viernes, 28 de marzo de 2008

Jackson Hole

Ya para acabar de enterrar mi ya de por sí maltrecha reputación (proceso que empezó cuando inicié este blog en el que me retrato como friki redomado), haré otra confesión, hala. Una de mis pasiones es realizar largos paseos por las ciudades japonesas en las que he tenido la suerte de residir o de visitar a fondo. En su momento ya me pateé Kioto, después Yokohama (y partes de Tokio) y luego Osaka de arriba abajo. Últimamente estoy en una etapa tokiota, ya que las circunstancias laborales me llevan a menudo a esta ciudad tan enorme y que tanto me gusta. Es en estos paseos cuando descubro lugares entrañables, belleza secreta que no sale en las guías, tiendas extrañas, love hotels bizarros o gente maravillosa (o al contrario, aunque afortunadamente abundan poco).
Pero claro, pasear porque sí tampoco me acaba de gustar mucho, así que suelo ponerme un objetivo y caminar hacia él desde una estación que no sería la obvia, sino dos estaciones antes o algo así, o marcarme dos puntos y caminar de uno al otro, mapa en mano. Y claro, estos objetivos muchas veces tienen que ver con el manga, cómo no puede ser de otra manera. Un día hice un tour de editoriales desde fuera que fue un palizón pero que me encantó porque descubrí grandes lugares. Un día pondré ese recorrido con fotos, para que veáis el cacho edificio de Kôdansha (con un templo precioso muy cerca, ¡sorpresa!), la zona de imprentas, Kadokawa, Shûeisha, Shôgakukan, etc.
Pues bien, hace un par de días realicé una de estas excursiones. Fue una muy bonita porque hizo muy buen tiempo y ya los cerezos estaban casi-casi floridos a tope (hoy es una pasada). La cosa empezó en la estación de Kichijôji, desde el que subimos a un bus hacia el templo Jindaiji. Allí visitamos la "Casa de té de Kitarô" (鬼太郎茶屋 Kitarô Chaya), una especie de tienda-museo de Shigeru Mizuki, el mangaka rey de los yôkai japoneses, un crack de tío al que admiro mucho y del que próximamente se publicará su biografía de Hitler por parte de Glénat (espero que también apuesten por sus otras obras más representativas -las de yôkai-, que tiene un chorro y de grandísima calidad). Gratísima sorpresa, sinceramente. Otro día hablaré más a fondo de esta Kitarô Chaya porque no solo la tienda en sí es deliciosa y está fantásticamente decorada y ambientada, sino que los aledaños del templo en el que se sitúa son un verdadero oasis de tranquilidad y naturaleza. Gran descubrimiento.
Desde la casa de té, caminamos hasta la estación de Chôfu 調布, un buen paseo de unos 40 minutos en el que tampoco hicimos grandes descubrimientos, la verdad. Zona suburbana de Tokio, ciudad dormitorio, nada destacable. El objetivo: el bar-restaurante Jackson Hole.
Resulta que este bar-restaurante, que es uno de cientos de miles que hay en Japón, no tiene nada de especial si no fuera porque sale en la serie Nana. A menudo sus protagonistas van a este bareto con ambientación de Wyoming, a tomarse una hamburguesa. Es curioso porque generalmente en los manga no salen sitios reales, sino inventados, pero este es una excepción. ¡Hasta el jefe, Satô Kôichi, sale con su nombre verdadero! En cualquier caso, a mí Nana me encanta. Inciso: si eres de los machotes a los que no les va el shôjo, no seas burro y no dejes de leer esta serie simplemente porque la etiquetan como shôjo. Es altamente recomendable, ¡de verdad!
Debido a que no tengo escáner aquí, no puedo poner imágenes del manga en las que salga el Jackson Hole, pero seguro que los que sigáis la serie tenéis presente cómo es por dentro, con esa barra de madera tan característica.

El cartel del Jackson Hole que se ve desde fuera.

La entrada del restaurante. Ojo porque hay que bajar unas escaleras (está en el sótano de una oficina de correos. , sí, es un poco rarito). Aquí debajo, la única imagen que he encontrado por Internet. Es del anime de Nana, y ya veis que es idéntico.


