Después de una semana en el dique seco, debido a la gripe, o dicho sea de paso, un "trancazo" de órdago, vuelvo por estos lares sin muchas ganas de forzar mis neuronas, pero las forzaré para que unos ávidos/as lectores encuentren en esta página unos minutos entretenidos.
Cuando faltan menos de tres semanas para las elecciones, cuando las dos únicas cosas que suben en este país son las de primera necesidad y como no, el paro. Por lo demás, baja la bolsa, el PIB, la confianza de los inversores por nuestra España que hemos caído a unos parámetros muy bajos en cuanto confianza se refiere. Y unas cuantas cosillas más, que no por callarlas no dejan de ser importantes para nuestra economía, pero eso para los expertos. Pues así con todo eso, las verborreas políticas, no se dejan esperar.
Es curioso como nuestros políticos, dejan de hacer política para intentar sacar el voto como sea. Promesas que aplicando un poco el sentido común, no tienen ni pies ni cabeza, pero las lanzan gratuitamente para ver como unos pocos ingénuos se lo creen y rascan algún voto de esos de última hora, o sea de los indecisos, que todavía quedan por ahí.
Ya estoy acostumbrado al soniquete, con los dimes y diretes de nuestros mandatarios, pero así todo, siempre me pillan por sorpresa y claro, escuchando esto, con la puñetera tos, el dolor de espalda por el cambio del tiempo y algunos achaques más que no vienen a cuento, a un servidor le entran unas ganas de ser arbitrista y coger una goma de borrar para eliminar todo aquello que me repatea. Pero tranquilos/as, no lo voy a hacer, primero porque soy maduro de edad y democráticamente y segundo porque se me enfada el "elicobacter pilori", si ese mismo el que me rumia el estómago cuando me pongo ha hacer, estos digamos análisis.
Cuando faltan menos de tres semanas para las elecciones, cuando las dos únicas cosas que suben en este país son las de primera necesidad y como no, el paro. Por lo demás, baja la bolsa, el PIB, la confianza de los inversores por nuestra España que hemos caído a unos parámetros muy bajos en cuanto confianza se refiere. Y unas cuantas cosillas más, que no por callarlas no dejan de ser importantes para nuestra economía, pero eso para los expertos. Pues así con todo eso, las verborreas políticas, no se dejan esperar.
Es curioso como nuestros políticos, dejan de hacer política para intentar sacar el voto como sea. Promesas que aplicando un poco el sentido común, no tienen ni pies ni cabeza, pero las lanzan gratuitamente para ver como unos pocos ingénuos se lo creen y rascan algún voto de esos de última hora, o sea de los indecisos, que todavía quedan por ahí.
Ya estoy acostumbrado al soniquete, con los dimes y diretes de nuestros mandatarios, pero así todo, siempre me pillan por sorpresa y claro, escuchando esto, con la puñetera tos, el dolor de espalda por el cambio del tiempo y algunos achaques más que no vienen a cuento, a un servidor le entran unas ganas de ser arbitrista y coger una goma de borrar para eliminar todo aquello que me repatea. Pero tranquilos/as, no lo voy a hacer, primero porque soy maduro de edad y democráticamente y segundo porque se me enfada el "elicobacter pilori", si ese mismo el que me rumia el estómago cuando me pongo ha hacer, estos digamos análisis.