Mostrando entradas con la etiqueta Familia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Familia. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de noviembre de 2014

Sebastiao Salgado


Como cada mañana he salido a ver la salida del sol. Hoy los cielos estaban espectaculares...


Volví a estremecerme, los vellos se me erizaron y unas lágrimas volvierosn a asomar...
Con mi pequeña y ridícula cámara en la mano, recordé la emoción que me reportó ver anoche
 "La sal de la Tierra"
con
Sebastiao Salgado

"Somos un animal muy feroz.
Somos un animal terrible, nosotros, los humanos.
Nuestra historia es una historia de guerras,
es una historia sin fin,
una historia de locos."


La sal de la tierra es una carta de amor de un padre a un hijo, pero sobre todo, es un documento inspirador sobre un testigo del lado más oscuro del ser humano en los conflictos de Congo, Angola, Yugoslavia o, especialmente, Ruanda. Asomarse a ese horror le hizo perder toda esperanza en el ser humano.
Paradójicamente, Salgado recuperó la fe en la humanidad alejándose de ella. Tras tocar fondo en Ruanda, en el siglo XXI tomó distancia para contemplar la naturaleza en su conjunto. Impulsó el Instituto Terra, en el que repobló la selva amazónica perdida de su hacienda familiar con dos millones y medio de árboles.
Su amor hacia la tierra tuvo su eco artístico en el proyecto fotográfico Génesis: fotografías aéreas, paisajes, animales y personas alejadas del mundo moderno.



Otra película de Sebastiao Salgado, del año 2000, TheSpectre of  hope (en inglés)



Me gusta la fotografía de Sebastiao Salgado desde  hace muchos años y sabía que fotografiando la naturaleza también sería excepcional. Génesis, editado en 2013 ha sido la culminación feliz, el reencuentro con la naturaleza y la paz, que Tiao merecía.
Os dejo esta excepcional entrevista con Salgado sobre la publicación de Génesis.

sábado, 1 de noviembre de 2014

El día de Difuntos de 1836


(...)   
Dirigíanse las gentes por las calles en gran número y larga procesión, serpenteando de unas en otras como largas culebras de infinitos colores: ¡al cementerio, al cementerio! ¡Y para eso salían de las puertas de Madrid!

Vamos claros, dije yo para mí, ¿dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.  (...)


–¡Necios! –decía a los transeúntes–.  ¿Os movéis para ver muertos?  ¿No tenéis espejos por ventura?   (... )   ¡Miraos,  insensatos,  a vosotros mismos,  y en vuestra frente veréis vuestro propio epitafio!  ¿Vais a ver a vuestros padres y a vuestros abuelos,  cuando vosotros sois los muertos?  Ellos viven,  porque ellos tienen paz;  ellos tienen libertad,  la única posible sobre la tierra,  la que da la muerte;  ellos no pagan contribuciones que no tienen;  ellos no serán alistados ni movilizados;  ellos no son presos ni denunciados;  ellos,  en fin,  no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel;  ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta,   porque ellos hablan al mundo.  Hablan en voz bien alta y que ningún jurado se atrevería a encausar y a condenar.  Ellos, en fin,  no reconocen más que una ley,  la imperiosa ley de la Naturaleza que allí les puso,  y ésa la obedecen.  (...)


¿Y este mausoleo a la izquierda?  «La armería.»  Leamos:
«Aquí yace el valor castellano,  con todos sus pertrechos».
Los Ministerios:  «Aquí yace media España;  murió de la otra media».   (...)
Más allá: ¡Santo Dios!, «Aquí yace la Inquisición, hija de la fe y del fanatismo: murió de vejez». Con todo, anduve buscando alguna nota de resurrección: o todavía no la habían puesto, o no se debía de poner nunca.   (...)
¿Qué es esto? ¡La cárcel!  «Aquí reposa la libertad del pensamiento.»  ¡Dios mío,  en España, en el país ya educado para instituciones libres!  Con todo,  me acordé de aquel célebre epitafio y añadí involuntariamente:
Aquí el pensamiento reposa,                  
en su vida hizo otra cosa.


