domingo, 20 de febrero de 2011

Amores improbables.

A mí siempre me han gustado los amores imposibles. Siempre he dicho: "Si tengo un amor de verdad, quiero que sea imposible." Y, ¿por qué no? En vez de imposibles, llamémosles improbables. Tal vez porque sólo los amores imposibles nos muestran por momentos qué tan imposibles son en realidad. Son los únicos que nos regalan instantes en los que, dentro de lo improbable, toda la imposibilidad desaparece, se desintegra. Y son esos momentos los que nos muestran que nada es imposible en sí mismo. Nada.

3 comentarios:

  1. Nada es imposible, así que los amores imposibles no existen, o eso creo yo. Todo puede pasar.

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  2. Me paso Isa :D
    Aver cuando nos haces una visitina ee :D
    Pasate plis :D
    Un besiin ! ;)

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