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jueves, 28 de mayo de 2009

Donki kōrin (El advenimiento del instrumento romo)

  • Título: 鈍器降臨 – Donki kōrin- (El advenimiento del instrumento romo)
  • Autor: Usamaru Furuya
  • Editorial: Media Factory
  • Revista: Da Vinci
  • Años publicación: 2004
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 1


Un nuevo libro de mi querido Usamaru Furuya que cae comentado en este blog. Se nota que me gusta este autor, ¿eh? Estoy ya por poner una etiqueta llamada “Furuya” para no tener que poner links como haré ahora: Furuya es el autor de obras comentadas en este blog como, por orden de aparición, Chronicles of the Clueless Age, Pi o Happiness.
No me extenderé más sobre cuánto me fascina la imaginación desbordante y el agudo y peculiar sentido del humor de este autor, ni de su capacidad para crear viñetas llenas de poesía prácticamente daliniana y en ocasiones cargadas de mucha mala leche, porque ya lo he hecho en las reseñas anteriores. Así que me limitaré a reseñar esta peculiar obra, titulada Donki Kōrin (El advenimiento del instrumento romo).
Estamos ante una obra que es manga pero no es manga, una especie de híbrido muy curioso que nunca antes había visto. Me explico. Los contenidos recopilados en este primer tomo fueron publicados originalmente en la prestigiosa revista japonesa literaria Da Vinci entre noviembre 1997 y enero de 2004. Los editores de Da Vinci tuvieron el ojo de fichar a un Furuya que había debutado solo tres años antes con la maravillosa Palepoli (un día la comentaré, lo juro, lo que pasa es que la leí de prestado hace años y no tengo el tomo; tendré que comprarlo) para que ilustrara pequeños relatos seleccionados de entre los que mandaban los lectores.
Así, este tomo se compone de 75 unidades divididas en dos páginas cada una: la primera página es un relato corto enviado por un lector, mientras que la segunda es una representación libre de este relato realizada en el formato de cuatro viñetas y con el estilo genialmente variable e imaginativo de las historietas que conformaban Palepoli. Tengo que decir que los manga de Furuya no adaptan fielmente las historietas, sino que en ocasiones las tergiversan, se centran en aspectos muy concretos de ellas, les dan la vuelta, les sacan punta... No sé, es difícil definir lo que hace Furuya sin un ejemplo, así que para eso al final de esta entrada he dejado la traducción de una de estas historietas y su adaptación manga, para que os hagáis a la idea de lo que quiero decir. Por cierto, que de ahí viene el extraño título de la obra, El advenimiento del instrumento romo, que pretende indicar que Furuya golpea con un instrumento romo (como un martillo, mirad las imágenes de la portada) los relatos que le mandan con la intención de “forjarlos” sobre el yunque. Un poco rarito, pero bueno, ellos sabrán.
Ciertamente hay algunas historias un poco raras, pero en general los manga de Furuya son, cómo no, geniales. Uno podría leer solo los manga y seguramente se sentiría satisfecho, pero el hecho de leer primero el relato y luego el cómic hace que el cómic se coloque dentro de un contexto mucho mayor y se disfrute aún más. Esta iniciativa de Da Vinci combinando el relato y el manga me parece muy original. Desconozco si a partir de enero de 2004 siguieron con el mismo proyecto en las páginas de la revista; si fuera así, y contando con que para recopilar este tomo 1 se necesitaron poco más de 5 años de serialización mensual en la revista, el segundo tomo tendría que estar ya al caer después de exactamente ese mismo tiempo, entre 2004 y 2009. Espero que sea así.
El tomo se complementa con unas pocas conversaciones (no muy interesantes, la verdad) entre Furuya y algunos de los autores de los relatos, años después de que su relato fuera seleccionado y diseccionado en forma de manga por el mangaka.

Pues nada, aquí va la traducción de una de las 75 historias que componen este libro.


TEXTO

La rebanada

Hay varias cosas que me habría gustado hacer de niño y que no pude hacer.
A menudo pienso “si hubiese hecho aquello entonces, ahora mismo estaría...” Si pudiera volver a mi infancia con las capacidades intelectuales que tengo ahora, destacaría tanto en los estudios y en los deportes que me tildarían de niño prodigio, me enamoraría dulcemente de la profesora en prácticas y estas cosas...
Pero bueno, todas estas no son más que cosas que le preocupan a uno una vez ha llegado a cierta edad y ha acumulado ciertos conocimientos. Básicamente son pajas mentales.
Y aun así, ciertamente pienso a menudo en una cosa que me habría gustado hacer entonces y que no pude hacer.
Me refiero a salir corriendo de casa hecho un manojo de nervios y con una rebanada de pan en la boca. Debería haberlo hecho, costara lo que costara. Mirar boquiabierto el despertador que me había dejado anoche sin poner, salir de la cama de un brinco, vestirme en un segundo y ponerme la mochila en la espalda sin ni siquiera mirar el horario de clases del día. Por esto ya pasé; prueba superada. El problema viene después, porque por mucho que protestaran mis tripas, por mucho que mis ojos se detuvieran en los tomos de Doraemon tirados por mi habitación, en ningún momento tuve el impulso ni la clarividencia de salir volando de casa con una rebanada de pan en la boca. Y pasaron los años, me hice mayor y nunca llegué a hacerlo.
Si algún día puedo regresar a esa época, me conjuro para ser capaz de hacer el “más difícil todavía”: tres minutos después de salir como una bala de mi casa, decir “¡Maldita sea! ¡¡Esto no es pan, sino tofu frito!!” y volver a casa a por una rebanada de pan.
Esto es lo que he pensado mientras me dedicaba a echar lavavajillas sobre una rebanada mohosa de pan.

Jinta Mizugiwa (prefectura de Miyazaki)

CÓMIC
1.
Fiel al tópico, corro con todas mis fuerzas con una rebanada de pan en la boca.
¡Kiaaah! ¡Que llego tardeeee!
Y grito lo que es tópico.

2.
Al llegar a la esquina decisiva, ¡¡avanzo con todas mis fuerzas sin echar un vistazo al espejo por si viene alguien por el otro lado!!
¿¡Eh!?

3.
Ya han pasado veinte años y pico... Y aún hoy sigo corriendo.
Arf
Afh
Qué raro... ¡¡Esto no debería ser así!!

4.
¡Hoy sí! ¡Tiene que ocurrir!
Arf
Agh
(manga interior) Puuuf / ¡Au! ¿¡Tú tienes ojos en la cara!? / Pe... Perdona... / ¿Estás bien? / Bu-bum / ¡Ah! / Buuufff... / ¡Kyah! ¡Guarro! / O... ¡Oye, que yo no he...!
¡De hoy no pasa sin que tenga un encuentro dramático igual que en los manga!

Bueno, aquí está. ¿Qué os ha parecido? ¿Interesante? Bueno, es bastante friki, para qué negarlo, pero es un buen ejemplo de la genialidad de Furuya Usamaru.

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viernes, 8 de mayo de 2009

Ryūjin-numa (El pantano del dios dragón)

  • Título: 龍神沼 –Ryūjin-numa– (El pantano del dios dragón)
  • Autor: Shōtarō Ishinomori
  • Editorial: Fusion Product
  • Revista: Varias
  • Años publicación: Varios (este tomo, 2004)
  • Clasificación: shōjo
  • Tomos: 1

La historia corta que da título a este tomo, dibujada en 1961, está considerada una de las obras más representativas de Shōtarō Ishinomori, el “rey del manga” del cual he hablado en más de una ocasión (referencia: Adivina qué mangaka es, Kikaider y Museo Ishinomori) a pesar de que solo tiene 47 páginas. Sin embargo, por su calidad gráfica y argumental tuvo una gran influencia en muchos autores de manga (sobre todo shōjo). Lo que hizo Ishinomori fue contribuir a sacar el shōjo manga del gueto de princesitas, amoríos y banalidades en el que estaba durante los años 50 para darle un poco más de profundidad. Su idea era imaginar una historia enfocada al público femenino infantil pero que contuviera ingredientes de otros géneros, como el terror o el misterio. Esta fue una línea que siguieron poco después la generación de mangakas del “Grupo del 24” (ver Kaze to ki no uta para más información), las autoras que revolucionaron el shōjo y contribuyeron a hacer de él lo que es ahora. De hecho, Keiko Takemiya ha declarado haber recibido una gran influencia de Ryūjin-numa.
Esta influencia viene, aparte de ser una muy buena obra, del hecho de que Shōtarō Ishinomori la utilizó como ejemplo en su libro de texto Mangaka Nyūmon (1965), o sea “Introducción al oficio de mangaka”, uno de los primeros “cómo dibujar manga” que existieron y que se convirtió en el libro de cabecera de muchísimos aspirantes a dibujantes, algunos de los cuales se convirtieron en profesionales de la siguiente hornada. En Mangaka Nyūmon, Ishinomori despedaza su propia obra y desvela todos sus trucos (close ups, siluetas, perspectivas, planos, ambientaciones, gags, etcétera).
El argumento, tomado de una leyenda de la zona donde nació y se crió el autor, puede parecer bastante anodino a ojos del lector actual, aunque para los lectores de la época fue un verdadero soplo de aire fresco: Ken’ichi llega de Tokio a un pueblo muy rural para ver un festival. La leyenda dice que habita un dios dragón en el pantano cercano y Ken’ichi se siente muy intrigado por la figura de una misteriosa chica vestida de blanco que se aparece como si fuera un fantasma en las cercanías del pantano. En fin, la historia va transcurriendo hasta que Ken’ichi descubre que el alcalde y el sacerdote sintoísta del pueblo están conspirando para hacerse ricos a costa de los demás. Al final de la historia, el dragón (la misteriosa chica vestida de blanco) amenaza con matarles, pero Ken’ichi se lo impide.

Este relato representó un hito en la historia del manga.

Este libro, publicado en 2004 por la editorial Fusion Product, se complementa con material muy interesante de Shōtarō Ishinomori. Además de la historia Ryūjin-numa (El pantano del dios dragón) que se hizo tan famosa, el tomo contiene también una versión prototipo de la misma, Ryūjin numa no shōjo (La chica del pantano del dios dragón), de 1956, la segunda obra que dibujó después de haberse mudado a en Tokio, a los famosos apartamentos Tokiwa-sō. Existe una enorme diferencia entre la primera versión (trazo infantiloide, historia precipitada, solo siete páginas) y la segunda, de 47 páginas, en la que vemos a un autor mucho más maduro. Resulta muy interesante compararlas.
El tomo contiene también varias obras curiosas y algunas de corte autobiográfico, como la entrañable Ogawa no medaka (Los peces del riachuelo), en la que el propio Ishinomori intenta educar a sus hijos en los valores de la naturaleza porque teme que vayan por el mal camino. Asimismo, también podemos leer Dekoboko conbi, Fujiko Fujio-den (La historia de Fujiko Fujio, un dúo singular), que es una especie de biografía-homenaje de Fujiko Fujio (ex inquilinos de Tokiwa-sō y autores de Doraemon, Hattori el ninja y tantas otras, que posteriormente se separaron y se hicieron conocer como Fujiko F. Fujio y Fujiko Fujio A), narrada a través de una conversación entre los tres.
Más historietas que podemos leer son Fujimoto-shi no kakikata (Cómo dibujar a Fujimoto), una sola página en la que enseña a dibujar una caricatura de Hiroshi Fujimoto, más conocido por el apodo de Fujiko Fujio A, y Boku no Norakuro (Mi Norakuro), sobre la relación de infancia de Ishinomori con el famoso manga de preguerra Norakuro.
Aparte, el tomo se termina de complementar con varios textos cortos escritos por el mismo Ishinomori o bien por especialistas en él. Casi todos son muy interesantes, aunque destacaría uno de Ishinomori donde cuenta el origen de la expresión “el dios del manga” referida a Osamu Tezuka. Se ve que una vez entrevistaron a Ishinomori para un periódico y en el titular pusieron “Shōtarō Ishinomori, el rey del manga”. Poco después de eso, Tezuka e Ishinomori coincidieron en una fiesta y Tezuka, que aparte de ser un genio se lo tenía bastante creído y no llevaba muy bien la competencia, se acercó inmediatamente a él y le dijo “oye, Onodera -apellido real de Ishinomori-, si tú eres ‘el rey del manga’, ¿entonces yo qué soy?”. Cuenta Ishinomori que se quedó absolutamente helado y solo acertó a decir “pu-pu-pues el dios del manga”. Tezuka se marchó sin replicar, visiblemente satisfecho.

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viernes, 1 de mayo de 2009

How to take a Japanese bath (Cómo tomarse un baño japonés)

  • Título: How to take a Japanese bath (Cómo tomarse un baño japonés)
  • Autor: Leonard Koren (texto) / Suehiro Maruo (ilustraciones)
  • Editorial: Stone Bridge Press
  • Revista: ---
  • Años publicación: 1992
  • Clasificación: manual
  • Tomos: 1


Me salgo un poco de la tónica habitual de este blog comentando un libro que no es japonés. Para no ser, ¡es que ni siquiera es un cómic! ¿Y qué pinta esta cosa en un blog como este, que se dedica a comentar manga inéditos en España?
Pues la particularidad de este libro es que está ilustrado por el gran Suehiro Maruo, uno de los mangaka japoneses más polémicos y alternativos que existen y gran parte de cuya obra ha sido publicada en España principalmente por Ediciones Glénat (más un par de tomos que sacó la difunta Otakuland). Estamos ante un libro sencillísimo, de solo 40 páginas (contando portadillas, créditos y relleno) y con un total de 12 ilustraciones de Maruo, que sacó en el año 1992 la editorial californiana Stone Bridge Press.
¿Y de qué va? Pues básicamente es una especie de manual sobre cómo tomarse un baño japonés. En plan: te desnudas, te lavas el cuerpo antes de meterte en la bañera, te metes en el agua caliente hasta los hombros y te relajas. Básicamente esto, pero todo escrito muy en plan “místico”, vamos, como si tomarse un baño japonés fuera una experiencia religiosa (vale, reconozco que casi lo es XD, pero tampoco creo que haya que mitificarlo tanto).
Es decir, es un libro normal y corriente, en plan “new wave”, básicamente para regalar a algún a amigote/a si tienes un compromiso porque es su cumple y no sabes qué regalarle. La principal curiosidad, claro está, es que es el mismísimo Maruo quien lo ilustra. Es solo en los últimos años cuando Suehiro Maruo ha cobrado notoriedad, tanto en su país como en el extranjero, sobre todo en España, que es donde más de su obra se ha publicado, y donde ha venido dos veces como invitado. La primera vez fue en plan “camuflado”, invitado por Joan Navarro en el Salón del Cómic de 1992, el que tuvo a Japón como país invitado y tuvo entre sus invitados a monstruos como Katsuhiro Ōtomo, Jirō Taniguchi y Ryōichi Ikegami. Lógicamente, Maruo pasó desapercibido; de hecho, ni siquiera sé si vino como invitado especial o lo invitó Navarro a título personal. La segunda vez fue en el Salón del Cómic de 2004, esta vez como autor con obras publicadas y cierto renombre.

Ejemplo de una doble página del libro: a la izquierda un textito y a la derecha la ilustración de Maruo. ¿Da o no da mal rollo?

