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jueves, 23 de julio de 2015

La primavera la sangre altera.

Tiempo de estabilidad atmosférica, días en los que el agua parece una balsa de aceite, superficie calma, más propia de aguas interiores, pero algo a lo lejos  zigzaguea en la superficie ,perturbando el silencio y la monotonía del lugar. 

En efecto como muchos habéis pensado se trata de un señuelo de superficie, en este caso un paseante.

En esta época en la que los grandes róbalos han desovado ya vuelven a entrar en actividad con los calores de la primavera, aunque son especies más invernales, se activan bastante en estos meses previos al estío, el motivo, según mi parecer es la entrada de los cardúmenes de peces pasto, boquerones, pejereyes, caballas y demás delicatessen que enloquecen a las lubinas, también las lisas se solean mucho en esta época, por lo que lanzar entre ellas y animar el señuelo suele dar buenas picadas. Así las entradas de los puertos y escolleras serán lugares idóneos para intentar hacernos con alguna buena lubina.

En esta ocasión salí no muy temprano, serían las 8 cuando ya el sol calentaba el gran azul, cuando me puse a dar cañazos. Había muy poca actividad , apenas alguna alacha saltaba de vez en cuando cebándose de alevines.

Las gaviotas me tenían nervioso, no paraban de abalanzarse sobre el señuelo teniendo que dar grandes tirones para evitar que lo agarrasen, en ocasiones eran varias las que se disputaban el señuelo.

 En uno de los lances nada más caer el señuelo una gaviota se tiró a por él, le dí un fuerte tirón sacando el señuelo del agua y en cuanto tocó la superficie una preciosa picada bastante lejos me pilló por sorpresa, era un róbalo muy bonito, que me ofreció una digna lucha en superficie.

Esta modalidad tiene algo que la hace especial, y es que ver como atacan los peces es algo realmente emocionante.

Tras la foto de rigor unos cuantos lances más y para casa, la actividad era nula y el trabajo estaba echo, con éste buen róbalo me dí por más que satisfecho y me fui a casa con buen sabor de boca.









lunes, 13 de abril de 2015

¿Spinning? 5 buenas razones para disfrutar.

Todo empezó como cualquier día de  pesca , con una paradita  para tomar un café con el que espabilarme. En esta ocasión la jornada de pesca iría dirigida a buscar la lubina a spinning, ya que el agua no se había movido todo lo que a mí me gusta. Había escuchado rumores de que estaban entrando algunas caballas, y si el rumor era cierto había que intentarlo, ya que si había caballas, podía haber "caballos".

 Nada más llegar monté la caña de spinning con un Gekito jig de 30 gramos para intentar ganar algunos metros de lance por el fuerte viento que soplaba, el cual me dificultaba la pesca con otro tipo de señuelos.
Gekito Jig 30 gr, potera Owner ST-46 , pulpito Prohunter 2.5"
Pasaban los minutos dando cañazos y no obtenía mucho resultado, habría que esperar a que empezara a caer la tarde para ver como la gente de mi alrededor empezaba a sacar algunas bailas de pequeño tamaño con los pepones, un rudimentario señuelo compuesto de una cabeza plomada y un pequeño tubo de silicona hueco por dentro, muy arraigado en la costa onubense.

Tras unos minutos sin suerte y mientras caía el jig le metieron mano, no llegó al suelo, pero después de unos buenos tirones cortó el hilo (posiblemente una chova de pequeño tamaño).

Cambio de bajo y  decido meter un vinilo a ver si consigo engañar algún róbalo A los pocos minutos  el primer pez quedó prendido del anzuelo, dando una preciosa pelea teniendo que levantarlo a pulso por las piedras. Tras ver que había bajo el agua lo que andaba buscando, me sitúo en una piedra más cercana al agua y empiezo a machacar con varios tipos de vinilos, sin duda los señuelos que más pescado me están dando. 

La actividad fue frenética durante una media hora, en la que las picadas de róbalos y bailas se sucedían, soltando todas las bailas y muchos robalitos que eran cortos de talla, pero de vez en cuando alguno bueno se colaba y así, uno tras otro pude cuajar  una buena percha de róbalos. 

Fueron en total una quincena de piezas, de las cuales solo las 5 mejores fueron para casa. En estos días de tanta actividad es importante disfrutar con cabeza, y no dejarnos llevar por el afán de llenar el saco como algunas veces he visto, incluso con peces de poca talla.





