MANAZAS

Yo, Be, me he cargado la plantilla milenaria de QaD por torpe y con un solo clic. Me autoflagelo ante mis copropietarias y me comprometo a dejarla lo más parecida posible, si no mejor. ¡Palabra!

martes, julio 31, 2007

VA-CA-CIO-NESSSSSSSS

Aún quedan cuatro días para que me den las vacaciones de mi trabajo habitual y tome posesión de mi primer (y probablemente último) programa MIO.

Cuatro días en que la previsión del tiempo para hoy augura 37ºC y el aire acondicionado de la radio, por su parte, 16º.

Cuatro días de aguantar una becaria que no sabe escribir titulares, ni entradillas, ni textos en general… y que cuando intentas enseñarle (y arreglar sus destrozos), en lugar de aprender (o al menos callarse) sueltan un “yo esto no lo firmo” entre dientes y pasan el resto del día sin pegar palo al agua.

Cuatro días de ser testigo de cómo la otra becaria se está quemando a fuerza de sobrecarga de trabajo, pero no tiene webs de decirle a la no firmante que deje de escaquearse. (Yo me limito a ignorarla y dejar que se hunda sola. Me quedan cuatro días, qué quieren)

Cuatro días de aguantar los encantadores comentarios machistas de mi jefe (¿sabían que las mujeres cuando nos quedamos embarazadas culpamos a nuestros maridos de toda la angustia y sufrimiento físico y mental que pasamos, y como ellos no lo sienten físicamente nosotras decidimos vengarnos despiadadamente, cada una a su retorcida manera? Yo tampoco. Menos mal que está él para iluminarme, a mí y al resto del equipo exclusivamente femenino).

Y encima… encima…

Ayer día 30 funcionaba (será que aún no han en pezado), pero casi es peor vivir en la incertidumbre de no saber si mañana tendré que subir y bajar cuatro pisos andando. (Sí, mi novio asegura que me muevo por telekinesis, ¡pero no es cierto!)

NE-CE-SI-TO-VA-CA-CIO-NES

sábado, julio 28, 2007

Checo útil

Hace unos añitos, me fui a Praga a pasar unas vacaciones. Justo antes de irme, Be, que tiene amigas checas, me dio una lista escrita en una hoja de cuadros. Según ella, contenía todo lo que una chica soltera debía saber en Praga. Por ejemplo, incluía recomendaciones culinarias (gracias a ella me enteré de que el bramboraky es una especie de masa de patata rallada con huevos, ajo y especias, que se comen con la mano y que están buenísimas).
Pero lo mejor de la lista era lo que llamó "Checo útil", una lista de palabras y expresiones para sobrevivir en Praga. La lista sólo contenía los siguientes términos en checo:
- Hola/ adiós.
- Por favor/ gracias
-¿Qué tal?
- Sí/no/bien
- ¿Cómo te llamas?
- ¡Qué bueno está!
- ¿Tienes novia?
- Una cerveza
- ¿donde está el pub más próximo?
-¿Cómo llego a....?
- Kalimotxo
- Vamos a beber algo.
La lista estaba genial, para un viaje idílico y lleno de jovenzuelos checos. La lástima es que mi viaje no comenzó así y cuando en el aeropuerto de Praga un policía ultra-serio me cacheó y registró mi maleta (¡palpó todas mis bragas una por una! las que iban en la maleta, me refiero) por mucho que miré en la lista no encontré nada apropiado que decir. Porque era un peazo de maromo, pero no creo que se hubiera tomado muy bien que le dijera "Hola, ¿Qué tal? por favor, ¿cómo llego al pub más próximo... ¿tienes novia? em... ¡vamos a beber algo! ¡kalimotxo y una cerveza! por cierto... ¡qué bueno estás!"
Hoy me voy a Francia, sin lista de francés útil, espero que a Bichito y a mí no nos haga falta. Volveré en un par de semanas, hasta entonces...
¡ORVUÁ!

viernes, julio 27, 2007

Los Chungos de Nuestra Vida: El Mongo

Hoy es Hacha de Chershire quien comparte con nosotros su grandísimo chungo. Hacha no tiene blog (aún), pero se ha marcado tres grandiosos posts (1, 2 y 3) en el blog de su hermana, nuestra queridísima Gato de Chershire. Disfruten.
Os lo juro. Lo he intentado y me ha costado escribir y reescribir y al final la historia de mi chungo seguía pareciendo la 3ª parte de la Biblia, así que la resumo en unas frasecillas:

a) Chica tremenda conoce a gordito con pelo largo aficionado al punk, al manga, a la cerveza y a la Play Station. Se le cae la baba porque parece misterioso pero luego resulta ser que sólo es simple. Anécdota real con su padre: "Niño, ¿Hay algún coche detrás, que no veo bien para aparcar?". "No". Boooooonk. "¿Tú es que eres tonto???". "Joder, papá, era una moto y me has preguntao por un coche".

b) Pasan dos años juntos y de pronto a él se le ocurre dejar lo que está estudiando e irse a Madrid a hacer periodismo. Su padre le paga todo al grito de "Este niño es gilipollas!", su frase preferida.

c) El gordito pierde casi 20 kilos porque en Madrid no tiene la nevera al lado, se pone de moda el pelo madrileño y de pronto es el que parte la pana entre las modernillas de Madrid.

d) Conoce a una putilla de tres al cuarto que OS LO JURO NO VALÍA UN DURO pero gritaba a los cuatro vientos que era virgen. Se pone a salir con las dos. Hasta que nos vamos a chocar en su casa de la playa y se deshace de una, YO. Luego se tira a la niñata, que de virgen tenía lo que yo de rubia y, defraudado, la deja. Se come a cuantas puede, incluyendo a su prima, vecina puerta con puerta.

d) A esto la tremenda, Yo, no se ha enterao de la misa la mitad, y cuando viene llorando lo que la echa de menos se lo tira. Y se queda preñada. Y deciden tenerlo contra viento y marea porque se quieren mucho.

e) Embarazada. Soy un saco de papas. El oso del retiro, como me decía mi hermano. Y entonces empiezo a enterarme de tooooodo y lo más divertido es que me trago a su prima todos los días metida en la casa. Qué guaaapo.

f) Tengo a mi bebé, el niño se va a Punta Cana y se lía con la típica modernilla guarra que se cepillan todos los de la clase.