Se ve que Maruo pasó unos años muy malos en su carrera de dibujante y tuvo que “venderse” para poder seguir adelante, haciendo trabajos “menores” como pueden ser ilustrar libros, hacer carátulas de CD y cosas así. Este libro es uno de esos trabajos de encargo que hizo para poder subsistir. Yo me lo encontré hace unos años en Village-Vanguard, mi librería japonesa favorita, y no me pude resistir a comprar una rareza tan curiosa como esta. El otro día me lo encontré de nuevo mientras ponía un poco de orden en mi biblioteca y, al llevarlo a la oficina, mi compañera Maite, que también es fan de Maruo, me comentó con mucho acierto que, aunque las ilustraciones de Maruo para este libro pretendan ser simples dibujos que acompañan a un texto, “no sé qué tiene Maruo que da un mal rollito que no veas”. Y sí, sí, el estilo de Maruo, aunque sea para ilustrar un libro sobre cómo tomarse un baño, dan mal rollo. Es una pasada lo que consigue este tío con su estilo, ¡y eso que fue autodidacta!
Por cierto, no puedo dejar de recomendaros La extraña historia de la isla Panorama, el nuevo manga de Maruo, basado en una novela del gran maestro del suspense japonés Ranpo Edogawa, que va a publicar Glénat con ocasión del Salón del Cómic ‘09. Para mí, es el mejor manga de Maruo que he tenido la suerte de traducir y leer (y he traducido todos los que ha sacado Glénat y he leído uno de los dos de Otakuland). Realmente impresionante el alarde gráfico con el que Maruo nos regala la vista esta vez y, sobre todo, sin cebarse en grotescas imágenes de crudeza. Al contrario: hay viñetas increíbles, con un estilo “años 20” alucinantemente bonito, y detallitos por todas partes en homenaje a obras pictóricas o escultóricas más o menos famosas. Vamos, yo no entiendo mucho de arte, pero mi compañera Maite, al revisar el tomo, me iba comentando, boquiabierta, cosas como “fíjate en esta viñeta, ¡está directamente sacada de La dama de Shalott!” y cosas así. Y yo buscaba en el Google y, efectivamente, ahí estaba el cuadro en el que se basaba esa viñeta. Una pasada. Quedamos tan impresionados que sugerimos a Glénat que Clara Arévalo, que además de experta en arte es gran fan de Maruo, escribiera un artículo complementario explicando varias de estas referencias. No dejéis de leer el tomo, alucinar, leer luego el artículo de Clara y finalmente ir buscando en Google las referencias. Impresionante.
No me extraña que recientemente este manga consiguiera uno de los Premios Osamu Tezuka, aunque fuera en la categoría de “nuevo artista” (¿es “nuevo” un artista que lleva en activo desde principios de los 80? Yo diría que no, pero bueno, al menos le han dado un premio importante a Maruo...) Por cierto, el otro día vi la noticia que decía que Maruo ya ha empezado otro manga también basado en una historia de Ranpo, titulado Ranpo no imomushi. Si va a ser una fracción de lo bueno que es Panorama, ¡empecemos a salivar!

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martes, 17 de marzo de 2009

Shōnen Magazine y Shōnen Sunday, 50 años de éxitos

Si 2008 pasó a la historia del manga por, entre otras cosas, ser el año del 40 aniversario de la mítica Shōnen Jump, en 2009 celebramos una doble efeméride: el 50 aniversario de las revistas Shōnen Mazagine y Shōnen Sunday. Y este 50º aniversario se cumple justamente HOY. Efectivamente, el 17 de marzo de 1959 salieron al mercado, al mismo tiempo, las dos primeras revistas semanales de manga shōnen de la historia. Hasta aquel momento, pese a que el manga se estaba haciendo cada vez más y más popular, la tendencia habitual en las publicaciones de manga era sacar un número cada mes. Así, la publicación de estas dos revistas instauró una nueva manera de hacer las cosas ya que la cadencia semanal para revistas de este tipo era en principio una idea totalmente descabellada. Pero aun así, la idea recibió el favor del público y, con la incorporación casi diez años después de la tercera gran revista de manga shōnen semanal (la Shōnen Jump) se entró en una edad de oro del manga que duró décadas, hasta bien entrados los años 90. Por supuesto, estas tres revistas no fueron las únicas que hubo, pero sí las más importantes y las tres que aún perduran hoy en día como líderes del mercado del shōnen.

Número inaugural de la Sunday

Cuando vi el número conmemorativo del 50º aniversario de la Shōnen Sunday puesto a la venta en Japón hace un par de semanas (en Japón es curioso, porque las revistas y publicaciones suelen salir semanas antes de la fecha que marca la cabecera, y el caso del número que digo yo, el 14 de 2009, está fechado 18 de marzo cuando salió unas dos semanas antes de eso) casi me entra un síncope. ¡Me pareció estar viendo el primer número de la Sunday, una imagen que tantas veces he visto! Pero no, los editores de la revista se marcaron el detallazo de imitar la misma portada del número 1, con las mismas tipografías y el mismo diseño, solo cambiando la foto del niño susurrándole al oído del sempiterno jugador de béisbol Shigeo Nagashima por otra foto tomada de idéntica manera pero protagonizada por uno de los mejores jugadores japoneses de la actualidad, Daisuke Matsuzaka. ¡Aquello fue orgásmico para mi alma de friki del manga retro!

La portada "tributo" del 50º aniversario

En este número conmemorativo de la Sunday se incluye un manga de 50 páginas guionizado por Akira Hamanaka y dibujado por Hitotsuki Yamada titulado Shūkan Shōnen Sunday Sōkan Monogatari (Historia del inicio de la publicación de la Shōnen Sunday semanal), en el que, como su título indica, se nos cuenta la historia de los inicios de la revista. Se trata de un manga muy interesante y es posible que esté ya dando vueltas por ahí en forma de scanlation, así que si os interesa el tema no dudéis en buscarlo y, si tenéis suerte, encontrarlo y leerlo. En él se nos narra cómo a Kiichi Toyoda, un joven editor de la casa, se le ocurre la loca idea de publicar una revista de manga semanal en del seno de la editorial Shōgakukan. Esta editorial hasta el momento había estado especializada en revistas para público infantil, básicamente de información y aprendizaje, y no tenía experiencia en el manga. Pero aún así, Toyoda se las apaña para convencer al director de la editorial y empezar el proyecto. Sin embargo, al cabo de poco se enteran de que la gran rival Kōdansha (que sí hace años que edita manga y revistas de manga, y por lo tanto tiene una gran cantera y mucha experiencia) está preparando una nueva revista por su parte con la misma idea, es decir, una revista de manga shōnen de periodicidad semanal. Empieza entonces una ardua lucha por ver cuál de las dos publicaciones conseguirá salir primero al mercado y logrará el honor de ser “la primera”.

Número inaugural de la Magazine

Así, vemos cómo los editores de la Sunday convencen primero al “dios” Osamu Tezuka para que publique con ellos, y luego fichan a grandes autores como Mitsuteru Yokoyama, así como a jóvenes y desconocidos talentos como por ejemplo el dúo Fujiko Fujio (sí, sí, los que en los años 70 triunfarían con Doraemon), entre muchos otros. Así, las fechas de salida de la revista se van avanzando hasta que al final las dos revistas en contienda llegan a la conclusión de que tendrán que salir el mismo día: el 17 de marzo de 1959. Pero aún queda algo por decidir: ¡el precio! Como tenían que imprimir en la misma imprenta, el manga nos muestra una curiosa competición de paciencia: no van a imprimir la revista hasta que sepan el precio que pone el rival y, por lo tanto, puedan vender la suya más barata. Así, tras una tensa noche y al filo del tiempo disponible, los editores de la Magazine, incapaces de aguantar más, fijan un precio de 40 yenes. Así, al verlo, los de la Sunday deciden valorar su revista en 10 yenes menos, o sea, 30 yenes. Ambas revistas se imprimen correctamente y salen al mercado el mismo día exacto, hoy hace exactamente 50 años.
Al igual que pasó con la Shōnen Jump con su 40º aniversario, lamentablemente no estoy viendo grandes movimientos ni en la Magazine ni en la Sunday para celebrar de forma muy especial la gran efeméride, más que la portada asociada del año pasado con Conan e Ippo dándose la mano (un hito HISTÓRICO, ¡dos revistas de editoriales rivales colaborando juntas!), este número especial de la Sunday con el tributo de la portada y el manga con la historia del inicio de la revista, así como la edición por parte de Kōdansha del manga Seishun Shōnen Magazine 1978-1983 de Makoto Kobayashi. Este manga, por cierto, nos narra las vicisitudes de este autor mientras publicaba en la Magazine la obra 1-2 no Sanshirō. Comentaré este tomo más adelante (ahora justo me lo estoy leyendo). Me encantaría que se hubiesen publicado libros especiales con la historia detallada de estas tres revistas, y comentarios e imágenes de sus manga más representativos, entrevistas a los autores más conocidos, etcétera, pero al parecer me voy a quedar con las ganas, jo.

La histórica portada doble del año pasado en la que los personajes más importantes de la Magazine (izquierda, Ippo) y de la Sunday (derecha, Conan) se dan la mano.

Por cierto, una lista de los manga más importantes que se han publicado en estas revistas, para que os situéis mejor:

Shōnen Sunday: casi toda la obra de Rumiko Takahashi (como Lamu, Ranma 1/2, Inu-yasha...), casi toda la obra de Mitsuru Adachi (Touch, H2, Cross Game...), Detective Conan, Osomatsu-kun, Mōretsu A-tarō, Obake no Q-tarō, Kamui Gaiden, Patlabor, Kekkaishi, Zatchbell, Dash Kappei (Chicho Terremoto), Parman, Makoto-chan, Mär, Yakitate! Japan, Yaiba, Arms, Hayate mayordomo de combate, etcétera.