La pesca es así, a veces los buscas con esfuerzo y no das con ellos, y otras veces se te meten bajo los pies y te ofrecen una jornada difícil de olvidar con innumerables picadas. 

Sin duda disfruté de una jornada para el recuerdo, y como la suerte es del que la busca y no del que la encuentra,  me despido deseando poder de nuevo estar pronto al pié del cañón para ver que me depara la próxima salida. Un saludo a tod@s.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Owner hooks, NO ESCAPE

Titulo esta entrada con el eslogan de esta fantástica marca de anzuelos, entre otras cosas.

Rindo este merecido tributo porque cada día me sorprenden más, no solo porque siempre halla sido mi preferida, que lo es, sino porque a pesar de tener que mover cielo y tierra para encontrarlos, ya que  en Granada hasta hace poco no los había, he sido fiel a ella ya casi 6 años por la gran confianza que me transmiten, y solo cuando no los encontraba o se me acababan me veía obligado  a comprar otras marcas.

En esta ocasión la captura que os narro  a continuación fue cobrada de una forma muy peculiar.

Pasada la primera mitad de la temporada invernal he dedicado apenas 3 jornadas en busca de la reina invernal, las cuales me han deparado un par de buenas capturas, alguna que otra suelta y  algún otro bolo, el cual ha sido menos doloroso de lo habitual ya que la compañía era inmejorable y el pesquero nuevo para mí en estas condiciones.




Entraba un temporal de poniente, que en aguas onubenses es sinónimo de muy mala mar, viento muy fuerte de costado, mucho arrastre lateral, que unido a una marea de coeficiente alto hacen muy difícil anclar los plomos en la orilla.

No son las mejores condiciones para salir, ya que con este viento han sido más los bolos que las alegrías, pero cuando se ha dado algo siempre ha sido bueno.

Cañas preparadas, cebadas generosamente con pulpo y sepia, y en esta ocasión probando una nueva línea de pesca, la cual tenía la impresión que debía ir muy muy bien para estos menesteres. 

No es otra que el Wiffis Flexor, en 0.55,  un hilo muy dúctil, sin memoria, de muy buena caída  algo de elasticidad,  y muy resistente a la abrasión, probado por compañeros con muy buenos resultados tanto para los bajos como para empatillar.





Tras necesitar 3 lances para clavar las cañas, por fin lo conseguí justo oscureciendo, lo punteros amortiguaban el embite de las olas, y mi única preocupación ahora debía ser que los plomos aguantaran y los coales no se liaran. Tras media hora reviso aparejos y todo correcto, nada de roamen y ni un enrredo, la cosa prometía.


Subía la marea, y el viento era cada vez más molesto, las olas batían con fuerza y se estaba haciendo un gran escalón en la orilla con el traqueteo de las olas, esto es algo peligroso cuando tenemos que cobrar una captura, ya que no es la primera vez que cuando la pieza llega ahí no podemos subirla y alguna ola nos la puede arrancar fácilmente.

Recibo una llamada y con el insoportable viento no consigo oir nada, decido irme al coche que estaba a unos 100 metros y me meto dentro para poder hablar, en plena conversación observo un movimiento raro en una de las cañas, le doy a las largas y veo una caña destensada y volcada para atrás, no le di más importancia, pensé que se habían soltado las grapas y seguí hablando. Tras unos minutos cuelgo y voy a revisar las cañas, veo que la caña está en banda y el hilo paralelo a la orilla.

Comienzo a recoger y no podía, me costaba mucho, por lo que decido recorrer la orilla recogiendo hilo, pensando que algo de basura me había sacado el aparejo, tras andar unas decenas de metros observo a lo lejos algo grande y plateado, enterrado de mitad del cuerpo hacia la cola, debatiéndose por liberarse, no lo podía creer, salí corriendo y cuando llegúe una gran lubina había sido escupida por las olas prendida de mi anzuelo por el filo del labio.

No lo podía creer, el animal tiró con fuerza ya que sacó bastante hilo del carrete, y cuando se quedó sin fuerzas empezó a tirar en paralelo a la orilla a favor de la corriente, y poco a poco las olas fueron echándola para afuera. Pudo soltarse en cualquier momento, en cualquier carrera o destensada, pero el 5180 cumplió su cometido y el pez no consiguió zafarse de este magnífico anzuelo, sin duda para mí, el más polivalente de todo el catálogo de Owner que no es pequeño precisamente, jeje.