g) A la tremenda le mola un amigo, al amigo la tremenda, me entero de otros cuernos y me lío con amigo.

h) El mongo llama y llama, boicotea psicológicamente, no se ocupa de la niña para que yo no vea a mi amigo, y se excusa "porque se muere sin mí".

i) Vuelvo con el mongo y aún aguanto una relación de mierda durante año y medio hasta que descubro que no hay nada que nos una más que cariño, y a la vez un poquito de odio y de desprecio por hacerme sentir tan poca cosa.

j) J de joder qué chunga soy yo, que he aguantao a un gilipollas durante casi 7 años!!! Menos mal que ha venido un psicólogo sexual que me ha arreglao en una noche los complejos y el exceso de hormonas en el cuerpo. Ains qué completo. Luego se fue por donde vino...pero quién quiere un hombre???? Yo me he pasao a la nutella...

jueves, julio 26, 2007

Cosas que no sirven para nada

Hay ciertos gustos que no cambian con la edad. Hace unos cuantos años me colgué de un amigo y compañero de clase. Era historiador, como yo, y además se había especializado en epigrafía maya: incluso había aprendido choltí (una lengua maya que hablan sólo unos pocos miles de guatemaltecos en el mundo) para poder traducir bien los glifos. Yo babeaba cuando me decía algo incomprensible en choltí, que lo mismo era “pásame la tortilla”. Sí, lo admito: yo era así de lela.

En aquella época, a su vez, otro amigo me tiraba a mí los trastos. Se le llevaban los demonios cuando le hablaba del epigrafista y siempre decía lo mismo:

- ¿Epigrafía maya? ¿choltí? ¿¿PERO PARA QUÉ SIRVE ESO?? No lo entiendo: ¡¡yo al menos te puedo hacer la declaración de la renta!! – (era economista).

Han pasado bastantes años de aquello, lo del epigrafista se me pasó pronto, pero no lo de que me gusten ciertas cosas que servir, servir, lo que se dice servir… pues no mucho. Pero me quedo embobada cuando me cuentan anécdotas de cine clásico o historietas de filósofos presocráticos. Rara que es una, que prefiere tener eso a alguien que le haga la declaración de la renta.

Por eso he encontrado el blog perfecto para mí: se llama Conocimientos que no sirven para nada y los autores son el Mago y Anómalo. Cosas que no sirven de mucho (de esas que están entre la cultura general y conocimientos un poco raros) pero escritas de una forma amena y muy divertida: no puedo dejar de recomendároslo.

miércoles, julio 25, 2007

Mi novio, el pretecnológico

Cuando mi novio era pequeño sacaba dieces en preteconología, asignatura que consistía, básicamente, en construir cacharros. Y ahí se quedó: le sacas de la catapulta y es como uno de estos viejecitos analfabetos que salen en las noticias.

Ayer iba justa de tiempo al mediodía, porque tenía una reunión bastante importante, y le pedí que pusiera agua al fuego para hacer la pasta fresca.

Fue a la cocina. Volvió a la habitación.
(ÉL) -Amó, ¿este cazo o éste?
(YO) -El grande mejor.
Me gritó desde la cocina.
-¿Le pongo sal?
-¡Sí!
Y volvió.
-Ya está, cariño.
A los 20 segundos escuchamos una explosión.

Corrimos a la cocina. HABÍA TROZOS DE CRISTAL POR TODAS PARTES.

-¡Uy! ¡Si ha estallado el cristal!
-Cariño… ¿has encendido el fuego sin levantar la encimera?
-Eeeeeer… Mmmmm…

Lo primero que he hecho ha sido cagarme en su madre, que al fin y al cabo es la que tiene la culpa de la inutilidad del hijo. Después he recogido y luego, en cuanto he conseguido controlar al espíritu de Mónica Geller-Bing, me he ido corriendo a trabajar (sin comer). Le he dejado terminando de recoger con unas instrucciones MUY PRECISAS, para que no se cargara nada más. Después de la reunión le llamo para que me diga la marca de la cocina y buscar repuestos.

-Dice “Gasistas S.A.”
-Buscamos la marca de la cocina, no de los instaladores. Mira bien, cariño.
-Sí, sí, “Gasistas S.A.”
-Vale.

Hago un google y en la página Web de “Gasistas S.A.” sólo me dice que fabrican acometidas, armarios de regulación, módulos de presión y medición e instalaciones soterrables.

Decido llamar a mi madre, que trabaja en el gremio.

(MADRE)-¿Si?
(YO)-Mamá… ¡mi novio es tonto!
-¿Qué ha pasado?
-¿Te acuerdas de que mi cocina NUEVA es de gas y tiene una especie de encimera de cristal? Vale, pues “tenía”. ¡Mi novio ha encendido el fuego sin levantar la tapa de la cocina, y el cristal ha explotado!
-Pero, ¿por qué?
-No sé… Pensaría que era una especie de vitrocerámica de gas de la era espacial.
-¡Jajajajaja! ¡Tu novio es un cachondo! Y tú le habrás gritado…
-A ver, me dirás…
-Ay pobre... Hija, es un hombre, y los hombres son así.
-Mamá, encima no le defiendas. Que no es tonto, joder.
-Pero es que es físico, no ingeniero.
(¿Os he dicho ya que mi madre es ingeniero?)
-Mamá, eso no es excusa…
-Los hombres son así, hija. Piensa en tu padre.
-Mamá… Mira, tú búscame los repuestos, luego te llamo.

¿De verdad son así los hombres? ¿No hay remedio ni esperanza?

Se lo he contado a mis compañeras de la radio. Se han reído mucho y hemos hecho frente común.

(1)-Si es que los hombres son así…
(2)-¡Consuélate! El mío tiene visiones: el otro día fuimos a la casa nueva y le dije que teníamos que comprar una plancha y me dijo: “Qué va, si hay una”. Y yo: “Habrá una si la has comprado tú, porque la casa está vacía”. “Que no, que hay una en un armario”. Y se puso a mirar en los armarios… Yo creo que mezcla la casa con la de sus padres.
(3)-¡Eso le pasa al mío! Siempre que va a por un vaso abre el armario de encima del fregadero, porque allí están en casa de su madre, aunque nosotros los tenemos en la pared de enfrente. ¡Y lo va a hacer siempre! Pero a mí no me preocupa: ya se cansará.
(YO)-Ya, pero encender el fuego debajo de un cristal…
(4)-Jo, Be, no le dejes nunca… ¡Lo que nos queda por reírnos!

