
Para autores como Lauro Zavala,
entre otros, la minificción es la escritura
del próximo milenio. Esto probablemente se deba a que es el género de mayor
brevedad, diversidad y fugacidad
de la escritura contemporánea, además de poseer un elevado potencial para la virtualidad. ¿Será cierto que en cada
minitexto se están creando, tal vez, las estrategias
de lectura que nos esperan para este milenio?
Philip Stevick (“Anti-Story”, 1971) es
uno de los precursores de esta experimentación de narrativa particularmente efímera.
A partir de allí, la minificción se fue practicando cada vez con más
entusiasmo. Curiosamente, una página puede ser más que suficiente para lograr la mayor complejidad literaria.
Usted llega, por fin, a
la ciudad soñada, pero la ciudad ya no está allí. En su lugar se eleva una
cadena montañosa de indudables atractivos turísticos. Pero usted no trajo su
equipo de andinista, no tiene grampas, ni cables, ni vituallas, usted trajo una
guía de restaurantes y un buen traje, y entradas para el teatro. La ciudad, por
el momento, está del otro lado, y el guía le ofrece atravesar la cordillera a
lomo de mula. Y mientras avanza lentamente sintiendo que su columna vertebral,
que sus riñones ya no están para estos trotes, usted percibe en la
reverberación del aire que la ciudad está volviendo a formarse a sus espaldas,
temblorosos y transparentes todavía los rascacielos, como medusas del aire.
(Ana María Shua, escritora argentina)
Por otro lado, hoy en día el
cuento muy breve está siendo revalorado
por su valor didáctico. En efecto, en una hora es posible analizar un
cuento corto con mayor profundidad que una novela.
Otra característica clave, además
de su evidente brevedad, es la confusión
de géneros. La minificción es, por naturaleza, un género híbrido (además de ser cambiante en el tiempo). Los
microtextos frecuentemente mezclan fantasía con otras especies e incluyen
herramientas transtextuales como la intertextualidad o la metatextualidad
(según las define Gerard Genette).
LA SALVACIÓN
Ésta es una historia de
tiempos y de reinos pretéritos. El escultor paseaba con el tirano por los
jardines del palacio. Más allá del laberinto para los extranjeros ilustres (…),
el escultor presentó su última obra: (…) una fuente. Mientras abundaba en
explicaciones técnicas y disfrutaba de la embriaguez del triunfo, el artista
advirtió en el hermoso rostro de su protector una sombra amenazadora.
Comprendió la causa. "¿Cómo un ser tan ínfimo" –sin duda pensaba el
tirano– "es capaz de lo que yo, pastor de pueblos, soy incapaz?"
Entonces un pájaro, que bebía en la fuente, huyó alborozado por el aire y el
escultor discurrió la idea que lo salvaría. "Por humildes que sean"
–dijo indicando al pájaro– "hay que reconocer que vuelan mejor que
nosotros".
(Adolfo Bioy Casares, escritor argentino)

Hoy los concursos de minificciones
se han multiplicado en los últimos 10
años y siguen creciendo a un ritmo acelerado. Pero, por sobre todo, la
minificción es lo que distingue a la
era de Internet. Como afirma la autora argentina Clara Obligado: “Internet es la mina de oro de los
microrrelatos. Sobre todo por la influencia de blogs y redes sociales”.
Lo más interesante de los llamados
“cibertextos” es la posibilidad que tiene el lector de elaborar una interpretación, participar en el texto a través del
feedback, los botones de “me gusta” o
+1, compartir el contenido y comentarlo. Así, actualiza el texto, le da nuevo valor
y se convierte en un participante activo que le da forma y sentido al texto.
Viéndolo de esta manera, los
cuentos compactos, con su brevedad,
diversidad y escritura fragmentaria, son capaces de llegar más rápido al
lector virtual, y esto brinda todo un
nuevo campo de estudio para la literatura.
► ¿Qué opinás de la minificción? ¿Será la nueva forma de escritura
por excelencia de este milenio? ¡Dejame tus comentarios en el blog o en mi página!
«La microficción pide pocas palabras con
Conceptos y que nos dejen pensar»
(Clara Obligado)