Noja está situada en la costa oriental de Cantabria. En su casco antiguo podemos disfrutar de las típicas casonas palaciegas que nos darán una idea de la importancia que esta villa tuvo en la Edad Media. En la actualidad, se ha convertido en el centro de un turismo creciente que busca la belleza de sus marismas y la tranquilidad de las playas de Rís y Trengandín. | ||||||||||||||||||||||
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25 de febrero de 2007
- 18:53
- Pepe
- Cantabria, Noja
- No comments
- 18:47
- Pepe
- Cantabria, Laredo
- No comments
Laredo es una importante población situada en la costa oriental de Cantabria. El Barrio de la Puebla Vieja, articulado alrededor de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la zona de El Puntal, la esplendida playa de Salvé y su ambiente nocturno son los principales reclamos turísticos de esta hermosa villa del Cantábrico. | ||||||||||||||||
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- 18:37
- Pepe
- Ajo, Bareyo, Cantabria
- No comments
Bareyo es un Ayuntamiento de contrastes, con su costa de abruptos acantilados, la Ría de Ajo, una de las mejores conservadas del Cantábrico, y playas como la de Cuberris. Por otro lado, el valle, los prados y los eucaliptales. La Iglesia de Santa María de Bareyo, está considerada una de las joyas del Románico en Cantabria. No podemos dejar de ver el pueblo de Ajo, donde su Conjunto Monumental es visita obligada. | ||||||||||||||||
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21 de febrero de 2007
Casa para Obdulia Bonifaz. Palacio del Marques de Albaicín
Noja (Cantabria)
Declarada Bien de Interés Cultural / 1992
El palacio barroco del siglo XVIII va a prolongar su existencia en la segunda mitad del XIX en relación con el eclecticismo. Se recurre a estilos históricos de los que se toman elementos y decoración que se mezclan con formas foráneas, y se incorporan nuevos materiales, desvirtuando la armonía y carácter del palacio tradicional montañés. Esta bella obra de Rucabado es un ejemplo de esta evolución en los gustos arquitectónicos.
Pertenece este palacio al estilo ecléctico predominante a finales del siglo XIX y principios del XX, época ésta a la que pertenece la mayor parte de la actual construcción. Toma como referencia el palacio montañés de la época barroca, con algunos de sus elementos característicos: zaguán, solana entre cortavientos, aleros volados y escudo en lugar preeminente.
Sin embargo, la irregularidad geométrica de la planta, los ventanales rasgados, la galerías, la azotea, la torre incorporada y la buhardilla, nos remiten a otros estilos históricos ajenos a nuestra arquitectura tradicional.
Se puede adscribir a la corriente que se conoce como “estilo montañés”, cuyo principal arquitecto es Leonardo Rucabado, autor en 1916 del proyecto de reforma de esta casa. El arquitecto castreño acepta el encargo de Obdulia Bonifaz, esposa de D. Cristóbal Pérez del Pulgar y Ramírez de Arellano, quien había recibido del monarca Alfonso XIII el título de Marqués del Albaicín.
Leonardo Rucabado respetó la antigua construcción barroca e incorporó una nueva fachada principal y otros volúmenes laterales, así como la torre con remate de ventanas gemelas, de aspecto neorrenacentista.
Su estructura es de mampostería y ladrillo revocado con sillería en los esquinales y contrafuertes.
Contiene el palacio, que está rodeado de un espléndido jardín, tres piezas heráldicas. La de la portalada de acceso a la finca lleva los símbolos de los apellidos Alba, Ramírez de Arellano, Bonifaz, Fernández de Córdoba y Pérez del Pulgar, emblemas que se repiten de igual forma en la portada de la capilla.
El escudo de la fachada lleva en su campo únicamente las armas de Bonifaz, rodeadas de frutas y lambrequines. El linaje de Bonifaz parece tener su origen en Burgos, pero varias ramas se establecieron en Santander en la Edad Media. Las cadenas que campean en su escudo hacen referencia a la hazaña de la conquista de Sevilla en 1248 por los santanderinos capitaneados por Ramón Bonifaz.
Copiado de este lugar.
Noja (Cantabria)
Declarada Bien de Interés Cultural / 1992
El palacio barroco del siglo XVIII va a prolongar su existencia en la segunda mitad del XIX en relación con el eclecticismo. Se recurre a estilos históricos de los que se toman elementos y decoración que se mezclan con formas foráneas, y se incorporan nuevos materiales, desvirtuando la armonía y carácter del palacio tradicional montañés. Esta bella obra de Rucabado es un ejemplo de esta evolución en los gustos arquitectónicos.
Pertenece este palacio al estilo ecléctico predominante a finales del siglo XIX y principios del XX, época ésta a la que pertenece la mayor parte de la actual construcción. Toma como referencia el palacio montañés de la época barroca, con algunos de sus elementos característicos: zaguán, solana entre cortavientos, aleros volados y escudo en lugar preeminente.
Sin embargo, la irregularidad geométrica de la planta, los ventanales rasgados, la galerías, la azotea, la torre incorporada y la buhardilla, nos remiten a otros estilos históricos ajenos a nuestra arquitectura tradicional.
Se puede adscribir a la corriente que se conoce como “estilo montañés”, cuyo principal arquitecto es Leonardo Rucabado, autor en 1916 del proyecto de reforma de esta casa. El arquitecto castreño acepta el encargo de Obdulia Bonifaz, esposa de D. Cristóbal Pérez del Pulgar y Ramírez de Arellano, quien había recibido del monarca Alfonso XIII el título de Marqués del Albaicín.