Muchas son las veces que la mala suerte nos arranca un pez en los últimos metros, o vemos como tras una gran picada el pez no se clava, en este caso la suerte quiso que pudiera cobrar una gran captura de una forma un tanto peculiar.

De esta jornada aparte del buen sabor de boca por la captura, reafirmo mi plena confianza, una vez más,  en el que para mí es el mejor anzuelo con el que he pescado (5180), por otro lado confirmo al Wiffis Flexor como una seria alternativa cuando la cosa se pone fea de enrredos, a un precio bastante contenido, por lo que seguiré usándolo cuando el día lo requiera.

Pero sobre todo me llevo una buena anécdota y un buen chascarrillo para contar cuando nos juntamos los compis a contar  mentirijillas en cualquier tertulia que se tercie. Lástima no haber podido grabar el momento y sobre todo la cara de bobo que se me tubo que quedar jejejejej.








viernes, 9 de enero de 2015

Calentando motores en buena compañía.



Buenas a todos amig@s por diversos motivos estoy teniendo muy poco tiempo para ir a pescar, muy pocas  salidas en los tres últimos meses, y como el tiempo manda no siempre está el agua como nos gustaría, si bien las últimas jornadas han sido y seguirán siendo dedicadas  a la búsqueda de la reina de la espuma, la reina del surfcasting invernal y las noches frías, que como la mayoría sabéis me refiero a la lubina, róbalo o llobarro.






Este principio de temporada invernal  ha estado marcado por la aparición de las algas en cuanto se movía un poco el agua, así que ha sido difícil arrancar algún pez.  Por otro lado apenas un par de temporales, muy pocos para estas fechas, y muy poco frío, por lo que la temperatura del agua no está en su punto aún.


Por mi parte la cosa ha estado regular, consiguiendo solo algún robalete mediano, y algunos de poca talla  que se fueron por donde vinieron, salpicados de alguna baila de buen tamaño y algún que otro sargo, que aunque han sabido a poco, han maquillado algún que otro bolo jeje.










Pero si bien yo no he tenido el tino necesario para hacerme con un buen tarugo, en esta ocasión han sido mis compañeros de pesca los que acertaron de lleno.


En una de las salidas más complicadas que recuerde debido a  la corriente y sobre todo las algas, mi compañero y amigo Manuel Aljama (Lolo para los que tenemos el privilegio de llamarle amigo) se colgó este pedazo de robalo, con el que abría la lata de los tarugos invernales, y que fué justa recompensa a la cabezonería no solo de Lolo, sino también de Jesús y un servidor que aguantamos estoicamente lo laboriosa que estuvo el agua.









 En estos días así, solo un buen puntero, y sobre todo un buen fluorocarbono, atado a un buen anzuelo cebado generosamente serán los únicos garantes de que nuestros cebos estén pescando cuando pasa el pez por nuestro puesto.




En  otra salida de las pocas que hemos echo, el turno fué de Sergio Gallego, un buen amigo y  consumado pescador  a spinning que ya sabe lo que es sacar tarugos con cañitas de juguete, y que este año le ha picado el gusanillo del surfcasting (pobre de él).

 Ante este nuevo reto que se planteaba he intentado ayudarle en todo lo que he podido y lo mejor que he sabido, tal como él hizo en su día conmigo cuando fuí yo, el que acudió a él y a su hermano Jose Manuel, en busca de consejos sobre la pesca con señuelos.



Como no puede ser de otra forma puse todo mi empeño para que todo saliera bien, y aunque aún le falta limar algunas cosillas y afianzar algunas cosas aprendidas solo le costó jornada y media el hacerse con un hermoso robalote, tras una bonita pelea en dos cuartas de agua, que sin lugar a dudas tardará en olvidar. Para maquillar el resultado nos hicimos con otro par de robaletes, que pusieron la guinda a otra jornada más de pesca.






