tuve cáncer. y me quedó un miedo terrible al coito.
la radioterapia me dejó "cerradita", tanto que el médico me recomendó usar un dildo para expander "un poco" la entrada y no pude hacerlo.
me compré un dildo, anatómicamente correcto. un poco grande para la media en este país, pero la idea era "agrandar la entrada", literalmente eso dijo el médico, y me dio unas cremas y sugerencias para poder hacer la introducción "cómoda", eso porque si no los exámenes serían extremadamente incómodos y dolorosos.
no funcionó. el artefacto dolió mucho y no fue suficiente la escasa excitación conseguida con lecturas provocativas y películas cutres. no había suficiente lubricidad y el dolor llenaba la experiencia, así que, luego que la señora que me ayuda en la limpieza se asustara al verlo, se fue a refundir en el fondo del cajón de ropa interior.
Había pensado escribir aquí el epitafio a mi vida sexual, llenar la última página con una descripción de lo doloroso que es para alguien como yo (una adicta confesa al sexo) que me quitaran el placer físico, esa carga de adrenalina y neurotransmisores que terminaría en una descarga intensa...esa sexión de cross fit placentero que tuve al menos una vez por semana los últimos 30 años...hasta el inicio de la radioterapia.
no estaba enojada con la vida, al final, pues las cosas terminan y retirarme a observar como otros cogen era la opción, o escribir fantasías que jamás pasarían.
No contaba con que él aparecería.
la invitación era para pasar un fin de semana en una cabaña en el bosque nuboso, en un lugar que además tiene cuevas y senderos para hacer trekking y otras amenidades de esas que cansan. Íbamos en grupo, yo con pocas ganas de nada incluso dudé al último minuto. ¿a que iba? algunas parejas ya armadas y otras que parecían prometer y alguien "nuevo" a quien ya "habían apartado" (ya alguien había dicho que quería con él) así que llevé mi botella de gin, los arándanos y lista para hacer los tragos...resignada.
y bueno, apareció el chico y ella se le lanzó, iba decidida a que esa noche la pasaran juntos y con el frío que había, pues no había duda de que era buena idea.
Le entregué un gin con arándanos y me dijo "que rico los hace" a lo que respondí que yo todo lo hacía rico.
la noche se puso entonada entre juegos de mesa, karaoke y baile, ella no sabe bailar así que aproveché a hacerlo yo, su aroma era delicioso y su forma de bailar demasiado excitante, yo no tenía otras intenciones así que me apreté bien para bailar, en algún momento estuvimos a punto de besarnos pero me contuve (vamos, ya anda con ella, pensé) y fue entonces que sentí el bulto que amenazaba mi integridad (ya pues, suena tonto) de alguna manera me evadí a las múltiples insinuaciones, yo no iba con ese propósito y bueno, terminamos como acordado en las habitaciones, ella en el mismo cuarto que él y yo en lo alto de una litera incómoda.
Al despertar él ya estaba en la cocineta recién bañado y yo me metí a bañar cubierta por su mirada y su "como amaneció" sugerente. El coordinador del viaje nos informó que iríamos a una caminata matutina antes de desayunar. mi semana había sido muy pesada así que yo dije que no iría a la caminata porque tenía correos que revisar. Inesperadamente él dijo que también se quedaría en la cabaña.
Ella regresó varias veces a convencerlo y él dijo que no, yo mientras tanto bebía café en la cocineta y revisaba mis correos en el celular, respondiendo algunos.
cuando se fueron yo llamé a un socio y hablamos un buen rato. al terminar oí su voz "usted como que no deja de trabajar, mejor venga"
entré a su habitación y me di cuenta que ambas camas habían sido usadas "no pasó nada" dijo, "no pregunté" contesté.
me senté a su lado en la cama y me lanzó la pregunta "¿usted también quería besarme anoche?" y tomó mi mano poniéndola sobre su entrepierna "me costó mucho ocultar esto"
Una erección completa. me ofusqué un momento que él aprovechó para besarme y apretarme. una boca demasiado rica y una lengua traviesa que me incitaba a más. puse mi mano sobre su ropa y apreté con suavidad, hizo una mueca de molestia "¿pasa algo?" pregunté, "solo que me incomoda la ropa" dijo y se abrió el pantalón para mostrar una hermosa verga totalmente erecta.
puse mis labios directamente sobre ella, me encantó su textura, su longitud, su dureza...un año de sequía se convirtió pronto en un festín: me permití lamerla, saborearla, acariciarla, apretarla, la disfruté en todo, la metí hasta el fondo de mi garganta mientras lo veía cerrar los ojos y sentía su mano sobre mi cabeza, solo posada, disfrutando y gozando mi forma de comérmelo.
las risas que se acercaban nos detuvieron a continuar, no eran ellos pero decidimos que no era el momento ni el lugar.
pero volveremos, me aseguró que lo haremos.
"tenemos una deuda"
así que mientras tanto voy a seguir intentando hacerle espacio. lo vale