Shōnen Magazine: Kyojin no Hoshi, Ashita no Joe, Harris no kaze, GeGeGe no Kitarō, Bakabon, Ore wa Teppei, Kamen Rider, 1-2 no Sanshirō, Hajime no Ippo, Kindaichi Shōnen no jikenbo, GTO, Rave, Get Backers, Samurai Deeper Kyo, Love Hina, Negima!, School Rumble, Sayōnara Zetsbuō Sensei, Air Gear, Tsubasa Reseirvor Chronicle, Fairy Tail, etcétera.

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lunes, 9 de febrero de 2009

Jōdo Shinshū Manga Butsuji Nyūmon (Introducción manga al culto budista del Jōdo Shinshū)

  • Título: 浄土真宗マンガ仏事入門 –Jōdo Shinshū Manga Butsuji Nyūmon– (Introducción manga al culto budista del Jōdo Shinshū)
  • Autor: Tetsuei Okahashi (guión) y Kenji Hironaka (dibujo)
  • Editorial: Hongwanji Shuppan
  • Revista: Daijō
  • Años publicación: 1993-97
  • Clasificación: educativo
  • Tomos: 1

Antes de empezar, me gustaría deciros que estos días he estado pensando en el tema de los macrones y al final he decidido aplicarme el cuento y usarlos en este blog. El método ha sido tan sencillo como montarme una sencillísima macro de Word que sustituya automáticamente ô/û/Ô/Û por sus equivalentes en macrón y pasarla por el texto antes de subirlo. La pregunta obvia es... ¿Cómo no se me había ocurrido antes? En fin, disfrutad de mis textos con macrón con una reseña... Ehm... Peculiar.
Porque mira que con frecuencia reseño obras frikis en este vuestro humilde blog, pero me temo que el manga de esta vez se lleva la palma en lo referido a frikismo, porque se trata nada menos que un manga educativo en el que se explican varios aspectos del culto religioso de la rama Jōdo Shinshū del budismo japonés. ¡Casi nada!
En mi último viaje a Japón en enero, como me pasé por Kioto me entraron ganas de ver si la gran reforma del templo Nishi Honganji había terminado ya, puesto que en el año 2000, cuando vivíamos en Kioto, empezaron unas obras enormes con las que cubrieron todo el templo con una enorme estructura con la que desmontarían todo el enorme tejado y restaurarían el conjunto monumental, uno de los más impresionantes de Japón. El caso es que antes de empezar a desmontarlo todo dejaron que durante una semana o dos el que quisiera podía reservar una visita guiada para ver el andamio y el tejado desde dentro, y ahí que fuimos (fue impresionante). En resumen, nueve años después, las obras en el templo principal que quedó prácticamente desmontado ya han finalizado, pero aún queda mucho trabajo que hacer en los alrededores y ahí siguen trabajando.
El caso es que ahí mismo había una pequeña librería y, como a mí los libros me gustan poco, pues decidí meterme a ver qué había. Para resumir un poco era una librería que solo vendía libros relacionados con la rama Jōdo Shinshū del budismo. Y entre ellos, ¡patam! un manga. Me llamó tanto la atención que no pude evitar comprarlo, friki que es uno.
El libro es una recopilación de pequeñas historietas de cuatro páginas que fueron publicadas mes a mes en la revista Daijō (Gran vehículo) de la editorial Hongwanji Shuppan, brazo editorial del Jōdo Shinshū, entre 1993 y 1994. Sus autores son un monje encargado de un templo en Osaka, que se encarga del guión, y un fiel de Yamaguchi que hace el dibujo.

El sabiondo Dai enseñándonos cómo rezarles a los muertos - The Jōdo Shinshū way

El libro se divide en tres partes “Culto budista”, “Funerales” y “El altar familiar”. En “Culto budista” se nos explican las bases de la religión y la filosofía que predica el Jōdo Shinshū dentro del budismo, como por ejemplo quién fue el fundador de la rama, cómo usar el rosario para rezar, de dónde salen los sutras, cómo comportarse en el templo, etcétera. En “Funerales” se explica cómo vestir al muerto, cómo organizar el velatorio y cosas así, sobre todo centrándose en las diferencias que hay entre la práctica del Jōdo Shinshū y otras ramas budistas. Finalmente, “El altar familiar” detalla cosas sobre los butsudan o pequeños altares que se colocan en las casas de los fieles para rezar y todo esto, haciendo especial hincapié en las diferencias que hay con otras ramas del budismo que existen en Japón.
El conductor de todo esto, y aquí está lo más friki, es Dai, un chavalín que es hijo del monje principal de un pequeño templo de vecindario y que se encarga de responder a las preguntas sobre budismo y culto de sus compañeros y sus vecinos. O sea, un niño sabiondo y repelente que sabe perfectamente cómo rezar, qué ponerle al Buda Amida en el altar según la festividad o rito que toque celebrar y todo eso. Da un poco de repelús, la verdad, ver al amigo Dai siempre con una sonrisita de santurrón y con una respuesta para todo. El estilo de dibujo, además, es una mezcla entre Tezuka y Fujiko Fujio, lo que aumenta la sensación de repelús.
Pero aun así, a mí me ha parecido una lectura muy interesante. No tengo mucha idea de culto budista. Lo único que sabía es que efectivamente existen varias ramas (o “sectas”, pero yo prefiero llamarlas “ramas”) del budismo, de las cuales el Jōdo Shinshū (o "Nueva rama de la tierra pura") era una de ellas. Y he aprendido bastante, vamos, sobre todo de filosofía suya. El caso es que los del Jōdo Shinshū creen que cuando uno muere se va directo a la “tierra pura”, una especie de edén donde mora el buda Amida. Y basándose en esta certeza, pues lo organizan todo alrededor. Por ejemplo, un funeral no es tanto una situación triste, sino una despedida de un familiar o amigo que pasa a mejor vida, ya que a partir de ese momento vivirá al lado del buda Amida en la tierra pura. Por eso, los altares caseros del Jōdo Shinshū no están pensados para rezar por las almas de los muertos, sino para rezar ante el buda Amida, en cuyo alrededor retozan los muertos felizmente. Por lo tanto, no se colocarán retratos de los difuntos en los altares (como se hace habitualmente en las casas japonesas de otras ramas budistas), sino como mucho el libro familiar en el que figuran los nombres de los difuntos, y cosas así. La verdad, una lectura muy friki (porque hay que tener ganas, oye) pero a la vez interesante e instructiva.
Como veis, existen manga de casi cualquier cosa y el manga educativo o divulgativo es un género más del cómic japonés. De hecho, uno puede estudiar casi cualquier cosa a través de manga, ya que si se busca bien se pueden encontrar muy buenas obras introductorias a la historia, las letras o la ciencia en forma de manga. Y francamente es mucho más ameno y placentero aprender a través del manga que a través de áridos libros sin ningún diagrama o dibujo. La verdad, cuando leo algún manga educativo siempre me quedo mejor con los conceptos que si usara un libro normal y corriente. Da que pensar, ¿no? ¿Para cuándo las editoriales occidentales verán el potencial de la educación a través del cómic y lo usarán como una herramienta más? Solo basta tener a un especialista de una materia –que esté mínimamente versado en cómic, claro- y un dibujante medianamente decente para hacer libros de este tipo. ¿No os parece que estaría muy bien estudiar la desamortización de Mendizábal, por decir algo, en cómic en vez que con esos libros de texto soporíferos?

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viernes, 16 de enero de 2009

¡Ey, que salgo en Gundam!

Bueno, técnicamente no salgo en Gundam, pero casi. XD

Como ya sabéis, uno de los invitados al pasado XIV Salón del Manga fue Yoshikazu Yasuhiko, autor, entre otros, de Gundam The Origin, la adaptación manga definitiva de la mítica serie de anime Mobile Suit Gundam, de la cual Yasuhiko-sensei fue el diseñador de personajes y director de animación. Por supuesto, como miembro del equipo de interpretación del Salón del Manga, tuve la suerte de conocer al sensei, un grandísimo artista y aún mejor persona.
Pues bien, Yasuhiko-sensei ha publicado una historia de seis páginas donde relata su viaje a España en forma de manga, ¡y Vero y yo (entre otros) salimos en ella!

