, preparativos y trayecto.

01/08 — 500 BM
02/09 — UK 666
04/09 — 666. El número
11/09 — Etapa 01: (A) Irlanda del Norte y (B) Gales
14/09 — Etapa 02: Glasgow (Escocia)
25/09 — Etapa 04: North England (A) Nordeste de Inglaterra / (B) Noroeste de Inglaterra
28/09 — Etapa 05: (A) El Gran Manchester I / (B) El Gran Manchester II
02/10 — Etapa 06: (A) Merseyside I / (B) Merseyside II
05/10 — Etapa 07: (A) Yorkshire I / (B) Yorkshire II
09/10 — Etapa 08: Midlands (A) East Midlands / (B) West Midlands
16/10 — Etapa 09: East of England
19/10 — Etapa 10: South East England (A) Sudeste I / (B) Sudeste II / (C) Sudeste III
23/10 — Etapa 11: South West England (A) Sudoeste I + Isle of Man / (B) Sudoeste II
26/10 — Etapa 12: (A) London ‘60s I / (B) London ‘60s II
30/10 — Etapa 13: (A) London ‘70s I / (B) London ‘70s II
02/11 — Etapa 14: (A) London ‘80s I / (B) London ‘80s II
06/11 — Etapa 15: (A) London ‘80s III / (B) London ‘80s IV
09/11 — Etapa 16: (A) London ‘90s I / (B) London ‘90s II / (C) London ‘90s III
13/11 — Etapa 17: (A) London 00 I / (B) London 00 II / (C) London 00 III / (D) London 00 IV
14/11 — FIN DE TRAYECTO

Esa incierta edad [el libro]

A veces tengo la sensación de que llevo toda la vida escribiendo este libro. Por fin está terminado. Edita Libros Indie . Con ilustracio...