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22 septiembre 2016

Rajoy insulta y se proclama, de forma chulesca, vencedor aventajado en unas terceras elecciones

No voy a hablar de las mentiras de Rajoy, ya lo he escrito con detalles y pruebas, en muchas ocasiones en Kabila, mi blog. Sin embargo, sí que quiero hablar de cómo el presi en funciones está tan alterado que pierde el control en sus sermones, últimamente.

Así, al PSOE y a Sánchez les ha llamado antipatriotas y les acusa de poco democráticos. Ya saben, le dijo la sartén al cazo: “Apártate que me tizno”. Hay que tener jeta para que un tipo que ha defendido y ayudado a un tesorero corrupto dándole ánimos : “Luis sé fuerte”, o que ha tratado de colocar a un exministro que ha operado en paraísos fiscales en el Banco Mundial, o que no pide el acta de Rita Barberá, o que conserva a un ministro que ha utilizado, como Fernández Díaz, a la policía para perseguir y pretender aniquilar a sus enemigos políticos, entre otras cuestiones, resulta que se permite llamar antipatriota o poco democrático a otros y, además, en un alarde chulesco sin precedentes se autoproclama vencedor con más ventaja en unas probables próximas elecciones.

Está perdiendo el control, sabe que nadie le quiere (salvo sus amiguetes de Ciudadanos que le apoyan con la nariz tapada) y ve perdida la jugada. Eso no lo puede resistir, él que se cree el rey del mambo se encuentra más solo que la una, él que ha hecho tanto por la gente (su gente): “¡Qué injusticia!”

Ahora resulta que es un adivino. Ya sabe que va a ganar las próximas elecciones y con mayor ventaja. Cree que se comerá parte de la tarta de Ciudadanos, puesto que considera los votos de C’s, votos robados al PP. Y se jacta de eso, de ser el mejor, el mas votado. Olvidándose, de forma consciente, de que es el personaje político más rechazado del panorama actual, el apestado.

Y, por fin, ha sido sincero, por una vez. Ha hablado de algo que desea desde que se celebraron las segundas elecciones: unas terceras. Eso le pone. Se cree gran ganador y con derecho a ocupar el trono, olvidando que para ello debería convencer a otros y eso, es harto imposible con la política que practica y con la corrupción que le acosa. Y es que a veces, ponerse sentado a esperar que pase el cadáver de tu enemigo puede salir mal, porque los que se sientan también pueden morir esperando.

En el fondo, está cabreado, creía que iba a ser investido y lo que han hecho es embestirlo. Ya no ha excusa y se acaba el tiempo. Hay que jugar fuerte y apostar por dejar a Rajoy fuera, de rechazarle a él, a sus políticas y a las corrupciones de su partido. Sánchez tiene que ponerse las pilas y conseguir un gobierno alternativo, que nos aleje de la miseria y la corrupción.

Salud y República

09 junio 2016

Montoro pasará a la historia como: “El amnistiador mayor del reino”

Ahí queda. Es amigo de sus amigos y sobre todo un defensor a ultranza de los poderosos. Su obra ha consistido en inclinarse ante los ricos y despreciar a los débiles aumentando la desigualdad a limites difícilmente superables.

Su gran aportación en el gobierno ha sido la amnistía fiscal. Una medida que, como tantas otras, los peperos negaron rotundamente que fueran a acometer cuando estaban en la oposición. Una demostración clara de cómo se pagan impuestos en España.

La política impositiva es tan asimétrica que da asco. Así, por ejemplo, si hablamos del IVA, un impuesto indirecto y por lo tanto injusto por naturaleza, puesto que lo paga igual todo el mundo --sea quién sea, tenga lo que tenga y gane lo que gane--, ya tenemos la primera grave desigualdad. Que Amancio Ortega (por ejemplo) y un parado paguen el mismo impuesto cuando van a comprar lo mismo, dice mucho de lo injusto del impuesto.

Peor es que, este gobierno mentiroso, haya defendido que en el caso de los impuestos directos se practica una compensación, puesto que –según dicen— paga más quien más gana o más tiene. Lo que no dicen es en qué proporción y cómo se zafan de pagar los poseedores de las grandes fortunas.

Ya sabemos que las empresas del Ibex, pagan el 3,5% de impuestos de media. También conocemos que el porcentaje del IRPF de quien gana 60.000 euros y 300.000 euros anuales, por ejemplo, es el mismo (otra injusticia). Además ya estamos conociendo en detalle las triquiñuelas de los más “agraciados” para pagar menos, algo a lo que no tienen acceso los ciudadanos corriente y molientes (léase tretas legales y las otras, como las de tener depositadas en paraísos fiscales sus fortunas).

