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Patricio Algarsuez nació el 12 de abril de 1912 en Napalpí, provincia del Chaco. El curso de su azarosa juventud presenta a los biógrafos varios puntos oscuros. Se sabe apenas que no completó los estudios primarios, que emigró a Polonia una semana antes de que estallara la Segunda Guerra, que regresó dos semanas después, que durante años se desvivió por encontrar la fórmula de la sopa rígida y que a fines de la década del cuarenta, como consecuencia de un accidente doméstico, se tropezó con la llave para alterar la estructura molecular de la sopa.
A partir de entonces su historia se vuelve más sencilla de rastrear. Durante meses busca inversores para instalar la primera fábrica de sánguches de sopa. Estos lo consideran un estafador. Entonces golpea las puertas de los bancos para solicitar un crédito. Ninguna entidad valora su proyecto como económicamente potable. Él se sume en una profunda depresión. Ocupa ilegalmente una humilde finca cerca del Camino Negro, en Lomas de Zamora, y se entrega al alcohol. Para mitigar sus penas, comienza a escribir una novela rusa del siglo XIX. Le sale, en cambio, una guía turística de Praga. Con pocas expectativas, envía el original a la editorial polaca Kriskpisdsissiiirkkrs, de marcada presencia en toda Europa del Este. Tres meses más tarde recibe por correo un contrato y un cheque en carácter de adelanto de derechos de autor. Con ese dinero instala, en Lanús, la fábrica de sánguches de sopa “La Solidificada”.
Incapaz de hacer frente a la campaña de desprestigio articulada por las grandes multinacionales del embutido, a fines del año 1958 “La Solidificada” presenta quiebra. Apurado por su repentinamente precaria situación económica, ofrece a la editorial Kriskpisdsissiiirkkrs una segunda parte de la guía, exponiendo su intención de dar a luz una trilogía. La editorial accede de inmediato. Patricio Algarsuez se pone manos a la obra y en mayo de 1959 envía un primer manuscrito. Dos semanas después se comunica con él Rolando Kistircikcrrrik, el director editorial de Kriskpisdsissiiirkkrs, para indicarle que le interesa el libro, aunque considera que no debe ir en el catalogo de guías de viajes: esa guía es, sin duda, una de las mejores novelas rusas del siglo XIX. Patricio accede, aunque no ve dinero por la obra, ya que por su antigüedad se la considera de dominio público. Su novela, “Sopa y pan”, es un inmediato éxito de crítica en los países del bloque comunista. El nombre Patrovich Algarsovich irrumpe en los cafés literarios y en las universidades soviéticas.
Patricio Algarsuez muere el 17 de marzo de 1963, sumido en la más absoluta pobreza, en un confuso y nunca dilucidado accidente literario.
Patricio Algarsuez nació el 12 de abril de 1912 en Napalpí, provincia del Chaco. El curso de su azarosa juventud presenta a los biógrafos varios puntos oscuros. Se sabe apenas que no completó los estudios primarios, que emigró a Polonia una semana antes de que estallara la Segunda Guerra, que regresó dos semanas después, que durante años se desvivió por encontrar la fórmula de la sopa rígida y que a fines de la década del cuarenta, como consecuencia de un accidente doméstico, se tropezó con la llave para alterar la estructura molecular de la sopa.
A partir de entonces su historia se vuelve más sencilla de rastrear. Durante meses busca inversores para instalar la primera fábrica de sánguches de sopa. Estos lo consideran un estafador. Entonces golpea las puertas de los bancos para solicitar un crédito. Ninguna entidad valora su proyecto como económicamente potable. Él se sume en una profunda depresión. Ocupa ilegalmente una humilde finca cerca del Camino Negro, en Lomas de Zamora, y se entrega al alcohol. Para mitigar sus penas, comienza a escribir una novela rusa del siglo XIX. Le sale, en cambio, una guía turística de Praga. Con pocas expectativas, envía el original a la editorial polaca Kriskpisdsissiiirkkrs, de marcada presencia en toda Europa del Este. Tres meses más tarde recibe por correo un contrato y un cheque en carácter de adelanto de derechos de autor. Con ese dinero instala, en Lanús, la fábrica de sánguches de sopa “La Solidificada”.
Incapaz de hacer frente a la campaña de desprestigio articulada por las grandes multinacionales del embutido, a fines del año 1958 “La Solidificada” presenta quiebra. Apurado por su repentinamente precaria situación económica, ofrece a la editorial Kriskpisdsissiiirkkrs una segunda parte de la guía, exponiendo su intención de dar a luz una trilogía. La editorial accede de inmediato. Patricio Algarsuez se pone manos a la obra y en mayo de 1959 envía un primer manuscrito. Dos semanas después se comunica con él Rolando Kistircikcrrrik, el director editorial de Kriskpisdsissiiirkkrs, para indicarle que le interesa el libro, aunque considera que no debe ir en el catalogo de guías de viajes: esa guía es, sin duda, una de las mejores novelas rusas del siglo XIX. Patricio accede, aunque no ve dinero por la obra, ya que por su antigüedad se la considera de dominio público. Su novela, “Sopa y pan”, es un inmediato éxito de crítica en los países del bloque comunista. El nombre Patrovich Algarsovich irrumpe en los cafés literarios y en las universidades soviéticas.
Patricio Algarsuez muere el 17 de marzo de 1963, sumido en la más absoluta pobreza, en un confuso y nunca dilucidado accidente literario.
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