Ya… Todo sea por el bien de la comunidad.

martes, julio 24, 2007

Sexy

Hace un par de días me fui de rebajas al centro de Madrid. Qué ilusa, en muchas de las tiendas la colección otoño-invierno ya ocupaba la mayor parte de las estanterías. Pero bueno, ya metida en harina cogí un catálogo de la nueva temporada de Mango... y menuda sorpresa me llevé. No, no se trata de que Pe y Mo sean modelos-diseñadoras-reclamo o leches en esta temporada, sino de que ella sea una de las modelos centrales del catálogo:



Se llama Crystal Renn y según diversas webs mide 1,74 y pesa 75 kilos.

Y me parece preciosa.

Dentro del catálogo, una pequeña entradilla preside sus fotos: "Why not? La modelo Crystal Renn te muestra cómo sacar el mejor partido a tus curvas. ¿Por qué no?". Sí, el texto es algo envenenado y seguramente estas fotos son sólo una estrategia de márketing para atraer a niñas rellenitas a la tienda y que compren, compren y compren. A ellas, a nosotras, a las que no somos modelos de 50 kilos, a las chicas de andar por casa, a esas a las que las inseguridades atacan de vez en cuando, también nos acercan la ilusión de ser reconocidas preciosas, y sexys, a pesar de tener algún kilo de más según los cánones oficiales. Con la imagen de Crystal en la retina vas a la tienda, te meten el sueño en una bolsa de papel, previo paso por caja, y a casa.

Sí, sé que es para vender más, pero me da igual, porque las fotos me han gustado. Porque estas cosas me ayudan un poco. Alguna vez me han dicho que tengo un ideal de la belleza posmoderno. Me encantan las mujeres delgadas, me encantaría tener esa constitución. Yo tengo mis curvas, muy contundentes según las épocas de mi vida, pero después de que me presenten a la señorita de la izquierda como ideal de belleza durante años, he acabado pensando que algo que se salga de esa delgadez no es tan atractivo.

La vida real me desmiente eso, lo sé: a una de las mujeres más sexys que conozco le sobran unos diez kilos y mis amigos suelen tachar de "palos" a las mujeres a las que yo envidio por su delgadez. Pero después de tanto bombardeo de fotos, de anuncios, de tías buenas de vientre liso y culo perfecto, me cuesta sentirme sexy cuando dentro de un conjunto de ropa interior precioso me rebosa un michelín por los laterales. Es desalentador.

Pero bueno, a lo que venía todo esto: me han gustado las fotos porque una cadena de moda importante y que siempre ha enarbolado un cánon de belleza muy delgado, reconoce (aunque sea por razones comerciales) que algo fuera de ese cánon puede resultar tremendamente sexy. A ver si, a fuerza de verlo, me lo acabo creyendo yo también, que a mi sexy y a mi autoestima les vendrá de perlas.

lunes, julio 23, 2007

53 horas después

Sin espoilers (creo).

Estaba segura de que esta última entrega de Harry Potter no me iba a gustar, pero finalmente el pequeño ejercicio de sadismo de J.K.Rowling me ha hecho sufrir y me ha encantado a partes iguales. Me he reído, he llorado un montón y me he comido las uñas casi hasta los codos.

Se atan muchos cabos (¿todos?) y muere mucha gente (algunas de las muertes hacen sufrir pero mucho mucho, porque Joanne Kathleen se emplea especialmente a fondo cuanto más queridos nos son los muertos). Y hay una escena de ojos negros contra ojos verdes que es maravillosa, sin más.

Lean Harry Potter and the Deathly Hallows, sin más miedo que perder a algunos de sus personajes preferidos.

sábado, julio 21, 2007

viernes, julio 20, 2007

Crónicas de Ro: Bicho a la barbacoa

Mi hermana pequeña tiene su primer trabajo de verano: está de becaria haciendo un estudio de impacto ambiental para el puerto de una ciudad autónoma. Hablamos por teléfono, pero además me escribe emails donde me cuenta que allí la gente trabaja cuando quiere y nunca sabes si van a abrir las tiendas, cómo revoluciona Marruecos presentándose en los zocos con demasiada poca ropa (iban a la playa y ¡¡¡ella no sabía que se iban a parar a comprar sandías!!!), esas cosas.

Además, me ha enviado esto para ustedes. Espero que lo disfruten. Ah, se llama Ro, a ver si se anima y nos manda más.


Querida Be:

Me estoy poniendo al día con tu blog. Iba a dejarte un comentario respecto a lo de las cucarachas, pero me piden contraseña o algo. No sé, ya probaré, pero de todos modos te lo mando por aquí y si lo quieres poner, todo tuyo.

En la residencia vive también un grupo de guardias civiles, y por cierto, estoy perdiendo todo el respeto que pudiera tener alguna vez hacia estos hombres de verde. A lo que iba, son como 6, de 30 a 50 años, y hay uno que es como MacGyver pero sin atractivo alguno. Siempre nos sorprende con algo nuevo: si hay arroz o rollitos para comer, él tiene soja en su cuarto, y así mil.

Lo mejor fue el otro día, que estábamos como siempre de sobremesa después de la cena, y tras pimplarnos una botellita de ron "Capitán Morgan" (comprado por él, cualquiera hubiera comprado Brugal...), pues escucho que iba a su cuarto a por la raqueta, y yo que estaba a otra conversación flipo y me imagino que iba a por su raqueta de pádel o lo que fuera...

Pero no, fue a por una raqueta electrocutamosquitos, porque había alguno rondando (por cierto, mi sangre no les debe de gustar por aquí abajo, porque no me ha picado ninguno!). Era un raqueta tamaño las de pádel, que cuando el bicho atraviesa con cualquier parte de su cuerpo las redecillas que tiene se fríe...

Pues no cazó ningún mosquito, pero nos encontramos una sorpresita en el baño común (por eso yo voy siempre al de mi cuarto...): una cucaracha de las que te gustan tanto... marroncita-dorada, y ENORME, y no se le ocurre otra cosa que experimentar con ella y su raqueta, ¡qué asco!

Se puso a darle vueltas en el aire como si fuera una tortilla para que la pobre se friera bien (por los dos lados ). Y lo grabaron.