El interior del restaurante, con su característica barra de madera. Lo curioso es que no están aprovechando nada la publicidad que les ha brindado Nana y no han variado ni un ápice la decoración. La única referencia a Nana que hay en todo el bar-restaurante es un tomo del manga abierto por una página en la que se ve una viñeta del bar, en una de las vitrinas que hay en la pared. Según el propio Satô Kôichi (XDDD), "si empezara a poner cosas de Nana por aquí, quedaría muy cutre" (literal). Un tío muy sobrio, el amigo Kôichi, y fiel a sus principios.

La famosa "Jackson burguer" que comen los protas de Nana en este bar. ¿Mi sincera opinión? Estaba buena, pero tampoco para tirar cohetes.

Otra panorámica del interior del bar-restaurante. Está granulada porque fue tomada con otra cámara y puse el modo "High ISO" ya que no se pueden hacer fotos con flash. El de la camiseta de rayas es Satô Kôichi in person. Ese día no llevaba su característico gorro, tsk...

Si queréis hacer la misma frikada de ir al Jackson Hole si tenéis la suerte de ir a Tokio, aquí un mapilla para encontrar el sitio. Es bastante fácil, la verdad. Desde la estación de Chôfu (línea Keiô, desde Shinjuku o Shibuya -transbordo en Meidaimae en este último caso-), salís por la salida sur y pasáis por el lado del Green Hall, torcéis a la derecha y al cabo de poco a la izquierda (veréis el centro cultural comunitario). Camináis recto unos metros hasta que a la derecha veáis el ayuntamiento de Chôfu; justo delante del ayuntamiento hay una oficina de correos. El Jackson Hole está en el sótano.

ACTUALIZACIÓN MARZO 2009
Como bien indica ALGOGOKU, hace ya un tiempo que el Jackson Hole, tal y como lo comento en esta entrada, ha desaparecido. El restaurante ha cambiado de ubicación y, claro está, ya no es el mismo que el que aparece en Nana, y al parecer Satô Kôichi tampoco está. Para más detalles, mirad los comentarios y leed el post de ALGOGOKU.

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viernes, 21 de marzo de 2008

Una típica librería manga de segunda mano...

Hace un tiempo, en los comentarios de alguno de los posts, un lector me preguntaba cómo son las librerías de viejo japonesas de las que tanto hablo. Pues bien, ahora que estoy en Japón he aprovechado para hacer unas fotos de una de ellas.

Por mi experiencia, yo creo que las librerías de viejo se pueden dividir en tres grandes grupos:
  • Las de toda la vida del barrio, normalmente regentadas por gente mayor y que llevan años y años en activo (y que nunca se han modernizado). Éstas son difíciles de encontrar por Tokio; normalmente se encuentran en ciudades más pequeñas y generalmente en zonas residenciales, apartadas del bullicio. Son las que no evolucionan, y donde se pueden encontrar algunos tesoros rebuscando entre las pilas. Suelen estar desordenadas y llenas de libros hasta el techo, hasta el punto de que muchos no caben en las estanterías y los apilan en el suelo a lo bruto, haciéndose difícil incluso el paso. En la época en la que vivía en Kioto, encontré unas cuantas de este tipo, pero en Tokio, al menos en la gran metrópolis, todavía no he encontrado ninguna "genuina".

  • Las "modernillas", colocadas en calles comerciales o cerca de ellas, o alternativamente en las afueras, al lado de carreteras de fácil acceso en coche. Éstas tienen grandes letreros y luces para atraer principalmente a los jóvenes. Aquí es difícil encontrar "tesoros", puesto que principalmente tratan con obras recientes (años 90-00) y están enfocadas a un público que simplemente consume manga, no lo colecciona. En muchas de estas tiendas los tomos no están retractilados, por lo que suele haber bastante gente de pie en los pasillos leyendo de gorra. Está muy bien si quieres ver el estilo de dibujo de las obras, pero molesta bastante si simplemente quieres mirar qué tienen en las estanterías (ya que tienes que ir esquivando y apartando a la gente). Lo bueno que tienen estas tiendas es que suelen tener secciones de "un tomo, 100 yenes" (1,5 euros). Además, están muy bien ordenadas, bien iluminadas, y con hilo musical machacando j-pop a todas horas. Muchas hasta están abiertas las 24 horas del día, los 7 días de la semana. A esta categoría pertenecen por ejemplo las grandes cadenas Book Off y Furuhon Ichiba, con sucursales por todo el país (aunque de nuevo no están en los grandes centros urbanos, sino en zonas más lejanas donde el terreno es más barato y pueden construir mega-tiendas con parking y todo).