Puerta del Sol.  La Puerta del Sol:  ésta no es sepulcro sino de mentiras.
La Bolsa.  «Aquí yace el crédito español».  Semejante a las pirámides de Egipto,  me pregunté,  ¿es posible que se haya erigido este edificio sólo para enterrar en él una cosa tan pequeña?
La Imprenta Nacional.  Al revés que la Puerta del Sol,  éste es el sepulcro de la verdad.  Única tumba de nuestro país donde a uso de Francia vienen los concurrentes a echar flores.
La Victoria.  Ésa yace para nosotros en toda España.  Allí no había epitafio,  no había monumento.  Un pequeño letrero que el más ciego podía leer decía sólo:  «¡Este terreno le ha comprado a perpetuidad,  para su sepultura,  la junta de enajenación de conventos!»

¡Mis carnes se estremecieron!  ¡Lo que va de ayer a hoy!  ¿Irá otro tanto de hoy a mañana?


Los teatros.  «Aquí reposan los ingenios españoles.»  Ni una flor,  ni un recuerdo,  ni una inscripción.
«El Salón de Cortes».  Fue casa del Espíritu Santo;  pero ya el Espíritu Santo no baja al mundo en lenguas de fuego.
Aquí yace el Estatuto,                 
vivió y murió en un minuto.   (...)


Pero ya anochecía, y también era hora de retiro para mí.  Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerio.  Olía a muerte próxima.  Los perros ladraban con aquel aullido prolongado,  intérprete de su instinto agorero;  el gran coloso,  la inmensa capital,  toda ella se removía como un moribundo que tantea la ropa;  entonces no vi más que un gran sepulcro:  una inmensa lápida se disponía a cubrirle como una ancha tumba.

No había «aquí yace» todavía; el escultor no quería mentir; pero los nombres del difunto saltaban a la vista ya distintamente delineados.


«¡Fuera –exclamé– la horrible pesadilla, fuera! ¡Libertad! ¡Constitución! ¡Tres veces! ¡Opinión nacional! ¡Emigración! ¡Vergüenza! ¡Discordia!» Todas estas palabras parecían repetirme a un tiempo los últimos ecos del clamor general de las campanas del día de Difuntos de 1836.


Una nube sombría lo envolvió todo.  Era la noche.  El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio.  Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida,  de ilusiones,  de deseos.
¡Santo cielo!  También otro cementerio.  Mi corazón no es más que otro sepulcro.  ¿Qué dice?  Leamos.  ¿Quién ha muerto en él?  ¡Espantoso letrero! « ¡Aquí yace la esperanza!»
¡Silencio,  silencio!

El Español,  n.º 368,  2 de noviembre de 1836.


Mariano José de Larra
El día de difuntos de 1836
Fígaro en el cementerio


Texto completo
(Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)

miércoles, 1 de octubre de 2014

Yo, señor, no soy malo...


Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. 


Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores,  y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas.


Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente;  estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas para defenderse.  


Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.


Camilo José Cela, "La familia de Pascual Duarte"

martes, 31 de julio de 2012

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:

Os voy a contar algo muy bonito que hice ayer. Mis padres siempre dicen que tengo que ser ordenada y limpia, y había que hacer limpieza en mi cuarto de juegos de casa de papá. Por la mañana fuimos sacando todos mis juguetes viejos de los baúles, estanterías, armarios, cofres, también los que había almacenados en el trastero…

…los metimos en el coche y se los llevamos a los animalitos del bosque, que ellos también tienen que tener juguetes…

Como veis me he portado muy bien. Ahora necesito llenar de nuevo algunos espacios vacíos que quedaron después de mi cumple, los regalos de los abuelitos, los de mi madrina, los que me prometieron por aprobar el curso, los de los primos de Holanda que vienen cargados, los de la comunión de mi hermano, los del novio de mamá que siempre viene con algo guay…

Bueno, qué feliz soy pensando en lo bien que se lo estarán pasando los conejitos, por ser tan generosa ya he hecho una larga lista de cosas que quiero para Navidad y no quiero que olvidéis nada aunque ya os mandaré otra para que os acordéis…Esta es la lista:

Besitos

miércoles, 25 de julio de 2012

Los adultos y los niños


Este es un verano atípico, la crisis nos ocupa y nos preocupa. Así que estamos más en sacar cuentas que en otras cosas. Los tonos graves invaden las conversaciones y la cotidianidad está atravesada por esta situación que nos tiene perplejos, indignados y acogotados. Y mientras los adultos hablamos de los dineros, los trabajos y las hipotecas, los niños permanecen afincados en la vida de placer sin cortapisas a la que les hemos invitado por esta tendencia cada vez más arraigada con la que funcionamos y que les presenta el mundo como un auténtico paraíso, en el que no caben penas, faltas, ni prohibiciones y en el que la ley queda reducida al "me apetece o no me apetece".
Tanto en los discursos actuales sobre la infancia, como en las prácticas de crianza se están colando elementos que valdría la pena considerar por las repercusiones que están teniendo en los comportamientos de nuestros niños. Hay un concienzudo empeño en que no sufran, que no les falte de nada, que no se frustren, que no se traumen. En cambio no se les pide, o al menos no con la suficiente convicción, que traten bien a las personas, que no desperdicien la comida, que echen una mano a quienes lo necesiten, que saluden, que respeten la vida, que acaten las normas...
Los razonamientos de los adultos se extreman entre este nirvana del "dejar hacer": poca ley y mucho obsequio de juguetes, televisión y máquinas de juego; y justamente lo contrario: exigencias que demandan a los niños saberes y excelencias varias, porque los tiempos vienen duros y "para sacar la cabeza, hay que ser el mejor". Es decir, o "haz lo que quieras", o "hazlo todo y que además esté perfecto". O las dos cosas a la vez. Con la variante más reciente de la "autorregulación", que resucita un estilo de hace décadas en el que se otorga a los niños la posibilidad de decidir sobre los pormenores y "por mayores" de sus vidas con la excusa de que así se les respetan las libertades. Discursos contradictorios que conviven en estos momentos de incertidumbre, dejando entre paréntesis al descuidado sentido común. Parece que estamos haciendo durar en exceso aquellas reacciones contra la educación autoritaria que vivimos en un momento histórico determinado, y que, revestidas de un falso democratismo, borran los lugares y papeles diferenciados de padres e hijos, adultos y niños, maestros y alumnos. Parece que hemos perdido el norte y con tanto ocuparnos, pretendemos que nuestros niños se críen solos, como si se nos olvidara que un niño no se hace en un día. Parece que nos cuesta sostener nuestro lugar de adultos. Y todo este desconcierto está provocando en los niños descolocación, confusiones y conductas desajustadas. Como éstas:
Un niño de cuatro años llama su madre para que mire lo que está haciendo. Ella le dice que no puede ir y le ofrece ponerle la televisión, o dejarle la "Play". ¿Sustitutos, nuevas nodrizas?
Una niña de tres años sólo quiere comer rabanitos y yogur. Los padres dicen que "ella sabe lo que necesita", que "se está autorregulando". ¿Corresponde a un niño de esta edad decidir sobre su cuerpo y sus necesidades?
Unos niños arrancan plantas en un jardín. Nadie interviene. Los vecinos no se atreven a decir nada por temor a la reacción de los padres y los niños cada vez se muestran más envalentonados ¿Por qué se les permite lo que no está permitido?
Una familia está de compras en un centro comercial. Los niños piden un juguete y al decirles los padres que no se lo compran, les gritan y les insultan ¿Cómo ha llegado a generarse esta confusión?
Un grupo de preadolescentes boicotean un concierto que se está celebrando en una plaza pública. Los asistentes les piden que dejen de hacer ruido y ellos responden arreciando su comportamiento, escupiendo y tirando chicles a los que les han dicho algo. La gente opta por marcharse ¿Por qué necesitan estos chicos hacer una llamada de atención tan poco respetuosa?
Tendríamos que volver a coger las riendas. Es importante que acompañemos a los niños en la construcción de su andamiaje emocional, que les expliquemos las cosas con claridad, que les escuchemos, estemos cerca... y que les paremos los pies cuando les haga falta. Ofrezcámosles cariño y ley, ese binomio de salud válido para cualquier situación por muy difícil que sea. Y que sea pronto.

Hemos soltado las riendas - Mari Carmen Díez Navarro (Maestra y psicopedagoga Escuela Infantil Aire Libre) (Publicado en Diario Información de Alicante, miércoles, 25 de julio de 2012)
“Tal vez lo más difícil de la paternidad no fuera vigilar la conducta de los niños, sino vigilar la conducta propia de los padres, ya que el método que usaban los padres para la enseñanza de sus hijos era hacerles observar detenidamente la conducta de los adultos. Los niños lakotas, que poseían un gran vigor natural y que tenían las facultades muy desarrolladas gracias al contacto con la naturaleza, lo percibían todo a través de sus ojos y sus oídos. Así pues, los padres lakotas, al igual que los demás adultos, estaban sometidos a un examen continuo de su conducta y de sus conversaciones. De ahí que tuvieran que actuar de la forma más digna y ejemplar posible."
Luther Standing Bear (Jefe Oso Erguido) Sioux Oglala
Del libro:
Cuando la hierba es verde El niño indio

viernes, 2 de julio de 2010

La familia, esa lotería

"Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya."
.
"La familia de Pascual Duarte" (Cap.1)
Camilo José Cela

"La belleza de un cardo"

(Bello, pero cardo al fin y al cabo)

lunes, 16 de noviembre de 2009

Don Virgilio, maestro de escuela


Hacia el año de 1940 (aproximadamente) llegó a Roelos (en la comarca de Sayago, provincia de Zamora) Don Virgilio Ramos como maestro de escuela. Venía de un pueblo de la comarca de Benavente, San Cristóbal de Entreviñas, región de donde era oriundo y tenía a toda su familia.
La época trágica y triste de la posguerra lo llevaron allá. Nunca fue político activista ni perteneció a ningún partido, pero lógicamente simpatizaba con la republica que protegió la cultura y la enseñanza. Por otra parte los inquisidores de la época, falangistas y el cura del pueblo, informaron mal sobre él. El cura (moderno Torquemada) no concebía que una persona no fuera a comulgar todos los días como un beato consuetudinario. Estuvo un año sin cargo.
A pesar de ello, lo injusto y lo triste de todo, su espíritu generoso y noble no guardó rencores y se dedico con cariño, como siempre, a enseñar, a predicar con el ejemplo, a formar niños y jóvenes, tratando con ahínco de que aquellos que despuntaban por su inteligencia aspirasen a destinos mejores, para lo cual hablo con sus padres insistentemente, pues algunos eran reacios a ello, para que sus hijos fuesen a estudiar a la capital.
La familia de Don Virgilio pasó penurias y privaciones, pues el brazo largo del régimen no permitía que su familia, en buena posición económica le enviase ayudas (los terribles fielatos). El maestro contaba con lágrimas en los ojos como más de una vez le quitaron lentejas, harina, alubias con palabras soeces y gestos adustos.
La generosidad del pueblo era proverbial y más de una vez, de noche, envueltos en mantas llevaban a casa pan reciente, patatas, comida..., que eran recibidos como maná caído del cielo. Para aumentar algo el pobre ingreso familiar Don Virgilio daba clases de noche, en invierno a adultos, e iba desde La Portilla, con el barro y el frío, con el candil de carburo. Ese fue el principio de su dolencia de los bronquios que le acompañó hasta su muerte.
El pueblo le dio una casona medieval, de labradores, oscura y lóbrega, con establos, una era inmensa y corredores en la Portilla. Roelos era en esa época una especie de lugar casi medieval, con costumbres donde imperaba la superstición, los prejuicios, a veces lo ingenuo, reacio a las innovaciones, a la modernidad que viniese de fuera. Las fiestas eran alegres, aunque la costumbre de arrancar el cuello a unos gallos que colgaban de cuerdas y mozos en caballos era...terrible para los que amamos los animales profundamente. Baile en la plaza del pueblo, estrenos, guisos suculentos en las casas y dulces caseros. En las noches de San Juan hogueras en la plaza con tomillo y romero, saltos sobre el fuego, alegría…Las campanas de la iglesia eran lenguaje para todos, si moría un niño tocaban diferente a si moría un adulto, a fuego, a misa...
El cura era un hombre frió y decían los jóvenes que era chismoso y le contaba a los padres cosas de nosotros. Era algo misterioso, lo recuerdan paseando con Don Virgilio por los corredores de la escuela, como un cuervo con su larga sotana y su fría mirada.
Había unas señoras, hermanas, a las que las niñas les hacia recados, las visitaban, les tenían gran cariño y les daban huevos, leche y pan que llevaban a la casa. Vestían siempre de negro con pañolones en la cabeza.
Desde pequeñas, asumieron la injusticia cometida con su padre y juraban en la era, en una peña, que algún día defenderían la justicia, la libertad…


(Extracto de una carta de una de las hijas de Don Virgilio a Jesús San Miguel González, alumno de la escuela de Roelos en aquella época y que fue uno de aquellos alumnos aventajados a quien el maestro encaminó hacia el estudio. En ella hace memoria de aquellos años tan duros para la familia de un maestro de la república en los tiempos de la posguerra.)

Don Virgilio es mi abuelo materno, fue alguien muy especial para mí. Todo el mundo que lo conoció me demuestra con cariño su recuerdo.
Gracias Jesús San Miguel, sin ti no hubiera conocido aquella época de la que nunca jamás se habló. Gracias por querer a mi mamá, gracias por quererme a mí.
Un abrazo familia.

jueves, 20 de agosto de 2009

Dibujos con encanto

"La granja protectora"

"Los artistas: Nuria y Miguel Angel"

"Colores"

miércoles, 31 de diciembre de 2008

SALUD, Dinero y AMOR

Yo diría...AMOR, SALUD y DINERO.