Sin más que contaros me despido de todos vosotr@s hasta la próxima.






martes, 20 de mayo de 2014

Temporales asalto final. Robalo XXL,

Bueno señores/as como comenté en la última entrada, la primavera, como a la mayoría nos cambia el reloj biológico en el que cambio de hábitos en cuanto a pesca se refiere, dejando a un lado la temporada invernal, pero según la experiencia de otros años a finales de  Abril y Mayo suelo tocar alguna buena lubina. Tras la fructífera salida de la jornada anterior y temiendo que las aguas se tranquilizaran ya en exceso en las siguientes semanas, tenía que intentarlo una última vez antes de cambiar los plomos de grapa y pirámide por los de lance. Tras ver que el agua se encontraba bien tras 3 días batiendo el mar, decidí hacer una salida exprés al finalizar la faena del día, así me planté sobre las 19:30 en el pesquero con 3 horas de subida aún por delante y una de bajada que era el tiempo límite que me había impuesto para irme, ya que al día siguiente tocaba rendir bien.
Libertad en estado puro
Cañas listas, anzuelos cebados con choco sucio y pulpo, cañas al agua y a disfrutar de el último temporal con sabor invernal, un poco nostálgico, ya que hasta Octubre o Noviembre será dificil  disfrutar de nuevo de la pesca que más me gusta. Las cañas pescaban bien, a pesar de la corriente, las gametas del  0.50 cumplían su función y solo quedaba esperar. Tras dos horas sin actividad alguna empezó a remolinarse el viento aumentando su intensidad, a lo que se sumó un aguacero que me hizo refugiarme en el paraguas. Fué cuando más agua caía cuando pude ver como una de las Stratto se retorcía de gusto en su cañero, jeje menuda picada, salté de la silla y esperé a que repitiera el arreón, tras otra espectacular arrancada esta vez hacia  la derecha me dejó la caña totalmente volcada hacia atrás, momento en el que la tomé en mi mano, apreté un poco el freno y clavé de un buen cachete, quedando la caña totalmente arqueada y sacando hilo con dos buenas carreras, aquel pez si era bueno, muy bueno, su peso le delataba, era el róbalo que había estado buscando todo el invierno y que no había dado la cara. solo quedaba disfrutarlo e intentar ponerlo en seco, tras unas buenas arrancadas se vino totalmente a la orilla, haciéndome andar bastante hacia mi derecha, metiéndose peligrosamente debajo de las otras cañas.


La suerte hizo que no se liaran, y en su intento de venirse a la orilla a meterse donde más fuerte rompía el agua en su intento por librarse del anzuelo, cavó su propia tumba, ya que la fuerza de las olas ayudadas de la tensión de la línea hicieron su trabajo y en poco tiempo lo tenía a punto de caramelo, solo unos metros lo separaban de mí, tras quedar varado en la arena y tomarlo en la mano un gran alivio y alegría invadió mi cuerpo, con la satisfacción de un objetivo cumplido para este año que era batir mi récord de lubina, que a partir de este momento pasaba de 6.200 kg a  6.980 Kg.  7 kilazos de lubina nada más y nada menos.

No lo podía creer con la de frío y penurias que había pasado este invierno buscándolos en "su fecha",  me ha llegado ya con la primavera bien avanzada. Sin duda este año ha sido prolífico en lubinas, si bien han abundado mucho las lubinas medianas, estando las grandes muy escasas y complicadas.


 Quiero agradecer a todos los compañeros que han salido este invierno de pesca conmigo a comernos temporales, en especial a Lolo (Manuel Aljama) por  su apoyo, su dedicación, su buen hacer y su entusiasmo, ya que sin ellos los bolos duelen más y cualquier día aunque no haya picadas se convierte en un día agradable, disfrutando de la naturaleza en una de sus caras más duras. Días en los que aunque la picada se la lleve uno, el éxito y la alegría nos inunda a todos cuando vemos a un amigo sostener en la mano su preciado trofeo, sin envidias, sin rivalidad. En ese momento solo un abrazo puede expresar la complicidad que tienen los verdaderos compañeros de pesca.   Lástima que no todo el mundo entienda ésto.


Nou Cast sin memoria  0.50 y Owner SSW 5/0


Sin nada más que contar me despido hasta la próxima entrada con unas fotos, mirando al horizonte esperando de nuevo ver esos borreguitos en el agua que actúan como un poderoso imán para los que amamos el Surfcasting invernal. Un abrazo y felices pescas.