Este tío tendrá treinta y muchos, y es más raro... sólo decirte que en su portátil tiene la canción de "amo a laura"... Dice que yo doy su perfil de chica, salvo porque me gusta salir y bebo... Menudo tío raro... Ya te contaré mas anécdotas porque con estos no me aburro nunca. La verdad es que son muy majos. (¡Si quieres hachís puedo intentar que me lo cuelen en la aduana!)

Bueno, guapa, hablamos prontito. ¡¡¡Mil besos!!!

Ro.

miércoles, julio 18, 2007

Dias de radio

No sé si debería escribir este post, teniendo en cuenta lo que pasó a raíz de un post en el que decía lo mucho que me molaba vivir en Malasaña… Pero en fin: si acabo trabajando en la hoja parroquial de un pueblo de Cuenca ya sabré que no tengo que hacerlo más.

Ya os conté en el post de la montaña de basura que hace un tiempo fui a dar una charla a un Instituto, para hablar de periodismo a los alumnos de un amigo mío. Les dije que ser periodista consiste básicamente en contar cosas, les hablé de la responsabilidad que conlleva el poder de crear opinión, les mostré que muchas de las cosas que ellos “saben” vienen filtradas por los periodistas que se lo cuentan, y hablamos de algunos momentos en los que el periodismo cambió el mundo. Y les hablé de la radio.



Y les hablé bien, porque me encanta mi trabajo. Independientemente del estrés continuo, de los problemas varios de cada momento, de los microsueldos, de las inevitables diferencias con la línea editorial, del cansancio que tengo encima que hace que necesite unas vacaciones como el respirar… me encanta.

Llevo tres años currando en esto y he hecho casi de todo: desde picar cortes a editar boletines, desde dar las noticias en una radio musical a hacer crónicas de bolsa, desde hablar de talasoterapia en un magacine a cubrir manifestaciones en directo, desde entrevistar a Radio Futura, Antonio Gala, Victoria Abril u Oscar Jaenada a reportajes de trasplantes de corazón, de los sin techo de Gran Vía, de los prerrafaelitas o de la batalla naval veraniega de Vallecas. Lo único que no he hecho es poner música en plan radio fórmula. Y he disfrutado con todo.

He aprendido a contar las cosas con sonidos, a encontrar la mejor forma entre cien de decir algo y la música que mejor expresa cada cosa, que puedo escribir en diez minutos un boletín de cinco, que sesenta simples segundos dan para muchísimo.

Por eso me jode, me jode, me jode, cuando pasan cosas que hacen que no me apetezca nada ir a trabajar. Gritad conmigo: Antoñitaaa!!!

(Más cosas del autor del dibu, como siempre, aquí y aquí).

martes, julio 17, 2007

Arte Contemporáneo

Hoy me ha tocado enseñar el Reina Sofía a unos profesores estadounidenses. Un suplicio, oigan. Por lo general odio enseñar arte contemporáneo, porque algunos de sus movimientos y artistas no me gustan. Lo peor no es que no me agraden: lo peor es que no los comprendo. Y es difícil hablar con pasión y convencimiento de cosas que no se comparten. A veces me siento como un abogado que tuviera un cliente culpable y que habla en otro idioma, por lo que no tiene ni idea de qué le explica y, a pesar de todo, tiene que iniciar una defensa convincente.
Así que explicar cierto arte contemporáneo es un horror para mí, tenga los alumnos que tenga:
2) Si los alumnos no tienen ni idea de arte contemporáneo es complicado explicar porqué ciertas cosas están en un museo y valen millones. Como os decía, a veces no lo comprendo ni yo, como para convencer a alguien...
2) Si los alumnos saben de arte contemporáneo existe el riesgo de que hagan preguntas muy difíciles y me breen, porque como el tema no me interesa, no sé tanto sobre ello.
Los profesores-alumnos de hoy eran del primer tipo de alumnos, al igual que casi todas mis señoras-alumnas de toda la vida. Y serán yanquis, y profesores, pero han tenido las mismas respuestas que de mis señoras amas de casa de Carabanchel. Porque con el tiempo, me he dado cuenta de que hay tres respuestas al arte contemporáneo (sobre todo abstracto) entre la gente que no está acostumbrada a ver este tipo de arte:
Respuesta Ole Mi Niño: "Qué tomadura de pelo. Mi hijo/nieto de tres años lo podría hacer igualito... incluso mejor".
Respuesta Decora Tu Vida: "Qué barbaridad. Yo nunca lo pondría en mi casa. Ni aunque me lo regalen". En el caso de las más osadas se sustituye por "uy, no sé qué es, pero el color va genial con el sillón de mi salón".
Respuesta Money-Money: "¿Y cuánto puede valer esto? porque mira que me pongo a pintar tres puntos y una raya y me hago rica...". Hoy he tenido una nueva variante en esta categoría, subtipo el-delito-en-la-sangre: "¿sabes si se conocen todos los cuadros de Miró? ¿no podría aparecer uno, como por casualidad, en mi desván? digo yo que nadie notaría la diferencia".

Hala, explícale a una señora de Wisconsin porqué con un solo cuadro de estos se podría comprar unas cuantas granjas de chopocientas hectáreas.

En fin, que espero tardar mucho en volver al Reina Sofía, al menos con gente que me pida explicaciones. Porque al próximo que me pregunte, le suelto un "no sé, pero es bonito" y me quedo tan pancha.

viernes, julio 13, 2007

Me llamo Be y soy xenófoba de las cucarachas

Que quede clara una cosa: esos putos bichos me dan un asco que me muero. Todos. Escribiendo este post me he enterado de que existen más de cinco mil especies de cucarachas y que una a la que se le corte la cabeza puede sobrevivir unos nueve días (al final se morirá, pero de hambre). Se me encoge el estómago sólo de escribirlo, para que os hagáis una idea del sufrimiento que me producen. Espero que entendáis que no ponga fotos en este post y los sustituya por enlaces para los masoquistas o para los insensibles a quienes estos bichos no impresionen.

(Música, y empezamos: )

Puedo con las arañas, con las avispas y hasta con las eventuales garrapatas de mis perros. Las polillas gigantes me lo hacen pasar un poco mal, como pueden atestiguar los asistentes a la barbacoa que clausuró mi mudanza (¡¡es que la muy mamona medía como 12 centímetros!!), pero las cucarachas me dan un asco que me muero.

No me pasa como a Lorz, que mantiene la compostura y la sangre fría... mientras grita con voz aguda “UNACUQUIIII!!!”. Yo no. A mí se me corta la respiración y muevo los brazos como aspas de molino sin poder siquiera gritar para desahogarme.

Una calurosa noche de verano, hace años, estaba yo esperando en Moncloa el autobús que me llevaría a casapadres cuando vi una cucaracha negra cerca de mi pie. Me agobié pero poco, lo justo para poder apartarme sin pegar un grito. Entonces vi otra, a pocos pasos. Y otra. Y otra. Y muchas más. Ahí sí me agobié. Había decenas de cucarachas grandes, negras y asquerosas correteando por la acera. Yo llevaba sandalias, y al visualizar el peligro de que una rozase mi pie… ¡EW! El caso es que mi atención estaba en aquel suelo, en controlar que ninguno de aquellos bichos se me acercara a menos de un metro. Y en la valla del Ejército del Aire, porque las cucarachas salían en racimos por entre las piedras, y no eran decenas, eran cientos. Vi que una se acercaba al bolso que una chica había dejado en el suelo a sus pies. La avisé, y ella… ella sonrió y dijo con acento inglés: “Sólo buscan comida”. “Mejor tú que yo”, le respondí con mi mejor acento de la Irlanda profunda.

Pensé que aquella escena era el culmen del Asco. Pero no.

Unos años después, La Familia De Los Itinerantes Veraneos decidió pasar un mes en un pueblecito de Almería (sí, ése en el que las jovencitas bailaban con el diablo a medianoche). Hacía un calor monumental, mis hermanas y yo nos duchábamos 3 veces al día… y una nueva variedad de bichos asquerosos salían de sus escondrijos. Eran marrones, grandísimos (más de 5 cm!!!) y como cosa positiva puedo decir que tenían la delicadeza de aparecer de uno en uno: las cucarachas americanas. Las cucarachas negras eran asquerosas, sí, pero éstas eran mucho peores: las muy hijasdeputa volaban.

Ese verano descubrí que si les echas Baygon Verde en pleno vuelo, les explota la cabeza y sale un líquido marrón.

Hola, me llamo Be y soy xenófoba de las cucarachas: cucarachas hijas de puta americanas, Go Home!

PD: Somo, no hagas espoilers, que lo del Abuelo Chan va en otro post!!

jueves, julio 12, 2007

Una herencia de gafas sucias

Decía Oscar Wilde que para saber como será una mujer dentro de veinte años basta con fijarse en su madre. Tenía razón.

(También decía que el acabar indefectiblemente pareciéndonos a nuestras madres es la tragedia de las mujeres. Y la de los hombres, no hacerlo).

De jovencita, mi madre se desesperaba porque mi abuela siempre llevaba las gafas sucias. Le decía: “Mamá, qué desastre, no sé cómo puedes ver algo con esto”. Y se las limpiaba.

Hacia los trece años me di cuenta de que mi madre SIEMPRE llevaba las gafas sucias. Y me desesperaba. No hacía más que regañarla: “Mamá, hija, qué desastre. Te vas a quedar ciega”. Y se las limpiaba.

Y ahora… Ahora son mis gafas las que están siempre sucias. Y como no espero tener a corto plazo una hija que me limpie las gafas pero soy una chica de recursos, he buscado soluciones.

Lo tengo comprobado: lo que mejor va para limpiar mis gafas son las camisetas de chico de H&M de 3,90€.

miércoles, julio 11, 2007

El poder hipnótico de la tele

¿Creéis en el poder hipnótico de la tele? yo sí, desde luego. Hay ciertas cosas en la tele que me emboban y que no puedo dejar de mirar. Yo no me engancho al diario de Patricia o a Supervivientes. Lo mío es más difícil de explicar, porque lo que me suele hipnotizar son chorradas poco interesantes y de nivel morbo de menos tres, pero que tienen un poder de atracción sobre mí como el de los imanes gigantescos que salen en los dibujos animados sobre una caja de caudales (de dibujos animados, claro).
Hace años, cuando llegaba de marcha temprano (las siete-ocho de la mañana es temprano. Mi padre nunca pudo rebatir ese argumento) me ponía la tele mientras comía algo y veía el programa de los teletubbies. Es la cosa más repetitiva (repetían misma escena más de cuatro veces al grito de "¡otra vez!") y cursi ("¡abrazo fuerte!") del mundo: normal, es un programa pensado para bebés. Pero a mí me encantaba. No me iba a dormir hasta que acababa, y eso, habiendo dormido cero, con alcohol en el cuerpo y después de haber bailado durante horas, es masoquismo puro y duro.
No me había sentido tan hipnotizada/idiotizada por un programa estúpido hasta que llegaron ellas, las focas de teletienda. Por las mañanas, a eso de las 8:25, en el intermedio del telediario de telecinco, ponen un anuncio de teletienda. Durante meses han puesto uno de colchones que rozaba el absurdo y el horror: mantas de leopardo, pelos cardados, gente hortera sobre las camas. Pero lo mejor del anuncio eran las demostraciones de firmeza: un chino saltaba y daba vueltas sobre sí mismo mientras su compañera leía y pasaba de él.

Pero mi escena preferida era la de las focas: en el lado derecho del colchón había una foca subida y de repente llegaba corriendo otra foca y, alehop, de un salto se subía a ocupar su lugar. Oye, la otra ni se inmutaba.



Las focas en cuestión

Pues una cosa tan absurda me ha tenido enganchada durante meses. Todas estas mañanas me quedaba a ver la foca, porque a pesar de haberla visto centenares de veces me hacía gracia y me iba al trabajo como más contentilla, con un sonrisa al comprobar que la foca se había subido con su consabido saltito al colchón con su compi de acuario. Estúpido, lo sé, pero a veces me da por cosas raras como estas.

Ahora me han cambiado el anuncio de los colchones por uno de fajas, ya no tengo focas en el desayuno y, la verdad, no es lo mismo. Me falta algo por las mañanas.

lunes, julio 09, 2007

Doble espectáculo

Hace unos días fui a ver a mis compañeras de danza oriental, que presentaban un espectáculo en un auditorio pequeño pero muy chulo. La actuación se había anunciado en un centro de mayores cercano, por lo que el teatrito se había llenado de señores viejos aburridos y deseosos de ver no exactamente danza oriental sino carnes femeninas en movimiento, me temo.

