Para unos vivir
Para unos vivir es pisar cristales con los pies desnudos; para otros vivir es mirar el sol frente a frente.
Para unos vivir es pisar cristales con los pies desnudos; para otros vivir es mirar el sol frente a frente.
La playa cuenta días y horas por cada niño que muere. Una flor se abre, una torre se hunde.
Todo es igual. Tendí mi brazo; no llovía. Pisé cristales; no había sol. Miré la luna; no había playa.
Qué más da. Tu destino es mirar las torres que levantan, las flores que abren, los niños que mueren; aparte, como naipe cuya baraja se ha perdido.
Luis Cernuda, Los placeres prohibidos.
Uno de los versos de esta poesía da nombre a mi blog. Así me siento yo, como naipe cuya baraja se ha perdido. A veces incluso me pregunto si es cierto que alguna vez he formado parte de una baraja. Soy un elemento extraño en medio de este confuso mundo.
Todo es igual… igual… igual… Supongo que formo parte de ese grupo para los que vivir es pisar cristales con los pies desnudos, que no se atreven a mirar el sol, y que cuando lo hacen no lo encuentran. Se trata exactamente de eso, de estar sola en una playa en la que solo ves arena y más arena; y tus ojos buscan el mar, esa promesa de libertad; y no lo hallan.
Mientras unas flores se abren, despiertan a la felicidad; cientos de niños mueren al mismo tiempo. No sé cuántos niños han muerto ya dentro de mí, porque a veces me siento vacía de ilusiones. Pero si sigo viva es porque aún no todo está perdido, y nuevas torres de sueños se levantan, esperando la hora en que irremediablemente serán desmoronadas. Porque así es la vida, una búsqueda continua de ilusiones que se suceden unas a otras sin ser realizadas.
Pero… qué más da. Por mucho que nos paremos a reflexionar sobre todo esto, algunas cosas no se pueden cambiar; y más para los que lo vemos todo “aparte”, desde el grueso cristal que separa nuestro diminuto mundo del resto, “como naipe cuya baraja se ha perdido”. Así pues, solo me queda sonreír cada vez que se abre una flor en alguna parte del mundo, o se levanta una nueva torre con frágiles sueños por cimientos. Puede que en eso consista mi felicidad.
Uno de los versos de esta poesía da nombre a mi blog. Así me siento yo, como naipe cuya baraja se ha perdido. A veces incluso me pregunto si es cierto que alguna vez he formado parte de una baraja. Soy un elemento extraño en medio de este confuso mundo.
Todo es igual… igual… igual… Supongo que formo parte de ese grupo para los que vivir es pisar cristales con los pies desnudos, que no se atreven a mirar el sol, y que cuando lo hacen no lo encuentran. Se trata exactamente de eso, de estar sola en una playa en la que solo ves arena y más arena; y tus ojos buscan el mar, esa promesa de libertad; y no lo hallan.
Mientras unas flores se abren, despiertan a la felicidad; cientos de niños mueren al mismo tiempo. No sé cuántos niños han muerto ya dentro de mí, porque a veces me siento vacía de ilusiones. Pero si sigo viva es porque aún no todo está perdido, y nuevas torres de sueños se levantan, esperando la hora en que irremediablemente serán desmoronadas. Porque así es la vida, una búsqueda continua de ilusiones que se suceden unas a otras sin ser realizadas.
Pero… qué más da. Por mucho que nos paremos a reflexionar sobre todo esto, algunas cosas no se pueden cambiar; y más para los que lo vemos todo “aparte”, desde el grueso cristal que separa nuestro diminuto mundo del resto, “como naipe cuya baraja se ha perdido”. Así pues, solo me queda sonreír cada vez que se abre una flor en alguna parte del mundo, o se levanta una nueva torre con frágiles sueños por cimientos. Puede que en eso consista mi felicidad.
1 comentario:
WEE!Marinaaaaaaaaaaaaaaaaaa...q soy yo...q bueno era pa saludarte y dejar mi huellita por aquí...y q sepas q aunq quizá no entiendo mu bine la poesía para mí formas parte de mi baraja...jajajaj...UN BESAZO.mUAcKs para mi pequeña princesa rubia winehable...tq
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