Siento las gotitas en las fotos, pero el aguacero no perdonó

Materiales usados:

Caña Nou Cast Strattocast 425 semihibrida
Hilo Nou Cast arena 0.22
Gameta Nou Cast sin memoria 0.50
Anzuelo Owner 5/0 SSW




viernes, 2 de mayo de 2014

Temporales, penúltimo asalto.

Tras un mes de parón en cuanto a pesca se refiere, entre viajes y Semana Santa, esperaba el momento en que un poco de tiempo libre me permitiese mojar los anzuelos. Para mí la Semana Santa supone el punto de inflexión tras la temporada invernal, en la cual cambio de hábitos, artes, pesqueros y forma de proceder, pasando a  preparar un menú distinto con el que engañar  a los peces en esta época y adaptar los materiales a los pesqueros que voy a visitar y especies que voy a buscar.   Pensando en como afrontar las siguientes salidas de pesca, el tiempo fue caprichoso y tras una Semana Santa bastante apacible en cuanto climatología se refiere, se metió un buen temporal que aguantaría toda la semana con más o menos intensidad. Ya tenía el chip cambiado, pero la cabra tira al monte y no pude resistirme a intentarlo en el temporal. Miré de que tiempo disponía y que día iba a ser más favorable e intenté cuadrar una salida corta, pero con buenas condiciones. Pues nada el día elegido me cargué los trastos a la espalda y me planté en el pesquero seleccionado para esa ocasión, el cual llevaba tiempo sin visitar y le tenia ganas. Las condiciones parecían favorables así que me apresuré a montar las Strattos y a instruir a mi compañero de pesca ese día, Eloy, el cual no había pescado nunca un temporal, ya que le tiran más las piedras y le eché una mano con los montajes.


.
  Tras mandar los cebos al agua con pirámides, en segundos los hilos estaban en la orilla, había demasiado arrastre, por lo que no tuve otra que meter las grapas de 150 gr y un hilo más fino,   ahora si  parecía que aguantaba. Tras sacar las cañas y ver que estaban pescando bien y sin enredos, las dejé un largo rato hasta que una de ellas se destensó, dando la cara un robalete de 1.4 Kg que nos dio muy buena espina.




Fue subiendo la marea y los enredos y las algas aparecieron en la escena, mala cosa, aguantamos como pudimos algún tiempo, teniendo que sacar las cañas constantemente y fue solo en el repunte de la pleamar cuando nos dieron tregua, momento en el que me senté a comerme el bocata. Como suele pasar no me lo había terminado cuando la caña de la izquierda se dobla lentamente. ¡Malditas algas, pensé de nuevo!, así que me terminé el bocadillo y cuando fui a sacarla vi que estaba bastante hacia la izquierda. Tras recuperar el hilo que había destensado pude notar un buen pez al otro lado de la línea, el cual fue cada vez más tirando hacia  la izquierda hasta meterse en el espumerío, donde me regaló una bonita batalla, tras la cual pude poner en seco esta bonita lubina de 3.6 Kg de peso que no pudo resistirse a un pata de pulpo bien presentada.





Tras unas fotos y bromas con el compañero dimos por concluida la jornada ante la inminenete llegada del arrastre con la bajada de la marea.  Pescar el temporal había merecido la pena y mucho, no solo por las capturas , si no por compartir la jornada con Eloy, el cual me parece que ha quedado enganchado ya a este tipo de pesca, jeje y me ha pedido la revancha, pero ésta vez en su zodiac, veremos a ver la paliza que me da, jaja.



Las previsiones hacían presagiar que el temporal se iba a alargar toda la semana, con más o menos fuerza, así que habría que planear algo a la caída del mismo y apurar las últimas opciones con las reinas de la espuma. ¿Habra sorpresa?? Jejeje hasta la próxima......


El compañero Eloy, un artista.



Materiales y Cebos utilizados:

Cañas: Nou Cast strattocast
Hilo: Nou Cast arena  0.22
Coal: Nou Cast sin memoria 0.50
Anzuelo: Owner SSW 5/0
Cebos: choco sucio y pulpo.


domingo, 13 de abril de 2014

Robalos primaverales.

Ya muchos dieron por terminada la búsqueda de lubinas una vez que el frío de Enero y Febrero nos abandonó, pero aún podemos hacernos con alguna lubina, si bien es cierto que después del desove los mayores ejemplares se retiran un poco y los que se quedan bajan de peso y un poco la actividad, tras el periodo de tanto esfuerzo por el que han pasado en los últimos meses.