Cuando acabó la actuación, que estuvo genial, todo el mundo aplaudió a rabiar. Yo estaba ahí, entusiasmada, aplaudiendo a mis compañeras y me levanté del asiento, uno de esos abatibles tipo cine. El asiento volvió a su posición original rápidamente y con mucha fuerza. Entonces noté cómo mi falda roja (que tiene un montón de vuelo y de la que quiero apuntar que es preciosa, aunque eso no aporte nada al relato) fue propulsada hacia arriba por el asiento. Tan arriba que me rozó la cabeza. Me quedé helada, procesando la información, pero sin acabar de creérmelo:


- Um, evidentemente, si mi falda ha rozado mi cabeza, no estaba ni tapando mi trasero ni ocultando mi...

(modo Janice de friends on) OH, DIOS MÍO, OH DIOS MÍO (modo Janice de friends off)

¿Me he puesto las braguitas de estampado psicodélico o... ? ¿llevo tanga? ¡llevo tanga! AAHHHHHHGGGGHHHHH, NOOOOOOOOOOO, POR QUÉEEEEEEEEEEE!!!!!! ¿por qué me haces esto? ¿por qué he tenido que enseñar el culo en un teatro???? ¡¿¿¿y no podía llevar bragas, para enseñar menos trozo de trasero que con el maldito tanga??!! aunque ... ¿me habrá visto alguien?? la fila de atrás, la fila de atrás, no quiero mirar... ¿habrá viej... ? no quiero mirar, no quiero mirar... ¿se habrá notado algo? ¿se habrá visto algo? a lo mejor nadie se ha dado cuenta... no sé si lo quiero saber...

Se impuso mi lado masoquista y no lo pude evitar: me giré con cara circunspecta. Y detrás de mí había dos filas de viejos señores que me miraban y se reían, tal que así:


Jo. Dos espectáculos por el precio de uno. Esto no es justo.

viernes, julio 06, 2007

Los Chungos de Nuestra Vida: El Desertor

Aquí tenemos otra entrega de Los Chungos de Nuestra Vida. Para variar, esta vez lo cuelgo yo: preveíamos que Be no iba a tener internet tan pronto y como compartía (ejem, ejem) conexión con su vecino y para captarla, Be tenía que colocarse haciendo el pino sobre su mesilla de noche y con una sola mano sujetar el portátil en un ángulo agudo, con una orientación noroeste-infinito y mirando a la tercera estrella empezando por la derecha de la constelación de virgo... pues no era plan. Concluyo, que me lío: menos mal que vuelve a estar conectada, así no se nos hernia y... este chungo lo cuelgo yo.

Sin más rollos, os dejo con el chungo de Yaiza, que es un chungo que se merece una somanta de capones hasta el infinito y más allá.

Tenía yo la tierna edad de 14 años, despertándome a la pubertad, cuando me crucé en mi camino con un chungo. Si, el primero y ya un chungo. A lo mejor ha sido por eso por lo que me he convertido en una persona desconfiada, ya no solo con los hombres en materia de relaciones sentimentales sino con absolutamente todo el mundo. Pero no adelantaré acontecimientos.
Era verano, yo era joven (aún lo soy, pero entonces lo era más) y estaba veraneando en Pamplona. Yo no conocía a nadie allí así que como tampoco mis padres me daban mucha libertad para lanzarme a explorar mundo pasaba las horas tomando el sol en la azotea vecinal de un bloque que habían adaptado con una manguera para soportar el calor y al que podían acceder todos los vecinos. Pasados unos días, llamé la atención de un grupo de quinceañeros, con lo que comencé a hablar, supongo que atraídos por la revolución de hormonas que todos llevábamos encima.
Así que comenzamos a salir juntos por el barrio, 5 chicos y yo. Os podéis imaginar como estaba. Absolutamente pletórica, encantada de la vida, intentando ligar con todos y con ninguno a la vez y poniéndolos a todos de los nervios. (Ya se que está mal que yo lo diga, pero por aquel entonces estaba de muy buen ver). Hasta que al final, quien acabó cayendo en las redes de uno de ellos fui yo.
Comenzamos a vernos a solas, quedábamos por la mañana para patinar (el me enseñaba y yo le miraba embelesada), por la tarde nos íbamos a la piscina, por la noche paseábamos a la luz de la luna, arrumacos, besos, y yo no hacía más que pensar en él. Comenzamos tímidamente, un besito en la mejilla, uno en el cuello, una mano por la espalda, por la noche un poco más abajo que por la espalda, en la piscina ya os imagináis, bajo el agua el biquini es muy pequeño y yo respiraba con su presencia, con sus palabras que me adulaban, que me decían que ya no podría vivir sin mi, que me quería, y con 14 años que os voy a contar. Me lo creí absolutamente todo.
Hasta que un día me sugirió que nos olvidáramos de la piscina y que pasáramos la tarde en su casa, aprovechando que estaríamos solos y que quería enseñarme algunas cosas. Y aunque podría disculparme apelando a mi inocencia, en realidad no lo pensé dos veces y fui. Estaba encantada de que me enseñara su casa, su cuarto, su ordenador, todas sus cosas. Creo que ya no es necesario que os explique lo que pasó. Y esa noche yo me fui a casa, con una mezcla de culpabilidad y placer en el cuerpo.
Y sin embargo a partir de ese momento, las cosas comenzaron a cambiar. De repente ya no tenía tanto tiempo para pasar conmigo. Por las mañanas argumentaba que tenía que ir a ver a un pariente que, casualidad, había aparecido de repente. Unos días más tarde tampoco podíamos vernos ya por las noches porque decía tener que ir a patinar con sus amigos, para entrenarse para un concurso, hasta que un día, directamente ya no apareció cuando habíamos quedado.
Fui a su casa y nunca estaba, deambulaba sola por todo el barrio, todos los lugares por los que habíamos estado buscándole, de día y de noche. Le llamaba por teléfono. Pero no estaba en ningún sitio. Le preguntaba a los amigos y no sabían nada. Llegué hasta preocuparme por él, pensando que podía haberle pasado algo.
Y llegó el fin del verano y me toco irme de Pamplona sin poder verle, sin poder despedirme, sin saber nada de él.
Ese invierno pasó conmigo como alma en pena, sin entender nada, sin levantar cabeza en todo el invierno, llorando y cabreada con todo el mundo porque yo quería estar en Pamplona, con él, y no podía, y el mundo era culpable de todos mis males.
Hasta que a finales de mayo llegó una carta, y era de él, pidiéndome disculpas por su comportamiento y pidiéndome que lo entendiera, pero que tenía 15 años y cualquiera en su situación hubiera hecho lo mismo, el muy ...."chungo". Ah, además me mandaba una foto suya. Para que veáis de todos modos como estaba, me lo tragué todo, acepté sus disculpas y puse su foto en mi habitación. Total, que más daba. Casi con toda probabilidad no volvería a verle nunca. Y de hecho hasta el momento así ha sido.
Pero lo más alucinante de toda esta historia fue lo que pasó años 5 años después. Yo ya me había olvidado de todo, estaba feliz y tan tranquila, cuando suena el teléfono.
- Si dígame.
- Hola, ¿qué tal? soy "chungo"
- ¿Quién?
- No te acuerdas de mi, nos conocimos en Pamplona, un verano.
Cara de no poder creérmelo.
- Ah, si. Muy bien. ¿Cómo te va? y ¿donde has conseguido mi teléfono?
Explicaciones aparte y abreviando de repente me suelta.
- Verás es que te llamo porque estoy saliendo con una chica desde hace dos años y quería pedirte consejo.
A estas alturas yo ya estaba tan alucinada que tuve que sentarme.
- Pues tu dirás.
- Mira, es que la chica me dice que me quiere mucho, y estamos muy bien juntos, y yo estoy muy enamorado (y yo pensando, pues mira que bien) y es que no quiere hacer el amor conmigo, (ojoplática y con la boca abierta sigo atentamente escuchando) y estaba pensando que quizá tú podrías ayudarme o al menos decirme qué harías tú si estuvieras en la misma situación o qué crees que puede estar pasando, es que no sé que puedo hacer.
Ni que decir tiene que me quedé muda, y que por supuesto no contesté a su pregunta sino que muy diplomática le despedí colgándole el teléfono.
Nunca más he vuelto a saber de él. Aunque de vez en cuando, sobre todo cuando hablo con alguno de los amigos que ahora tengo de Pamplona, me acuerdo de aquello, por supuesto con una sonrisa, porque pensando en lo mal que lo pasé aquel verano, al final la historia acaba, para él, patéticamente.

