Abundan los que al olor del dinero se
acicalan, se visten de forma muy calculada y preparan su discurso en
función del impacto que puede causar en el sector de la población
que les conviene. No importa que no tengan nada bueno que ofrecer.
Ahí están ese Rufián que, según
cuentan, es posible que vaya a un salón de belleza todos los días,
para que le retoquen la barba y lo peinen, pues parece ser que tiene
varios modelos de peinado, y también le indican la vestimenta del
día; esa Montero, marquesa de Villa Tinaja, que se centra en el
eslogan, pasando por encima del concepto, que seguramente no
entiende, pero que si lo entendiera no le interesaría tampoco porque
lo suyo no es el debate de las ideas, sino hacer sangre en quienes se
ha señalado como enemigos; también anda olfateando el dinero el
coletas, ya centrado en obtener escaños, una vez que se le ha
escapado la posibilidad de sobrepasar al PSOE, y si va a Canarias,
hace allí lo mismo que en Cataluña, aunque sea este uno de los
motivos que le ha hecho perder comba, quizá el más grave; y muchos
otros que, como ellos, cuidan más la imagen que el discurso.
Hay una distancia insalvable entre estos
y aquellos estadistas que, como Churchill, prestaban más atención
al contenido que al continente. Claro que en aquellos tiempos de
antaño los debates no eran televisados y, por tanto, no podían
dirigirse a las masas incultas, sino que tenían que hablar para un
auditorio selecto que tenía conocimientos y era el que cuidaba de
los intereses de los menos informados.
Hoy en día, las nuevas tecnologías
permiten que personas despabiladas se las ingenien para conseguir que
las voten y, con ello, vivir a costa del Erario.
Por eso la democracia debería protegerse
obligando a pasar exámenes, de cultura general, de conocimientos
legales básicos y psicológicos, a los políticos
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra