¡Adelma, vení que te cuento!
Ya está, no tenemos de qué preocuparnos de acá en adelante.
Dejá esa biblia, cortala con la misa y preparate unos verdes.
¿Sabés lo que me pasó recién cuando salí de cobrar la jubilación?
Se me acercó un joven bien trajeado y me preguntó si ya tenía el pase libre para el cielo.
Parece ser que quedan pocos lugares, y ahí te doy la razón cuando decías que había que rezar mucho para ganarse un lugarcito.
Pero el muchacho me dijo que le quedaban dos pases que eran de un matrimonio que había cancelado y que si quería me los vendía a buen precio porque ya estaba cansado.
¡Imaginate!
Por sólo veinticuatro cuotas de seiscientos mil pesos cada una me los daba.
No, no, seiscientos mil pesos no, sesenta australes, bah, casi lo que cobro yo.
Bueno, si, seiscientos pesos, si, ya sabés que con la plata me hago lío.
La cuestión es que le di los seiscientos pesos y con eso pagué la primer cuota.
Eso sí, hasta que paguemos las veinticuatro cuotas nos vamos a tener que ajustar el cinturón. Tomá los cincuenta pesos ley que me sobraron.
Muy amable el joven, pero apenas le di la plata me dio este recibo y se fue enseguida, mirá si estaría cansado y con ganas de irse a su casa.
No anoté como ubicarlo para pagarle la próxima cuota y tampoco me pidió mis datos, pero teniendo contactos en el cielo seguramente nos ubicará.
¿Estás contenta Adelma?
Ahora haceme un favor que con la caminata ya me duelen los juanetes.
Mientras yo controlo el agua, andate hasta la esquina y para que no se traspapele el recibo-¡mirá si nos perdemos el cielo por no encontrar el recibo!- andá y metelo en el buzón que terminamos de pagar el mes pasado, que ahí va a estar seguro.
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¡Hey!
¡Hoy el blog cumple dos años!Tantas cosas han sucedido en ese tiempo que parece que hubiesen pasado muchos más.
La búsqueda que motiva esta entrada ("cuento la cuota inicial para ir al cielo") tiene un significado especial: es la
primer búsqueda que salió publicada.
Si van al primer post de este blog, verán que no es ni remotamente parecido a lo que es ahora.
Ese primer intento de Jorge que fue nada menos que el puntapié inicial, es la prehistoria de ésto que es ahora. Para mal o para bien, el blog evolucionó solito, casi como un ser con vida propia, con poca guía y muchos tropiezos.
Esa primer búsqueda, ni siquiera tenía el ya clásico texto que acompañó a cada una de las siguientes.
El texto que le añado ahora, viene en parte a cerrar el círculo.
Esa búsqueda, ahora con un entrada propia -sin consentimiento de Mux- vuelve a cobrar relevancia.
Este segundo aniversario me pareció un buen momento para traerla a colación, para sacarla a la luz nuevamente. Estuve tentado de hacerlo muchas veces, pero opté por esperar esta ocasión.
Que sirva entonces también como una muestra de viril y masculino cariño para mi amigo Jorge Mux, en aquel entonces para mí un perfecto desconocido. Ahora, que es un imperfecto conocido, casi como le tengo afecto.
A todos los que nos acompañan desde la lectura, las colaboraciones y los comentarios,
millones de gracias por estar.
(Nota de Mux: suscribo a todo lo que dice este imperfecto conocido. GRACIAS A TODOS ustedes por reírse de/con nosotros en estos dos años de enloquecidas búsquedas por internet. Don Bug, destapemos un champagne a distancia)