Burocracia: Alemania vs. México
La
mujer es determinante: la carta que quiero obtener del Deutsche Bank me cuesta
42 euros. Se trata de una hoja con un párrafo donde se lea que la institución asegura
que alberga una cuenta a mi nombre, acompañada de dos firmas.
Estoy
en una sucursal del Deutsche Bank en Berlín. Por mi pregunta, la mujer tuvo que
recorrer dos oficinas y hablar con cuatro personas. Todo el banco se enteró que
un mexicano quería una carta donde se confirmaran los datos de su cuenta.
Después
de unos minutos, la mujer llegó de nuevo a su púlpito de servicio al cliente.
Sacó unos papeles, eran una especie de manual de uso. Encontró un párrafo, se
ajustó los lentes a la punta de la nariz y me leyó en voz alta: “el costo de un
documento expedido por el Deutsche Bank para confirmar datos personales es deeee…
-deslizó el dedo hasta el extremo derecho del párrafo-- …de 42
euros”.
Me
la quedé viendo. Le arqueé mis cejas y le mostré toda la órbita de mis ojos.
¿En serio? Le pregunté. ¿42 euros por una carta que me pueden hacer en dos
minutos? Le dije. Ella se reajustó sus lentes, me miró y me dijo, claro, mire,
se trata de una carta… ¡hay que escribir algo y eso no lo hace una máquina!
Además, ¿sabe?, una vez escrita hay que buscar, no sé, una, seguramente dos
firmas. ¡42 euros se justifican! Me replicó.
En
un nivel un poco más humano, la mujer me preguntó para qué quería esa carta, si
para entrar a mi país o para qué. ((¿¿¿¿¿?????)) Y procedí a contestarle, pues
mi respuesta era mucho más surrealista que su pensamiento:
Mire,
le dije, como podrá notarlo, soy extranjero, y trabajo como periodista para
medios de mi país. En estos ocho años que llevo en Alemania me ha ido bien con
mis colaboraciones, últimamente con el tema de la crisis financiera. Pero ahora
colaboré para una nueva editorial que para pagarme me pide no sólo los datos de
mi cuenta en el extranjero, sino que una carta del banco al que pertenece esa
cuenta para confirmar que ésta está a mi nombre.
¿Capito?
Ahora
ella me arqueó sus delgadas –o pintadas- cejas y me enseñó el lado lunar de sus
órbitas oculares.
La
extrañeza por mi explicación nos unió y ambos pisábamos ahora el mismo suelo.
¿Qué, de verdad le piden eso? Me dijo, y continuó: Pues dígales que esa carta
le cuesta 42 euros y que con eso usted perdería una gran parte del pago que
espera. Muéstreles un estado de cuenta, ahí viene su cuenta, su nombre y
nuestro logo, agregó. Y paso siguiente: me imprimió un estado de cuenta (sin
costo alguno).
Entregué
mi estado de cuenta a esta editorial mexicana para gestionar mi pago y les dije
lo que esta mujer me recomendó. Y en la editorial no me hicieron más preguntas…
de ese tema. El siguiente correo electrónico fue para pedirme mi número de
impuestos (que no sirve para nada en un pago de México a Alemania).
El tercer
correo fue para decirme que quieren un comprobante oficial donde se diga que se
me asigna ese número de impuestos.
Mein
Gott!
Burocracia: Alemania vs. México
Reviewed by Yaotzin Botello
on
12/07/2012 04:07:00 PM
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5 comments
La demonización de la burocracia bancaria es el legado más palpable de Calderón. Es casi imposible cualquier trámite, dizque para vigilar el lavado de dinero. Nos fregó a todos.
Entonces, ¿entre Alemania y México, quién ganó el concurso burocrático?
México, definitivamente.
"Por mi pregunta, la mujer tuvo que recorrer dos oficinas y hablar con cuatro personas. Todo el banco se enteró que un mexicano quería una carta donde se confirmaran los datos de su cuenta"... de Datenschutz, nada Jaja
Oh no! qué burrrocracia! Lo siento!
Sí, terrible. Ni hablar.
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