  • Las especializadas, o sea, para coleccionistas. Hay muy pocas de éstas, pero existen. Aquí es donde se vende el manga antiguo, los clásicos, incluso las revistas que normalmente son de "leer y tirar" y que son del año de la catapún. Por ejemplo, el otro día encontré de puro churro el número 1 de la Big Comic, sí, sí, habéis leído bien, el primerísimo número, del año 1968, ¡y me costó 3000 yenes! Me parece increíble que una revista tan especial (¡el número 1!), de 40 años de antigüedad, cueste menos de 20 euros... Y con historias de Osamu Tezuka, Shôtarô Ishinomori, Sanpei Shirato, Shigeru Mizuki y Takao Saitô nada menos.
Antes de que preguntéis: la famosa cadena Mandarake yo la situaría como un híbrido entre las "modernillas" y las "especializadas", porque sí que tiene material antiguo y realmente es una pasada lo que se encuentra ahí, pero también toca mucho material reciente y además también venden muñecos y merchandising.

La tienda que presento ahora es una "modernilla". Está en Akabane, un barrio encantador que tiene un aire "a lo Kochikame" que a mí me encanta. En mi anterior viaje a Japón descubrí la zona por casualidad y paseando, el último día de mi estancia, encontré esta tienda, llamada Recycle Hands, en una de las calles comerciales cubiertas. La verdad es que como era el último día, ya llevaba las maletas demasiado cargadas y tuve que conformarme con echar un vistazo rápido, durante el que vi varias cosas muy interesantes. Y me quedé con las ganas... Así que esta vez, una de las primeras cosas que hice fue irme a Akabane para desquitarme. Rencoroso que es uno ^_^.
Al igual que los Book Off, esta tienda no solo tiene manga, sino también libros normales, revistas, CD y DVD. En este caso tiene dos pisos: en la planta baja están los manga y algunos libros, y arriba los CD, DVD y lo demás.
Como veréis en las fotos, tiene estanterías desde el suelo hasta el techo, aprovechando la totalidad del espacio disponible. También tiene una extensa sección de todo a 100 yenes y la verdad es que está muy bien surtida, teniendo los típicos Naruto, One Piece y Bleach que tanto abundan ahora en las tiendas de manga de segunda mano, pero también tomos de los años 80-90 bastante interesantes. También en las fotos podréis ver a los gorrones de turno, aunque por suerte el día que fui yo, como era entre semana y a media tarde, no había muchos. ¡El fin de semana seguro que no se puede ni pasar!

Panorámica de la calle comercial cubierta. La tienda es la de la izquierda, la del letrero rojo con un gran kanji 本 (libros) en blanco.

La entrada de la tienda, con un gran cartel que dice "Estamos en campaña ventajosa (para ti) si vendes colecciones completas". O sea, que pagan más si les vendes la colección completa de X serie que si les vendes tomos sueltos (estas tiendas no solo venden, claro, también compran -a precios ridículos, si me permitís decirlo, ¡indignante!-).

