Pueblo de Rastas
El pueblo de Puerto Viejo de Talamanca está situado en Costa Rica; concretamente
en la provincia de Limón. Se ubica en la costa del Océano Atlántico; tiene unas
playas maravillosas, con agua cristalina, aunque hay que tener cuidado con las
corrientes porque son muy fuertes.
Es un paraíso para los amantes
del surf, acude gente de todos los lugares del planeta. Me resultó muy curioso
el hecho de que para entrar en la playa tuviéramos que atravesar zonas con
vegetación tropical, también tengo que deciros que la arena es muy fina y
dorada, pero podíamos encontrar numerosos restos de vegetación, como pequeños
palos de madera.
Si creéis que las vacaciones son
para relajarse y estar tranquilo, sin lugar a dudas, éste es vuestro destino.
Pero, como no sólo de playa vive
el hombre; encontraréis una gran variedad de bares y restaurantes, podemos
degustar cualquier tipo de comida, desde la típica de la región, hasta la más
internacional. En cuanto a la categoría y precios de los restaurantes también
existe un amplio abanico; desde los más asequibles hasta los que requieren el
bolsillo bien lleno.
Es un sitio idóneo para disfrutar
de la naturaleza; en ese sentido no podéis dejar de visitar el Parque Nacional Cahuita, el Refugio de Vida Salvaje Gandoca Manzanillo o
la Reserva India Talamanca. Podréis estar en contacto con la naturaleza, atravesando la selva
(os recomiendo que lo hagáis con un guía porque hay animales peligrosos que no
conocemos), además, se puede practicar snorkeling.
El pueblo tiene un aspecto
humilde, rústico. La gente es de lo más abierta, muy cordial; como curiosidad
deciros que nunca había visto tanto peinado “Rasta”; cualquiera hubiera dicho que estábamos en Jamaica; o por
lo menos, yo lo asocio a este país.
En lo que respecta al
alojamiento, tampoco tenéis por qué preocuparos, porque hay innumerables
hoteles, unos más rústicos que otros, pero todos con un gran sabor a
naturaleza. Todos ellos están integrados en la selva cercana. Allí lo que se
lleva es que estén formados por varias casetas individuales, lo que hace que
los hoteles sean muy acogedores.
Cuando estás en este pueblo,
parece como si hubieras retrocedido unos cuantos años en el tiempo, te olvidas
de las modernas infraestructuras que puedes encontrar en las urbes de los
países más avanzados; aunque, desde mi punto de vista eso forma parte de su
encanto.
Se puede decir que es un pueblo
hecho por y para el turismo.
Con ese sol y las playas están desiertas, eso es impensable en España :-)
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