Si a todo lo anterior sumamos que llega un ministro, muy amigo de sus amigos, y decide perdonar a los que han cometido un fraude fiscal, proclamando una amnistía fiscal, terminamos de rizar el rizo. Y Montoro abrió la veda de los defraudadores y les castigó con una amnistía, haciéndoles pagar una cantidad “inasumible”. Y, sin indagar la procedencia del dinero aflorado y lavado.

Esta amnistía era ya de por sí barata, puesto que regularizaban el capital, pagando solamente el 10% de los fondos regularizados (un asalariado medio paga entre el 20 y el 25% de su salario), pero es que además se lo pusieron más fácil, y al final han pagado una media del 3% del capital regularizado.

Total, se adhirieron a esta amnistía unos 30.000 millonarios, que regularizaron cerca de 40.000 millones de euros, por los que el fisco ha recuperado 1.200 millones de euros (habían previsto recuperar un mínimo de 2.500 millones). Un negocio perfecto para estos evasores que legalizaron su situación y evitaron problemas fiscales y judiciales por una cantidad irrisoria. 

Entre estos grandes patriotas de boquilla, amiguetes de Montoro, salvados por la campana de la amnistía, conocemos algunos nombres, entre los que destacan, miembros de la familia real, empresarios de alto nivel (Gerardo Díaz Ferrán, Arturo Fernández, David Marjaliza, Fernando Martín, etc.), políticos del partido popular y de Convergencia (Rodrigo Rato, Bárcenas, Granados, familia Pujol) y otros ilustres, que todavía no conocemos, por tratarse de una lista que no es pública.

Como se puede apreciar, Montoro y sus muchachos han practicado una justicia distributiva digna de una monarquía bananera, dando más privilegios a los más poderosos, a costa de recortar sueldos, prestaciones y servicios esenciales al resto de los ciudadanos.

Ha sido tan escandaloso que no verlo sólo puede denotar ceguera, fanatismo o, como ocurre en el caso del Partido Popular, la convicción de que los beneficiarios de la crisis tienen que ser los poderosos a costa de los más vulnerables. Todo lo demás, demagogia, cara dura y mentira.

Salud y República

07 junio 2016

Borbones: amados patriotas de cartón piedra

Alicia de Borbón-Parma, su hijo Carlos de Borbón-Dos Sicilias, y dos de los hijos de este, Cristina y Pedro. Todos ellos en la línea de sucesión de la corona.

Gente encantadora. Capaz de lucir la bandera de España con escudo o aguilucho, que eso da igual, y, a la vez, hacer un servicio a Suiza, donde depositan sus caudales. Y es que lo del patriotismo, en muchos casos, es un disfraz digno de una opereta de Cantinflas.

Su España –que no es la mía--, les sirve. De hecho, mientras que yo, como jubilado he pagado al Estado por una pensión media, un IRPF de un 20%, a ellos –que para algo son patriotas y aristócratas—Hacienda les ha salido por un 1,84%.  Eso sí, yo sobre una cantidad irrisoria y ellos sobre algo más de cuatro millones de euros. Ya saben: Hacienda somos todos. Aunque algunos más, mucho más, que otros.

No tienen vergüenza, pero lo suplen con dinero. Sí, con dinero que depositan fuera de nuestras fronteras. Ya se sabe España no es un lugar seguro para ellos y además se pagan demasiados impuestos. Ellos prefieren Suiza, Panamá, o cualquier paraíso fiscal que para eso están. ¡Faltaría más!

Y se pasean por este país –que creen de su propiedad— y cagan y mean en él, mientras que se llevan su riqueza –quién sabe de dónde ha salido--, fuera. Todo ello sin que pase nada. Es más, no se preocupan, saben que siempre habrá un ministro de que les haga una amnistía fiscal a su medida.

Unan a este grupito, para completar la camada, a la prima de Juan Carlos, Inés de Borbón que también regularizó gracias a la ayuda de Montoro y Cía (a la que además utilizaron en la trama Púnica, eso sí, sin que ella, la pobre, supiera nada), así como a la hermana del rey emérito, Pilar de Borbón, que, sin querer y sin saber, la pobre tuvo la titularidad de una sociedad en Panamá, durante cuarenta años.

