Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)
Mostrando entradas con la etiqueta Bosques. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bosques. Mostrar todas las entradas

miércoles, 8 de mayo de 2019

II CURSO "ECOLOGÍA DEL DESPOBLAMIENTO RURAL EN EL CONTEXTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO". TERUEL, 22-24 JULIO

La naturaleza ibérica está experimentando cambios muy intensos a causa, principalmente, de dos fenómenos socio-ambientales que interactúan entre sí: los cambios de usos tras el despoblamiento rural y el cambio climático. Tales cambios son de naturaleza compleja y van desde la recuperación de la fauna salvaje y los bosques y matorrales hasta el incremento de los incendios y la disminución de los caudales de ríos y acuíferos. 


En el curso, por un lado, se mostrará el conocimiento científico disponible sobre los principales procesos naturales implicados, y por otro, se expondrán actuaciones de gestión del monte adaptadas a las nuevas circunstancias del medio natural. Asimismo, se debatirá sobre el papel que puede jugar la naturaleza en el medio rural como suministradora de servicios ecosistémicos al conjunto de la sociedad y los beneficios económicos e identitarios que ello podría comportar a la sociedad rural.

Más información, programa e inscripción en este enlace.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

DEHESAS DE ESPEJA

Último sábado de junio. Dedico casi todo el día a conocer las dehesas de Béjar y de la sierra de Francia. Llego cansado a Ciudad Rodrigo. No sé nada de esta localidad ni tampoco dispongo de alojamiento. Recorro en coche el casco viejo. En una iglesia celebran la boda de un militar, a juzgar por el número de uniformes que llenan la plaza. La ciudad es todo un monumento. Por no faltar, no falta ni catedral. Encuentro un estupendo alojamiento junto al río en una antigua fábrica rehabilitada donde me instalo. Dejo el equipaje y subo a la ciudad a visitarla con calma. Veo caer el sol desde la muralla, que redondo y rojo se esconde hacia tierras portuguesas. Y me acerco a la plaza mayor a saborear una estupenda cerveza mientras decido la ruta de mañana: la dehesa de Espeja.


Es el límite entre las tierras salmantinas y las de la provincia de Guarda, ya en Portugal. Dehesas infinitas se extienden hasta las sierras de Gata y de la Peña, la raya entre estas tierras castellanoleonesas con Extremadura. Los ríos descienden de sur a norte, para buscar las aguas del Duero. En el caso de Espeja, estas colinas son drenadas por el río Azaba, que nace en la frontera con Portugal, para unirse al río Águeda cuando este ya ha pasado por Ciudad Rodrigo. 


No hay grandes relieves aunque la altitud media es de unos 700 m.s.n.m. siendo común la presencia de suaves colinas de cimas extensas y llanas, allí conocidas como tesos. En la excursión pasaré junto al Teso de San Cristóbal (819 m.), la cima de esta parte de la comarca de Ciudad Rodrigo.

El sustrato corresponde a unas arenas de grano grueso ricas en granos de cuarzo y de feldespato, más o menos cementadas y depositadas a lo largo del Oligoceno ...


que proceden de la erosión de los granitos emergentes en las cercanas sierras que se extienden hacia tierras portuguesas.


Los sustratos silíceos de estos montes tienen una fertilidad escasa por lo que han sido destinados a aprovechamientos silvopastorales en forma de dehesas, tras el aclarado del bosque, la entrada del ganado y el manejo de los pastos para evitar el avance del matorral.

Madrugo y me acerco a lo que parece una finca, a juzgar por las cercas de alambre. Las puertas están abiertas y sigo por la pista adentrándome en la dehesa hasta donde me permite el camino. Es una masa mixta en la que predominan las encinas pero están acompañadas por quejigos, por alcornoques y por algunos pinos rodenos (resineros). El pasto seco, como corresponde a esta época del año y a una primavera de escasas lluvias ...


En las vaguadas situadas entre las lomas la presencia de humedad en el suelo permite el desarrollo de los fresnos, siendo de diámetros medios y estando manejados mediante la escamonda ...


para el aprovechamiento de sus ramas como forraje para el ganado vacuno ...