Aquí, cuando fuimos a buscarle al aeropuerto
(c) Yoshikazu Yasuhiko / Kadokawa Shoten

Después de nuestro papel "estelar" en una historia de Shin-chan, es la segunda vez que me transformo en personaje de manga, ja ja.
La historieta del viaje a España de Yasuhiko-sensei sale publicada hoy mismo, 16 de enero, en la revista Gundam Ace, en concreto el número de marzo (sí, sí, de "marzo"; los japoneses tienen una manera muy sui generis de numerar las revistas), aunque su editor, el señor Hirao, ha sido tan amable de mandármela en primicia para que la pueda leer.
ありがとう安彦先生、MAKOTOさん、平尾さん、奥さん、ワラワちゃん!

Por otro lado, David "Flapy" Esteban ha colgado ya la entrevista que me hizo el mes pasado en Tokio, mientras que David "Nihoneymoon" Morales, que también estaba rondando por ahí, ha colgado unas fotos con el "making of". ¡Kyaaah!

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miércoles, 7 de enero de 2009

Mudazumo naki kaikaku (The legend of Koizumi)

  • Título: ムダヅモ無き改革 –Mudazumo naki kaikaku– (Reformas sin tiradas innecesarias / The legend of Koizumi)
  • Autor: Hideki Ohwada
  • Editorial: Takeshobô
  • Revista: Kindai Mahjong Original
  • Años publicación: 2007-?
  • Clasificación: seinen, mahjong
  • Tomos: 1 (en curso)

Durante esta reciente estancia en Japón no me he quedado de brazos cruzados en lo referente al manga: he leído un montón y también he estado preparando una buena batería de reseñas y de crónicas de algunas visitas que he hecho, pero me las voy guardando para ponerlas poco a poco aquí.
Además, está claro que no hay viaje a Japón sin que realice al menos un descubrimiento notable en materia de manga: en mi anterior viaje, sin ir más lejos, descubrí Detroit Metal City y Saint Oniisan (que está obteniendo un éxito tremendo, por cierto, está por todas partes). Esta vez ya pensaba que, a pesar de haber encontrado obras francamente interesantes, no había conseguido localizar ninguna especialmente destacable. Pero solo cuatro días antes de irme, un amigo me preguntó si conocía este manga que reseño, ya que le había parecido muy interesante y además está obteniendo un éxito notable actualmente. Y sí, puedo decir que este manga es el gran descubrimiento de este viaje, porque me lo he pasado de maravilla leyéndomelo. Lo más curioso es que es un manga de mahjong...
¿De mahjong? Sí, lo habéis leído bien. El juego de mesa de origen chino del mahjong es muy popular en Japón como juego de apuestas, al estilo del póker en Occidente, y hay tantos interesados en este juego que existen, además de libros y tal, revistas enteras –semanales, quincenales o mensuales- dedicadas al mismo. ¡Incluso existen revistas de manga sobre mahjong! Sí, sí, revistas de manga, de las típicas con 400 o 500 páginas, solo que llevan íntegramente mangas dedicados al mahjong. ¿Qué qué tienen de interesante? No sé, la verdad, porque no sé jugar al mahjong, pero me imagino que consiguen trasladar con fidelidad las emociones y sensaciones que puede tener uno cuando juega una partida y se está jugando una cantidad respetable de dinero.
Mudazumo naki kaikaku es un manga publicado originalmente en una de estas revistas, concretamente la Kindai Mahjong Original, pero con la particularidad de que los que juegan al mahjong en sus páginas no son otros que políticos famosos: o bien japoneses o bien pesos pesados de la política internacional. Por un lado, el protagonista es Jun’ichirô Koizumi, el primer ministro que con muuuucha diferencia ha durado más en su cargo en las últimas décadas (2001-06), y le acompañan políticos japoneses de la talla de Shinzô Abe (primer ministro en 2006-07), Tarô Aso (ex Ministro de Asuntos Exteriores y actual primer ministro de Japón) o Naoto Kan (antiguo líder de la oposición), además de Kotarô Koizumi, hijo de Jun’ichirô y que en 2001 protagonizó un intento de ganarse la vida como modelo y actor aprovechándose de la popularidad de su padre. Por el otro lado, los rivales son George Bush (padre e hijo, acompañados por Condoleezza Rice, Donald Rumsfeld y Colin Powell), Kim Jong-Il, Vladimir Putin (¡qué chungo es el cabrón!), Margaret Thatcher... ¡¡Y se ve que a partir del segundo tomo aparecerá hasta Benedicto XVI! (sí, sí, Ratzinger)!

¡Koizumi contra George W. Bush! (con Sugimura de testigo de excepción)

Finalmente, la nota femenina kawaii la pone Yukari, miembro del parlamento y comentarista de las jugadas, mientras que la nota cómica viene de parte de Taizô Sugimura, joven miembro del parlamento que fue elegido “por potra” (como él mismo dijo) en 2005 y que se hizo famoso por salir por la tele absolutamente flipado por haber salido elegido parlamentario y comentando que con el sueldazo que le darían se compraría un BMW y subiría gratis al tren bala y tal (historia verídica).
La gracia del manga, aparte de que salgan los políticos jugando al mahjong, es por un lado que se toman el juego como si fuera una verdadera guerra (en vez de dinero, se juegan F-15 y cosas así). Así, el mahjong es la piedra de toque de las relaciones entre los varios países del mundo. Así, Koizumi es el jugador de mah-jong más legendario de Japón y su función es defender al país de los ataques extranjeros, aparte de salvar al pobre Sugimura, al que siempre atrapan y usan como rehén para forzar a Koizumi a jugar. Por otro lado, en este manga Hideki Ohwada se destapa como un verdadero maestro de la exageración gráfica. Este cómic es un verdadero manual de cómo utilizar imágenes, metáforas visuales, efectos, planos imposibles, sombras y demás para que una simple tirada en una partida de mahjong parezca el lanzamiento de un auténtico mísil con cabeza nuclear. En este sentido, esta obra es brutal y debería formar parte de los libros de referencia que cualquier aspirante a mangaka debería tener.
Aunque se trate de un manga de mahjong y salgan expresiones bastante especializadas que solo los entendidos en el juego pueden comprender, uno puede disfrutar este manga sin muchos problemas. Aunque, evidentemente, si uno sabe jugar al mahjong lo disfrutará mucho más. Yo, por ejemplo, no tengo ni idea de mahjong y aun así me ha encantado, pero el amigo que me lo recomendó sí sabe jugar y me comentó que es una pasada también en el sentido de que las jugadas que salen están muy bien trabajadas. Aunque son una exageración bastante brutal, claro, como cuando Koizumi hace trampas borrando con el dedo (como si fuese una lima) la superficie de una ficha para que parezca que es una ficha blanca en vez de una con algo impreso. Además, los nombres de las jugadas son también hilarantes, en plan “tirada de ataque preventivo” (de G.W. Bush), “lanzamiento de Taepodong” (de Kim Jong-Il) o “Rising Sun” (de Koizumi).
El manga está teniendo un éxito considerable en Japón a pesar de ser un manga de mahjong (no son precisamente mayoritarios). Algunos achacan este éxito a que Koizumi sigue siendo muy popular a pesar de haber dejado de ser ministro hace ya algunos años, pero francamente a mí me parece que el manga es popular porque es muy bueno, muy gracioso y está muy bien dibujado. Curiosamente, el único tomo disponible, publicado en septiembre de 2008, no lleva el número 1 por ninguna parte, por lo que puede considerarse un tomo único, pero al parecer el éxito que está obteniendo ha hecho que el manga haya vuelto a aparecer en la revista Kindai Mahjong Original e imagino que durante este 2009 saldrá el tomo 2.
Sobre el título, la palabra kaikaku (reforma) apunta directamente a Koizumi, ya que en su época como primer ministro siempre estaba hablando de “kaikaku”. En cuanto a mudazumo, es una amalgama de “muda” (innecesario) y “tsumo” (una palabra que indica una tirada básica del mahjong). Finalmente, “naki” significa “sin”. Así que una traducción literal del título sería algo como “Reformas sin tiradas innecesarias”. Aunque en inglés se especifica el título The legend of Koizumi.

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viernes, 12 de diciembre de 2008

Makoto-chan House y Tokiwa-sô; un paseíto por Tokio

Esta tarde he estado dando un paseíto de estos que tanto me gustan por Tokio, mapa en mano y con dos o más puntos relativamente cercanos entre sí que quería visitar y muchas ganas de andar. Hoy, cómo no, he estado en dos sitios "mangueros".
Primero me he acercado a Kichijôji, donde el ínclito Kazuo Umezu (el protagonista del "Adivina qué mangaka es" más reciente) se ha construido una polémica casa muy de su estilo. La casa se llama "Makoto-chan House" y es un homenaje a una de sus obras más famosas, Makoto-chan, cuya secuela comenté en este post.

