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7/12/08

Mechita

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Un día como hoy pero en otra primavera, allá por los gloriosos y republicanos años noventa, más especificamente durante el último año de la presidencia de Mendez, un mercedino argentino y peronista hace patria encarnada en un acto heróico y anónimo. Mercedes no es joda. Pueblo ya mucho más que centenario, ha sido guarida de lo más noble y de lo más retrogrado del país.

Aunque de San Andrés de Giles, algunos ultramercedinos lo reclaman al Tío como propio. También, esos mismos fanáticos separatistas afirman que parieron al primer blogger argentino.

De allí salió Videla y Agosti, de allí salieron otros tantos montos y dirigentes del palo. La rivalidad clandestina y voraz de los 70, que se vivía en la capital y conurbano de manera feroz, era interrumpida los fines de semanas en el pueblo, donde todos se conocían y la oscuridad quedaba en pausa por 48 horas de transparente familiaridad pueblerina.

Los Autores han estado allí varias veces porque tienen compañeros y amigos. Es un pueblo de los más lindos que hay en el país. Hay pulpería, hay "ramos generales" convertido en bar, hay buena noche. Como en todo pueblo del interior, de noche se toma y se pelea, y a veces, después, se coge. En otros lugares se pelea por una mina y se busca una excusa que esconda esa verdadera razón, pero en Mercedes muchas veces ocurre lo contrario: se pelea por política o por odio o por diferencias de clase; se alega que es por una mujer o porque "me volcaste el fernet".

Se huele una síntesis perfecta del gran drama argentino. Es como un chichón en la cabeza de Goliat; Pueblo y Ciudad se confunden por la cercanía; el Poder ha sabido descansar en sus quintas, reposando en las siestas, pero siempre con un ojo abierto y atento por culpa de cierto airecito rebelde, gaucho y montonero que se respira.

Volviendo al Gringo, por esos años se las estaba rebuscando para seguir sentándose con dignidad en la punta de la mesa todos los domingos: fue así que tomó un trabajo de peón en San Jacinto. Entre asado y vino empieza siendo el compadre del sector y, lejos de la suya, termina apadrinando a las demás familias que completaban la peonada del lugar. Proclamado delegado, encara la lucha por la primer medida básica y justa: una sala de primeros auxilios en la zona.

De puro tano cabrón, no aceptó la negativa de los representantes de la queridísima Sociedad Rural y armó la salita con su propio sueldo. Final anunciado: acusado de loco y ladrón termina 7 días en la comisaría de la ciudad.

Por sus cualidades de buen timbero, entre partida y partida hace buenas migas con el oficial de turno. Así la tarde del 5° día de encierro se escurre a hacer justicia: llega al barrio “el parque”, golpea la puerta de la gigantesca casa del presidente de la S.R.A. y cuando éste abre la puerta le engrampa una buena piña de callado. Antes de que "el Dr." vuelva a reincorporarse y a abrir los ojos, el Gringo estaba ganando de nuevo al truco en el calabozo.

El campo es nacional y popular.

PD: de la Cra. V, que nos mandó esta historia como respuesta a nuestra efemérides del día de la militancia, y se lo dedicó a su viejo, el Gringo.

20/11/08

21 cañonazos

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Un día como hoy pero durante alguno de los años en que gobernó este bendito país el Gran Conductor que Nunca Se Equivoca y que Todo lo Sabe y que Jamás Olvida y que supo Conducir, se establece el 20 de noviembre como Día Nacional de la Soberanía, en homenaje a la lucha librada por el General Lucio Mansilla y alrededor de 2000 compatriotas más. El chabón este, Mansilla, era un grande. Al lado de Mansilla, el boludito de "El Patriota" es un gil, un soldadito de plomo. Mansilla era una bestia. Se enfrenta a las dos potencias marítimas más grosas del mundo de su época y se las aguanta bastante bien con nada. Miren si este tipo no es groso que ata tres cadenas, una punta de cada lado del río, para frenar a los buques de la flota anglofrancesa. Tres cadenas, 2000 tipos apostados, unos cuantos cañones de artillería. Cuando logran pasar y desembarcar, los muchachos de Mansilla se enfrentan a los invasores con armas blancas y caballería. Se mueren 650 compatriotas, los tipos avanzan y si no la ganan, la empatan, pero quedan rotos. Un tal Cady, historiador yanqui de la época, sostiene que:
La consecuencia más importante fue exaltar el patriotismo del pueblo argentino hasta un grado sin precedentes."
Fue así que el Compañero San Martín le manda a Rosas su espada (la Espada con la que Liberó a América) y se pone a su entera disposición. En su carta, le dice algo así como que los invasores se habrán dado cuenta de que los argentinos no somos empanadas (?) y compara la situación a la de la emancipación de España. Mansilla los remata posteriormente, en la batalla de Quebracho. Como resultado de la claudicación, queda imposibilitado el imperio inglés de intervenir Paraguay (por un tiempo, después se encargaría Mitre de hacerles la gauchada) y el imperio Francés de establecer una colonia en Uruguay. El puño que sostuvo al filo emancipador de la espada sanmartiniana encuentra buen sucesor en Rosas. El Colorado Abelardo Ramos cuenta que:
En 1849, los intervencionistas firmaban con Rosas un tratado por el cual se reconocía que la navegación fluvial argentina estaba únicamente sujeta a sus leyes y reglamentos; las potencias se obligaban a evacual la isla Martín García, devolver los barcos argentinos apresados y saludar la bandera nacional."
El saludo constó del disparo de 21 cañonazos de salva al aire. Por supuesto, caído Rosas Mansilla tuvo que tomarselá, ya que su calidad de prócer, héroe, libertador, genio militar y cojonudo de aquellos no alcanzaba para tapar los defectos a los que suelen ser sensibles las almas republicanas. El absurdo de su destierro (como el de Rosas, como el de San Martín, como el de Perón) queda en evidencia cuando el mismísimo nieto de Napoleón lo recibe cono honores, aún habiendo sido su enemigo, en función del respeto que le inspiraba (dicen algunos) su patriotismo. En París hay una estación de Subte que hasta los 50 se llamó "Vuelta de Obligado" y que ahora se llama "Argentina". Acá los trenes se llaman Roca, Sarmiento, Mitre... que se le va a hacer.

