Mostrando entradas con la etiqueta La perfecta casada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La perfecta casada. Mostrar todas las entradas
lunes, 5 de agosto de 2013
El hijoputa del sombrero
Y es verano y en Madrid ya no se paga la Ora, y podemos aparcar y llevar nuestros cuerpos a la gran urbe a un precio asequible. Y vamos al teatro. Y aunque nos sentamos en la butaca 13 nos sentimos dichosos. Cenaremos, beberemos en lo alto del cielo y desterraremos la idea, muy muy remota, de encontrar ningún sombrero incómodo bajo la cama. Mi madre siempre me dijo que yo era como la princesa del guisante. Era su manera de decirme que aspirar a la perfección hace daño, incluso paraliza. Así que, por si acaso, no miraré debajo de la cama. Que ahí se quede, que yo quiero dormir de un tirón ahora que ya hemos abierto la botella de vino.
domingo, 16 de enero de 2011
La imperfecta lectora
Forzoso es que, como la experiencia lo enseña, pues no tienen saber para los negocios de substancia, traten, saliendo, de poquedades y menudencias, y forzoso es que, pues no son para las cosas de seso y de peso, se ocupen en lo que es perdido y liviano; y forzoso es que, pues no es de su oficio ni natural hacer lo que pide, valor, hagan el oficio contrario.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)