Si bien a medida que aumentan las temperaturas las lubinas bajan la actividad, será el cebo vivo y el spinning casi las únicas modalidades que consigan engañar a las astutas lubinas. ¿ Y a surfcasting?  Si vemos que se acerca alguna borrasca, o algún día en el cual el viento sople de cara y nos levante unas buenas rompientes no dudemos en intentarlo a surfcasting, pues seguro que alguna lubina merodeará la zona y podremos tenerla a tiro de nuestros aparejos.

En este caso la jornada fué diurna, comenzando antes del medio día y posponiéndola hasta la caída del sol con la intención de pillar el ocaso que coincidía con el repunte de la marea. El agua estaba fenomenal y el aire comenzó a soplar tal como pronosticaba el parte meteorológico, así que solo quedaba esperar. Como casi siempre, me acompaña mi amigo Lolo en mis salidas de surfcasting, y por primera vez en la temporada robalera disfrutábamos de un buen día de sol, así que como la ocasión lo merecía preparé esa misma mañana una buena fiambrera de ensaladilla rusa y algún que otro  manjar más en forma de jamón serrano y caña de lomo  de Trevélez, el cual acompañamos con el omnipresente tintorro del Lolo que nunca le falta en la nevera jeje. 

Total entre risas y anécdotas fue transcurriendo la jornada con pescado pequeño al principio, en forma de sargos y bailas. A medida que subía la marea se marcaron más peces pequeños, los cuales podíamos devolver sin muchos problemas al agua. Fué ya casi empezando a ponerse el sol cuando tuve la primera picada, saliendo el primer róbalo de la jornada, que si bien no era un xl, ya tenía un tamaño bastante apañado, el cual nos dió ánimos para seguir un poco más. 



Durante una hora hubo mucha actividad, sacando dos róbalos más que fueron devueltos, ya que aunque tenían la talla mínima, no consideré oportuno llevármelos para que sigan creciendo.Tras esos dos tuve una buena picada con lo que parecía ya un xl, que tras unos minutos de lucha se despescó antes de llegar a la rompiente. Mala suerte. Fué reponer cebo y una nueva picada marcaba la presencia de otro buen robalete, el cual dio bastante guerra debido a un escalón que se había echo  a consecuencia del golpeteo de las olas.




Mientras mantenía esta frenética actividad Lolo hacía de las suyas con las bailas, es inexplicable como a mis cañas entraban robalos y a las suyas bailas, cuando todo lo que veían los peces bajo el agua era idéntico en las 4 cañas, Expediente X jeje. 



Tras la puesta de sol Lolo empezó a recoger ya que era Domingo y aún tenía que cumplir con la familia, yo decidí aguantar un poco más, y ya casi despidiéndome de Lolo una nueva picada me marcó otro robalo un poco menor que los anteriores, y que al venir tragado no pude devolverlo al agua de nuevo. Foto de Lolo y me despido de él aguantando en el pesquero una hora más antes de  un buen chaparrón con el que puse punto y final a la jornada sin ninguna picada más.

La humedad del ambiente no permitió una foto de mayor nitidez.

Ya se echaba de menos el solecito de la primavera.
Una vez más buena pesca, buenos materiales Nou Cast y Owner; y  como siempre mejor compañía.
Me despido hasta la próxima, un saludo.











