El pasado domingo había quedado con
Marcos y Rubén. La jornada transcurriría en la costa, a la búsqueda de alguna lubina y a priori no nos podíamos imaginar la diversión que nos aguardaba.
Después de pasar un control de alcoholemia, Rubén y yo esperamos por Marcos. Una vez llegó este, conversamos brevemente sobre el lugar en el que pescar. Al final sugerí una zona que hacía tiempo que no tocábamos.
Una vez llegamos al lugar, nos cambiamos y preparamos los equipos. Para mí era día de estreno, pues probaría por primera vez un traje de neopreno, combinado con una botas nuevas y un chaleco de los que suelen utilizar en Japón.
La movilidad que proporciona el traje de neopreno es muy superior a la del vadeador transpirable que utilizaba hasta el momento. A su vez, el chaleco, me liberaba del peso concentrado de la riñonera que hasta ahora siempre me había acompañado. Ahora sólo quedaba utilizar el conjunto en acción de pesca.
Comenzamos en una zona algo profunda en la que utilicé algunos minnows sin resultado. Quizás por ello nos acercamos hasta una zona más somera en la que los paseantes tomarían el protagonismo.
Con los paseantes en acción, pronto tuvimos las primeras picadas y las capturas no tardaron.
La gran diferencia con otras jornadas, es que los señuelos eran perseguidos en muchas ocasiones por varios ejemplares.
En uno de los muchos lances que efectué, el paseante (Drivin´Wire) fue atacado por un robalo, pero esta lubineta se adelantó y fue la que se quedó prendida de los anzuelos triples.
Mis compañeros también fueron capturando algún ejemplar joven de lubina y alguna aguja.
La actividad no cesaba y las cañas se arqueaban al poco tiempo de que el señuelo caía en el agua.
Era curioso que la mayoría de las capturas se producían en una franja alejada de la costa, entre 30 y 50 metros. Algún lance corto resultó efectivo cuando las lubinas perseguían los señuelos hasta distancias más próximas, ya que en el resto de los casos, los lances tenían como objetivo la mayor distancia posible.
Seguimos un buen rato capturando lubinas, hasta que las capturas cesaron. En este caso avanzábamos unos metros y vuelta a empezar.
Salvo por alguna ola aislada, el mar presentaba este aspecto tan apacible.
Este hecho, junto a las mareas vivas, nos permitiría pescar en zonas poco habituales.
La actividad fue tal, que no tomé muchas instantáneas. Y es que esta vez miré más por pasármelo bien, que por quedarme con el recuerdo en forma de imagen, quizás porque toda la acción estaba siendo recogida por mi GoPro.
Las capturas fueron numerosas. Yo saqué un total de 15 lubinas y una aguja. Mis compañeros se movieron por esa cifra, por lo que la jornada se puede calificar de memorable. La única pega es que no pude grabar todas las capturas por falta de espacio en la memoria de la cámara, pero recopilé material suficiente para editar este vídeo. Espero que os guste.
VÍDEO
La valoración en cuanto a la vestimenta elegida es de un 10 en todos los sentidos. La mejor inversión que se puede hacer, para pescar en la costa.
La movilidad con el traje de neopreno es muy alta, por lo que podemos movernos rápidamente si es necesario.
Las botas son más ligeras que las que utilizaba hasta ahora, por lo que las piernas se fatigan menos. A su vez, los clavos que incorporan las suelas, añaden un agarre extra en las zonas donde las piedras están más pulidas, sobre las algas más pequeñas o el verdín.
El chaleco Shimano XEFO float jacket VF-281I es de lo más confortable y se ajusta muy bien al torso, por lo que no hay movimientos indeseados de este. Además el peso de las cajas de señuelos y las herramientas, se reparte de tal manera que llegamos a tener la impresión de no llevar peso alguno.
La libertad de los brazos es total, por lo que se lanza y recoge con comodidad.
Por añadir una pega, diré que el talón de la caña golpea en ocasiones el alicate que llevo en el exterior de uno de los bolsillos, al mover los paseantes. Esto se soluciona llevando el alicate dentro de uno de los bolsillos.
Lo más destacado es sin duda el chaleco.
Incorpora un triple sistema de cierre, mediante dos enganches (interno/externo) y una cremallera un tanto especial. El material que ayuda a la flotación incrementa el confort de la prenda.
En su parte interna nos encontramos con un espacio para cubrir con nuestros datos personales, así como el grupo sanguíneo. Justo al lado incorpora un silbato.
En el lado opuesto, se encuentra un pequeño bolsillo con cremallera, en el que se aloja una bolsa estanca para el teléfono móvil.
El frontal del chaleco dispone de dos amplios bolsillos y otros más pequeños.
En los hombros y los bolsillos frontales, incorpora unas bandas reflectantes.
Las argollas en las que sujetar los accesorios son abundantes y bien repartidas.
En la parte posterior incluye dos grandes bolsillos, en los que podemos llevar distintos tipos de cajas o útiles de pesca.
Las cremalleras de los bolsillos llevan unos tiradores que facilitan su apertura y cierre, incluso usando guantes.
La denominación XEFO (Extreme Fusion) es sinónimo de calidad, como pude comprobar en su día con una gorra de la misma gama.
Podéis ver más sobre esta prenda en el siguiente enlace:
Para llevar los señuelos organizados, utilizo 4 cajas. 2 Plano 3500-22 en los bolsillos frontales y 2 cajas más estrechas (Decathlon) en los bolsillos traseros.
A su vez he comprado una tijera Shimano para llevar en el chaleco y una herramienta que podría calificar de "revolucionaria", ya que permite hacer el nudo de unión del bajo (leader) y el trenzado (braid) de forma rápida y fácil.
Y por último, he adquirido este alicate de Berkley, después de que mi amigo
Walter me lo recomendase como una buena opción de alicate resistente a la corrosión.
Incorpora dos cuchillas que seccionan el trenzado con facilidad. Permite abrir las anillas o llaveros de nuestros señuelos con facilidad y además es muy ligero.
Aprovecho este espacio para enviar mi más sentido pésame a las familias de las víctimas del accidente ferroviario de Santiago de Compostela. Un hecho catastrófico que ha conmocionado a toda la sociedad.