Mostrando las entradas con la etiqueta laborales. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta laborales. Mostrar todas las entradas

martes, octubre 04, 2011

la 66 en ruta

Contenta porque me eligieron otra foto para tapa de Oblogo. Es la del número 66 y está en la calle esta semana. Alegruja y olfated.



La foto original


La tapa lista
Pueden leerla haciendo clic acá.

lunes, octubre 13, 2008

atención al cliente: cuando la llamada se convierte en La Llamada

Haciendo limpieza de la máquina grande, encontré un post que había guardado de un blog que... ya cerró. Era uno de los tantos blogs que supo haber en un momento sobre atención al cliente y que subía diálogos aproximados de los usuarios que llamaban para dar de alta o baja servicios, pedir un técnico, etc., francamente para morirse de risa. No me puedo resistir, lo pongo acá abajo, para solaz de los amigos:

--------------------------------------
7 minutos... si, 7 minutos!! No sabia que alguien podía demorar eso en encontrar un botón. Esta llamada realmente duró esto, y es REAL (como todas), (...) porque realmente que alguien tarde tanto en encontrar un boton es de no creer... pero bueno.

Lo que sigue es odisea 2006: Botoncito rojo, no te encuentro!

Y la llamada comienza con el clásico:

Yo: Telemóvil, Buenos Dias, mi nombre es Pablo, en que le puedo ayudar?
Cliente: ... eh? (Voz de vieja que inicia sus pasos en la tecnología celular)
Y: Buenos Dias, soy Pablo, de Telemóvil... en que puedo servirle?
C: Ah no, corte corte, yo queria llamar a la Marta.
Y: Para cortar, presione el botón rojo.
C: Listo. Gracias.
Y: No presionó el botón rojo, sigo acá.
C: Ah bueno bueno. Ahora si eh? Listo señor.
Y: (sigo acá pero no te digo nada :P, yo sabia que esta llamada iba a hacer época)
C: TIIIIII TUU TIIII TIII TUUU TI TI TUUUU...
Y: Sigo acá, usted no cortó.
C: Pero yo presioné el rojo!
Y: Si lo hubiera presionado, hubiera finalizado la comunicación y no estaría hablando conmigo.
C: Ah bueno, y como hago para cortar?
Y: Presione el botón ROJO.
C: El verde no?
Y: No! El rojo. Tiene... un color rojo... y un telefonito con una manito que hace como que corta...
C: Listo. Gracias señor, chau eh? TIIII TUUU TIIII TIII TUUUUUUUU TII TI TIUUU
Y: Sigo acá, no marque sin apretar el rojo que me rompe el oido.
C: Marta sos vos?
Y: No, soy Pablo... de Telemóvil... y sigue sin cortar la llamada.
C: Es que apreté el verde y no pasa nada!
(claro, aprieta el verde, el tel. redisca, y encima ella marca arriba el teléfono de Martita...)
Y: Pero le dije que apriete el rojo! Es el botón que está al lado.
C: TIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Y: Ese no es.
C: Ah bueno, entonces debe ser TIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Y: Ese tampoco. Y me duele el oido señora no marque arriba de la conversación.
C: TIII TUUU TII TI TUUU TI TI TU TU TI... (como 30 teclas hubo!)
Y: Señora, si usted no encuentra el botón rojo no va a poder cortar nunca, entonces se le va a acabar el crédito con la primera llamada. Preste mucha atención, debajo de la pantalla de su teléfono celular se ubican entre otros, 2 botones. Uno rojo, y uno verde. Por favor, presione el boton rojo, o sea el que no está presionando nunca porque siempre está apretando el verde.
C: Listo.
Y: No presionó ningún botón. (Mi oido dice: Gracias! Al fin!)
C: Ahora si, ya está.
Y: Tampoco presionó nada (Mi oido: Descorcha el Champagne). Y sigo acá.
C: Bueno. TII TUU TII TII TUUU TIII TII TU... (Mi oido: Se suicida.)
Y: Señora, presione el botón ROJO por favor.
C: Marta?
Y: Pablo... de Telemóvil... el que le está enseñando a cortar las llamadas...
C: Ah si, ya apreté el rojo antes, y ahora señor?
Y: Nunca apretó ese botón. Y sigue marcando el número en mi oido, ya es la cuarta vez señora. Tiene que prestarme atención, le dije presione el que está al lado del que presiona todo el tiempo.
C: TIIIIIII.
Y: Ese no es.
C: TIIIIIIII.
Y: Ese tampoco.
C: TU TU TU TU TU TU.