El pasillo principal: lo que se ve al fondo es la salida. Algo impensable en España (y casi todos los países del mundo excepto Japón y quizás Bhutan o alguno de éstos) es que la caja está situada en el fondo de todo, en un recoveco. Tienen cámaras de vigilancia, claro, pero es que si pillas unos cuantos tomos y te los metes en la mochila, primero que, si te lo montas bien (si te tapa un compinche, por ejemplo) es imposible que te vean, y segundo que, aunque te vean, ¡cuando hayan podido salir de su "agujero" ahí en el fondo de la tienda, tú ya estarás al final de la calle! (No lo he probado, que conste ^_^)

Un recoveco. Ahí al fondo, en el letrero, dice "La caja está por ahí (flechita)", así que podéis ver lo condenadamente al fondo que está la dichosa caja. Y los libros que hay por todas partes...
Otro pasillo. Los letreros rojos con los números 100 indican que es la sección de "un tomo, 100 yenes", ¡las súper gangas! Normalmente son tomos un poco más "achungaos" que el resto (más gastados, amarillentos, con alguna arruga, etc.), pero sinceramente, la mayoría están muy bien.

¡Hala, espero que os haya gustado el reportaje!

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miércoles, 19 de marzo de 2008

Ace o nerae! (Raqueta de oro)

  • Título: エースをねらえ! (Ace o nerae!) -¡Busca el "ace"! / Raqueta de oro-
  • Autor: Sumika Yamamoto
  • Editorial: Shûeisha
  • Revista: Margaret
  • Años publicación: 1973-1980
  • Clasificación: shôjo, deportivo
  • Tomos: 18 (completa)
Antes de empezar, me disculpo por mi silencio de los últimos días. Una serie de encargos de última hora, un par de conferencias y una serie de intensos preparativos pre-viaje me han imposibilitado escribir como me gustaría. Actualmente me encuentro en el Japón de mis amores durante unos días y no tengo escáner, así que de momento iré tirando del material que tenía escaneado para "futuras reseñas". Mi ritmo de actualización aquí tampoco será muy alto, la verdad, puesto que aparte del trabajo normal de traducción también tengo que salir mucho por motivos de trabajo (y ocio, claro). Pero ya veréis a la vuelta que vuelvo cargado, he descubierto algunos mangas que son para mear y no echar gota. ^_^
En cualquier caso, una de mis "obsesiones" últimamente tiene que ver con el shôjo manga. Debido a mi trabajo como traductor, he leído bastantes historias, pero casi siempre han sido obras recientes y en general estaban cortadas por el mismo patrón (con honrosas excepciones). Pensándolo bien, a España muy poca cosa ha llegado de shôjo clásico, y sinceramente mi conocimiento sobre el tema, saliendo de la excelente La Rosa de Versalles que nuestro equipo tuvo el placer de traducir hace unos años, y La ventana de Orfeo y Mayme Angel, que estamos traduciendo ahora mismo, deja bastante que desear. Así que aquí estoy, estudiando e informándome. De hecho, en casa tengo un libro sobre la historia del shôjo, pero sólo alcanza hasta el año 1962 y esa época me interesa, pero no tanto. El otro día conseguí ganar en las subhastas de Amazon Japan la segunda parte de esta obra (totalmente descatalogada y que abarca de 1963 a 1989) y espero que me llegue mañana mismo. Ya tengo ganas de empezar a estudiar...
Seguramente iré poniendo reseñas de vez en cuando, ya que me parece muy interesante y además se trata de un terreno relativamente poco explorado. Además, por experiencia os digo que cuesta muchísimo más conseguir tomos originales de clásicos shôjo que de clásicos shônen (¡anda que no me costó encontrar un tomo 1 de Attack Nº 1 edición clásica!) ¿Por qué será?
Así que la reseña de esta vez va de un shôjo clásico, ni más ni menos que Ace o nerae!, cuya serie de animación fue pasada por las teles españolas en esos gloriosos 80-90 con el título de Raqueta de oro. Debo confesar que nunca miré la serie ni tampoco conocía el argumento más allá de que va de tenis. La historia empieza presentándolos al club de tenis femeninos del instituto Nishi, y entre sus miembros, la tímida Hiromi Oka, una estudiante de primero que admira a sus senpai (miembros del club mayores que ella, y por lo tanto, "superiores" en todo), en especial a Reika Ryûzaki, apodada Ochô-fujin (Madame Butterfly). La Butterly es un exceso en todos los sentidos: de lejos la mejor de todas, es una niña de casa buena, y es altiva, va de superior, y tiene la melena de rizos dorados y el amaneramiento más estilo "drama queen" desde la María Antonieta de La Rosa de Versalles. Pero Hiromi y las demás estudiantes de primero la adoran y la respetan como a una verdadera hermana mayor, lo que a ella le encanta.

