Me encanta la cerámica, toda clase de cacharros de barro.
Cuando era niña, en los días de luna, pasaba alguna tarde el cacharrero. Era un hombre con un burro de grandes alforjas cargado de cacharros de barro y de porcelana que iba recorriendo aquellos pueblos perdidos y hacía posible que las señoras repusieran su menaje.
Quizá de entonces venga mi fascinación por la cacharrería. Lo cierto es que en cualquier casa que he tenido hubo siempre reservado un espacio, grande o pequeño, para alguna pieza de cerámica y durante años tuve una guia de alfares que iba siguiendo cuando viajaba.
En esta casa me quedan algunas pìezas, alguna muy preciada para mí:
Incluso pinto cacharros de barro:
En mini también me fascina el barro y no pierdo ocasión cuando veo algunas, esas de abajo son piezas de las que venden para nacimientos que me tropecé estas últimas navidades:
Así, estaba cantado que algún día había de intentarlo con el barro. De hecho tenía yo unas pastillas de barro de secado al aire, de esas que venden en los chinos, en color terracota y en blanco, para probar algún día. Y cuando alguien abrió para algo una de ellas, me dije, este es el momento. Y empecé a enredar:
A pelo, con barniz cerámico, con pintura de vidrio, con pintura acrílica ...estoy probando ...y me queda mucho, aún no he llegado a los cántaros, pero sí a los botijos ...han visto mis botijos en la cabecera? Los vuelvo a enseñar:
Volveré al barro y a los botijos, es historia para otro día.
Hoy, si me permiten acuso recibo de un intercambio continuo de yolandaj:
Muchas gracias Yolanda!
Y de un intercambio con Bego1. Ella precisaba latas para su tienda de ultramarinos y yo le envié algunas:
y Begoña me envió a mi esta superminimini y esta maravilla de traje de chaqueta:
Muchas gracias Begoña!!