Leonardo Rucabado respetó la antigua construcción barroca e incorporó una nueva fachada principal y otros volúmenes laterales, así como la torre con remate de ventanas gemelas, de aspecto neorrenacentista.
Su estructura es de mampostería y ladrillo revocado con sillería en los esquinales y contrafuertes.
Contiene el palacio, que está rodeado de un espléndido jardín, tres piezas heráldicas. La de la portalada de acceso a la finca lleva los símbolos de los apellidos Alba, Ramírez de Arellano, Bonifaz, Fernández de Córdoba y Pérez del Pulgar, emblemas que se repiten de igual forma en la portada de la capilla.
El escudo de la fachada lleva en su campo únicamente las armas de Bonifaz, rodeadas de frutas y lambrequines. El linaje de Bonifaz parece tener su origen en Burgos, pero varias ramas se establecieron en Santander en la Edad Media. Las cadenas que campean en su escudo hacen referencia a la hazaña de la conquista de Sevilla en 1248 por los santanderinos capitaneados por Ramón Bonifaz.
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15 de febrero de 2007
- 18:18
- Pepe
- amor, comentarios propios
- No comments
Efectivamente al día de los enamorados, a eso me refiero en mi título. He oído en una cadena de televisión, algo sobre el hecho de estar enamorado, ya hace tiempo que puse algo sobre el tema, siempre he pensado lo que también dicen los científicos. El enamoramiento, viene a ser algo así como un estado de ánimo, donde un proceso químico nos acelera, desde nuestra libido -en psicología es un deseo sexual-, no confundir con lívido -pálido o palidez- hasta nuestra pasión, resultando un deseo y una atracción sexual, en algunos casos inexplicables. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, calificó a la libido como la energía de las pulsiones sexuales conjunto de la energía vital de la persona. Todo este proceso que siempre da vueltas alrededor del sexo, viene a durar de 1 a 3 años, en algunos casos me parece una exageración, pero si ellos lo dicen, discrepo pero lo respeto.
En el estado este, a veces catatónico, el deseo suele ser mucho más que otra cosa. Ese deseo que nace de una pasión, y asimismo esa pasión nace por un deseo, en la mayoría de los casos frenética de atracción por el cuerpo de la otra persona. Equivocando casi siempre el amor con el susodicho deseo, llevando a la convicción de la existencia de un amor, cuando creo que no es cierta, sino que como he dicho, es puramente deseo.
Con esto quiero decir que me parece mucho más profundo el amor, que el estar enamorado. Toda vez que el enamoramiento, como he dicho antes, se pasa con una duración más o menos corta. El amor, se queda arraigado entre nosotros y en ese arraigo es cuando nos suele suceder todas esas cosas maravillosas, la cuales formar un todo de pequeñas y grandes cosas, es cuando nos encontramos plenos, que no atolondrados de deseo con el enamoramiento.
Después de esta exposición, que para nada ha querido ser científica, aunque haya hecho alusiones, se puede llegar a una sencilla conclusión en la cual, estemos en el estado que estemos, estoy seguro que todo es maravilloso. Así que adelante, tanto si estás como ni no lo estás, lo importante es disfrutar, sea cual fuere tu estado.
Saludos.
Con esto quiero decir que me parece mucho más profundo el amor, que el estar enamorado. Toda vez que el enamoramiento, como he dicho antes, se pasa con una duración más o menos corta. El amor, se queda arraigado entre nosotros y en ese arraigo es cuando nos suele suceder todas esas cosas maravillosas, la cuales formar un todo de pequeñas y grandes cosas, es cuando nos encontramos plenos, que no atolondrados de deseo con el enamoramiento.
Después de esta exposición, que para nada ha querido ser científica, aunque haya hecho alusiones, se puede llegar a una sencilla conclusión en la cual, estemos en el estado que estemos, estoy seguro que todo es maravilloso. Así que adelante, tanto si estás como ni no lo estás, lo importante es disfrutar, sea cual fuere tu estado.
Saludos.
8 de febrero de 2007
A punto de entrar en el último tercio del invierno, las cosas parecen que siguen como siempre, el tiempo, a su bola como tiene que ser. En los otros aspectos, vamos tirando, después de haber finalizado mis exámenes sin grandes sobresaltos, pues otra vez a lo mismo. La temporada de senderismo y montañismo, ya está aquí, A.D.A.L.A la asociación a la que pertenezco ya tiene organizado el calendario para este año, de verdad que promete. La montaña te hace sentir emociones, como la naturaleza misma, igual que la mar. Llega a absorberte, parece como que te envuelve entre ella, entre sus paisajes, llegando a sentirte flotando a través de ella.
Por otro lado y siguiendo con la naturaleza, la mar está preciosa, como siempre pero el invierno parece como si la enfadara y por eso la hace estar así. Altiva, como ella misma, desafiante a los que nos acercamos a ella, rugiente como animal herido con ganas de atacar. El pasear al atardecer por la playa escuchándola, es como un coro de voces, con cientos de ellas, a veces ensordecedor, otras melodioso. Pero siempre agradable, sobre todo cuando el sol cae y ella se coloca en tono amenazante, queriendo alcanzarte con las montañas de agua y espuma.
Por otro lado y siguiendo con la naturaleza, la mar está preciosa, como siempre pero el invierno parece como si la enfadara y por eso la hace estar así. Altiva, como ella misma, desafiante a los que nos acercamos a ella, rugiente como animal herido con ganas de atacar. El pasear al atardecer por la playa escuchándola, es como un coro de voces, con cientos de ellas, a veces ensordecedor, otras melodioso. Pero siempre agradable, sobre todo cuando el sol cae y ella se coloca en tono amenazante, queriendo alcanzarte con las montañas de agua y espuma.
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