No hace muchos años que practico el tipo de pesca que, últimamente me tiene
enganchado: el de la dorada a surfcasting.
Si algo he aprendido a base de compartir jornadas y charlas con grandes
pescadores y también echando muchas horas a pie de playa, es que los tiempos
han cambiado o están cambiando. A continuación me extiendo un poco más y hago
en voz alta, mi particular reflexión.
Siempre había tenido entendido, que las grandes doradas y las jornadas en
las que había numerosas capturas de esta especie, se daban principalmente en
los meses cálidos o al inicio y final de la época estival (Mayo-Junio/
Septiembre-Octubre). Esto sin duda no lo voy a cuestionar y generalmente, sigue
sucediendo así. Pasado este intervalo de tiempo y con la inevitable bajada del
mercurio de nuestros termómetros, las jornadas de pesca se enfocan en la
captura de otro tipo de especies.
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Lubinas y sargos los días en que las aguas están fuertes durante los temporales.
- Pageles en aquellas jornadas diurnas en los que el mar está en calma y el día es
soleado y en algunas zonas, también se encuentran en esta época en su momento
álgido, los besugos (aligotes).
Hay otras muchas especies que también están activas, pero quizá por ser de
bajo interés deportivo, culinario y de tamaños contenidos, las dejaré de lado.
¿Qué está sucediendo entonces con las doradas? Ya nos ocurrió el año pasado
y este 2013, está empezando de la misma manera, a falta de lubinas nuestras
amigas de la frente dorada, siguen estando ahí, ¡y de qué manera!.
La primera semana de Enero, fui a una playa que se está posicionando entre
las primeras de mi ranking, por no decir que actualmente es la mejor. En un porcentaje
muy elevado, casi siempre acaba dando alguna captura, aunque para obtener tan
codiciado premio tengas que exigir al máximo los equipos, así que tienes que
estar muy fino con el lance.
Una vez en el pesquero pude comprobar, que tan solo había otro pescador a
unos 300 metros
de dónde yo me había puesto. Ir a pescar solo como muchas veces sucede, es
aburrido y hasta se hace duro, pero en algunas playas se agradece que haya tan
poca concurrencia.
En esta jornada quería probar una caña de la marca Tica, en concreto
el modelo Matsuo que por gentileza de los amigos de Calicó tenía oportunidad de
testar. Una más del amplio repertorio de novedades, que este año presentan y
que no me defraudó.
Con las cañas en acción de pesca y todas ellas cebadas con llubarré,
iniciaba la espera con el claro objetivo de tentar a alguna dorada. Las
condiciones del mar eran las idóneas, un ligero oleaje de levante y sin ningún
tipo de viento, por lo que solo hacía falta que empezase la acción.
Pasado un tiempo considerable y después de haber revisado que los cebos
salían intactos, llegaba la primera picada, una ligera destensada de la línea
que acabó siendo una herrera de pequeño tamaño.
La siguiente picada se hizo esperar, llegó en ese momento en que estamos
apurando los últimos minutos de la jornada y en los que anhelamos, que una
pieza nos alegre cualquier gélida noche. Una casi imperceptible picada me puso
en jaque. Al ver que no repetía decidí dar unas vueltas de manivela y arrastrar
el plomo a ver que sucedía. En ese momento el puntero de la caña se empezó a
arquear y no tuve más remedio, que ceder línea hasta que aflojase el ímpetu de
la carrera inicial. Al instante y por los cabezazos que me daba, supuse que era
una dorada no demasiado grande. La pelea no fue larga, ya que me vino muy de
cara hasta que llegó a un bancal, situado a unos 50 metros de la orilla,
allí el tema cambió de manera radical como suele suceder con esta especie.
Mi sorpresa llegó en el momento en que ya la tenía a unos 20 metros, encima de la
ola pude vislumbrar el tamaño que tenía y entonces los nervios aparecieron en
escena. Después de un par de carreras y ayudado por el oleaje, la puede poner
en seco. Sin duda hasta el momento, es la dorada más grande que he cogido: 60 centímetros, una
pieza excepcional.
Una imagen vale más que mil palabras... |
Después de una picada fallada, di por concluida la jornada, a la que no se
le podía pedir más.
En días posteriores y en otras playas la racha ha continuado, no en cuanto
a tamaños, pero si en capturas. Poco a poco las iré desgranando en otras
entradas, que espero os resulten interesantes.