Las podas de las encinas se aprecian en muchos árboles. Se cortan las ramas centrales dejándose dos o tres laterales gruesas. Rebrota con mucho vigor.


Esto permite obtener leña y, al tiempo, estimular la producción de bellota para su aprovechamiento como montanera de los cerdos durante el otoño y el invierno. Estos días pacían los escasos pastos ...


... debiendo ser alimentados con harinas y piensos por los ganaderos.

Tuve la oportunidad de conocer a uno de ellos. Iba de aquí para allá con su camioneta llevando alimento a diferentes partes de la dehesa. Me explicó las diferencias entre unos y otros cerdos ibéricos, el manejo del campo, la calidad del producto, la enorme demanda para la exportación y el valor ambiental de estos montes. Estaba orgulloso de su producto y de su tierra.

La dehesa tiene muchos problemas. Uno de ellos es el envejecimiento de los pies. Por ello, es necesaria una política de plantación de nuevos pies para rejuvenecer las masas y para conseguir un reemplazo generacional de los árboles a largo plazo.


No solo se podaban los fresnos y las encinas, también algunos de los quejigos ...




Y, aunque no son muy abundantes, hay buenos ejemplares de alcornoques, algunos recién descorchados. Monte mediterráneo en estado puro.


Doy media vuelta, pues no quiero problemas con la propiedad. Vuelvo hacia el pueblo y me acerco a preguntarle la ruta a un señor que estaba regando un huerto a la fresca de la mañana. Me llama la atención la tabla de garbanzos y las calabaceras. Me cuenta que ya está jubilado y que trabajó en el País Vasco. Ahora, le está cuidando el hortal a un conocido. Me indica una ruta por el interior de una dehesa vecinal que acerca al Teso de San Cristóbal y que pasa por varios corrales.

En las partes próximas al arroyo siguen abundando los fresnos, de nuevo con trasmoche de pocos años. Estos árboles de hoja caduca ofrecen un tono vivo entre el verde oscuro del follaje de las encinas y los alcornoques.


Salgo a la carretera, una cartel informa de la presencia de alguna pareja reproductora de cigüeña negra ...


Pero, conforme va uno alejándose de la vaguada, los suelos son más arenosos y menos limosos. En paralelo, los suelos son menos frescos. En los claros en los que la presión ganadera afloja, hace su presencia la esperable retama ...


Y del romero, que nos recuerda su polivalencia edáfica y la ausencia de heladas rigurosas a pesar de la cierta altitud ...


Es una dehesa viva. Diversos animales aprovechan organizadamente los pastos en función de los tiempos y las necesidades. Los ganaderos gestionan los recursos con atención e inteligencia. Parcelan la dehesa para organizar los aprovechamientos con los diferentes animales que carecen de un pastor que esté encima del ganado.

El cerdo tiene mucha importancia y se ve favorecido a la hora de aprovechar de la bellota ...


Las ovejas también van de aquí para allá, sobre todo en sitios altos y menos frescos ...


mientras que las vacas se reservan a los pastos de los fondos de valle ...


Unos y otros optimizan los pastos, limitan el avance de los arbustos y estercolan los suelos. Es también un paisaje ganadero.

Tanto ganado implica la baja de alguna res necesariamente que no resulta difícil de encontrar en estos espacios abiertos. Una población de buitres leonados esperaba la formación de térmicas para levantar vuelo de la copa de la encina donde hicieron noche.


Es también el dominio de aves como el águila calzada ...


el alcaudón común ...


o las alondras totovías ...


Me acerque al Teso de San Cristóbal. Impresionaba la extensión de las dehesas de esta comarca salmantina ...


Y la vigencia del trasmoche del fresno ...