¿Será porque en mi familia el orden ha sido...

Mucho Dinero, bastante Salud y muy poquito Amor?

viernes, 26 de diciembre de 2008

Tía Isabel

No son jamás cien los años de una vida,
pero de mil años el dolor llevan.
Si los días son breves y las noches
tediosas son largas.
¿por qué no tomar una lámpara
y salir a la aventura?
Si quieres ser alegre, date prisa,
no esperes otra ocasión.

(Mao Tse-Tung)

Hoy he hablado con la hermana de mi abuelo paterno...Está mayor, sola, muy triste..., y me ha despertado algunos fantasmas ; mi hermano, mi padre...-su sobrino preferido-.
Hablaba de misterios familiares que ella solo conocía..., que ella vivió, cosas que ella y algunos muertos sólo saben...Me han dado ganas de ir a Benavente y que me contara todo lo que sabe. A mí los misterios de la familia siempre me han atraído desde niña. No me ponen triste, al contrario, me ayudan a comprender los silencios que se hacían cuando yo llegaba...Siempre fui muy curiosa y he desarrollado grandes capacidades de observación, de, como dirían los franceses, "voyeuse". Quizá por eso me gusta tanto la fotografía! Mi padre, en los años 50 ya tenía una cámara de fotos y hoy me ha dicho mi tía que mi padre dejó a muchas novias por mi madre...Eran muy guapos los dos, y parecían tan felices, decían que llamaban la atención por las calles de Zamora.
Claro, eso fue antes de casarse y comer perdices, y mucho antes de darse con los platos en las narices!
Comprendo que estés triste Isabel, lo que habrán visto tus ojos, lo que habrán sentido tus carnes, lo que ahora ves que no acertabas a imaginar pasara...
Un abrazo tia abuela Isabel!

domingo, 31 de agosto de 2008

Custodia Compartida (y III)


ENHORABUENA CARLES! Has conseguido algo que pocos niños, hijos de padres separados pueden llegar a tener: poder vivir con tus papás (los dos!), ser educado y amado por ambos y disfrutar de ellos por igual...

Papá Carlos ha luchado mucho por ello y hubo una jueza que entendió que la custodia compartida era lo mejor para ti. Bravo por el valor de ambos!!!
A pesar de que ya expuse mi opinión en entradas anteriores (16 y 25 de marzo), no puedo cerrar el tema sin incluir la opinión de un entendido en la materia.
José Manuel Aguilar, psicólogo forense, en su libro "Tenemos que hablar" entre otras cosas dice:
"Es, sin duda, la mejor opción. A fin de cuentas, la custodia compartida es lo que se tiene durante el matrimonio,¿por qué va a ser malo tenerla tras el divorcio?...Sin la custodia compartida, los papás de fin de semana se convierten en papás Burguer..., es decir, padres lúdicos que piensan:para qué voy a esforzarme en su educación y regañarles si sólo nos vamos a ver dos días! Y eso, precisamente, no es compartir responsabilidades."
¡ENHORABUENA Y FELIZ SENDA JUNTOS!
(Qué buena pareja haceis!!!)


martes, 25 de marzo de 2008

Custodia Compartida (Y II)

