Salvo
Adolfo Suárez, que se enfrentó a ellas y así le fue, los demás
gobernantes españoles se han sometido voluntariamente a las
oligarquías, y como consecuencia sólo viven el día a día y nada
más piensan que en lo que les conviene.
Eso
ha propiciado en los tiempos más recientes la aparición de opciones
políticas que sólo buscan pescar en río revuelto, la impunidad de
un gran número de terroristas, y también la de facinerosos
separatistas.
Como
los gobernantes no llevan a cabo las tareas que cabría exigirles en
defensa de la dignidad y el honor de los contribuyentes honrados,
tienen que ser asociaciones civiles, con precarios medios
generalmente, las que se encarguen de ello.
Covite
es una de estas asociaciones que sin apenas medios materiales tiene
que multiplicarse para suplir la dejadez gubernamental. Covite además
no se deja manipular ni instrumentalizar por ningún partido político
y esto hace que sea vista con recelo por muchos de ellos y que
incluso se le haya intentado dinamitar desde dentro utilizando
infiltrados y periodistas torticeros.
La
última gran tarea que ha hecho, y los beneficiados hemos sido todos
los españoles, ha consistido en ir a Bruselas a explicar a más de
cien partidos políticos de 27 países la realidad de la izquierda
abertzale, la compuesta por Amaiur, Bildu y Sortu.
Estos
partidos representan un peligro muy grande para la Unión Europea, y
más en estos tiempos en que el terrorismo ha cobrado una gran
relevancia mundial. Los principales partidos españoles dejan que la
Izquierda Abertzale gane la batalla de la comunicación. Parecen
partidos normales, con propuestas razonables, y nada de eso es
cierto. Los principales partidos políticos españoles, que tienen
parlamentarios en Bruselas, deberían avergonzarse de que haya tenido
que ir Consuelo Ordóñez, pagándose el viaje ha explicar lo que
deberían decir ellos.
Tampoco
hay que olvidar, referido al terrorismo, que son los nacionalistas
los que proporcionan coartadas a los terroristas españoles.
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