(ESE SI!!! ESE SI!!! ALELUYA!!!!)

Tiempo de conversación: 7 minutos. Que alguien me venga a decir si yo no tengo paciencia con esta gente.
------------------------

Cuando "Pablo" (no se llama Pablo) cerró su blog, lo hizo dejando un mensaje bastante fuerte, básicamente protestando contra el maltrato que se le daba al personal de los call centers, contando un poco sobre la situación de muchos pibes que trabajan de esa manera con contratos a título de "pasantías" que los pulverizan y cómo se los trata. Un tiempo después encontré Teleperforados, un sitio que denuncia este tipo de cosas, donde los empleados autoorganizados encuentran un espacio que los nuclea para evitar abusos y sostenerse entre ellos.

Pilas de blogs como el de Pablo cuentan las gracias y desgracias de usuarios y empleados, y más de uno fue encontrado por "La Empresa" a quien no le cayó en gracia el espacio virtual donde su explotadito de turno se descargaba y o se lo hizo cerrar, o lo rajó. Pero en España está por salir -o ya salió- un libro que se llama "¿Me pone con el cielo?", una recopilación de llamados y anécdotas graciosas de la gente que atiende el 11811 (que vendría siendo como el 110 de acá) cuyos beneficios de comercialización, según cuenta el diario El País, irán destinados a Radio Stereo Vos (Nicaragua), un proyecto de radio local de protección para mujeres y niños. El Colectivo de Mujeres de Matagalpa cuenta con una emisora de radio en esa localidad nicaragüense, y contribuye a denunciar y tratar de evitar las situaciones de injusticia a las que se somete a los sectores más desfavorecidos en la sociedad.
Como se puede observar, lindo contraste entre la situación propiciada por "La Empresa" y la de los empleados del 11811.

Para "Pablo", felicidades, porque buscándote por ahí me entero que te recibiste, y recuerdo que era uno de los puntos que alegabas en tu último post de tu último blog: el laburo insano te estaba matando de a poco, en lugar de ser un medio de subsistencia estaba convirtiéndose en un medio de enfermedad y se te complicaba mucho estudiar.
Para los que tenemos compañeros de trabajo y jefes que leen a diario esto y se mueren de risa, piensan, cantan y dialogan con nosotros, ¡esa es la actitud!.
Definitivamente, hay gente que la pasa mucho peor.

jueves, mayo 01, 2008

1 de mayo y yo con estos pelos

¡Feliz día de la reafirmación de un sistema, que nos está hundiendo cada vez más más y más en las cenagosas aguas del "tener es poder" donde las verdaderas cuestiones éticas del asunto y las consecuencias de la acumulación de guita, jamás son cuestionadas!
¿Viste que dicho así no suena tan lindo?
Fender incluso lo dice mejor que yo, mirá.
--------
Apdeit: Y vos, ¿cómo estás pasando el feriado o cómo estás sobrellevando el día laboral?
Por acá, B'52 al palo, mate y un sueño que te la debo, mientras cuento los minutos que faltan para una siestita y recién después sí, salir con la cámara por ahí un ratito. :)

jueves, febrero 21, 2008

una buena pesadilla

Alguien anoche soñó esto:

Llegaba al trabajo y me encontraba a todos mis compañeros a los gritos pelados de "no andan las máquinas, se cayó todo, estamos en modo analógico y y y y..." que no andaba nada porque había una ley nueva desde las 0 hs. de ese día, que decía que cuando iniciabas Windows, si la copia era trucha o la clave era una de esa que dan vueltas por ahí, el ministerio de nosecuanto nosequé detectaba la señal -porque nuestro ISP y todos los ISP del país estaban pinchados y pasaban toda la info de todos los sistemas de todos los que trabajaban en la radiotelevisión nacional- se apagaban las máquinas y no andaba más nada de nada de nada.

Inmediatamente desde el fondo del pasillo, me llamaba la personalidad superioramente superior de la emisora y me decía así con ese tono para convencer que tiene y esa sonrisa que pone cuando te quiere empaquetar, que yo era la persona indicada para ir a hablar con Ruckauf (?) que era el que tenía la manija con la ley esa, y entongarlo, endiegarlo o arreglarlo para que nos dejaran en paz las máquinas y pudiéramos hacer las transmisiones como Dios manda.
Entonces yo me iba al rincón y planeaba con F. una solución alternativa pero muy terrible, como cambiar el sistema operativo y pasarnos todos a Linux. Me desperté justo pensando en si el software que usamos para administrar los archivos era compatible con Linux o no.