... algo a considerar a la hora de promocionar los paisajes ganaderos del Sistema Central.

viernes, 13 de octubre de 2017

POR FIN ESE OTOÑO

Llevábamos varios años con la idea de escaparnos en otoño para captar el palpitar del bosque caducifolio que disfrutamos en verano en el pirineo Navarro. Son montañas amables, de altitud y relieves discretos, redondeadas y cubiertas por pastizales siempre verdes, un paisaje silvopastoral conformado durante siglos y siglos de usos ganaderos y forestales. Lo que venimos denominando un paisaje cultural, y es que la mano de los campesinos mantiene las características de estas montañas desde tiempos remotos: el mantenimiento de los pastos, el uso del fuego y la explotación forestal de los hayedos. Las labores agrícolas son casi inexistentes, quedando relegadas a pequeños huertos en las inmediaciones de los núcleos rurales.

IMG_7884

El destino elegido era Roncesvalles y el tiempo inmejorable para esta época del año en tierras tan norteñas. Temperaturas suaves durante el día, pleno sol y cielo azul daban paso a noches frescas de "aguada" y mañanas húmedas y brillantes.

Por los míticos collados no había rastro aún de los pasos migratorios emblemáticos de estas tierras: las grullas todavía no han movido en masa de las tierras del norte y las palomas torcaces parecen todavía lejos de estas tierras, donde muchas caerán y terminarán su viaje y su batir de alas en una de las tradiciones de caza más ancestrales (y a menudo controvertidas) que tienen lugar en estos valles.

IMG_7917Collado de Ibañeta, 1.057 metros de altitud. Puestos de caza tras el hayedo, ya hacia el sur y con la entrada al valle de Erro.

El tiempo cálido, seco y estable de esta primera parte del otoño también se nota en los bosques. Muchos hayedos han ido perdiendo la hoja sin virar a esos espectaculares colores que nos tienen acostumbrados. Pero hay entornos que no defraudan, es el caso de Sorogain.

Entre Viscarret y Espinal la carretera cruza el barranco de Sorogain (más abajo Sorabil) y una estrecha carretera se adentra por el valle en este entorno natural, cruzando uno de los hayedos más bonitos de Navarra.

mapa 1
mapa 2

A lo largo del camino pequeñas praderas y pastizales invitan al descanso, junto a viejos merenderos de piedra. Cargamos pilas al sol sobre la manta de picnic hasta que este se esconde por detrás hayedo. Sin el sol la temperatura en el prado cae en picado, varios grados en pocos minutos. Las sombras ganan terreno en el estrecho valle. Nos dirigimos a las cimas, aún bien soleadas, con hora y pico de sol todavía por delante y donde vacas y ovejas lachas pastan libremente. Entre el pastizal salpican de color las quitameriendas, algunas de ellas poseen un largo tallo floral que las hace levantarse por encima de la hierba.

IMG_7894
Disfrutamos de las vistas despejadas del Pirineo Navarro, se ven cimas lejanas, ya francesas, en un horizonte verde y nítido. Por encima nos sobrevuelan varios milanos reales, curiosean a nuestro alrededor y exhiben su magistral vuelo, recortando su silueta en un cielo azul intenso, ni una nube. Acabamos de cruzar la frontera franco española pero todo es uno, si acaso algún cercado ganadero o alguna muga en el alto. Las fronteras invisibles son sin duda las mejores.

IMG_7895
En estas zonas más altas y expuestas algunas franjas de hayedo ya han perdido sus hojas sin fiesta de colores para los sentidos.

IMG_7889
A medida que el sol baja en el horizonte desdendemos por la estrecha carretera al centro del bosque. La luz libra las copas del arbolado. Los rayos de sol  inciden ya casi perpendiculares a los troncos de la masa boscosa, iluminan la corteza blanquecina y gris de las hayas e incluso llegan a la hojarasca del suelo.

IMG_7887
Junto al río comienza la magia de color. El arbolado más cercano al arroyo no falla. Sus hojas se iluminan, brillan como miles de luces sobre el agua oscura que discurre en silencio entre las rocas del lecho. Maravilla del otoño en estado puro, justo lo que buscábamos.

IMG_7903
IMG_7906


IMG_7907

IMG_7910

Nos llevamos el otoño de vuelta. La segunda escapada otoñal de este año decía adiós y el día se despedía a lo grande.

