No me parece correcto ni sensato y, por
tanto, no lo deseo, que indulten a los políticos presos, en el caso
de que sean condenados, claro.
Pero no me extrañaría nada que el
gobierno -este gobierno tan miserable que padecemos-, estuviera
haciendo lo posible para que resulten absueltos y no se vea obligado
a indultarlos como pago al apoyo que le prestan. Zapatero, el
admirador de Maduro, también era aficionado a estas prácticas.
Todo el mundo es consciente de que en las
cárceles españolas hay presos que son mejores personas que
Junqueras y compañía. Muchos presos lo son, pero es que no resulta
muy difícil. Desconozco si serán declarados inocentes o culpables,
pero lo de que no me cabe ninguna duda es de que han hecho un daño
enorme, inconmensurable, a la sociedad española en el general,
incluida la catalana y sobre todo a la catalana. Y se lo han hecho en
todos los órdenes, en el financiero, en el moral y en el cultural.
Cataluña se convirtió en la región más
próspera de España gracias al sacrificio de las demás regiones,
cuyos habitantes, además, estaban orgullosos de los catalanes y
aquella admiración se ha convertido en desencanto y hastío.
Es cierto que vivimos tiempos en los que
impera la posverdad y que ‘la generación más preparada de la
historia’ prefiere los eslóganes y las consignas a tener que
buscar la verdad por su cuenta y que esta realidad proporciona un
buen margen de actuación a quienes quieren darnos gato por liebre,
pero esto al final solo habrá tenido un efecto dilatorio,
fundamentalmente por la pulsión suicida del catalanismo. Hay que
recordar que celebra derrotas que previamente ha inventado.
Sobre la pérdida de convivencia entre
los propios catalanes no merece la pena insistir, por obvia. En el
plano cultural la cuestión es que el catalanismo no dice ni una sola
verdad. Cuando un catalanista dice lo que piensa sobre ciertas
cuestiones, da risa. Es ridículo.
Así que no me sorprende que Pedro
Sánchez quiera indultar a esos.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Necesidades emocionales'
'Animales in Harena'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Necesidades emocionales'
'Animales in Harena'
No hay comentarios:
Publicar un comentario