Aish, esos ricitos y esas flores... En grande, Madame Butterfly,
en la esquina inferior derecha, la prota, Hiromi


En estas, que llega al instituto un nuevo entrenador para el club de tenis: Jin Munakata, que resulta ser el típico guaperas que a la vez es distante y frío. Munakata empieza los entrenamientos con mano dura y, para sorpresa de todos, selecciona a Hiromi como miembro del grupo titular... ¡Oh, sacrilegio! ¡Es tabú que una kôhai de primero pase por delante de las "diosas" senpai! Cómo no, las otras chicas, Madame Butterfly en cabeza (cómo no), deciden hacerle la vida imposible a la pobre Hiromi, que sin comerlo ni beberlo se encuentra en el ojo del huracán. Pero Munakata insiste y Hiromi debe jugar...
La verdad es que es un manga muy original para la época en la que fue concebido, en plena fiebre por los mangas deportivos shônen tipo Ashita no Joe (boxeo) y Kyojin no Hoshi (béisbol). Podríamos decir que ésta es una respuesta shôjo a estos manga, con la particularidad de que no se sacan de la manga "tiros del tigre" ni "saques de triple efecto", ya que intenta ser "realista". La historia es entretenida y después de leerlo entiendo que llegara a ser un manga de culto en Japón, del que se hicieron varios anime (incluso una serie de imagen real en el año 2004) y que originó un enorme boom del tenis por todo el Japón.
También leer este manga me hizo estar pensando en cómo ha cambiado la mentalidad japonesa en los últimos años sobre el tema del "esfuerzo". Hasta hace relativamente, poco, los japoneses tenían una especie de adoración por el "esfuerzo", y no son pocos los mangas setenteros y ochenteros que presentan a un protagonista bastante mediocre que, con mucho esfuerzo y perseverancia, va mejorando y mejorando hasta llegar a ser el mejor. Ace o nerae! es este tipo de manga. Sin embargo, en los últimos años observo que en los manga ya no destaca tanto el "esfuerzo", sino el "talento", en un modo de pensar mucho más occidentalizado. Ahora no tenemos a Hyûmas que se maten entrenando para llegar a la cumbre del béisbol, ni a Son Gokus que mueran y resuciten mil veces; tenemos a Ryômas Echizen que son más chulos que un ocho en las pistas de tenis y se mofan de los antaño sagrados senpai, o a Senas Kobayakawa que desde el primer momento corren como una flecha por el campo de fútbol americano. Es sólo una reflexión, ¿pero no os parece algo curioso?
Por cierto, si no la habéis visto, os recomiendo ver la peli Ping Pong, basada en un manga homónimo de Taiyô Matsumoto. Para mí, ésa es la peli que resume esto que acabo de escribir, porque va del enfrentamiento entre un tío que se entrena como un loco, a la vieja usanza, y otro que tiene un talento natural para el ping pong y que, sin esforzarse, puede vencer a sus rivales. Al final, lo que no deja de ser un signo muy claro del cambio de mentalidad japonesa, gana el que tiene talento sobre el que se esfuerza, algo impensable no hace tantos años, donde habría ganado el héroe que se esfuerza por encima del chuleta que lo tiene todo hecho de forma innata... A mí esto me pareció muy sintomático y me hizo pensar mucho.