Un día peronista para guardar en el corazón.

PD: gracias Besuzzo por hacernos acordar.

11/10/07

Se la bancaba

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Un día como hoy pero de 1833 las fuerzas francesas que bloqueaban el puerto de Buenos Aires intimaron la rendición del gobernador de la isla Martín García, teniente coronel Jerónimo Costa. Los franchutes no sabían que Jerónimo tenía historial en esto de bancar la parada. Hacía unos años, había sido guardia personal de Dorrego y, una vez que el choto de Lavalle lo ejecutara, Jerónimo se reusó a entregarle el fuerte de Buenos Aires y lo bancó hasta que el traidor se tuvo que rajar. Meses estuvo en cana por ese acto de justicia. Ahora, en frente de los franchutes, contando sólo con la fuerza de 96 hombres, se planta y muy respetuosamente dice:
Tengo a la vista el oficio del señor Comandante de las fuerzas navales francesas frente a esta isla, por el que me intima la orden de entregar el destino que se me ha hecho honra de confiarme. En contestación a ella, sólo tengo que decirle que estoy dispuesto a sostener, según es mi deber, el honor de la nación a que pertenezco. Dios guarde, etc. Jerónimo Costa".
Luchando contra cuatrocientos hombres, duran dos horas y causan varias bajas. Los franceses los liberan posteriormente en BsAs. El mismísimo Comandante del bloqueo y Jefe de la Expedición sobre Martín García, Hipólito Dugenet, le manda una carta a Rosas devolviéndole a su Jerónimo en vista de la admiración que le causó su bravura y astucia.

Los unitarios lo terminan en La Matanza, años más tarde, cuando volviera del exilio e intentara retomar la capital para el país real. Nunca le pintaron un cuadro, y por eso sólo ponemos texto. Un compañero peronista para recordar.

23/7/07

Defensa de Paysandú

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Un día como hoy pero de 1884 se realiza en Montevideo la famosa payada entre Juan Nava y Gabino Ezeiza en la Defensa de Paysandú. La historia es larga pero la vamos a hacer corta: los Uruguayos se defendían de un ataque que les habían organizado los cipayos vendepatrias. Entre ellos debemos incluir a nuestro Bartolomé Mitre que estaba en contra de los charrúas en una de esas movidas que armaban los ingleses para dividirnos. La cuestión es que en Paysandú se junta un montón de gente y ahí se hace esta payada en la que Juan Nava (charrúa) se enfrenta a Gabino Ezeiza (argento). La payada es legendaria y las fuentes indican que fue fenomenal. Los uruguayos estaban enojados porque Gabino era argentino y bastante razón tenían porque un "argentino" les estaba haciendo la guerra. Junto a Ezeiza estaban también el compañero José Hernandez y otros federales que estaban ayudando que eran argentinos, pero no del palo de Bartolo. La cosa se estaba poniendo jodida porque parece que Gabino le pasó un poco el trapo al charrúa y los ánimos se caldearon en el público. El ingenio peronista de este patriota lo salvó de las piñas y encima nos hizo quedar bien: Gabino improvisa a último momento la célebre canción Heroico Paysandú, en homenaje a aquellos héroes que defendían su patria. Los charrúas terminan amándolo y la canción queda inmortalizada. Años después Gardel, amigo de Gabino, la canta en un disco. En Argentina y en Uruguay se celebra hoy el Día del Payador.