Me encanta variar la decoración de toda la casa dependiendo de la época del año, el único sitio donde no tengo permiso para cambiar cosas es la habitación de mi hijo, su feudo.
El resto de la casa cambia de aspecto una y otra vez dependiendo de la estación, de mi estado de ánimo, de las novedades que encuentre en mis cazas de tesoros,....
La cocina es uno de mis lugares favoritos y ahora en Navidad es uno de los más resultones. Este año fue donde más novedades introduje y estoy bastante satisfecha.
Vamos a dar una vuelta por ella y os cuento.
Lo primero que nos encontramos es un muñeco de nieve en la puerta de la cocina deseando Feliz Navidad a todo el mundo.
Y una vez dentro de la cocina, en la pared de la derecha un cuadro de punto de cruz flanqueado por dos adornos de pasta en forma de galleta de jengibre.
El cuadro lo fui bordando a ratitos libres y la verdad es que lo acabé enseguida, el marco es de Ikea y a pesar de no ser el típico verde de Navidad me pareció muy adecuado para los colores del cuadro.
Cuando estaba montando el árbol de Navidad del pueblo (os lo enseñaré en otra entrada) me acordé de estos adornos que encajaban con el color del marco y con los motivos del bordado.
Tienen ya varios años, pero al cambiarlos de ubicación, da la sensación de ser nuevos.
Al lado de la nevera, en un rincón un poco aburrido, unas cuantas luces para alegrar la noche.
En la esquinera una colección de figuras de Santa Claus, tazas y menaje de Navidad recopilado a lo largo de los años.
Tazas de chocolate, Santa Claus cocinero, muñecos de jengibre,..
Casitas de jengibre, más Santa Claus y casitas de jengibre,...
Platos de estrella, tazas y teteras esmaltadas rojas,...
Una esquinera alegre y colorida.
Seguimos y llegamos a la encimera debajo de la ventana.
Un pequeño árbol con bolitas rojas y una guirnalda de luces con forma de muñeco de jengibre en color cobre.
A su lado una lata con estampado de bayas navideñas (es una antigua lata de panetone).
Y en la esquina, sobre una servilleta roja y verde, unos botes con bastones de caramelo, un divertido reno y una botella con un corcho de Santa.
Y ya para terminar, encima de la tele, en el estante.
Más menaje navideño, un muñeco de jengibre cocinero y tarros llenos de cortadores de galletas.
Algún que otro adornito y otro cuadro de punto de cruz navideño con temática dulce.
Aquí el cuadro con más detalle, está sujeto con chinchetas sobre un corco enmarcado, para poder aprovechar el mismo soporte en distintas ocasiones.
¡Y ya está! una visita completa a mi cocina vestida de Navidad.
¡Hasta pronto!