Esta es la cara que se le quedó a Dana, después de la jornada de caza junto a su hija Meiga. Ambas son unas apasionadas de la casa de la becada. Sólo hay que ver el vídeo.
El río que discurre al lado del escenario escogido, alberga grandes truchas y reos, que suben desde otros cauces para frezar y perpetuar la especie.
El nivel de agua era óptimo, después de las lluvias otoñales.Años atrás se divisaban truchas de varios kilos en las zonas de grava, a la espera de las condiciones ideales para la preparación del lecho.
Hoy en día esto es más raro, pero aún se pueden avistar buenos ejemplares de estas y de sus parientes migradores, los reos.Me ha llamado la atención que a estas alturas aparezcan algunas cicutas en el lecho del río. Normalmente, estas desaparecen con las riadas, pero se ve que este año han sido insuficientes.Esta es una de las huellas inequívocas de la presencia de la becada. En esta jornada se levantaron cuatro arceas, pero la maleza y la astucia de estas hicieron imposible cobrar alguna pieza.En las zonas más paradas pudimos ver a algunos reos en pareja. Algunos de estos ejemplares han recorrido decenas de kilómetros antes de llegar hasta aquí.
Sin duda, es otra de las muestras de la grandeza de estos esquivos salmónidos, que un día decidieron aventurarse en el mar.El entorno del río es el deseable en la mayoria de los ríos. Abedules, robles, alisos y sáuces son su principales moradores, junto con saúcos, helechos, hiedras y zarzas.
Mientras el ser humano se mantenga al margen de estos lugares, se mantendrán conservados por mucho tiempo.Aunque en esta ocasión mi hermano no abatió ninguna becada, aquí ha sacado alguno de estos tesoros, culinariamente hablando.
Y es que la becada, arcea, sorda, chocha perdíz o dama del bosque, como se la denomina en distintos lugares, es una auténtica delicatessen.A esto le llamo yo "meter la pata". El agua reinaba en la mayoría de la extensión del lugar, debido a las lluvias, las riadas y la falta de drenaje.
Aún así no me libré de mojarme los pies, ya que en una de las ocasiones en las que tuve que cruzar el río, el agua se introdujo gustosa en el interior de la bota.
Un caso curioso:
El día de Navidad, mi hermano llegó a casa con tres becadas y un ejemplar de reo.Este ejemplar de reo de 750 gramos y 44 cm, lo encontró recién muerto mi hermano en un pequeño arroyo que vierte sus aguas a un río de mayor entidad.
Lo curioso es que el reo fue abatido por una garza real.El agujero de entrada en el lomo ...... y el de salida, próximo a la aleta pectoral derecha, que también fue perforada por la violencia del ataque.
Me parece increíble que una garza se atreva a dar caza a peces de esta envergadura.
Quizás lo viera más propio de un cormorán, pero no de la plomiza dama del río.
Vídeo resumen
Os deseo a todos los lectores de este blog, que tengais un buen año 2010.
Disfrutad del nuevo año con salud y optimismo.
El nivel de agua era óptimo, después de las lluvias otoñales.Años atrás se divisaban truchas de varios kilos en las zonas de grava, a la espera de las condiciones ideales para la preparación del lecho.
Hoy en día esto es más raro, pero aún se pueden avistar buenos ejemplares de estas y de sus parientes migradores, los reos.Me ha llamado la atención que a estas alturas aparezcan algunas cicutas en el lecho del río. Normalmente, estas desaparecen con las riadas, pero se ve que este año han sido insuficientes.Esta es una de las huellas inequívocas de la presencia de la becada. En esta jornada se levantaron cuatro arceas, pero la maleza y la astucia de estas hicieron imposible cobrar alguna pieza.En las zonas más paradas pudimos ver a algunos reos en pareja. Algunos de estos ejemplares han recorrido decenas de kilómetros antes de llegar hasta aquí.
Sin duda, es otra de las muestras de la grandeza de estos esquivos salmónidos, que un día decidieron aventurarse en el mar.El entorno del río es el deseable en la mayoria de los ríos. Abedules, robles, alisos y sáuces son su principales moradores, junto con saúcos, helechos, hiedras y zarzas.
Mientras el ser humano se mantenga al margen de estos lugares, se mantendrán conservados por mucho tiempo.Aunque en esta ocasión mi hermano no abatió ninguna becada, aquí ha sacado alguno de estos tesoros, culinariamente hablando.
Y es que la becada, arcea, sorda, chocha perdíz o dama del bosque, como se la denomina en distintos lugares, es una auténtica delicatessen.A esto le llamo yo "meter la pata". El agua reinaba en la mayoría de la extensión del lugar, debido a las lluvias, las riadas y la falta de drenaje.
Aún así no me libré de mojarme los pies, ya que en una de las ocasiones en las que tuve que cruzar el río, el agua se introdujo gustosa en el interior de la bota.
Un caso curioso:
El día de Navidad, mi hermano llegó a casa con tres becadas y un ejemplar de reo.Este ejemplar de reo de 750 gramos y 44 cm, lo encontró recién muerto mi hermano en un pequeño arroyo que vierte sus aguas a un río de mayor entidad.
Lo curioso es que el reo fue abatido por una garza real.El agujero de entrada en el lomo ...... y el de salida, próximo a la aleta pectoral derecha, que también fue perforada por la violencia del ataque.
Me parece increíble que una garza se atreva a dar caza a peces de esta envergadura.
Quizás lo viera más propio de un cormorán, pero no de la plomiza dama del río.
Vídeo resumen
Os deseo a todos los lectores de este blog, que tengais un buen año 2010.
Disfrutad del nuevo año con salud y optimismo.