miércoles, 6 de abril de 2011

Estratagemas & Narcisismo


De esto no voy a culparte. Porque en estos días no te recuerdo ni te sé. Y nada de estos malabares tiene que ver contigo. Las noches son frescas, inherentemente a abril, aunque nunca entendí abril, porque abril no me significa mucho. Lo es julio, a veces mayo. Mayo sobre todo. Lo es octubre, sólo porque me gusta su nombre aunque no festejemos nada ni aquí ni allá. No, de este odio que me surge, no voy a culparte. Porque la verdad es que soy bastante feliz. Por el momento. Tengo canciones tristes y alegres. Todas al mismo tiempo. Tengo vino y cerveza en la nevera. Tickets de autobús que me llevan al sur. La gente que me ama. Algunos que yo amo. Aunque sinceramente, he descifrado gran parte del amor con mis pocos años. Y el amor es simple, y a las simples cosas las devora el tiempo. Así que lo llevo como el algebra, cuando sientes que ya conquistaste el mundo con unas cuantas ecuaciones, o eso me decían algunos ingenieros. Que también me quisieron, y ya dejaron de hacerlo. Supongo que también lo resolvieron al final. Aquí, sólo ocurre este espacio y esta nada. Cuando casi ha terminado el día, dentro de nuestro universo, estoy cansada de mí, principalmente. Me desvisto. Luego me visto otra vez como si hiciese falta.  Adoro esa sensación que resta al despojarme de todo. Quedarme sola. De odiarla mucho -sin hacerlo-, jugar a las caídas y a las historias mal logradas, pero corrigiendo los pasos, para no ahogarnos sin haber llegado al fondo, y a la cima. Contémplame, soy la misma hija de la chingada. Sé que voy a herir a alguien, y mírame, no me detengo. Hay guerras de azúcar que no pueden reconciliarse. Caminos no recorridos jamás, pero sufridos, de tal modo, que podrían culparte de todas mis tragedias. Pero no. Yo se los grito: NO. Esto no se trata de ti, creo de mí tampoco. Estoy recorriendo senderos que evocan al pasado de alguien, y hago batallas en presente para que le duela cuando menos lo esperaba. Es que a mí también me esta hiriendo, casi sin hacerlo, como la vanidad. Esa posesión no poseída. Tengo en reversa las ideologías de libertad que con tanto trabajo cimentaste. Ya no sé como no pertenecerle, ni serle o serle, de tal manera, que pueda abandonarme cuando más se le apetezca. Un día domingo con sol. El próximo verano. A ti, te quiero decir unas cuantas frases más. Pero, súbitamente me quedé sin aire, viendo como se me escurre – a veces- como el agua entre los dedos, cuando siento que pierdo el trayecto hacia sus bien torneadas raíces. Ya ves, yo no te culpo de nada,  jamás lo hice, sólo de crueldades y estratagemas inusitadas, yo que sé.

Mientras tanto, y estás afuera de todo, tú ten presente que  soy genial y no me olvides.

Waltz

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