El amor: ¿enfermedad infecciosa o mental?
Si para la Literatura y el Arte el amor constituye objeto de un marcado interés, ¿cómo la Medicina iba a dejar de ocuparse del estudio del sentimiento amoroso y de la "enajenación mental" que conlleva?
De las numerosas teorías que se han aportado para esclarecer este trastorno que afecta a toda la fauna humana, destaca la de cierto científico escandinavo, que trata de demostrar que el amor es una grave enfermedad infecciosa.
Según este original investigador el enamoramiento es "un proceso infeccioso de carácter agudo que invade el organismo y que presenta similitudes con la escarlatina, la malaria y la rabia".
El germen responsable de la infección, difícil de detectar, presenta cierto parentesco con el estreptococo y tiene "claras preferencias por los varones morenos y las mujeres rubias".
Cuando un individuo no es correspondido por el ser amado, el mal se hace incurable y mina lentamente las fuerzas físicas y mentales. Mientras en el hombre la sintomatología más destacada es "la neurastenia, los pensamientos obsesivos y los frecuentes ataques de cólera, en la mujer se observa como los ojos pierden su brillo habitual y la piel pierde su color y frescura".
En los casos graves el enamorado languidece de un modo increíble, se encierra en una negra melancolía y puede caer a menudo bajo la amenaza de trastornos mentales.
Es posible realizar una labor preventiva durante el período de incubación, antes de que los gérmenes del amor se desarrollen y multipliquen.
Afortunadamente el citado investigador cree estar en la pista de una eficaz vacuna que permita controlar esta terrible pandemia extendida a todas las razas, edades y sexos. De esos millones de víctimas queremos dedicar un recuerdo muy especial a Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, Pablo y Virginia y los Amantes de Teruel.
Frente a esta etiología infecciosa, otros autores, de origen vasco, sostienen que el trastorno amoroso es, sin duda alguna, uno de los más importantes problemas de salud mental y exigen a la Asociación Americana de Psiquiatría la inclusión del enamoramiento como una nueva categoría psiquiátrica.
Afirman estos autores que este trastorno presenta un comienzo brusco muy típico -flechazo- que afecta a todas las funciones y capacidades de los afectados. Altera el contenido del pensamiento que se ve ocupado preferentemente por la persona amada.
Son también habituales las deformaciones cognitivas del tipo: no puedo vivir sin ella, así como los celos "de cualquier objeto animado o inanimado".
Existe, por otra parte, una grave distorsión de la percepción que da lugar a que la persona amada sea vista como "la más guapa, lista, elegante y maravillosa", así como cierta labilidad afectiva con "respuestas de llanto exageradas".
Aunque generalmente la edad de comienzo de este trastorno es el final de la adolescencia, no resultan raros los casos que aparecen tras la jubilación y muy especialmente durante un viaje del Inserso.
Finalizan su estudio confirmando lo que se sospechaba desde un principio:
"La complicación más frecuente y grave del enamoramiento es, sin duda alguna, el matrimonio"