Lo hojeé por primera vez el día del libro en Zaragoza y días después, tras madurar la idea, decidí regalármelo. Ha sido mi libro durante la mudanza, así que inevitablemente está unido ya al recuerdo de las cajas y del estrés, pero también a los momentos de calma, a esos en los que lo importante parece detenerse. Por eso, creo que este libro ha sido, en cierto modo, terapéutico.
Sofi Oksanen es una escritora finlandesa, pero la historia se desarrolla en Estonia, un país del que, seamos sinceras, conozco poco, y por eso me ha resultado aún más interesante. El argumento, sin desvelar más de lo que se dice en la contraportada, consiste en la llegada de una mujer joven, Zara, que escapa de la mafia de la prostitución, a la casa de una anciana que vive sola. Ambas desconfían, ambas sienten miedo, pero las unen más lazos de los que piensan.
La historia alterna ese momento del encuentro y la convivencia con los recuerdos de ambas y, por otra parte, el punto de vista también va variando entre Zara y Aliide.
Me ha gustado bastante; se lee bien y la atmósfera creada en la casa de Aliide, la anciana, es subyugante ya desde el inicio:
"Aliide Truu miraba fijamente a la mosca y ésta le devolvía la mirada. Aquellos ojos globulosos le provocaban náuseas. [...] La mosca esperaba. Esperaba a que Aliide se cansase de intentar cazarla, saliera de la habitación y abriese la puerta de la cocina."
Otro fragmento:
"El silencio se extendía alrededor como un manto oscuro. La noche se espesaba. Zara dio un par de pasos y se detuvo bajo la luz amarillenta de la lámpara exterior, Los grillos cantaban, los perros del vecion ladraban. Olía a otoño. Los blancos troncos de los abedules del jardín se revelaban en la oscuridad. La verja estaba cerrada, los serenos campos descansaban tras los ojos huecos de las cercas de alambre".
Purga, Sofi Oksanen. Ed. Salamandra. 2011
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Desafío 50 libros: 28º