Era la segunda escapada, si. La primera fue hace un par de semanas... en otro ambiente, mucho más cercano y conocido... continuará.

lunes, 4 de septiembre de 2017

DEHESAS DE CARRASCOSA Y VALSALOBRE

Serranía de Cuenca. Fin de semana de San José. Escapada corta y poco planificada. Lugares emblemáticos vividos con catorce años, como el nacimiento del río Cuervo, El Hosquillo, la Ciudad Encantada, Las Majadas. Una oportunidad para recordar y compartir con Carmen.

Pido información sobre bosques o masas de trasmochos a Uge, Agente Medioambiental de Castilla-La Mancha. Me contesta rápido con la opinión de varios compañeros: la Dehesa de Carrascosa. Unánimes. Y me añade, Valsalobre. 

Una ojeada rápida de Carrascosa (Cuenca) en internet me muestra un vídeo de un bosque con grandes pinos y viejos robles trasmochos elaborado y difundido por un establecimiento de turismo rural. Tiene buena pinta.


Busco información institucional sobre la dehesa de Carrascosa. No encuentro nada.

Busco información institucional sobre Salobreja (Cuenca). Sorpresa. Existe un monumento natural ("Serrezuela de Valsalobre") dedicado a la protección y divulgación de un paraje con modelado kárstico y profundas simas, pinar de silvestre y una comunidad con flora y fauna propia de la montaña supramediterránea. La especie destacada en la imagen promocional incluye una pareja de ciervos volantes. Interesante.

Sobre la posible dehesa de robles trasmochos de Salobreja tampoco encuentro nada. 

Estamos hablando del límite entre la Serranía de Cuenca y el Alto Tajo.


Un paisaje quebrado en el que se alimentan ríos de vocación atlántica (Guadiela y su afluente el Escabas) que verterán en el Tajo ...



Después de rondar por Cañamares y La Frontera, entre la Sierra y la Alcarria, llegamos a media mañana a Carrascosa a través de unas parameras calizas. No hay indicio de un bosque viejo. Tomamos un sendero balizado (PR-CU-04) que nos introduce en un paisaje inesperado.


Una dehesa formada por robustos pinos negrales (Pinus nigra ssp. salzmannii) y viejos rebollos (Quercus faginea), conocidos en la zona como cajigos, manejados tradicionalmente  como trasmochos. Y un prado corto, aún por brotar, en aquellos días de marzo.

Una dehesa viva, con ganaderos que suben y bajan por las pistas con sus todoterrenos, con vacas encerradas en los corrales ...


y barrales y pacas de paja en las majadas ...


Un dehesa con rebollos trasmochos, con el tronco cubierto de musgo, con cabezas añosas e irregulares, con evidentes muestras de desmoche ...


aunque con el turno perdido desde hace más de treinta años ...


En el Alto Tajo hemos visto otras dehesas de rebollo, como la de Olmeda de Cobeta. Pero no una masa mixta de pino negral y de roble. Y tan vigorosa y sana.





Los pinos presentaban sus típicos rasgos de tronco largo y recto, corteza blanquecina y copa aparasolada ...


Mostrando indicios de un aprovechamiento antiguo de su resina ...


El suelo mostraba claramente el carácter mixto de este bosque ahuecado secularmente ...


... para su aprovechamiento por las ovejas.

Los taludes de la pista y el desarraigo debido a caídas de viejos árboles muestra el sustrato rocoso. Unos sedimentos detríticos poco cohesionadas y de color amarillento. Son arenas y arcillas del Cretácico Inferior (Albiense). Estos materiales se recargan fácilmente durante los periodos de lluvias y son capaces de retener la humedad permitiendo el desarrollo del pinar negral y el rebollar ... 


y de otras plantas higrófilas, como el acebo ...


Algunas de las hojas que desprenden cada año los robles quedan retenidas en los huecos de la cabeza o de las ramas transformándose en humus. Este humus retiene el agua de la lluvia y permite que se instalen plantas, como esta gramínea, que crece como un epífito.


La primavera entra lentamente en la Sierra, pero en los claros del bosque comienzan a florecer las pequeñas margaritas de prados (Bellis perennis) ...


mientras que en las zonas abiertas de las muelas lo hacen los narcisos (Narcissus bulbocodium) ...


