Guapos

 Da gusto verlos correteando por la basa (Carcinus maenas, Cámbaru y Pachygrapsus marmoratus, Sapa)).

Un bicho bola

 Aunque no hace una bola perfecta, a este Isópodo (posiblemente Philoscia muscorum) lo encontramos en el entorno de un bebedero-lavadero-fuente típico de la zona. Se alimenta de restos vegetales en descomposición.

Entre pleamares

Metiendo las narices en los charcos intermareales, disfrutamos de la presencia de bígaros, erizos y, sobre todo, de las quisquillas (Palaemon elegans, posiblemente). El sustrato, tapizado por el alga calcárea Lithophylum incrustans.

El Cangrejo de los mejillones

Un amigo se llevó una buena sorpresa al cocer unos mejillones salvajes. Dentro de ellos se encontró con estos pequeños cangrejos (Pinnotheres pisum). Viven dentro del mejillón de forma parásita obteniendo alimento, protección y oxígeno. Todos los de las fotos están cocidos.

Bajo la maceta

Al cambiar una maceta de sitio nos hemos encontrado con este espectáculo bajo ella: una docena de jóvenes tijeretas que la mayoría de ellas escaparon pitando (Forficula auricularia), un caracol (Helix aspersa) y, encima de éste, una Cochinilla de la humedad (Oniscus asellus).

Cochinillas de la humedad

Son Crustáceos terrestres, con siete pares de patas y a los que les encanta la madera en descomposición. Cuando se encuentran un poco agobiadas, se hacen las muertas. Algunos parientes se enrollan en forma de bola (Bichos bola) pero a esta especie en concreto (Oniscus asellus) no la hemos visto hacer tal cosa.

Pareja

Dos cangrejos ermitaños (Clibanarius erythropus) haciéndose arrumacos.

Una fatalidad

Una auténtica desgracia que el molusco se haya pegado sobre el dorso de este cangrejo. Un ojo lo tiene inutilizado. Gracias a Andrés por la captura.

El cangrejo y el Vuelvepiedras

 El Vuelvepiedras, tomándose un receso entre ola y ola.

Ayer por la tarde asistí a una de esas escenas típicas de documental: una pelea entre un Vuelvepiedras (Arenaria interpres, Entornaraxes) y un cangrejo (Sapa, Pachygrapsus marmoratus). El primero quería comer al segundo, que se defendió de maravilla. Cuando las cosas se estaban poniendo muy feas para el cangrejo, una ola providencial espantó al Vuelvepiedras y, en su retroceso, se llevó al cangrejo. Yo, que estaba arrodillado y muy concentrado, también caí en la trampa de la ola y pillé una buena mojadura, pero como siempre, mereció la pena.

Una joya con muchas patas

Este verano Gonzalo y yo llevamos una de esas alegrías que se prodigan poco: localizamos en la cuenca fluvial de La Ría varios ejemplares del Cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes) o Cangrejo de patas blancas. Hace casi cuarenta años desde la última vez que lo vi. Se trata de una especie muy sensible a los cambios en su hábitat y que sufrió una fuerte competencia con la introducción de otras especies muy próximas, como el Cangrejo rojo americano. Además, estas especies, más resistentes y menos exigentes, trajeron consigo algunas enfermedades, como la peste del cangrejo (producida por un hongo), que acabaron por diezmar las poblaciones de cangrejos autóctonos.

Jugándosela

El otro día vimos a este Cangrejo corredor (Pachygrapsus marmoratus, Pialla) al borde del abismo. Paseaba tranquilamente por el puerto de Llastres muy cerca de tres jóvenes Gaviotas patiamarillas. Su unica via de escape en caso de apuro sería tirarse al agua, desde buena altura.

Cangrejos ermitaños

Casi siempre en conchas abandonadas del caracol Nassarius reticulatus (y de otras especies), podemos encontrar a un inquilino particular: el cangrejo ermitaño Clibanarius erythropus. Estos cangrejos tienen el caparazón poco calcificado y por ello buscan la protección de las conchas de gasterópodos marinos.

Navegando a la deriva

A veces, la mar trae cosas y las mete en La Ría. Este fin de semana pasado apareció flotando una viga de madera de unos siete metros de longitud, que fue rápidamente retirada (Tatán y Ezequiel) a una orilla para evitar cualquier accidente naútico contra ella. Lo más espectacular es que venía totalmente tapizada por miles de ejemplares de Percebe mexón (Lepas anatifera, Anatifa). No es comestible.

Zarapito real de caza

Una de las presas predilectas del Zarapito real (Numenius arquata, Algaraván) en La Ría de La Villa son los cangrejos (Carcinus maenas, Cámbaru). Una vez localizado y capturado, lo solmenará fuertemente para ir desmembrándolo, se tragará el carru y luego las patas sueltas.

Pulgas de agua dulce

Siempre que nos tropezamos con un bebedero de vacas allá metemos las narices y casi siempre se pasan buenos momentos viendo los ambientes tan variados que hay en ellos. En éste al que nos asomamos nos llamó la atención la cantidad de ejemplares que había de este crustáceo al que, en un alarde de temeridad y de inconsciencia clasifico a ojo como Gammarus pulex.
Es curioso el mosqueo de los paisanos cuando nos ven quietos tanto rato, a un palmo del agua y mirando fijamente hacia el interior del bebedero. Pensarán que hay gente para todo.