A la izquierda, la Makoto-chan House, en medio del vecindario. Tampoco canta tanto, ¿no?

Vista frontal

¡El tío se ha puesto un buzón "vintage" de verdad!

Como veis, la casa está pintada a rayas rojas y blancas, que es el estilo que se asocia a Umezu (siempre va con camisetas de esta guisa) y tiene detallitos muy curiosos. En un principio, se ve que los vecinos se quejaron mucho de la "aberración" que representaba esta casa e incluso le llevaron a juicio para que no la construyera, pero ahora parece que se han calmado las cosas. Se supone que Umezu vive y trabaja en este lugar (aunque no sé seguro si vive o no, creo que su estudio está aquí). Hace relativamente poco que se inaguró, por cierto: fue en abril de este año 2008.

Una panorámica de la casita

Un detalle de la característica torre en forma de cara

La casa está muy cerca de la estación de Kichijôji, a apenas unos 5 minutos andando, por lo que es fácil de visitar. Incluso se puede combinar perfectamente con un paseo desde el Museo Ghibli (ruta desde el museo Ghibli hasta Makoto-chan House). Yo no lo he hecho pero calculo que como mucho habrá media horita a pie atravesando el parque de Mitaka y la zona residencial con unas casitas de agárrate y no te menees.
Al volver a la estación me he encontrado una tienda de libros de segunda mano increíble. Tenían de todo y la sección de manga, aunque bastante pequeña, era curiosísima porque no era de las típicas que tienen manga de segunda mano reciente, sino que tenía cosas muy recientes mezcladas con cosas realmente antiguas y rarísimas. Por ejemplo, me he encontrado y comprado un libro-revista de 1968 (¡40 años!) de la Ribon con una versión manga de Lo que el viento se llevó realizada por la veteranísima decana del shôjo Miyako Maki (esposa de Leiji Matsumoto, por cierto). ¡Increíble! Por supuesto, cuando me lo lea lo comentaré aquí.

La tienda de libros de segunda mano

Vista del interior de la tienda. ¡Yo vuelvo!

Lo suyo en este punto, en un viaje "normal", es subir al tren en Kichijôji y, a escasas cinco o seis estaciones en dirección Shinjuku se encuentra Nakano, con el inefable edificio Broadway, meca del otakismo japonés; sería una parada lógica en un recorrido manguero Museo Ghibli - Makoto-chan House, Broadway - Tokiwa-sô. Pero como en invierno oscurece muy pronto, he decidido pasar por alto esta fase y me he dirigido hasta la siguiente estación, Higashi-Nakano, donde he hecho un trasbordo a la línia Ôedo hasta Ochiaiminaminagasaki (pronunciar sin respirar XD). El objetivo: visitar el sitio donde en su momento estuvieron los famosos apartamentos Tokiwa-sô, los "apartamentos del manga". Este es el lugar por si alguna vez os apetece ir, aunque ya veréis que no hay nada que valga la pena, la verdad, es más la gracia de ir y presentar los respetos a los dioses del manga que otra cosa. Los muy capullines de los japoneses, en vez de preservar el edificio y habilitarlo como museo o algo así, lo derribaron en 1982. ¡Para mear y no echar gota!
En fin, ya he hablado mil veces de Tokiwa-sô en este blog, pero aun así en principio ahora venía todo el rollo de Osamu Tezuka, Fujio Fujiko, Shôtarô Ishinomori y tal y pascual, pero una extraña conexión mental con Alejo, genial responsable del genial Glob! (¡no es peloteo, lo juro -James, que te conozco XD-! ¡Me encanta el Glob!) ha hecho que justo hoy, mientras yo estaba paseando por las calles que pisaron estos monstruos del manga, él estuviera escribiendo y publicando un post sobre esto mismo, así que pongo un link y os ahorro el rollo: os dejo con Alejo, que os contará qué fue el Tokiwa-sô.
La verdad es que no esperaba ver nada especial en el lugar, quizás una plaquita conmemorativa o algo (aunque ni siquiera esto me esperaba, conociendo a los japoneses), y me he sorprendido al ver este cartel, que es un poco cutrillo, pero que es mejor que nada.

"El distrito comercial en el que estaba el Tokiwa-sô: Calle Comercial Minaminagasaki Nikoniko y Calle Comercial Jiyûdôri Ninu - 1953 a 61 aprox. - Aquí estuvieron las raíces de los dioses del manga - El lugar sagrado del manga en el que pasaron su juventud los dioses del manga (Osamu Tezuka, Fujiko Fujio, Shôtarô Ishinomori, Fujio Akatsuka) - Entrada al lugar donde estaba el Tokiwa-sô - Antes, el Tokiwa-sô se encontraba al final a la derecha de este callejón, donde actualmente está la editorial Nihon Kajo"

¡En este lugar exacto estaba el Tokiwa-sô! ¡Reverencia! Actualmente hay una editorial.

Edificio de apartamentos muy cerca del antiguo Tokiwa-sô.

Los callejones de la zona

Tras la visita y merodear un poco por los alrededores, he decidido irme andando hasta la estación de Kanamechô porque me iba bien para coger el metro, y de camino he pasado por los alrededores de la estación de Shiinamachi, que son realmente pintorescos, y he dado un paseíto buenísimo en un día de invierno bastante cálido y agradable y con una atmósfera limpísima. Esto es lo bueno del invierno japonés: aunque haga frío, la atmósfera suele estar muy limpia y el cielo azul, es un tiempo ideal para ir a sacar fotos.

El distrito comercial Nikoniko

Niños flipándose ante un extranjero con cámara (hacía mucho que no me pasaba esto en Tokio, je je)

Papel de váter de Shin-chan y Chibi Maruko-chan. ¡No lo había visto nunca! Si alguna vez tengo ganas de limpiarme el culo con Shinnosuke, ¡ahora ya sé cómo! XD

La zona cerca de la estación de Shiinamachi

Aparte, como bonus track, ayer estuve con mi amiguete David, al que supliqué que por favor me dejara participar en la genial sección "La bebida del día" de su blog Nihoneymoon. Y visitando a David desde Nara estaba otro David, más conocido como "Flapy", autor del visitadísimo y premiadísimo blog Flapy in Japan, que también aprovechó para hacerme una entrevista en vídeo. No creo que ninguno de los dos Davides tarde mucho en subir este material en el que me humillo públicamente, así que permaneced atentos a vuestros monitores! XDDD

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miércoles, 1 de octubre de 2008

¡Ey, que salgo en Shin-chan!

Vero y yo junto a los Nohara
(c) Yoshito Usui / Futabasha

Hace unos años tuve la fortuna de conocer en persona a Yoshito Usui, el creador de Shin-chan, y a su esposa, en Tokio, y desde entonces congeniamos bastante y nos vemos a menudo cuando vamos a Tokio. Hace unos meses, por fin aceptó nuestra invitación de visitar España y en mayo vino unos días de turismo. Cuando se marchó, prometió escribir una historia en la que Shin-chan visitaría España y tanto Vero como yo mismo saldríamos como personajes.
Una vez ya habíamos salido en un pequeño "cameo", pero esta vez salimos como personajes de verdad en la obra. Todavía no he podido leer el capítulo entero (me tienen que pasar el número de la revista Manga Town en el que se ha publicado), pero por la página que me han hecho llegar por e-mail tiene pinta muy divertida. ¡Y tanto Vero como yo mismo hablamos en dialecto de Kansai! Se ve que le hace gracia que se nos escapen palabras y expresiones en este dialecto después de haber pasado tres años en Osaka, ja ja.
Ahora puedo decir... ¡Que soy un personaje de cómic! XDDD

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viernes, 26 de septiembre de 2008

Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu)

  • Título: 小津安二郎の謎 -Ozu Yasujirô no nazo- (El misterio de Yasujirô Ozu)
  • Autor: Masahiro Sonomura (guión) / Mariko Nakamura (dibujo)
  • Editorial: Shôgakukan
  • Revista: Big Comic Spirits
  • Años publicación: 1999
  • Clasificación: seinen, biografía
  • Tomos: 1

Pues nada, todo lo bueno se acaba y mis vacaciones no iban a ser una excepción. Toca volver al trabajo y a la rutina diaria, algo que tampoco me desagrada, francamente. Me encanta viajar y perderme por el mundo, pero también disfruto del día a día normal. En fin, reanudemos el blog con una nueva reseña.
A riesgo de sonar "gafapasta", diré que me encantan las películas de Yasujirô Ozu, considerado uno de los tres grandes directores de cine clásico de Japón junto con Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi. Exacto, estoy hablando de un director de cine cuyas películas más memorables se rodaron en los años 50 (aunque estaba trabajando como director desde los años 30), la amplia mayoría de ellas en blanco y negro y más lentas de desarrollo que el caballo del malo.
Aunque tampoco, por supuesto, le hago ascos a Akira Kurosawa (en Mizoguchi, Naruse, etc. todavía no he entrado), mi favorito de largo en el cine clásico japonés es Ozu. Y esto es porque este director siempre realizó películas contemporáneas a sí mismo, en las que la acción no se desarrolla en el Japón feudal, sino en el Japón de los años 30, 40, 50 o 60 (según el año en el que se rodara la película de turno). Y esta particularidad de su cine, que se centra en las relaciones humanas sobre todo entre familiares, permite abrir una ventana incomparable y totalmente real a un Japón que ya no existe.
Este aspecto es el que a mí me fascina de las películas de Ozu: cómo vivían los japoneses de los años 50, cómo vestían, cómo se comportaban, ¡cómo hablaban! Realmente, en solo 50 años, Japón ha cambiado una barbaridad si comparamos la actualidad con lo que vemos en las pelis de Ozu... ¡Parecían aligenígenas! Esa reverencias, esa sumisión de la mujer, siempre con una sonrisa (muchas veces forzada) en la cara, esas relaciones entre los jóvenes o entre los mayores, o entre mayores y jóvenes, esa manera de hablar con una distinción tan clara entre el lenguaje de los hombres y el de las mujeres, entre el japonés formal y el informal (distinciones que se mantienen hoy en día, pero no de forma tan patente ya que las diferencias se han ido limando con el tiempo). Vamos, para mí, que me gusta el tema clásico y soy un apasionado de la era Shôwa (1926-89), estas películas son verdaderas maravillas.
Porque de acuerdo que una película te cuenta la melancolía de un padre al ver marcharse a su hija de casa para contraer matrimonio (arreglado, por supuesto), otra te cuenta un pique entre dos hermanas y otra las peripecias de unos niños para poder ver la televisión, ¡ese aparato revolucionario que solo unos pocos privilegiados pueden tener...! Sí, las historias pueden parecer anodinas, pero no lo son tanto; y el ritmo de Ozu es lento, lentísimo, pero también absorbente.

Ozu era famoso por su técnica de grabar "desde la altura del tatami", es decir, con la cámara muy baja. Aquí vemos una escena de la grabación de Banshun (Primavera tardía, 1949) donde vemos claramente la posición de la cámara y el director. En la última viñeta, Ozu le da instrucciones al actor Chishû Ryû en la memorable última escena de la peli.

En cualquier caso, como se suele decir, si hay algo, es muy posible que exista un manga sobre ese algo. Y cómo no, existe una biografía de Ozu en forma de cómic, este Ozu Yasujirô no nazo (El misterio de Yasujirô Ozu). Como me dijo un amigo cuando le hablé de este libro, "ah, sí, el misterio de Ozu, sí, claro. Pues es, a saber; poner la cámara a ras de suelo, hablar múuu bajito y moverse múuu despacito". XDD.
De hecho, es el primer libro de un proyecto de Shôgakukan que iba a ser dedicado a varios directores de cine, pero imagino que no les fue demasiado bien porque solo sacaron dos libros más: el de Akira Kurosawa y uno dedicado a Sadao Yamanaka.
El cómic empieza con la visita a Japón de un famoso director de Hollywood, Leslie O. Stan, que contacta con la editorial Shôgakukan para que le ayude durante su visita de incógnito al país a cambio de una exclusiva sobre su visita. La editorial le encarga a la joven Noriko que cuide de Stan y le ayude en todo lo posible; al cabo de poco de llegar Stan, Noriko descubre que su visita se debe a que es un gran apasionado de Yasujirô Ozu y quiere aprender todo lo posible sobre su persona. Así, lo primero que hacen es ir a Kamakura, donde reposa Ozu en una tumba en cuya lápida solo figura el kanji 無 (la "nada"). Por cierto, yo también fui una vez al templo Enryakuji para presentar mis respetos al gran maestro en su tumba... Sí, friki que es uno...
Bueno, sigamos. Stan se queda patidifuso al ver la tumba con el kanji de "la nada" inscrito y se pregunta por qué demonios ese concepto figura en su lápida, en vez de su apellido como sería normal... Así, Stan, Noriko y el joven Hirayama, que se incorpora muy pronto a la historia, realizarán una investigación para averiguar más sobre Ozu, indagar sobre su vida, los conceptos detrás de sus películas, etc. Para ello, se entrevistan con varios actores de la época, técnicos, gente que le conoció (todos gente real, a los que los autores del libro investigaron e incorporaron luego al cómic), lugares que frecuentó, etcétera.
El resultado es un libro muy ameno que nos cuenta la vida de Ozu, sus experiencias, su forma de trabajar, su filosofía y su visión del cine, así como varias anécdotas de sus películas más famosas, como Tokyo Monogatari (Historias de Tokio), considerada su obra maestra. A mí me ha parecido un libro muy interesante. El de Kurosawa también me lo leí hace tiempo y también me gustó mucho, pero este de Ozu es especial para mí, ya que me ofrece una visión de pájaro sobre la persona detrás de esas películas que me fascinan.
Realmente, el cómic es un medio ideal para realizar biografías: uno consigue gozar de una cantidad ingente de datos en forma de texto, pero también de imágenes (muchas de ellas sacadas de fotos reales) para hacerse una idea excelente de cómo fue la vida de una persona. Con las posibilidades que tiene el cómic, no deja de ser bastante irritante que solo en Japón se utilice en todo su potencial didáctico.

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viernes, 25 de julio de 2008

Maid Café Blossom

  • Título: メイドカフェぶろっさむ –Maid Café Blossom–
  • Autor: S.A.A.
  • Editorial: Gentôsha
  • Revista: Magna (revista on-line)
  • Años publicación: 2008
  • Clasificación: shôjo, moe
  • Tomos: 1

La última vez que estuve en Japón, en abril de este año, aproveché para saldar una cuenta pendiente y me metí en un par de "maid cafés" para ver de qué iba la cosa. Como sabéis, los maid café son unos establecimientos que se han puesto muy de moda desde hace tres o cuatro años y consisten en cafeterías donde las camareras van vestidas de sirvienta clásica: grandes faldas, muchos "frufruses", diademas, etc. ¿Una tontería? Pues sí, pero a los otaku japoneses les ha hecho gracia, hasta el punto de que han proliferado mucho estos establecimientos, sobre todo en la zona de Akihabara, la Meca de la electrónica y el otakismo. Cuando entras en un maid café, las chicas te saludan con un okaeri nasaimase, goshujin-sama (bienvenido de vuelta a casa, señor), como si fueras el amo de la mansión donde las sirvientas se encargan de hacer tu vida más fácil. En fin, no comment.
Mis dos experiencias fueron curiosamente muy distintas. La primera fue en Akihabara, donde fui solo. Era un establecimiento bastante pequeño y además, con mucho humo (en Japón se permite fumar en casi todos los establecimientos, aunque en general la gente es muy respetuosa). Las camareras, vestidas de "maid", por supuesto, me parecieron muy simpáticas, pero francamente no eran las más bonitas del mundo. El precio de la consumición me pareció francamente barato; había oído que en estos sitios suelen cobrar muy caras las consumiciones, pero en este caso no era así. Curiosidades: me pedí un café y la chica puso el azúcar y lo mezcló con el café con la cuchara por mí con actitud "servicial" (XD); si querías sacar una foto, te cobraban 500 yenes por una Polaroid hecha por ellas (¡vaya negocio!); y lo más friki fue que, en un momento dado, una maid se subió a un pequeño escenario que había al fondo y se puso a cantar una canción otakki en plan karaoke (cantar, no cantaba muy bien, pero las poses kawaii y tal que ponía eran para fliparlo). Luego, viendo más a fondo la carta, vi que si pagabas un precio (no recuerdo cuánto, pero era carillo), podías designar a la maid que quisieras para que cantara una canción para ti. ¡Uofh!
El segundo maid café al que fui estaba en Ikebukuro, y fui acompañado por Alberto, amigo desde hace años y coautor de la serie Kanji en viñetas (¡ey, acaba de salir el segundo tomo! ¡No os lo perdáis!). Aquí la cosa fue muy distinta. Para empezar, el sistema era muy diferente. Pagabas una "entrada" de 2500 yenes (bastante caro para el capricho, la verdad) y, durante una hora y media, podrías tomar todas las bebidas que quisieras. En fin, entramos y aquí la cosa fue más curiosa. Primero, porque ese día las chicas (bastante más monas que en el otro sitio) no iban de maids. Nos contaron que un día al mes celebraban un "día cosplay" en el que iban disfrazadas de lo que sea (se ve que lo decidían entre ellas por turnos): justo aquel día era el "día cosplay" e iban todas con vestidos clásicos chinos... ¡Tremendo! En fin, aquí el ambiente era muy distinto: más acogedor, más espacioso y más silencioso. La carta era una preciosidad, llena de dibujos hechos a mano por las chicas y también con textos, fotos y auto presentaciones de las maids (en plan "¡hola! Me llamo Kei y nací el tal del tal del año tal. Mi comida favorita es el curry y me encanta jugar al tenis", etc.). Las camareras iban visitando las mesas asiduamente y daban conversación a los clientes, lo que estaba muy bien para poder hablar con ellas y preguntarles cosas (¡Alberto, el próximo día no te cortes tanto! ¡Que no muerden! ^_^). ¿Y la clientela? Pues igual que en el otro sitio: todo chicos, de entre 20 y 40 años, y más raros que un perro verde, con una pinta de frikis que tiraba de espaldas. Había uno que se debió de gastar un montón de pasta ese día: se sacaba fotos con ellas (cada foto, 500 yenes), jugaba a las damas con ellas (cada partida, muchos yenes), pedía postres súper caros hechos a mano y con corazoncitos escritos, etc. ¡Madre mía, el tío!