martes, 25 de marzo de 2014

Poker de labrax

En esta ocasión fué una salida de tarde, cambíé el amanecer por el crepúsculo, buscando el repunte que caía justo al atardecer. Así tras llegar a casa y comer algo, preparo la mochila y salgo  pitando llegando al pesquero  con un par de horas de luz aún por delante, más que suficientes para intentar sacar algún pez, si quieren comer claro, me decía a mí mismo. Al pasar saludo a un par de conocidos y les pregunto que tal está el agua, su respuesta fué "ALGAS", vaya, empezamos bien. Sigo un poco más  buscando alguna zona más profunda y resguardada. Tras varias asomadas para comprobar el estado del agua doy con un sitio en el que el agua tiene buen aspecto y me decido probar. Al poco rato de estar allí dos bailas me marcan algo de actividad, las cuales van de nuevo al agua. Tras estas picadas media hora larga sin una sola muestra de vida, así que decidí cambiar de puesto y probar suerte de nuevo. Tras probar con vinilos y no obtener resultados decidí meter un sammy 115 y al segundo lance conseguí clavar un bonito  róbalo, el cual me alegró la tarde, mientras lo acercaba vi como al pasar cerca de las piedras otros tres  más grandes salían a su encuentro, refugiándose en las piedras una vez metí el salabre. Tras intentarlo  unas cuantas veces cerquita de las piedras y observar que salían pero no se decidían, decidí meter un  tide minow y pasarlo pegadito al escondite donde estaban, tras unas pasadas y un intento fallido conseguí la picada clavando otro  buen róbalo. Tras desanzuelarlo, no sin dificultad,  ya que había engullido el señuelo hasta las trancas,(como clavan las Owner st 46N);  lanzo y obtengo una nueva picada con una preciosa pelea a escasos cm de las piedras. El trabajo estaba echo y me lo estaba pasando de cine pescando a pez visto y observando lo curiosas que son antes de atacar, con varias persecuciones y abortando en el último suspiro. Ante ésto un buen fluorocarbono de calidad como el Magic facilita bastante las cosas. Tras probar unos minutos más y no obtener picada decido retirarme y retroceder para intentarlo  justo donde me asomé al principio, lugar donde semanas antes había observado varias lubinas de gran tamaño muy pasivas encuevadas en las piedras. Probé suerte a ve si conseguía dar con alguna, tras usar el minow comprobé que había algas por abajo así que decidí meter un paseante y probar por arriba que se veía el agua  limpia. A los pocos minutos y con el sol ya puesto en el horizonte vi como un buen pez atacó el señuelo, fallando dos picadas consecutivas, menudo aparato. Vuelvo a lanzar al sitio, y no había cerrado el pick up del carrete aún cuando sacó medio cuerpo fuera del agua y engulló el sammy, empezando una bonita pelea con buenas carreras y arrancadas que me dieron un buen subidón, una vez ya en la sacadera pude comprobar el barrigón que tenía (normal, se había puesto morado de cangrejos). 
Así en un momento mágico para la pesca como es el ocaso conseguí hacerme con un buén róbalo y un poker, que tras los dos bolos consecutivos me supo a gloria.
Buena tarde, buena temperatura, buenas picadas, buenas piezas, pruebas de materiales nuevos y una puesta de sol maravillosa, poco más se podía pedir.  
Solo foto de rigor y para casa a descansar con la satisfacción de un trabajo bien echo 
Espero que os guste, hasta la próxima.






lunes, 10 de marzo de 2014

Seguimos en busca de los grandes.

Seguimos buscando los grandes róbalos,  como sigue siendo habitual. Ésta vez repetí pesquero trás el éxito de la jornada anterior, con la esperanza de que otro gran Labrax tomara el cebo, pero una vez más un pez mediano quiso tomar el engaño en lugar de sus congéneres de mayor porte. El día pintaba bien, sin algas, agua movida, no había enredos, todo estaba estupendo pero una vez más la actividad era nula, ni las inquietas bailas hacían acto de presencia, y es que las mareas pequeñas es lo que tienen. Todo apuntaba a un bolo de campeonato, con las cosas ya medio recogidas, una caña ya en su funda me dispuse a limpiar un poco el puesto de pesca (no veas como lo habían dejado algunos antes que yo), cuando por el rabillo del ojo veo que el trapiluz cae al suelo, y el hilo queda en banda, pensando que serían algas o la corriente seguí recogiendo basura hasta llenar una buena bolsa, pero sin quitar el ojo a la caña, y en una de las ojeadas vi el trapiluz dando saltos, signo inequívoco de que algún peje estaba al otro lado de la línea. Tras tomar la caña en la mano y clavar, noté unos bonitos tirones, que si bien no eran de un gran róbalo, hacían presagiar que no era del todo malo, y así es como con sus 2.3 Kg me salvó del bolo supiéndome a gloria tras la jornada tan aburrida que había tenido. La receta hilo Nou Cast Arena  0.26 para el carrete,  el sin memoria 0.40 para los coales, y una buena tira de choco fresco encarnada en un buen Owner fukase 5/0 sigue dando sus frutos.
Tras la foto, a terminar de recoger y salir pitando que tenía cosillas que hacer jeje. Seguiremos intentándolo en futuras salidas.