Photo by JA / Shanghai, China / 2021 |
"The future is here. It’s just not widely distributed yet" - William Gibson
El futuro me asusta. Siempre me ha asustado. Dicen que es mejor mantener cerca a tus demonios para poder tenerlos controlados y que no puedan atacarte por sorpresa. Quizá esa fue la razón por la que decidí venir a vivir aquí. Al futuro. Al otro lado del tiempo.
Lo que no tenía planeado era permanecer aquí una década.
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Llegué tras el Año Nuevo Lunar de 2011. Decidimos China como destino por diversos motivos, pero uno de los principales fue que nos llamaba la atención la posibilidad de vivir en un país asiático y este parecía uno de los más viables a nivel laboral. No conocíamos apenas nada de esto. En verano del año 2010 pasamos un mes entero recorriendo China con una mochila a la espalda para tratar de hacernos una idea aproximada de lo que íbamos a encontrarnos. Tras aquel viaje decidimos que Shanghai iba a convertirse en la ciudad elegida para establecernos. Seis meses después nos subimos de nuevo a un avión. Esta vez, sin billete de vuelta.
Dejamos nuestros trabajos en Madrid a finales de 2010. Con una tristeza que aún duele a día de hoy, nos despedimos de nuestros amigos y de la ciudad que había sido nuestra casa durante catorce inolvidables años. No vinimos a lo loco. Contábamos con algunos ahorros que usamos como colchón para poder vivir en Shanghai durante unos cuantos meses mientras buscábamos un trabajo adecuado. A pesar de ello estábamos aterrorizados. Nunca nos habíamos plantado en otro país con el objetivo a medio o largo plazo de quedarnos a vivir. Nunca antes habíamos emigrado.