viernes, 3 de abril de 2020

Cuarentena

No se pero creo que en mi caso, ni todos estos años de "amorios virtuales" me prepararon para estos tiempos de cuarentena.
Prefiero recordar los amores reales, esos  de los que yo -sin presumir- tengo una gran colección. Tal vez por eso no me hace falta ahora llamar a nadie para un rapidín que está prohibido, ni hacer una visita a su oficina para tomar café, un café endulzado con besos y un "no nos moleste" a la secretaria. No es que piense que ya tuve suficiente sexo para una vida (que puede ser cierto) sino que utilizo la imaginación para recrear los momentos favoritos, las historias más calientes, las escenas más libres, los escenarios más surreales en donde le dimos "gusto al cuerpo"y vivimos, claro que vivimos.
puedo jactarme de lugares públicos, sin gente, terrazas solitarias desde donde se veía toda la ciudad, y sentir el viento frío en mi espalda desnuda y sus manos acariciandome toda, vestirme de prisa mientras sube el guardia, porque eso si: jamás cogí con ropa, siempre fue totalmente desnuda.
puedo sentir de nuevo el agua helada de la cascada y escuchar las voces y risas de las mujeres que regresaban de lavar y nos encontraron cogiendo de pie agarrados de las piedras, riendonos luegos nosotros cuando casi caemos al intentar una pose absurda.
Puedo sentir el crujido de la leña quemándose en la chimenea frente a la que nosotros ardíamos de pasión y donde nos quedamos dormidos mientras el fuego menguaba, el de la chimenea y el de nuestro romance.
Puedo oírlo decirme "muñeca" mientras el gemido/grito que emitía al venirse salía de su garganta y su cuerpo se tensaba bajo el mío, y pedía "no te muevas, espera" para luego abrazarme y acunarme entre sus fuertes brazos.
puedo ver su espalda brillar con la luz de la luna que entraba de lleno por el ventanal que dejamos abierto adrede, sin vecinos que molesten, sólo la hermosa curva de sus nalgas tapadas por una sábana de seda.
puedo recordar los fallidos intentos de usar sogas, de atarme, de atarlo, de reirnos al no poder lograr nada de esa manera.
Puedo decir "mi amor" "mi amo" y verlo con el látigo de juguete con el que intentamos especiar el romance.
Puedo sentir como bebe de mi fuente, literalmente, sentir su boca juguetear por todo mi cuerpo, reírme y decirle que por eso prefería a los músicos de instrumentos de viento y no a los percusionistas, su boca que grita sexo, sus labios que son mordibles, comibles, besables.

"como estás"
su nombre se ilumina en la pantalla, quisiera contestarle que gracias a lo que vivimos estoy bien, que me he venido tantas veces en su nombre en estos días que si esto continúa será como si estuvieramos viviendo juntos.
"bien, aquí vamos soportando la cuarentena"
hablamos un rato de lo cotidiano, de los retos de este encierro, de lo que implica trabajar en linea...revisamos si ambos tenemos acceso a las cuentas de streamin, hacemos cuentas de lo que falta para el mes, nos enviamos memes, nos reímos de los chistes, nos preocupamos del futuro. todo muy normal.
no estamos acostumbrados al sexting, no le voy a pedir nudes ni me las va a mandar, juego con su foto con la app de moda, y eso, nada más que eso.
Mi subconsciente por el contrario lo sueña, en los sueños vuelvo a sentir su cuerpo desnudo, me aferro a su torso, siento sus besos, me elevo.
Amanece y le escribo: "extraño tus abrazos, los extraño demasiado"
pone una carita y dice "ya pronto nos veremos"
así pasa la cuarentena, esperando.



5 comentarios:

Walter Ordóñez dijo...

Me encantó!.

Nicté dijo...

me alegra que te gustara.

Ella dijo...

te extrañaba por aquí <3

desdeelinfinito dijo...

Siempre te leía y que agradable que hoy revisando todos mis favoritos me encuentro con tu post.
Me agradan tus letras.

Bruno y Mia dijo...

Te ofrezco humildemente mi blog con historias 100% reales con mi sumisa.