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martes, 11 de marzo de 2008

Scanlation de Neji-shiki (La espita)

Sigo muy atareado y esta semana no creo que pueda poner ninguna reseña nueva. En cualquier caso, la sorpresa a la que me refería en el post anterior es ni más ni menos que una scanlation de la historia Neji-Shiki, de Yoshiharu Tsuge, a la que hacía referencia en este post sobre su obra El hombre sin talento.
Neji-Shiki, cuyo título hemos traducido por La espita, es tal vez la historia más conocida y alabada del cómic underground japonés. Como podéis ver, es un one-shot de solamente 20 páginas en el que posiblemente el autor se dedicó a plasmar un sueño (¿una pesadilla?) sobre el papel. Aquí podréis comprobar las dotes como narrador e ilustrador del misterioso Tsuge, que siempre consigue que su lector se quede con una sensación rara dentro después de leer sus historias. Posiblemente, haréis como yo y tantos otros: al acabar de leer la historia, pensaréis "Pero qué coño es esto? ¿Tanto bombo y platillo para una historieta incomprensible?" Pero después os sorprenderéis pensando en ella sin daros cuenta, con algunas de sus viñetas grabadas en vuestras retinas (como la de los carteles de oftalmólogos, que tiene un magnetismo insuperable), o algunas de sus frases merodeando por vuestra mente (como la que cierra el manga, que es simplemente desconcertante).
En fin, como podéis imaginar, hacemos esta fanedición con sumo respeto hacia la obra de Tsuge y sin ningún tipo de ánimo de lucro -faltaría más-. Nuestra intención es hacer que al menos esta historia pueda ser disfrutada por el público amante del manga y del cómic en general, con ánimo de investigación y descubrimiento, nunca comercial. Hemos tenido especial cuidado con la traducción, haciéndola lo más fiel posible al espíritu original, y en la rotulación, obra de Ackman, se ha procurado elegir un tipo de letra y un estilo acorde con la obra y la época.
Estas páginas han sido escaneadas del libro つげ義春作品集 Tsuge Yoshiharu Sakuhin-shû, de la editorial Seirindô, publicado en tapa dura, formato A4 y caja protectora de cartón en el año 1971. Es la mejor versión de Neji-Shiki que tengo en mi biblioteca; de hecho, es la única que respeta el formato original de la obra cuando se publicó en la revista Garo por primera vez, con las primeras páginas en bitono (las demás se han editado en blanco y negro directamente).
Esperamos que os guste la historia o, por lo menos, que disfrutéis de esta iniciativa. Dependiendo de los comentarios y mails que recibamos, igual nos animanos a hacer scanlations de otras obras curiosas cortitas que tengamos por aquí. Por supuesto, no es nuestra intención dedicarnos a hacer scanlations de obras comerciales porque sí, sino que nuestra idea de la scanlation es precisamente ésta: ofrecer al lector español algunas curiosidades que nunca o difícilmente podrá obtener de otra manera. Sin ir más lejos, el otro día encontré una historieta de Musculman, inédita en la edición en tomos, que puede ser interesante... ¡Venga, dadnos ánimos para seguir adelante!


Si alguna vez borran el archivo, por favor avisadnos para que lo volvamos a subir.

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jueves, 6 de marzo de 2008

¡Adivina qué mangaka es! (II)

Seguimos con la nueva sección de "adivina qué mangaka es". No sé hasta cuándo podrá seguir esta sección, francamente, porque cuesta encontrar fotos recientes de mangakas clásicos, ya que muchos de ellos o bien no son nada conocidos aquí, o bien son "one hit wonders" que en su momento fueron súper famosos pero que ahora no dan pie con bola y por lo tanto no llaman la atención de los medios (y por lo tanto no se publican fotos recientes suyas).
De momento, seguiré con los que tengo por aquí, a ver hasta cuándo dura la racha.
Nuestro segundo invitado es este chicarrón tan simpático. ¿Sabes quién puede ser?


Time machine: 28 años más tarde...

El rey de la space opera...

Pues sí, estamos ante el grandioso Leiji Matsumoto, creador de obras tan memorables como Capitán Harlock (o Herlock), Galaxy Express 999, Emeraldas, Crucero Espacial Yamato, etc. Todo un crack de la space opera, creador de un vasto universo en el que sus varios personajes van confluyendo de una obra a otra, apareciendo a veces como protagonistas, a veces como secundarios, etc. También se le conoce por sus obras bélicas, y por la historia Otoko Oidon, que va de un tío bastante vago y miserable que vive en un apartamento minúsculo y que se prepara para los exámenes de la universidad. Curiosamente, también el amigo Matsumoto se dedicó a dibujar shôjo durante varios años justo después de debutar...
Precisamente del tomo 1 de Otoko Oidon está sacada la primera foto de un Matsumoto que entonces contaba con 41 años. La segunda foto es de una entrevista a un periódico datada del 2007, en la que ya gasta 69 primaveras.
Como "bonus track", una foto del mismo tomada el año pasado en Tokio junto a Joan Navarro (director de Glénat, a la izquierda) y Enric Piñeyro (asesor manga de Glénat, a la derecha).

Esos pecadores de la pradeeeera manguiiiilll...

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martes, 4 de marzo de 2008

Kuro no tenshi (Los ángeles negros)

  • Título: 黒の天使 -Kuro no tenshi- (Los ángeles negros)
  • Autor: Takashi Ishii
  • Editorial: Shônen Gahôsha
  • Revista: Young Comic
  • Años publicación: 1976-77
  • Clasificación: seinen
  • Tomos: 3

Hace unos años, en lo que era la antigua Nipoweb (un portal sobre lengua y cultura japonesa), en la sección de cine japonés escribí un artículo sobre películas basadas en manga que fue uno de los que consiguió más éxito. De hecho, más de uno me escribió pidiéndome reproducirlo en su revista, web o fanzine, y de hecho incluso una versión mejorada del mismo acabó saliendo en la revista Cine Asia, debidamente rescatado y reescrito por mi buen amigo Eduard Terrades, reputado crítico cinematográfico especializado en Japón. De hecho, es posible que un día me decida a rescatar mi artículo original, sacarle un poco el polvo, actualizarlo un poco y presentarlo de nuevo en este blog, ya que fue un trabajo muy interesante en todos los aspectos y es una lástima que esté muriéndose de risa en mi disco duro.
En cualquier caso, con esto quiero decir que no pocos manga han sido adaptados a la gran pantalla, en películas de imagen real para cines. Pero tal vez uno de los casos más peculiares es el de Takashi Ishii, puesto que este autor no sólo vio varios de sus manga adaptados a la gran pantalla (siendo el más famoso Tenshi no Harawata –Angel Guts--, con nueve obras cinematográficas), sino que él mismo acabó “adaptándose” a sí mismo al cine, haciendo primero de guionista y más tarde de director, puesto en el que sigue hoy en día. Tal vez los más inquietos del lugar hayáis visto su película más conocida hasta el momento, titulada GONIN, ya que ha llegado a nuestro país en DVD. En esta obra tiene un pequeño papel el ínclito Takeshi Kitano, lo que sin duda ha contribuido a que esté en las videotecas de muchos aficionados al cine japonés, independientemente de la calidad de la peli (que no está mal, pero tampoco es una de las mayores joyas del séptimo arte). Cabe decir que el amigo Ishii se ha especializado en lo que en Japón se llama “Pinku eiga” (o sea, “cine rosa”), que no va de las versiones japonesas de la Pantoja o del príncipe Guillermo (por decir algo) sino que es un término acuñado para designar a un tipo de cine erótico único en Japón. Digo único porque las leyes de censura japonesas, que prohíben mostrar abiertamente los órganos sexuales --y que hasta 1993 prohibían incluso mostrar el vello púbico-- obligaban a los directores de cine a inventarse todo tipo de trucos para crear obras semipornográficas sin tener que recurrir necesariamente al “mosaico” (pixelado que tapa los órganos sexuales) que define al porno japonés o AV (Adult Video). Las películas de “pinku eiga” no son solamente de folleteo y “yamete yamete*”, sino que tienen una historia --generalmente pero no necesariamente asociada a la violencia yakuza-- amenizada por sesiones eróticas más o menos enfermizas, según el director.

*En japonés “detente, detente”. Es lo que gritan las chicas japonesas cuando hacen guarreridas niponas, al menos si hacemos caso de estas películas. Accidentalmente, da para un excelente juego de palabras en español.