En mi anterior reflexión sobre el tema hablaba de sentimientos, de ausencias y presencias ordenadas por un juez, del dolor que experimentan los miembros de la familia rota...
Pero hemos de ser realistas y poner los pies en el suelo. En la mayoría de los casos de lucha por la custodia de los hijos se aproxima más a un tema económico que a los sentimientos y deseos de los padres hacia los hijos y de considerar lo más conveniente para ellos.
Lo que en demasiadas ocasiones se esconde bajo este pretexto es el tema de que quien se queda con los hijos obtiene la casa y una pensión. El otro cónyuge ha de buscarse un nuevo nido y además de pagar dicha mensualidad, se le deniega la posibilidad de responsabilizarse de los hijos continuadamente.
Ellas alegan que dedicaron su vida a los hijos y a él...
Algunos/as pasan factura sobre otros extras: cuidado de los suegros, “Te saqué del arroyo y has vivido como una reina...”, haber dejado un trabajo anterior para estar en casa, cuidado de hijos de anteriores parejas, etc.
En otros casos a algunos padres que antaño apenas dedicaron tiempo a sus hijos, de repente se les despierta el deseo ferviente de ejercer la paternidad responsable.
Ellos hablan de lo mucho que trabajaron fuera (y algunos dentro) de casa para que a los suyos no les faltara de nada...
Hace años un fontanero vino a casa para cambiar un grifo a eso de las diez de la noche. Me dijo: “Desde que me separé trabajo el doble. Tengo que mantener dos casas y que mis hijos no noten cambios con la separación.” Al menos él podía trabajar más... ¿Qué pasaba con los que tenían una nómina escasa?
Entiendo el grave problema de muchas mujeres que nunca han trabajado fuera de casa o que hace mucho que dejaron el mundo laboral..., y que por su edad actual les será muy difícil encontrar. ¿No debieron de haber pensado en ello hace tiempo, en previsión de lo que pudiera pasar en el futuro? Si algo fuera mal... ¿Podrían sobrevivir con una pensión de viudedad, compensatoria, etc?
Mi madre siempre me lo decía: “Tú hija, no dependas nunca de un hombre”. Mal lo hubiéramos pasado las dos tras la separación si ella hubiera dejado su profesión al casarse, como quería mi padre. Gracias a esa independencia económica fue libre entre otras cosas, para separarse.
Qué pena ver hoy en día a esas adolescentes a las cuales no les gusta estudiar..., tampoco trabajar...y que se pasean en busca de un solo destino: cuidar de un marido y unos hijos. Yo, siempre que puedo les animo a buscarse la vida por ellas mismas, que siempre podrán elegir ser libres para quedarse y amar, o marcharse para no sufrir ni odiar.
Si somos capaces de desligar a los hijos de una renta económica que asegure el sustento, seremos más libres para ver, de verdad, lo más conveniente para los amados hijos.

domingo, 16 de marzo de 2008

CUSTODIA COMPARTIDA

La Constitución Española reconoce la igualdad de derechos del hombre y la mujer ante la ley...
¿Por qué en caso de separación la custodia de los hijos se da por defecto a las madres? Muy "mala madre" tiene que ser para que se le quite dicho derecho. El padre puede pedir la custodia compartida, pero si ella no accede, se deniega tal posibilidad.
Todo ello, alegan, basándose en el principio de "lo mejor para el menor".
¿Es bueno para un hijo verse privado del contacto habitual con el padre y condenado a verlo "de visita" o el fin de semana alterno que le toque?
¿Y el derecho del padre a ejercer esa tarea tan maravillosa de la paternidad?
¿Tiene que arrastrarse de un juzgado a otro, hacer huelgas de hambre...para demostrar que es buen padre y que desea convivir con su hijo?
Cuando la pareja se rompe toca repartirse los bienes. Y los hijos son buena moneda de cambio en batallas terribles, donde se les indispone contra el otro, donde se compran afectos y voluntades con regalos, donde se pone a prueba los afectos de los niños...
Sin los hijos, sin casa,...algunos hombres no lo pueden soportar y en su desesperación, matan, ...o se suicidan.
Me admiran los que no tiran la toalla y emprenden el largo y tortuoso camino por su derecho y el de su hijo y reclaman la custodia compartida. A medida que los hombres se han implicado más en la crianza de los hijos , más difícil se les hace prescindir de ellos. Eso es bueno para ambos.
Sólo viví con mi padre cinco años. Me negaron la oportunidad de conocerlo, de compartir vivencias y experiencias...Sólo pasé con él, algunos ratos de visita y casi siempre a cambio de mi hermano que se quedaba con la madre.
¿Qué decir de ese juez que partió por la mitad a los hermanos y los dió, "el uno al padre y la otra a la madre"?
Ella aprovechaba cualquier momento para hablar mal de mi padre y de lo malo que siempre fue...Cuando se enfadaba conmigo me echaba en cara lo mucho que me parecía a él y cuanto añoraba a su hijo que había quedado con aquel malvado...¡Cuánto sufrieron los dos!
Con los años he descubierto que como todo ser, mi padre también tenía cosas bellas y positivas y que mi madre tenía razón, nos parecemos bastante. Lo que antaño me dolía, hoy en cierta manera me enorgullece...Soy la hija del "Chulo de Manganeses"...¿Y qué?

Ánimo Carlos, persevera, ganarás tu derecho, y tu hijo y tú no os perdereis nada el uno de la vida del otro..., así, como siempre fue, como ha sido hasta ahora.