Comemos a la sombra de los grandes pinos en el merendero de la fuente de La Mimbrera, en la umbría de una muela, escuchando al trepador azul. Y seguimos ruta por la pista, por el PR.


Continuamos por un sector por el que predomina el pinar. No es un pinar muy maduro. De hecho vemos toconas indicadoras de talas de ejemplares de gran diámetro. 


Tiempo después nos enteramos de la denuncia presentada en el año 2013 ante la Delegación de Agricultura y medio Ambiente por las asociaciones conservacionistas Ecologistas en Acción y ADENA-WWF tras la tala de pinos negrales centenarios en la Dehesa de Carrascosa.

Entre la dehesa se mantienen cabañas de ganaderos en completo abandono ...

 

Los robles siguen una técnica de desmoche muy parecida a la que se emplea en otras partes de Castilla: el sistema de horca (una o dos ramas horizontales) y pendón (una rama vertical). Sobre la ramas horizontal nacen muchos vástagos que crecen verticales buscando la luz.  


A estas alturas del invierno, los rebollos ya había perdido sus hojas ...


La pista atraviesa una depresión surcada por una loma por la que descienden dos arroyos, por entonces secos: la Cañada de los Esteros y el Arroyo del Médico. Ambos confluyen y forman la cabecera del barranco de la Hoz Somera, un paraje de gran belleza situado al oeste de Carrascosa.

La litología ha cambiado. Los materiales detríticos cretácicos dan paso a calizas y margas del Jurásico Inferior (Lias) y Medio (Dogger). 


Algunas con unos nódulos con anillos concéntricos.


Cambian las rocas y también cambia el paisaje. La paramera, con sus tomillos y gamones, sustituye al bosque. Aunque no su vocación ganadera.


Cruzamos al término municipal de Valsalobre. 


Y vamos acercándonos a la Dehesa Boyal situada en la solana de una muela. Vuelven los rebollos (quejigos) trasmochos.


Estos robles forman un paisaje ganadero dotado de una gran belleza ...


Y los indicios de su aprovechamiento ganadero actual por el ganado bovino. La vaca, que requiere menos atención, ha sustituido a los grandes rebaños de ovejas merinas que dieron prosperidad a estas sierras.


Las margas son un sustrato fácilmente horadable por los topillos que forman tolvas tras sus trabajos de ampliación de las galerías de finales de invierno, justo cuando el frío mengua pero cuando aún no se ha secado la tierra ...


Los rebollos van siendo sustituidos por el pinar. Este paraje es conocido como Pinos Altos. Un corral de reciente factura debe ser el refugio de las vacas que parecen pacer en estos prados.


Junto a la pista damos con un cartel que nos indica la presencia próxima del Monumento Natural Serrezuela de Valsalobre, el paraje natural protegido por la Junta de Castilla-la Mancha.


Nos desviamos internándonos por un pinar albar viejo con abundante sotobosque de arlera (Berberis hispanica), enebro común (Juniperus communis) y escaramujo (Rosa canina). Algunos pinos tienen ramas muy tortuosas, resistentes a mil avatares durante las nevadas y los vendavales.


Cae lenta la tarde y no nos enredamos mucho en este karst que está bien preparado para el senderismo por cualquiera de las cuatro rutas que acercan a lugares de interés paisajístico y ambiental. Se destaca la presencia en estas muelas calizas de las simas más profundas conocidas de Castilla-La Mancha (Juan Herranz I y II, de 212 y 173 m de longitud). 

Es una planicie rocosa en la que la erosión ha creado formas erosivas, como callejones, pináculos y arcos. Da para otras excursiones. 


 Volvemos hacia la pista principal y el sendero que nos asoma a Valsalobre, alargado valle abierto por el arroyo de Las Pontezuelas en las arcillas del Triásico Superior (Keuper).


Como suele ocurrir en estos materiales en otras zonas de la cordillera Ibérica, las arcillas vienen acompañadas de sales (cloruros y sulfatos). Esta es la causa de la existencia de manantiales de agua salobre que dan origen al pueblo y explican la presencia de unas antiguas salinas.