Volvemos a estudios.

modo analógico: dícese de cuando se hacen transmisiones radiales o televisivas "a la vieja usanza", sin computadoras de por medio.
ISP: internet server provider. O sea Fibertel, Arnet, Speedy, o lo que tengas.

viernes, diciembre 14, 2007

cada cosa en su lugar

Trabajar con archivos de diversos formatos (audio, gráfica, texto y más recientemente video) hace que empiecen a proliferar soportes de almacenamiento por todos lados: primero fueron los CDs, ahora DVDs, antes en cajitas y sobrecitos de papel, más recientemente empecé a prescindir de ese sistema, pero siempre, siempre, se terminan armando unas terribles controversias digitales respecto a "pero cómo, si lo archivé, ahora dónde fue a parar?".
Al principio recuerdo que optaba por el mismo estuche de plástico donde venían los cds en torre, y ahí iba poniendo todo. Resultado: nunca encontraba lo que necesitaba y no sabía dónde estaba cada cosa.
Ahora esa magia de la tecnología que son esas especies de biblioratos con cierre hacen que se conserve todo prolijito y acomodado.
Pero claro, la cosa caótica sigue siendo el maremágnum de archivos.
¿De qué manera hacer un backup? ¿Por fecha o por tema? ¿Guardar todo en un mismo DVD o ir usando varios, según el contenido?
Decidida a dar por finalizado el caos de una buena vez, me embarco en el proyecto más ambicioso que alguna vez tuve: enfrentarme a las cuatro o cinco torres de archivos en CDs/DVDs que tengo por ahí (no cuento cds de música en este caso) para ordenarlos, clasificarlos, ver qué tienen adentro los que hace rato no reviso, y ver si finalmente puedo controlar a todos esos malditos bits que me hacen perder la cabeza en lugar de facilitarme las cosas.

Si no vuelvo, es que o troné del todo, o estoy recuperándome del shock.

(acá, si pudiera dibujarlo, iría yo siendo comida por una especie de pac-man que es en realidad un cd malo malo malo con un montón de archivos cmx del año del cataplín).

jueves, noviembre 15, 2007

de bares, mozos y café

Levanté la cabeza del libro con ganas de tirarle (por lo menos) con el servilletero. Claro, ahora que en las mesas no hay ceniceros, uno tiene que pensar en la contundencia de los objetos más a mano y los pocillos de café que tienen en ese bar son tan diminutos que si se caen al piso, no se rompen ni se cachan. Son compactos y del tamaño apenas mayor a un dedal. Sí, pueden usarse como piedras, pero casualmente no había llevado mi honda (!) y la superficie de impacto de un pocillo es bastante menor que la de un servilletero a tope.
Resulta que los instintos violentos afloraron a raíz de lo que a continuación relato:

Una moza acomodaba en aparatoso modo los cubiertos en ese como mueblecito que tienen ahí adelante, del lado de las mesas, haciendo un bochinche infernal. Lo peor: no terminaba más. Parecía que estaba secando y acomodando toda la vajilla de Versalles, pero por veinte centavos al día. Miré de vuelta el servilletero, la miré a ella. Hacía diez minutos que me había sentado y hacía por lo menos ocho que no paraba de hacer ruido. Pero (pero) una cabeza calva apareció por detrás de la máquina de café y la apuró a gritos, gesticulando hasta con los bigotes. La piba arremetió con el bochinche; ahí caí que el bochinche que hace rato padecíamos significaba "sí patrón, estoy trabajando rápido patrón, no me grite más o con este tenedor que tengo en la mano puedo hacer un desastre feísimo". Medité el destino potencial del servilletero: definitivamente a la chica simplemente le gritaría y por solidaridad ovárica, el blanco del objeto sería el señor que la había maltratado.