jueves, julio 05, 2007

Misterios sin resolver

Expediente-X número 1:
Son más de las dos, estoy rodeada de cajas y con un hombre abrazándome mientras escribo desde mi propia conexión no pirateada: los de Imagenio nos dijeron que tardarían en venir a instalarnos el teléfono, la tele e Internet entre 10 y 15 días. Han tardado 5, contando con el fin e semana. ¿Milagro o error?
Expediente-X número 2:
Mi programa ha salido en Noche Hache, y estoy casi segura de que mi jefe no lo ha conseguido a base de conceder sus favores sexuales a influyentes personajes de Globomedia. ¿Entonces?
Expediente-X número 3:
¿Qué comía Makoto Nagano de pequeño, y a cuántas japonesitas se ha frinkado después de ganar el megaconcurso Sasuke?

Sean sinceras, señoritas, ¿no les resulta ni un poquito sexi un hombre capaz de hacer todas estas cosas, es decir, de salvarlas en caso de holocausto nuclear con ataque de aviesos zombies mutantes robóticos adolescentes del espacio exterior incluido?
¿No? No me digan que, como Mischa Barton, buscan un intelectual...

martes, julio 03, 2007

A/A

Qué bonito es esto del cambio de estaciones... pasan los días y de repente te encuentras en pleno invierno. Y sí, hablo del aire acondicionado, invento que si se usa moderadamente, mola, pero que en cuanto se abusa de él... ¡es la guerra!
En mi oficina, se abusa. Hemos conseguido que la llegada del frío polar se retrasase hasta que se limpiara el filtro del aire acondicionado. Como nadie quería limpiar el filtro y amenazaban con encenderlo así, en plan guarro para esparcir bichos, esporas, polvo y cochinadas varias, la empleada-choni-anteriormente-conocida-como-becaria-choni y yo nos subimos a la mesa para desmontar el trasto y a limpiar el a/a. Menos mal, porque teníamos un ecosistema autónomo montado ahí dentro que amenazaba con invadirnos y ser la nueva especie dominante en la Tierra.
En fin, que por fin se pudo encender el trasto y Siberia se ha trasladado a mi oficina. La guerra psicológica está montada. Los del traje, las menopáusicas y los pitopáusicos de un lado. Del otro, los demás. Como yo me congelo, y lo sé, la chaquetina es mi inseparable aliada en la oficina. Para qué protestar. Pero cuando ya estás a menos de 20 grados, con la chaquetina puesta y la menopáusica te dice que qué calor hace y que aún quiere bajarlo más... ñumpf. Quieres matar, porque más vale matar tú que morir a manos de un resfriado traicionero.
Como ladrones de guante blanco y el disimulo de Tamariz se asalta silenciosamente el cajón del mando del a/a. Y la temperatura cambia, así como quien no quiere la cosa. Y empiezan los gritos, de uno u otro bando. Tenemos muy desarrollada la táctica de guerrillas, aquí en la oficina. Ni que nos hubieran formado en Nicaragua.
Al final con tanto grito alrededor y tantas malas caras, una se plantea si el aire acondicionado no será un invento diabólico para fomentar el conflicto o algo así. Si se pusiera un aire acondicionado mundial, teníamos la Tercera Guerra asegurada.

lunes, julio 02, 2007

Prueba superada

Me he mudado. He dejado una terraza de 30 metros en Malasaña y un compañero de piso tirando a chungo por un armario de pared a pared, dos salones con la palabra "maratón" grabada a fuego y dos compañeros de piso monos monos monos que van a dar para muchos posts. Pero el proceso ha sido un estrés.

Lorz ha conseguido reflejar la mudanza con claridad y concisión en un post al que les remito. Yo sólo voy a contarles un par de cosas que he ido pensando y a darles 3 consejos.

Par de cosas que he ido pensando:
-
Una mudanza puede hacer tambalearse hasta las más firmes creencias de una persona: ayer llegué a pensar si no sería verdad que tengo demasiados zapatos.
- Los amigos son un regalazo, una grandísima suerte… y una tortura, porque sabes que no podrás tener suficientes primogénitos para agradecer debidamente a todos la ayuda prestada.