En cualquier caso, Takashii Ishii empezó como dibujante, concretamente especializado en lo que durante muchos años se llamó gekiga y actualmente se llama seinen manga. La palabra gekiga fue acuñada por Yoshihiro Tatsumi para desmarcarse del “manga”, término que en los años 50-60 se asociaba al público infantil, a trazo sencillo “tezukiano” y a argumentos más bien maniqueístas y simples. Así, el gekiga nacía como una nueva concepción de cómic, enfocada a un público más adulto, con dibujo más realista y detallado, y con argumentos mucho más complejos. Para que os hagáis a la idea, Golgo 13 es tal vez el gekiga más representativo de la historia. Pues bien, este Kuro no Tenshi que reseño en esta ocasión es, a mi entender, uno de los ejemplos más puros y a la vez bellos de gekiga que conozco.

Reza lo que sepas, colega...

De hecho, Kuro no Tenshi (Los ángeles negros) es una “pinku eiga” en papel, ni más ni menos. Nos cuenta la historia de dos asesinas a sueldo, Mayo y Emu, ambas para mojar pan, que se dedican a cumplir sus misiones haciendo uso de sus “armas de mujer”. De hecho, este libro tiene pinta de haber sido creado casi como storyboard para un filme. De hecho, mi tomo, una primera edición del año 1977, lleva una faja que anuncia la creación de una película basada en él, dirigida por Norifumi Suzuki. Curiosamente no encuentro ninguna referencia a esta obra por ninguna parte, así que cabe asumir que el proyecto fue cancelado. Lo que sí he visto por ahí es una película con el mismo título, dirigida por el mismo Takashi Ishii, de 1998, pero el argumento no parece casar mucho con el del manga, así que estoy un poco perdido.
En cualquier caso, el primer tomo --de tres-- abarca cinco historias en las que nuestras dos sexi-heroínas se dedican a cumplir misiones, matando a facinerosos, capos yakuza y cosas así. Los métodos que usan son bastante chocantes, de hecho. En una misión, Mayo seduce al facineroso de turno después de pasar una especie de cásting en el que competía con varias otras mujeres y de ser cacheada “a conciencia” (con todo lo que las comillas implican) y atada en plan bondage; luego se carga al tío cogiéndole con las piernas y asfixiándole con el potorrillo. En otra historia, Mayo se hace pasar por stripper y, cuando tiene al yakuza encandilado con su baile erótico, después de habérselo enseñado todo-todito, saca la pistola dispuesta a matarle. Pero tiene tan mala suerte que, como ya la habían calado debido a un chivatazo, la capturan y la encierran en una sala para violarla de todas las maneras posibles. Emu, la modosita del dúo sexi-letal, acude al rescate, pero también la atrapan y la violan. Al final, entre las dos logran escapar y cumplir su misión, cómo no, acabando con los enemigos en pelota picada.
En fin, el manga no es precisamente un alegato al feminismo, como podéis ver. De hecho, destila un tufo setentero machista japonés bastante fuerte. Sin embargo, el dibujo de Ishii es de lo más detallado y bonito que he visto, y dibuja a las mujeres con una fuerza tremenda. Es un poco como el estilo de Ryôichi Ikegami, realista y lleno de detalle, con preciosas mujeres, pero los personajes que dibuja Ishii son más flexibles y menos estáticos que los de Ikegami. Como podéis comprobar en este blog, el manga en general me gusta mucho y, aunque también disfruto del cine, las películas japonesas de bajo presupuesto --y en especial el pinku eiga-- no son generalmente de mi agrado. Así, no os sorprenderá si os digo que lamento profundamente que el manga haya perdido a un autor tan fantástico como Takashi Ishii, con todo el respeto a todos los cinéfilos a los que os guste su obra cinematográfica.
Ésta y la que viene son unas semanas un poco complicadas para mí, con muchos compromisos (¡me ha tocado hacer de vocal en una mesa electoral, buaaaah, todo el domingo a la porra!), un montón de trabajo, y un viaje en ciernes, así que probablemente tendré que bajar el ritmo de actualizaciones durante unos días. Pero como compensación, entre Ackman y un servidor hemos preparado una sorpresa para todos vosotros que presentaremos probablemente hacia finales de esta misma semana. ¡No os lo perdáis!

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