Por no hablar de la infanta Elena, ya saben, la del “no me consta” y que hacía todo por amor, mientras tenía a medias con su marido el “Empalmado” una empresa peculiar.

Por otro lado, siempre queda por aclarar la fortuna del mismo Juan Carlos, de la que poco o nada se sabe, salvo que vino con una mano adelante y otra atrás cuando su papá le dejó en manos de Franco y que ha terminado con mucha más dinero de lo que ha podido ganar como rey, sin saber el cómo ni el porqué. Quizá lo descubra Iker Jiménez.

En fin, una familia muy original. Sobre todo, muy patriota. Se pasean por su “patria”, como Pedro por su casa, presumiendo de aristocracia y españolidad, mientras procuran no pagar a Hacienda y tener su pastizal a buen recaudo en un paraíso fiscal.

Gente encantadora. Lo mismo conviven con Franco que con la democracia, que para eso son aristócratas. Eso sí, que nadie rompa España, que ellos la defenderán a muerte, pero desde Suiza. Y es que habría que preguntarse “¿qué puñetas hacemos manteniendo a estos mangantes (perdón: “presuntos mangantes” quería decir)?

Salud y República

23 junio 2015

Banderita socialista, patriotismo barato

Ahí estaba con su bandera de fondo. Una bandera kilométrica. Pedro Sánchez necesita que le consideren un hombre moderado, no vaya a ser que el bolivarismo, el extremismo de izquierda, el comunismo batasuno le haya atraído demasiado y los electores le tomen por un antisistema. Él necesita más que nunca pagar el precio de sus pactos, por eso ha sacado a pasear la bandera. Por cierto, seguro que ha sido un consejo de su amigo José María Aznar, ya saben aquel que batió el récord Guinness, con la bandera de la Plaza de Colón, casi trescientos metros cuadrados de tela, del pacifista español del trío de las Azores.

Debería recordar el bueno de Sánchez que hasta las banderas más grandes se caen. Pero él no está para pensar, sino para mostrar su españolidad. Y ahí le tienen ustedes, a punto de asistir al club más poderoso del mundo, el pasado 13, el club Bilderberg –al final no fue por cuestiones de agenda, pero se excusó y apoyó al club--, el que dicen que manda por encima de gobiernos, el que más cuida a los poderosos a costa de los débiles. Todo menos enfrentarse con este club indeseado.

Y podemos hablar del apoyo socialista al TTIP, ese tratado que apoyan junto a populares a pesar de que se está elaborando en absoluto secreto y cuenta con un tribunal que antepone los deseos de las multinacionales a las decisiones de los gobiernos. ¡Otra más de este nuevo socialismo!

Pedro Sánchez y la bandera

Y lo que faltaba, ahora resulta que los socialistas han manifestado que van a apoyar a De Guindos como candidato a presidir el Eurogrupo. ¡El colmo! La flexibilidad ideológica del PSOE siempre me ha sorprendido y me sigue sorprendiendo. Bastaría con recordar las decisiones que tanto han dañado a nuestro país del ministro de Economía como para que no se apoyara a este individuo. Además, es cuestión de seguir, simplemente, todas las críticas que el mismo PSOE ha hecho a las políticas de De Guindos, para llegar a no entender esta ayuda socialista.

No cabe duda de que Pedro Sánchez y el PSOE se están empezando a creer que ellos son los reyes del mambo, porque a pesar de haber tenido los peores resultados electorales de su historia, pensaban que la cosa iba a ser peor. Y mientras que parecía que iba a desaparecer el bipartidismo, hoy aunque ha bajado, todavía sigue estando por encima del 50% (52,1%) cuando estaba en un 65%, pero se esperaba que bajara más. Y qué duda cabe que a ellos les interesa en grado sumo el bipartidismo, y el mantenimiento o, mejor, el aumento del mismo es un objetivo deseable.

Menos banderitas, menos ayuda al individuo que ha pintado de negro nuestra vida, menos apoyo a las multinacionales y más ayuda, no sólo en el programa, a los que sufren la crisis, a los que están desclasados gracias a aquel cambio constitucional –el límite del 3% del déficit--, por el que se premiaba a los bancos y se condenada a los ciudadanos.