Mientras intentaba pensar en otra cosa y bajaba nuevamente la vista hacia el bendito libro, el pelado de atrás del mostrador le hizo nosequé cara fea a la chica y acto seguido le gritó algo a su compañera de zona alcanzándole una bandeja llena de vajilla recién lavada; la otra le retrucó con un gesto culérico en los ojos y frunce desdeñoso de los labios mientras manoteaba las copitas y empezaba a secarlas. Más ruido. Choque de cristales y bandejas. Me agarró un sincero malestar. La de los cubiertos seguía con el barullo, su amiga cara de pebete a punto de estallar en lágrimas aporreaba vasos y platos poniendo orden. El pelado (que era o el encargado o el dueño) las volvió a putear, sobrador. Lo miré. Ni le importó. Subió la música. Ahora eran platos, cubiertos, vasos y "los tres tenores", más los gritos desaforados del pelado que daba órdenes a los de la cocina.

Se poblaron dos mesas, se pidieron seis cafés. Se sumó a la composición acústica un desajustado pitido gaseoso procedente de la máquina de café que parecía tener algo flojo, porque además tintineaba un poquito abusando de ciertos estertores metálicos inquietantes. El alboroto era tal que me hizo buscar la mirada de un cómplice en alguna mesa: no podía ser que yo sola hubiera notado semejante orquesta espantomórfica. Por suerte una señora dos sillas más lejos levantó la vista de su diario, justo cuando yo hacía lo propio de mi pocillo. Yo levanté una ceja, ella ladeó la cabeza. Infimas gestualidades indicando la misma cosa.

El café se me antojó de repente intragable. Le había tomado verdadero odio al pelado, al bar, a la piba de los cubiertos (extraño detestamiento, con cierto tinte solidario), al bochinche y a los tres tenores. Pedí la cuenta con ese gestito de "firmando en el aire" que tenemos algunos para esos menesteres y huí. Pero antes miré el servilletero. Y lo volví a mirar al pelado ese, abusador emocional de empleadas.

viernes, septiembre 14, 2007

viernes mambo


Los viernes llovidos tienen ese qué se yo, ¿viste?
Llegás al trabajo y mirás por la ventana (alto atalaya de vidrio en el medio del cemento) intentando ver si las nubes por alguna parte se van a decidir a dejar de ser cortina. No. No solamente a la vista no lo tienen ni pensado, sino que desde el horizonte que tenés disponible de allá para acá, se van a emperrar en serlo durante todo el día.
Te hacés un café mientras arrancás con los temas del día, pero el reflejo blancuzco de este-día-espantoso se te mete por la espalda a modo de camisa de fuerza para que no te olvides de que efectivamente es una completa porquería y está húmedo. Hasta los diarios parecen de chicle y conservan su olor de recién impresos.

Los primeros inconvenientes técnicos (se cruzan dos líneas, no anda un pendorcho, se tranca un soroboncho, "¡notenemointerné!") acusan dos almas: viernes y mal clima. Nos desbarrancamos por la perfecta conjura que justifica a todas las propagandas que muestran a treintañeros promedio tirados en el pasto sonriendo a todo lo que les da la cara y seguro que oliendo a enjuague de ropa y le prendemos un sahumerio a Santa Primavera de los Inviernófobos, para ver si por lo menos por el olor se acuerda de que tiene que venir.
El día es una porquería y ya empezó, te lo grita la calle, te lo grita el almanaque y te lo grita la locura colectiva.

Pero por esas cosas raras de la vida tenés la posibilidad en tus manos de neutralizar ese pegote infame que es un viernes choto en el alma de la gente, poniendo por lo menos algo en sus oídos que merezca reconsiderar eso de darse una sobredosis de ravioles de estricnina en salsa de cianuro porque total, ganas de siestita hay desde las 10 de la mañana, y no le vamos a andar diciendo que no justamente a un plato de ravioles hoy, que es viernes.

Tomá, escuchá esto. ¿Sabés por qué? Porque no estás solo: somos muchos a los que también nos parece que este día, es un completo asco.

Powered by eSnips.com

viernes, septiembre 07, 2007

cuando escuches rin ring

Se acuerdan de Rin-Ring?
La verdad, no sé si era en el programa de Flavia Palmiero o en Telejuegos (dato muy poco relevante) que había un telefonito que cantaba lo siguiente:

Hola hola hola qué tal
vengo de visita
hola hola hola qué tal
traigo buenas noticias
Cuando escuches rin ring
cuando escuches rin ring
comienza la alegría
te ruego que sonrías
(etc.)

No sé por qué, pero me acordé de esto cuando por eBlog (culpa de 222) llegué a este otro blog:
Diario de un telemarketer.
Hace unos meses había encontrado otro blog que contaba las peripecias de alguien en una oficina, pero perdí el link. Si alguien lo tiene... (más datos: el blog tenía fondo negro y letras blancas).