Tres consejos:
1.
No se pongan enfermos el día que tienen prevista la mudanza. El sufrimiento aumentaría de forma notable (sí, es posible).
2. Intenten que el traslado no coincida con el fin de semana de más calor hasta la fecha. De coincidir, beban agua en abundancia.
3. No planifiquen su mudanza el día del orgullo gay y, si no consiguen evitar la coincidencia espaciotemporal, consulten el recorrido de la cabalgata en lugar de intentar cruzar la zona cortada por 3 puntos distintos.

Gracias a todos, chicos. Os voy a hacer una cena que vais a alucinar.

(Y, ya puestos, gracias al vecino por dejar que le robe Internet unos días).

viernes, junio 29, 2007

Los Chungays de Nuestra Vida: El reprimido

Coincidiendo con los festejos que durante siete días siete que revoluciona la ciudad en la que vivo(y donde se han sucedido vertiginosamente un abucheo a Marta Sánchez, la reivindicación del español en detrimento de la lengua de Beckham, y las frases "esta es la fiesta de la tolerancia" y "¿¡que van a pensar de nosotros en europa, maricones!?"), Quédate a Dormir se une al EuroPride con la publicación de nuestro segundo Chungay. Esta vez, gracias a ePhedro.
Me encanta el post, que además me recuerda a aquel en que mencionaba mil veces el miembro viril sin decir nunca la palabra po**a (era cuando sobreusábamos los asteriscos)... quizá deberíamos hacer una segunda parte.
Disfruten, commenten y mándenme su apoyo moral mientras yo me tomo el día libre para empezar la mudanza.
¡Atención! Este chungo contiene material járcor.
Érame una vez estudiante en el extranjero, gracias a programa.erasmus (luego sería org.). Estaba decidido a entrar con buen pie en la nueva vida social estudiantil allende el canal de la Mancha*, así que me había ido a -ejem- tomar unos jarabes y hacer ejercicios al ritmo de la música con los recién estrenados compañeros de pisorresidencia. Al volver, nos pusimos a «hacer vida social» en la cocina del apartamento para seis.
El conjunto residencial tenía forma de U, de manera que las ventanas de las cocinas quedaban en la cara interior de la U. Daban a unos pasillos-balcón que permitían a cualquiera no sólo ver quién pasaba por esa planta, sino por las de enfrente, tanto arriba como abajo. Este dato no es baladí. Se podría saludar a casi todos los habitantes si sacaban la cabeza por la ventana de la cocina. Entre birra y alcopop, charla y chiste, se cruzó pues por la ventana un individuo. Entonces, llamó a la puerta. Lo invitamos a pasar, mis flatmates a una birra, hablamos un rato y lo despedimos en la puerta. Al poco, nos fuimos todos a planchar la oreja.
¿Todos? No. Un irreductiblemente cachondo servidor recapituló lo ocurrido en aquella mini-tertulia:
- No ha parado de mirarme.
Demonio malo: «no te ha quitado ojo». Ángel bueno: «no seas vanidoso».
- Ha indicado dónde vivía.
Demonio malo: «era un dato necesario para...». Ángel bueno: «cortesía, por si queríais pasar».
- Me ha frotado la palma de la mano descaradamente al estrechármela para despedirse.
El demonio malo atiza al ángel bueno.
Me dispuse a salir de mi apartamento para seis. Agarré un condón como alma que lleva el demonio malo, unas llaves y aún el clima de la pérfida Albión me permitió salir con lo justo para no ser calificado de XXX (aunque creo que de erótica sí). Antes de abandonar el apartamento para seis, pensé, o eso creía yo: «Mmm. Si salgo por la puerta, me oirán todos».
Nunca, por el bien de vuestros huesos, salgáis por un ventanuco del cuarto de baño. Hace menos ruido de llaves, sí, pero es altamente peligroso. De hecho, perdí a las voces de mi inconsciencia en la pirueta y seguro que algún noctámbulo se granjeó una buena carcajada a mi costa.
Me dirigí a la puerta indicada. Toc, toc. Ah, no: allí es «knock, knock».
El muchacho me abrió y me hizo pasar con pulcra discreción al habitáculo que ocupaba en su apartamento para cinco. Nos tumbamos, empezamos a hablar y esas cosas que se hacen, y entonces empecé a notar algo raro (traducido):
- Sabes, te tengo que decir una cosa: cuando me veas por la calle, no me saludes, ni hagas aspavientos al verme**, por favor.
- Ah. - Es que nadie sabe esto.
- Vaya.
- Ni mis padres, ni mis amigos de la universidad ni nadie.
- Ajam. Vale.
- Nadie sabe que Deivid, bueno, «ya sabes».
Pensé que hablar en tercera persona era cosa rara. No obstante, como era mi primera vez en tierras anglosajonas (en ambos sentidos) y estaba a la temperatura ambiente del infierno, decidí ignorarlo. Lerdo, así es uno cuando está bajo los efectos de la libido.
Nos pusimos a hacer el ñogo-ñogo*** (por supuesto, con el mínimo de ruido ñogo-ñogo posible. Llegamos a ese punto en el que -ejem, ejem- uno quiere formar parte del otro. Él quería formar parte de mí. Para los que os hayáis unido al programa en este momento, he aquí un croquis.
Entonces, a su -ejem, ejem, ejem- plátano (macho) se le cayó la cáscara.
En ese momento embarazoso, que nunca embarazante, le expliqué que no hay forma humana de volver a ponerle la cáscara a ún plátano. También le expliqué que ese plátano había que usarlo con cáscara, que si no se lo iba a quedar ritalacantaora. Deivid se mostraba un poco reticente pero hizo ademán de re-protegerse e iba a re-emprender la tarea. Pero noté que la fruta fresca estaba al aire y me giré para indicarle una vez más lo que había que hacer.
Entonces fue cuando dijo:
- No te preocupes, Deivid no te va a hacer daño.
Luego parpadeó.
Al abrir los ojos el muchacho estaba solo.
Si ya la tercera persona me parecía un poco preocupante, el barebacking obligado, ni te cuento. Chungo, chungo, chungo.
_______________
* Dato curioso: le canal de la Manche (el canal de la Manga) es su nombre original. Traduttore...
** What did he really mean by that?
*** Frinkar. No sé qué término es peor.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*