Y claro, para eso hay que parecerse al PP. Aparentar el patriotismo, ese patriotismo de pacotilla que se resume en mostrar la bandera española, cuanto más grande mejor, apoyar a los de siempre, mantener el status quo, olvidarse del cambio y ofrecer más de lo mismo. Eso sí, con cuidado y pareciendo que se cambia, aunque se defiendan los mismos valores. Y si no, ¿cómo se puede entender el apoyo a De Guindos, el apoyo al TTIP o la presencia de la banderita de fondo? Sólo de una forma. Está concertado con el PP, coincidencia en sus políticas. Y es que entienden que el bipartidismo todavía tiene vida y lo van a defender a capa y bandera. Todo lo demás, es poco importante. El poder es el poder, y del poder al cielo.

Todo esto sin olvidar que Sánchez es el socio de Pablo Iglesias en muchas ciudades y comunidades. ¿Hay quién entiende esta política incoherente del PSOE? Y en Podemos qué dicen…

Salud y República

13 diciembre 2012

Otro patriota de hojalata: Calatrava

Otro más. Y van… En este caso hablo del arquitectísimo Santiago Calatrava, o mejor Santiago y cierra España, de la orden de Calatrava. Íntimo amigo de peperos de pro, que han sido y son, y que le proporcionaron unos cuantos millones por obras tan ingeniosas como inútiles. Obras que apenas se usan y cuyo coste hace temblar las arcas de cualquier comunidad.

No seré yo quien critique la estética de Calatrava, pero sin embargo hay más de un denominador común negativo en casi todas sus obras. El precio altísimo que siempre se queda corto y se multiplica cuando se construye la obra; y también, la inadecuación de la obra con el uso que se pretende dar a la misma, o la deficiencia estructural de alguno de sus edificios, por ejemplo:

  • El puente de Zubizuri de Bilbao donde las losetas de cristal se rompen fácilmente y son deslizantes cuando llueve.
  • El Museo de las Ciencias Principe Felipe de Valencia que cuenta con un exceso espectacular de espacio con techos muy altos y paredes irregulares donde no se pueden exponer obras y que provoca un derroche energético enorme al tener que calentar o enfriar un recinto en donde la parte utilizada para exposición es mínima.
  • La terminal del aeropuerto de Bilbao donde la zona de espera de llegadas está ubicada en plena calle, a la intemperie, sufriendo lo usuarios las inclemencias del tiempo.
  • El Palacio de Congresos Princesa Letizia de Oviedo donde se construyó un dispositivo móvil a modo de visera que nunca ha funcionado.
  • Varios edificios de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, una de las obras más significativas de Calatrava han tenido goteras por problemas estructurales.
  • Fallo en un sistema de apuntalamiento del Palacio de Congresos de Oviedo, por el que perdió un juicio y tuvo que pagar 3,5 millones de euros a una aseguradora.
  • Hoy está pendiente un proceso judicial por el cual el Tribunal de Cuentas italiano reclama 3,4 millones de euros por patologías crónicas encontradas en el puente sobre el Gran Canal de Venecia cuyo origen es el diseño defectuoso de la obra de Calatrava.

Estos son sólo ejemplos, a los que se podrían añadir más. Bien, pues este elemento ha gozado de trato prioritario en las comunidades de Baleares y de Valencia comandadas por el PP, donde sus amigos Matas, Zaplana y Camps le han otorgado proyectos multimillonarios que hoy se encuentras totalmente infrautilizados.

Calatrava es premio Príncipe de Asturias y además ha recibido el título honorífico de embajador de la “marca España”.

Suiza Paraíso fiscal

Como quiera que es un “verdadero patriota”, un tipo muy español que pasea la marca España y su españolidad por todo el mundo, ha decidido fijar la sede de su sociedad mercantil en Suiza, por aquello de que es muy patriota pero no gilipollas, y, claro, no va a pagar impuestos en España, pudiendo evitarlo. Por otro lado el Foro de Marcas Españolas, el que le nombró embajador honorífico ha decidido que no hay motivos para quitarle ese título. Al fin y al cabo, siendo amigo de un gobierno que no combate el fraude fiscal, que hace que gente como este individuo no sufra la crisis, y que se dedica a amnistiar a los defraudadores, Calatrava ha actuado en consecuencia: no pagando impuestos en España.

Ya verán como no sólo seguirá siendo embajador de la marca España, sino que habrá alguna institución política de nuestro país que le seguirá encargando trabajitos. Y él, feliz y contento y a pasear su españolidad por el mundo, y, de paso. a recoger sus ganancias a Zurich. ¡Vivan los patriotas de hojalata!

