Una amiga ayer me preguntó de donde salían esos nombres ya que al leerlo vió que no existían por ningún sitio. La historia es sencilla y viene de hace muuuuuuuuchos años.
Allá por la segunda glaciación, íbamos a veranear toda la familia, abuelo y todos los demás, incluídos nietos, a Jávea, en Alicante, donde los nietos pasábamos todo el verano y dejábamos en paz a nuestros padres, quedándonos con el abuelo.
Yo era muy preguntona, cansinamente preguntona y de ahí parte la historia.
Había en aquella época, en Jávea, unos recuerdos para las señoras que consistían en unos colgantes de metacrilato que tenían en su interior, conchas marinas, imitaciones de algas, caballitos de mar, etc. Los había de dos clases, unos redondos y otros en forma de lágrima, de un tamaño bastante grandecito, como de unos 7 centímetros de largo y unos 4 de ancho.
Era la novedad de ese año y las señoras de la familia llevaban colgado uno. A mi, por lo visto, me llamaban mucho la atención y me ponía realmente plúmbea preguntando qué era eso y cómo se llamaba.
Por aquellos entonces, yo tenía una lengua de trapo pero trapo, trapo, lo que me hacía repetir todo hasta el aburrimiento. La solución era decirme nombres difíciles y mientras intentaba pronunciarlos de forma inteligible, estaba entretenida y no perseguía a nadie con mis preguntas.
Vistos los antecedentes no es difícil aventurar de donde salieron los nombres de este blog. De la imaginación calenturienta de mi madre y mis tías, que a los redondos les llamaron cicuécalos y a los que eran en forma de lágrima, rengífaros, palabras absolutamente inventadas pero no registradas. :-)))
Creo que me costó tanto ser capaz de decir semejantes "palabros" que me han quedado grabados a fuego en la memoria.
Recuerdo aquellos días como mágicos en mi vida por eso he decidido llamar así a mi blog.
Esta es la historia.