Una página del manga que me da la excusa para hablar de las maids

En fin, que fueron dos experiencias francamente interesantes para conocer más de cerca uno de los aspectos "raritos" del Japón moderno. ¿Recomendado? Sí, claro, pero aseguraos de que si vais, o habláis japonés o vais con alguien que sepa japonés. Si no, no se vive igual la bizarrada. Y a lo que iba: en la carta tan mona del segundo establecimiento, el de Ikebukuro, había caricaturas muy bien hechas de las maids y se me ocurrió preguntarle a una que de dónde habían salido. Y ella me dijo que las había hecho una chica que había trabajado ahí, que de hecho acababa de publicar su primer manga. E inmediatamente vino con un tomo del manga que reseño en esta ocasión.
Efectivamente, Maid Café Blossom es un manga sobre maids realizado por una ex maid. Me pareció tan interesante la cosa que al día siguiente no pude resistirme a buscar y comprar el único tomo del que consta. El manga es bastante chorras, pero no está mal. Nos cuenta la historia de Sakura, una chica de pueblo que decide ir a probar suerte a Tokio, la gran capital. Nada más llegar, sin sitio adónde ir, acaba en Akihabara y allí se desmaya por no haber comido ni bebido nada en muchas horas. Un chico bastante rancio la recoge y le da un poco de comida en su establecimiento, una cafetería de las de antes. El caso es que la cafetería, pese a estar en Akihabara, va muy mal y el chico se está planteando cerrar. Ni corta ni perezosa, Sakura decide que le ayudará, toma una pila de panfletos de la tienda, y sale a la calle a repartirlos. Allí, tiene la suerte de conocer a una chica vestida de maid que reparte panfletos del maid café en el que trabaja. Esa chica (que no vuelve a salir), le presta un traje de maid y le enseña a repartir los panfletos de modo que los transeúntes los cojan.
Pronto, cómo no, la cafetería se llena de clientela y, aunque rehacio al principio, el chico decide convertirla en un maid café. Poco a poco, entre los dos van fichando a más chicas para aumentar la plantilla de maids y, entre todas, vivirán "grandes aventuras" (nótense las comillas y léanse con tono irónico). Como he dicho antes, el manga no es la octava maravilla del mundo pero se deja leer. Su principal atractivo es que su autora, que firma con el seudónimo S.A.A., fue maid en su tiempo y retrata fidedignamente el día a día de las maid, lo que lo hace una lectura interesante. Las historietas en sí son regularcillas pero entretenidas.

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jueves, 15 de mayo de 2008

Clase de japonés: KANZENBAN

Esta va a ser una entrada un poco especial, pero es que ya estoy un poco cansado del tema "Kanzenban". Habitualmente visito varios blogs y también, por supuesto, las webs oficiales de las editoriales de manga con las que trabajo, entre otros sitios de la red, y hay un tema que ya empieza a mosquearme: el KANZENBAN.
Y es que he leído de todo: kazenban, kanzeban, kazeban, yo qué sé... ¡De todo! Nens, que si pedís este tipo de ediciones y no queréis que se les llame por su nombre en español, ¡al menos escribidlo bien! KAN-ZEN-BAN (ver más abajo).
Las ediciones "Kanzenban", por si no estáis demasiado informados del mundillo, son ediciones muy de moda actualmente, surgidas a raíz del gran éxito que tuvo la primera de ellas: la de Dragon Ball, con la cual Shûeisha se forró cosa mala. Ahí, las editoriales vieron un filón que, hasta ahora, se ha extendido hasta el punto de que casi todas las series famosillas de los 90, y algunas del primer quinquenio de los 2000 ya cerradas, tienen su edición Kanzenban. Últimamente están llegando a España algunas de estas Kanzenban, como la misma de Dragon Ball, la de Marmalade Boy, la de Fushigi Yûgi o la de Rurôni Kenshin (no sé si me dejo alguna).
Estas ediciones se caracterizan por:
  1. Tener una cantidad considerable de páginas. Aunque es variable, ya que va de las 230-240 de Kenshin a las 400 de Fushigi Yûgi. Normalmente rondan las 300 páginas.
  2. Tener publicadas íntegramente las páginas que en su momento se publicaron en la revista a todo color. Normalmente, en los tankôbon (tomos) normales, la mayoría de las páginas a color se pasan a escala de grises para reducir costes y evitarse tener que hacer malabarismos (poner páginas a color en medio de un tebeo en blanco y negro no es nada fácil técnicamente hablando).
  3. Tener una calidad de papel y de impresión increíbles (al menos en las ediciones japonesas), así como sobrecubiertas con relieves, brillos y todo tipo de efectos de los que cualquier editor sueña con poder hacer al menos una vez en la vida.
  4. Tener portadas y/o dibujos inéditos, normalmente realizados expresamente para la nueva edición por el autor, años después de haber terminado la serie.
  5. Tener algunos extras en forma de entrevistas, fichas de personajes, etc. (aunque no es tan habitual como podría serlo).
¿Y qué significa la palabra kanzenban?
Vamos a analizarlo en japonés: 完全版. La palabra 完全 (kanzen) significa "completo", mientras que 版 (ban) es un sufijo que se usa en publicaciones, como para decir "edición". Así, literalmente, estaríamos hablando de "Edición completa".
Sin embargo, en español de momento no hay un criterio definido, ya que tenemos por ejemplo las expresiones "Edición especial" (en Marmalade Boy), "Edició definitiva" (en Bola de Drac), "Ultimate Edition" (en Dragon Ball) y "Edició integral" (en Fushigi Yûgi). Curiosamente, ¡no hay ni uno que coincida! En cualquier caso, todas ellas están bien y expresan correctamente el significado del original.
Sin embargo, el fan más purista desea que se diga a estas ediciones tal como se llaman en japonés: Kanzenban. El problema, aparte de que considero un poco chorras llamar en japonés a una cosa que podemos expresar perfectamente en español, es que ni siquiera los que lo piden saben escribirlo bien. Como he dicho antes, es KANZENBAN, con 3 "N", una al final de cada sílaba. No me importa que la gente quiera la "edición Kanzenban*", pero no soporto que pidan la "edición Kazenban", "edición Kazeban" o "edición Kanzeban".
Últimamente por cierto he visto la expresión "Kang Zeng Bang", pero solamente aplicada a la Kanzenban japonesa de Shaman King... Ignoro quién se lo ha inventado, pero posiblemente lo hicieron para que la gente angloparlante lo pronunciara bien. Digo yo...

* Como "Kanzenban" ya incluye la palabra "edición" en el sufijo "-ban", técnicamente habría redundancia y, si nos pusiéramos tiquismiquis, tendríamos que estar hablando de "edición Kanzen" o bien de "Kanzenban" a secas.

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