Salud y República

09 diciembre 2012

Patriotas de hojalata

Hay que ver cómo presumen muchos de ser patriotas, de dar lecciones, de ser verdaderos herederos de las glorias de Isabel la Católica. Y no digo yo que no haya alguno por ahí que se lo crea de verdad –pobre enfermo--, sin embargo, por lo que demuestran muchos se trata de pura fachada, de aparentar, haciendo bueno el refrán: “Dime de que presumes y te diré de lo que careces”.

En este país ya estamos hartos de gente que se autodenomina patriota y que luego en la acción diaria deja mucho que desear. Quizá deberíamos empezar por saber qué se entiende por patriota.

Hay quien piensa que ser patriota es creer en la España Una, Grande y Libre. Una España cuya diversidad es un estorbo, cuya grandeza se acoge a las España Imperiales y cuya libertad se basa en que todos deben respetar como mucho en la libertad de mercado, sin excusas, todo lo demás, puro libertinaje.

Esos son los que se visten de domingo para manifestarse en contra del matrimonio homosexual o del aborto, o en defensa de la libertad económica. Gente de bien que saca la bandera cada dos por tres –algunos la sacarían con el aguilucho si no fuera porque les llamaría antiguos y porque quieren disimular—, los que someten sus mandatos a la Iglesia y a la CEOE. Los que se dan golpes de pecho y se confiesan para liberarse de sus continuas faltas. Los que hacen negocios a costa de los amigos y trabajando poco. O los que utilizan el poder de su Ejjpaña para intereses particulares.

Patriotismo

Son aquellos que se llevan el dinero a paraísos fiscales, los que, si pueden, defraudan, los que utilizan la ingeniería financiera para pagar menos que los currantes normales, los que tienen su domicilio fiscal fuera de España y sin embargo se llevan los premios y méritos deportivos o artísticos aquí. Los que están todo el día puteando al personal pero luego se confiesan y empiezan desde cero. Los que ven un peligro en los inmigrantes. Los que medran a costa de otros.

Ahí están esos que se rasgan las sotanas cuando hablan de matrimonios homosexuales y del aborto, y sin embargo no dicen ni pío ante los desahucios o la miseria creciente. Ahí quedan esas magníficas empresas que obtienen los más grandes beneficios en época de crisis y que no les importa tener su dinero en algunas SICAV, en paraísos fiscales o hacer trabajar en régimen de esclavitud a niños del tercer mundo, o simplemente no pagar el IVA. Esos Urdangarín y DíazFerran que andan sueltos. Gente lista y reconocida que sabe evadir impuestos y ser corruptos de primera, en muchos casos, consentidos.

Por ahí andan esos politicastros que malgastan lo público, capaces de “regalar” hospitales a sus amiguetes para que hagan negocio con la salud de todos, que aumentan el paro para que el trabajo sea más barato, que no son capaces de poner impuestos a las grandes fortunas, cargarse las SICAV, perseguir el fraude fiscal en condiciones, o evitar desahucios y miserias, y, sin embargo, recortan la educación, la sanidad y los servicios públicos, dejan a los discapacitados indefensos y nos hacen repagar por servicios que ya pagamos. Esos que dicen ‘que se jodan’ a los parados o que son unos vagos que compran teles de plasma con el subsidio. Los mismos que incumplen y quieren cargarse los derechos que recoge esa Constitución que tanto aman y no quieren cambiar. Responsables de fiestas donde mueren personas por su negligencia, y que sin embargo echan siempre la culpa a otros. Los que jamás dimiten, pase lo que pase.

Todos esos son los que se llaman a sí mismo patriotas. Ellos son así. Ese es su mundo y pretenden ser los grandes patriotas. Cuando sacan sus banderas y sus consignas a pasear, se sienten españolísimos, los únicos con derechos, “la gente de bien” “la gente de orden”.

Mientras, los que trabajan o hemos trabajado toda su vida, los que no trabajan porque no hay trabajo, los que pagamos todos los impuestos, los que denunciamos injusticias, los que nos movilizamos para que no nos quiten nuestros derechos. Los que jamás hemos metido la mano en la caja. Nosotros, somos gente perroflauta, incapaz de comprender a “los patriotas”, gente que no colabora, capaz de pegar a los policías en las manifestaciones y de sacarnos un ojo para echarles las culpas a las fuerzas del orden público. Nosotros somos la escoria, los que no dejamos avanzar este país. Los que damos el golpe de Estado, los traidores. Los inconformistas sin motivos. Los decimonónicos. Somos los antipatriotas indignados.

Miren ustedes, modernos miserables patriotas de hojalata, métanse su patria por el culo.

Salud y República