A priori la pesca del siluro no era uno de mis alicientes principales e incluso me desmotivaba el pensar en pescar este pez, pero con los niveles de agua de los ríos trucheros riojanos y la mala temporada de sargos está opción empezó a tomar fuerza.
Mi primera elección para tachar el siluro de mi lista de peces pescados era el spinning con vinilos, así que manos a la obra. Una caña de spinning de 2,10 a 2,70 metros con acción 100-200 gr, un carrete con gran capacidad para meter un trenzado de 0,45mm y los señuelos, que como bien he dicho apostaría por Black Minnow 140 y 160 en colores llamativos, amarillo-naranja y amarillo flúor, todos ellos con cabezas shore con poco peso.
Tres jornadas son las que le he dedicado al siluro y siempre pescando en torno a la hora y media antes de anochecer. El escenario de pesca en Logroño, cerquita de casa y con buenos ejemplares ya sacados por parte de varios pescadores.
En los tres días he tenido varios siluros que no he podido sacar, clavados en plena corriente y que se tiraban río abajo imposibles de controlar; estos otros los que he sacado del agua para poder fotografiar.
El primer siluro que tocaba en mi vida me lleno de una especie de babas pero bueno, misión cumplida.
Este otro no es tan grande pero fue muy peleón y con una bonita picada. Siempre el BM lo traía en recogida continua y muy despacito, entonces es cuando tenía las picadas.
Para terminar, uno ya de tamaño que lo clavé de día y lo saqué de noche, en plena corriente, con poca profundidad, fue lanzar el vinilo, caer y zasss picotón muy serio. Por como tiraba pensé que tampoco lo sacaría pero lo conseguí sujetar y este siluro no se tiró río abajo como otros, al final logré meterle el guante en la boca. Menuda paliza me dio este gatito.
Un pez + un pez -
Hasta pronto….
